3. Jorge Guillén Álvarez (nació en Valladolid, 18 de enero de 1893 - Falleció en Málaga, 6 de febrero de 1984) fue un poeta y crítico literario español, integrante de la Generación del 27.
4. Estudió sus primeras letras y Bachillerato en su ciudad natal y, aunque comenzó Filosofía y Letras en Madrid alojado en la Residencia de Estudiantes, se licenció en la Universidad de Granada; en esos años hizo varios viajes por Europa; en uno de ellos, en 1919, conoce a Germaine Cahen, con la que se casó dos años más tarde.
5. Análisis de su obra Guillén se introduce tardíamente en el terreno literario: a los treinta y cinco años publica su primer libro, Cántico, que será ampliado en diversas ediciones, pues desde el principio pensó en su obra como un todo orgánico, al que dio el título general de Aire nuestro.
6. Rasgos de su estilo: Abundancia de sustantivos, a menudo sin artículo, y de frases nominales, sin verbo, porque los nombres recogen la esencia de las cosas, no su existencia, como el verbo. Frecuencia de oraciones exclamativas. Uso preferente del verso corto o de arte menor.
7. La complejidad de su obra reside en su ideal de poesía pura, que se resume en: Supresión de lo anecdótico, Sustantivación de los adjetivos, Escasez de verbos, Precisión lingüística y Concentración temática.
8. LOS NOMBRES Albor. El horizonte entreabre sus pestañas, y empieza a ver. ¿Qué? Nombres. Están sobre la pátina de las cosas. La rosa se llama todavía hoy rosa, y la memoria de su tránsito, prisa. Prisa de vivir más. A lo largo amor nos alce esa pujanza agraz del Instante, tan ágil que en llegando a su meta corre a imponer Después. Alerta, alerta, alerta, yo seré, yo seré. ¿Y las rosas? Pestañas cerradas: horizonte final. ¿Acaso nada? Pero quedan los nombres.
9. MUERTE A LO LEJOS Alguna vez me angustia una certeza, Y ante mí se estremece mi futuro. Acechándolo está de pronto un muro Del arrabal final en que tropieza La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza Si la desnuda el sol? No, no hay apuro Todavía. Lo urgente es el maduro Fruto. La mano ya lo descorteza. ...Y un día entre los días el más triste Será. Tenderse deberá la mano Sin afán. Y acatando el inminente Poder diré sin lágrimas: embiste, Justa fatalidad. El muro cano Va a imponerme su ley, no su accidente.