1. No. 159 ESPECIAL Fecha: 22/marzo/2010 e-mail: mamtrabajndo@yahoo.com.mx
AÑO 3
“Las causas nobles se imponen siempre sobre la inmoralidad de los hombres. Las lacras humanas
obstaculizan, pero no detienen ni menos matan el espíritu que anima a los pueblos en su afán de elevarse”.
Lázaro Cárdenas del Río
“Nos congregamos para recordar en su natalicio a Benito Juárez García, el mejor presidente de México en
toda la historia. Lo hacemos en momentos en que nuestro país enfrenta una severa crisis económica, social,
política, moral, de inseguridad y violencia. Juárez es símbolo de honestidad, austeridad, rectitud, laicismo,
legalidad y patriotismo. Este presidente vitalicio nos dejó muchas lecciones para actuar en circunstancias
difíciles pero quizá la enseñanza mayor fue su ejemplo de perseverancia y su inquebrantable fe en la causa
que defendía. Por eso, el mejor homenaje que podemos rendirle es mantener nuestro compromiso de no
claudicar en el objetivo superior de transformar la vida pública del país. Estamos convencidos que, más
temprano que tarde, lograremos el renacimiento de México. Baso mi optimismo en el hecho de que la actual
decadencia ha sido causada por una funesta camarilla que no podrá, por mucho tiempo, impedir la dicha y la
felicidad del pueblo. Los males que aquejan y atormentan a la nación no son producto de la fatalidad o del
destino. Tampoco existe ninguna razón natural o geográfica que justifique el empobrecimiento del pueblo y la
actual decadencia. México es uno de los países con más recursos naturales en el mundo. En todo su
territorio hay riquezas: en el Norte, minas de oro, plata y cobre; en el Sur, agua, gas y petróleo, y, en todos
lados, el pueblo cuenta con cultura, vocación de trabajo y con una inmensa bondad. Todo lo que está
pasando es el fruto podrido de la política de pillaje que ha venido imponiendo una minoría para satisfacer su
ambición y codicia a costa del sufrimiento de la inmensa mayoría de nuestro pueblo…
“En las actuales circunstancias, muchos se entristecen y piensan que no hay salidas; otros, aunque tienen
ideas progresistas, se deprimen y se amargan la vida. Tenemos que seguir alentando a todos. No a la
desesperanza. Sí podemos sacar adelante al país. Además vamos bien, el tiempo y la realidad nos están
dando la razón y estamos haciendo lo correcto: trabajando todos los días para despertar las conciencias y
organizar al pueblo con el propósito de transformar la vida pública de México…
“Es mucho el desafío. Enfrentamos intereses muy poderosos pero también es un timbre de orgullo tener la
oportunidad de hacer historia. Son momentos para demostrar de qué estamos hechos. Sigamos siendo
rebeldes ante la opresión y la ignominia. No aceptemos la paradoja de vivir en un país rico con pueblo pobre.
México es de todos y no de unos cuantos. Sigamos luchando hasta lograr que haya patria para todos, patria
para el pobre, patria para el humillado”.
¡Que viva el pueblo de México!
¡Viva Juárez!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
Fragmentos del discurso de Andrés Manuel López Obrador, 21 de marzo de 2010.
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“HONESTIDAD VALIENTE”
A. C.
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TOMA NOTA
- PRIMERO LOS POBRES. En una “radiografía” de la población en México se revela que la mayoría es
pobre, está mal alimentada y es propensa a la obesidad. Cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (Coneval) detallan que en 2008 cerca de 23 millones de mexicanos
experimentaron inseguridad alimentaria severa y moderada, y 25.8 millones, inseguridad alimentaria leve.
Del universo total de pobres, 1.2 millones de personas no pudieron ni siquiera adquirir la canasta básica de
alimentos (de 864 pesos mensuales), con la que el Coneval traza la línea de pobreza extrema. (El Universal,
20 / 03 / 10)
- DOS MÉXICOS COEXISTEN ENTRE LA REALIDAD. Cada quien ve el México que quiere ver. Hay
indudablemente en este momento dos Méxicos, uno el que ve el Presidente y sus secretarios del gabinete de
Seguridad, que perciben un país donde la guerra contra el narcotráfico va viento en popa y si hay violencia y
costos asociados es sólo por la reacción que los grupos de la delincuencia tienen ante “los golpes de la
autoridad”. En ese México, la guerra se va ganando aunque no lo parezca, la ausencia de Estado en varias
regiones del país es “un mito” de pesimistas que gustan de hablar mal del país como deporte, y la
recuperación económica es ya una realidad. El otro México es el que se asoma tercamente en situaciones
como las que ayer y desde hace varios días se viven en Monterrey, donde grupos armados secuestran
camiones y bloquean vialidades provocando afectaciones y confusión en la población; el del horror y el terror
que viven en Nuevo Laredo, Reynosa o Escobedo, donde la vida de los ciudadanos se paraliza y su libertad se
ve limitada por el miedo a quedar atrapados en un fuego cruzado o una balacera entre las bandas del narco
que se disputan plazas y se eliminan entre ellos.
Ese mismo México es el de Guerrero y Acapulco, con sus 43 muertos en un fin de semana; el de Mazatlán,
donde estallan bombas en un centro comercial y siembran el pánico entre la sociedad civil; el de Culiacán,
donde después de las 10 de la noche, en un virtual toque de queda impuesto por el miedo a los narcos, la
mayoría de sus habitantes no sale a la calle para no exponerse a ser víctima de la violencia.
En el primer México, el Presidente dice que él ha tomado “al toro por los cuernos” en materia de seguridad, y
que con eso hay más inversiones para el país y se aleja así a la población del miedo y de la confusión.
“Los costos asociados al temor y a la incertidumbre, a la inseguridad, son mucho, mucho mayores que los
costos asociados a enfrentar el problema, a tomar al toro por los cuernos y a asumir una convicción y una
voluntad férrea de combatirlo y resolverlo, tómese el tiempo que se deba tomar, y tómense los recursos que
se requieren para hacerlo”, dice Calderón en su visión, al tiempo que habla de un país que “será más seguro”,
sin precisar cuando.
En el segundo país, muchos mexicanos se dicen cansados de la violencia y la situación de caos que se ha
generado en varias regiones, donde imperan secuestros, cobros de protección de los delincuentes que
controlan incluso actividades comerciales y giros negros. Ese es el México de Ciudad Juárez, donde a pesar
de las acciones gubernamentales de emergencia y el traslado de medio gabinete presidencial con todo y una
cauda de recursos para inversión social, la violencia no cesa y las cifras de inseguridad maquilladas por las
autoridades no convencen a sus habitantes. Es ese México el que, no sin sesgos e intereses expansionistas
sobre la frontera, ven desde Washington y utilizan para presionar a una mayor incursión e injerencia de las
fuerzas de seguridad estadounidenses en territorio mexicano, no como un tema de preocupación por lo que
vivimos aquí — murieron 17 mil personas en tres años y no les importó demasiado — sino como un asunto
que amenaza su seguridad interna y les complica sus negocios e intereses, sobre todo en la franja fronteriza.
(editado, Salvador García Soto) Tú, ¿qué México ves?