2. 11 Porque yo sé muy bien los planes
que tengo para ustedes —afirma
el SEÑOR —, planes de bienestar y no
de calamidad, a fin de darles un
futuro y una esperanza. Jeremías
29:11 (NVI)
3. 3 Ve a la tierra donde abundan la leche
y la miel. Yo no los acompañaré,
porque ustedes son un pueblo terco,
y podría yo destruirlos en el
camino.ȃxodo 33:10 (NVI)
5. 35 Ese día al anochecer, les dijo a sus
discípulos:
—Crucemos al otro lado.
36 Dejaron a la multitud y se fueron con él en
la barca donde estaba. También lo
acompañaban otras barcas. 37 Se desató
entonces una fuerte tormenta, y las olas
azotaban la barca, tanto que ya comenzaba
a inundarse.38 Jesús, mientras tanto, estaba
en la popa, durmiendo sobre un cabezal,
así que los discípulos lo despertaron.
—¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que
nos ahoguemos?
6. 39 Él se levantó, reprendió al viento y ordenó
al mar:
—¡Silencio! ¡Cálmate!
El viento se calmó y todo quedó
completamente tranquilo.
40 —¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a
sus discípulos—. ¿Todavía no tienen fe?
41 Ellos estaban espantados y se decían unos
a otros:
—¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar
le obedecen?
Marcos 4: 35-41 (NVI)
7. 11 ¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Salmos 42:11 (NVI)
8. 1 Bendito sea el SEÑOR, mi Roca,
que adiestra mis manos para la guerra,
mis dedos para la batalla.
2 Él es mi Dios amoroso, mi amparo,
mi más alto escondite, mi libertador,
mi escudo, en quien me refugio.
Él es quien pone los pueblos a mis pies.
3 SEÑOR, ¿qué es el mortal para que lo
cuides?
¿Qué es el ser humano para que en él
pienses?
4 Todo mortal es como un suspiro;
sus días son fugaces como una sombra.
Salmos 144:1-4 (NVI)
9. 1 En consecuencia, ya que hemos sido justificados
mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo. 2 También por medio de él,
y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la
cual nos mantenemos firmes. Así que nos
regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de
Dios. 3 Y no sólo en esto, sino también en nuestros
sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento
produce perseverancia; 4 la perseverancia, entereza
de carácter; la entereza de carácter, esperanza. 5 Y
esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha
derramado su amor en nuestro corazón por el
Espíritu Santo que nos ha dado.
Romanos 5: 1-5 (NVI)