La gestión de memoria implica asignar secciones de memoria a programas que las solicitan y liberar secciones no utilizadas para otros programas. Esto requiere reubicación, protección, compartición y organización lógica y física de la memoria. Específicamente, se debe traducir las referencias a memoria cuando los programas son reubicados o ejecutados por diferentes procesos para proteger el espacio de cada uno y permitir compartición.