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El documento describe el papel fundamental de las mujeres en la sociedad y economía de Juchitán, Oaxaca. Las mujeres dominan el comercio en el mercado local y son esenciales para el sustento de sus familias y el desarrollo del municipio, a pesar de enfrentar discriminación y falta de recursos. A través de la narración de la vida diaria de una comerciante, se ilustra la lucha constante de las mujeres istmeñas por sobrevivir.
1. Panorámica del Palacio Municipal de Juchitán.
Juchitán: tierra
sostenida por la mujer
Anneliza Pineda Ordaz
N
uestros antepasados, aún sin contar con una educación formal, un estilo de vida
establecido y un amplio conocimiento sobre cómo administrar sus recursos siempre
estuvieron conscientes de la importancia que tenía la división del trabajo. Cada indi-
viduo sabía el rol a desempeñar así como la responsabilidad que implicaba tener un cargo
y ser pieza importante de la sociedad de esos tiempos.
Sin embargo la situación tuvo un cambio ligero cuando comenzaron a emigrar a otros lu-
gares debido a la necesidad de supervivencia, adoptaron nuevas formas de vida e incluso
perfeccionaron sus técnicas de caza y elaboración de herramientas, conforme el tiempo
transcurría el nivel jerárquico no mostraba grandes cambios y la mujer no figuraba en las
actividades de la sociedad.
2. El papel de la mujer se vio minimizado ante rol que desempeñaba el hombre de esa época,
las mujeres se encargaban sólo de las labores domésticas, las condiciones no cambiaron
por mucho tiempo, fue necesario dejar pasar cientos de años para que a mediados del siglo
XX en 1953 la mujer fuese acreedora al derecho a ejercer sus decisiones mediante el voto.
A partir de esa fecha, la mujer comenzó a figurar más en la sociedad, el género femenino
inició una lucha en pro de sus derechos y con ello consiguió el reconocimientode los demás
individuos como parte importante de una sociedad; la lucha no fue sencilla, pero se man-
tuvieron firmes por mucho tiempo hasta alcanzar la meta que en principio se propusieron: la
equidad de género.
Es precisamente esa lucha
constante que las mujeres
tienen con la vida lo que me
lleva a reflexionar, ¿Qué tan
importante resulta el trabajo
de una mujer en una socie-
dad? ¿Cuáles son los prin-
cipales obstáculos a los que
se enfrenta? ¿Cuál es el rol
que desempeña? ¿Es posi-
ble que el trabajo cotidiano
que realizan influya en algún
ámbito de la sociedad?
Éstas son interrogantes que
surgen ante la notoria inter-
vención de las mujeres en las
Mercado de Juchitán, una amalgama singular entre el español y el múltiples actividades de una
zapoteco. sociedad, sin embargo, la in-
jerencia de la mujer en activi-
dades cotidianas no siempre ha sido fácil, en la actualidad algunas mujeres ya cuentan con
una carrera profesional pero no todas corren con la misma suerte.
El papel que una mujer desempeña en determinada sociedad es inmenso, un ejemplo de
ello es lo que sucede en la Heroica ciudad de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Ahí, la inter-
vención de la mujer es muy notoria sobre todo en el ámbito económico, pues gran número
de personas se dedica principalmente al comercio y las mujeres destacan en mayor medida
en este sector.
Juchitán se ubica en la región del Istmo de Tehuantepec al sureste del estado de Oaxaca;
limita al norte con los municipios de Asunción Ixtaltepec, El Espinal y San Miguel Chimala-
pa, al sur con San Mateo del Mar, Santa María Xadani y la Laguna Superior (Santa Teresa),
al oeste con Asunción Ixtaltepec, El Espinal, San Pedro Comitancillo, San Blas Atempa y
San Pedro Huilotepec y al este con Santo Domingo Ingenio, Unión Hidalgo y San Dionisio
del Mar.
3. La jornada de Dominga comienza muy temprano, después de dejar listo el desayuno sale
de su casa aún cuando el sol permanece dormido – “todos los días, nada de que hoy no
tengo ganas porque sino uno no come y hay mucha necesidad ahorita”- piensa en las lar-
gas horas que le esperan en el mercado, reza para que hoy sea un buen día y que la gente
-“tenga dinero también para comprar, porque si no hay, pues como pues”-.
En las calles la actividad comienza muy temprano, pueden observarse muchas personas
caminando, sin embargo, la mayoría son mujeres, las hay de todas las edades, de la más
joven a la más grande, todas lucen
un atuendo sencillo: huipil de tela,
enagua y el cabello recogido en
una cola de caballo o trenza. Poco
a poco el centro de este lugar va
adquiriendo color, incluso el aroma
de un nuevo amanecer es distinto.
Dentro del mercado público las co-
sas no son distintas, Dominga se
recluye en los pasillos del lugar,
saluda a todas en su lengua mater-
na, el zapoteco.
Abre el puesto que le corresponde,
limpia los mostradores, saca ca-
jas de la parte de abajo del local,
mueve sillas, prepara la mercancía
para vender ese día y una vez más Doña Dominga atiende su puesto.
se persigna como símbolo de fe y
esperanza, está preparada para resistir la complicada batalla de un nuevo día que promete
ser desgastante pero tajante comenta: - “así es esto pues, no había dinero en mi casa para
que yo estudiara, y luego éramos un montón de chamacos, aunque quisiéramos no se iba a
poder, pobres mis papás porque todos los días se preocupaban por el dinero, muy pobres
estábamos-“.
Cuando alguien viene al Istmo y se interna en las calles de Juchitán es como si visitara otro
planeta, un mundo gobernado por las mujeres en el que no se distinguen edades, -“una
tiene que empezar a trabajar desde chamaca y tienes que aprender pues, porque si no lo
haces bien ya te ‘amolaste’ y así es hasta que ya estés muy vieja y no sirvas-“ (ríe)
Juchitán cuenta con 85,869 habitantes de los cuales aproximadamente un 67.5% son mu-
jeres, razón por la cual es considerado un municipio en el que se practica el matriarcado,
es decir, las mujeres son las que principalmente tienen el poder y en este caso incrementan
la producción económica.
No es necesario hacer una observación minuciosa del lugar para darse cuenta de la gran
cantidad de mujeres que se encuentran agrupadas en ese espacio territorial, -“ mujeres es
lo que más hay, cuando mi marido vivía decía que algún día el Istmo sería de pura mujer y
Juchitán más todavía porque siempre así se veía, como que las mujeres mandan, y luego
por eso los hombres querían hacerse mujer, porque son las que luego tenía más dinero
pues-“ (acompaña su risa con un movimiento de mala expresando silencio).
4. Sin embargo la situación no siempre fue igual, hace varios años la periferia del mercado no
contaba con los comercios que ahora están asentados y aunque en principio lograr que las
mujeres de ese lugar se acoplaran al cambio fue complicado, tarde o temprano tuvieron que
hacerlo- “¡Ay sí pues! Yo no era grande todavía, pero mi mamá luego me decía que como
era nuevo toda la gente iba a comprar ahí y que dejaron el mercado un rato”- la derrama
económica fue notoria, muchos puestos cerraron y otros más aunque resistieron las bajas
ventas seguían mostrándose inconformes y la preocupación a tope.
-“ya después la cosa se puso como antes, otra vez hubo venta, pero muchas conocidas
tuvieron que buscarle pues, porque había que comer y luego tenían hijos como conejas”-
La práctica del comercio ejercida principalmente por el género femenino en este lugar es
fundamental para el desarrollo del municipio, no obstante ellas lo ignoran.
-“¿Sabe usted que gracias a las ventas de este lugar Juchitán cuenta con una economía
más o menos estable?- le pregunto.
-“¿Cómo?
-“Sí, es decir, gracias a la cantidad de dinero que circula en el mercado, el municipio tiene
fondo para seguir creciendo, desarrollar proyectos, inversiones, etcétera”.
-“¡Ay a poco! Pues yo nada más vendo para comer, pagar mi luz, mi agua y para lo que
se ofrezca pues…”
Es precisamente el hecho de ignorar la verdadera importancia que tienen la mujer en esta
sociedad la razón por lo cual siguen permitiendo su marginación (sin darse cuenta), pien-
san que su trabajo no tiene ninguna repercusión. Muchas mujeres pasan por esto, no sólo
en el Istmo el papel de la mujer es importante y no es reconocido, en muchos lugares la
historia se repite, aún quedan restos de machismo y desigualdad, sin embargo, las mujeres
no se dan por vencidas, mantienen firme sus deseos de superación y aunque no lo sepan
son indispensables no sólo para preservar la especie sino para activar la economía de la
sociedad.
Es pues, muestra de tenacidad y ganas de progreso lo que las mantiene aquí, día a día, sol
a sol, si llueve, si tiembla, incluso si el mundo conspira en contra de lo autóctono, ellas no
descansan.
-“Así es aquí, todos los días igual, viene una desde tempranito y se va para su casa hasta
que ya es de noche, a veces hay suerte porque se acaba tu mercancía, pero luego se queda
todo ahí y hay pérdida porque se descompone, ni para que lo saques al otro día, la clienta
ya no lo quiere, pues me lo llevo a la casa y ahí a ver qué se le hace, pero sí, es muy difícil
esta vida y ahora más con la crisis, la gente ya no tiene dinero y cuando vienen a comprar
puro quiere que le des barato y una con tal de vender pues lo da así, pues sí, a nada, mejor
que salga barato-“
Sí, es una vida llena de dificultades, pero siguen al pie del cañón, es una actividad que se
hereda de generación en generación, sobrevivir cada día cuesta más y más para quienes
muchas ocasiones son madres solteras, viudas, divorciadas y con hijos que mantener, la
edad no titubea y cuando menos lo esperan llega el momento de cesar la lucha.
-“Pues mi mamá ya se murió hace muchos años, luego mi marido hace cuatro, sola estoy
yo con mis tres hijos, dos hombres y una mujercita, pobre ella, ya le dije que ni modo, le va
a tocar sufrir un poquito, pero que así tiene que ser, no hay de otra-“
5. Así es Juchitán, un lugar en el que poco se sabe de la importancia que tiene la mujer istme-
ña en el desarrollo de este lugar, un lugar en el que la mujer mantiene una lucha constante
contra la discriminación y la falta de recursos, un lugar en el que el descanso sólo llega con
la muerte.
“Yo digo que me va a tocar descansar cuando Dios quiera llevarme para allá, ahorita hay
que trabajarle, la vida es canija y si te duermes te quedas sin nada, qué más pues, así nos
tocó vivir...” ◘