El Romanticismo surgió a finales del siglo XVIII como una revolución contra el racionalismo de la Ilustración y el neoclasicismo, dando prioridad a los sentimientos. Se caracterizó por romper con las reglas estereotipadas del clasicismo. Buscó constantemente la libertad auténtica y se manifestó de maneras diferentes en cada país y región, proyectándose en todas las artes.