Los adolescentes a menudo experimentan con el alcohol y las drogas durante su desarrollo, sin comprender las consecuencias a largo plazo. Mientras que algunos solo experimentan ocasionalmente sin problemas, otros pueden desarrollar una dependencia y dañarse a sí mismos y a otros. Los adolescentes con factores de riesgo como un historial familiar de abuso de sustancias o problemas de salud mental tienen más probabilidades de desarrollar problemas serios con las drogas.