3. Los antioxidantes se aseguran de que
todos las venas estén limpias y libres
de radicales libres.
Esta hoja verde, además de
ayudarnos a mantener la sangre
fluyendo a través de nuestro sistema
circulatorio, aumenta la cantidad de
sangre en el cuerpo.
5. Si alguien nos hubiese dicho que el
cerebro se parecía a una nuez, nos
hubiera gustado comprobarlo.
Una dura cáscara protege a este fruto
seco, guardando en su interior el
“cerebro”. En su interior, la nuez tiene
dos mitades iguales, tal como los
hemisferios derecho e izquierdo del
cerebro, y dobleces. Para aumentar la
similitud, ambos están compuestos de
un 68% de grasa
7. Los nutricionistas coinciden en
que estas legumbres ayudan a
nuestros riñones. Este alimento
ha sido señalado como uno de los
que tienen más propiedades
nutricionales. Tienen mucha fibra,
lo que facilita la eliminación de
desechos.
9. El perejil tiene un tallo que se va
separando en ramas hasta llegar a
terminaciones más delgadas, tal y
como sucede con nuestros
nervios, que guardan una gran
similitud con este alimento.
11. Al abrir uno veremos que sus
cámaras rojas se parecen mucho a la
estructura del corazón. Además,
tienen altas dosis de licopeno, un
componente muy beneficios con
nuestro órgano vital. Este potente
antioxidante que le da el color rojo al
tomate, reduce las posibilidades de
sufrir enfermedades cardiovasculares.
13. ¿Habéis notado alguna vez que los
huesos de piernas y brazos se parecen
un poco al apio? Los investigadores
dicen que tanto el apio como los
huesos se componen en casi un 23%
de sodio. Solemos ingerir demasiada
sal, especialmente en los alimentos
procesados. No obstante, ingerido en
moderación, este mineral fortalece los
huesos y las funciones de los nervios.