1. EL LIBRO DE ENOC 3
CAPITULO XXII - La Muerte – Cielos e Infiernos – Ley de Simpatía Universal
LAS MANSIONES
SOBRE LA MUERTE
LA VIRTUD Y LA INTELIGENCIA Volver a Indice General Enoc 3
INFIERNOS
LAS MANSIONES
(Comparar con DyC 88)
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1. Muchas son las Mansiones en el Reino de los Cielos.
2. Celestiales esferas más hermosas que el Sol,
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3. Donde los Espíritus de Amor Divino habitan.
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4. Así tu puedes ver los frutos sobre un amplio Árbol,
5. Hay Angelicales esferas de Luz,
6. Más radiante que la órbita del Arco Iris
7. En donde el Amor de Dios es percibido,
8. Por todos aquellos que son los habitantes de las mismas.
9. Y a estas ascienden los espíritus de los Hombres,
10. Que pasan por la Tierra en pureza y Verdad;
11. Quienes han aspirado al Saber de Dios,
12. Y han vestido sus almas en Sabiduría.
SOBRE LA MUERTE
13. El hombre cuando sale de su vida humana,
14. Se levanta como sí fuera de un nublado sueño;
15. Una gloria de Celestial esplendor lo rodea.
16. Sueña que está en una Visión de Belleza,
17. Pero abriendo sus ojos, y extendiendo sus extremidades,
18. Encuentra que él es un espíritu viviente.
19. Ve su alma alrededor de él como un vestido,
20. Pero que es completamente destituido del cuerpo físico.
2. 21. Y es perturbado en dolor y temor.
22. No sabe a donde esta yendo.
23. Flota a través de un etéreo Océano;
24. Se siente llevado en un viento;
25. Pero elevando sus siempre puros pensamientos
26. Al más alto Dios de su adoración;
27. Quién ha sido para él mientras estaba en la carne:
28. Su Padre, su Consolador, su Guía;
29. Él llega a llenarse con una celestial paz.
30. Percibe una armonía en todas sus sensaciones.
31. Su alma y espíritu se deslizan igual a un musical himno,
32. A través de un mar de centelleante gloria.
33. Entonces mira a los objetos que lo rodean,
34. Los ve diferentes, en su pura luz.
35. Revelado en brillo de Sol y Estrella
36. Como los fulgores resplandecientes del firmamento
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37. Y para siempre como esplendores celestiales.
38. Rayos de arriba, radiantemente y muy brillantes.
39. Y sus castos pensamientos son elevados a su Padre,
40. El Alto, el Santo y el Divino.
41. El ve alrededor de él, semejantes a un círculo de rayos de Sol,
42. Un hermoso Coro de Sagrados Espíritus,
43. De cuya muy ardiente presencia es derramado;
44. Un perfume más dulce que las violetas.
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45. Espíritus de Amor,
46. Espíritus de verdad,
47. Espíritus de Conocimiento,
48. Espíritus de Sabiduría,
49. Espíritus de Caridad,
50. Espíritus de Pureza,
51. Espíritus de Luz y
52. Espíritus de Dios.
53. Desde estas trascendentes formas es derramado,
54. Un resplandor tan divino y deslumbrante,
55. Que eclipsa los ojos del Sol,
56. Cuando ellos resplandecen con la más ardiente radiación.
57. Y estos espíritus por su naturaleza celestial,
58. Ven la esencia del hombre;
59. Ellos penetran lo más recóndito de sus pensamientos internos.
60. Conocen a una mirada todos sus deseos,
61. Y a estos, de acuerdo a sus atributos.
62. Los espíritus benditos se inclinan,
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63. Porque los Espíritus de Amor se unen a aquél
64. Cuyo espíritu ha sido siempre encontrado en amor;
65. Y los Espíritus de Verdad se unen con aquél
66. Cuyo espíritu siempre ha sido encontrado en Verdad;
67. Y los espíritus de Caridad le dan la bienvenida a aquél
68. Cuyo espíritu ha sido siempre encontrado en Caridad.
69. Porque semejante a lo que buscó, es su parecido en los Cielos
70. Aun semejante a lo que buscó sobre la Tierra.
71. Y el Puro evita lo opuesto a la pureza,
72. Tanto en la esfera celestial como en la terrenal.
73. Por lo tanto, cualquier virtud que el hombre sembró
74. En su frágil y transitoria vida de barro,
75. Lo mismo él cosecha unas mil veces
76. Cuando él transmigra a la vida celestial.
77. Por la Simpatía Mística que invade el Universo
78. Inmediatamente él se une a aquello que él semeja.
79. Y la antipatía que existe entre la Luz y su opuesto,
80. Lo separa de algo que no este al unísono con sus deseos.
81. Y todos los habitantes de aquellos Benditos Lugares
82. Participan en el gozo del recién llegado.
83. Percibiendo un crecimiento en su propia felicidad,
84. Por la felicidad de este nuevo miembro en su Circulo.
3. 85. Entonces los espíritus ascienden a un glorioso Paraíso;
[7]
86. Allí hay Árboles de infinita belleza,
[8]
87. Verdes, sublimes y extensamente diseminados,
[9]
88. Floreciendo en miles de flores.
[10]
89. Y hay Enramadas de delicioso verdor,
90. Y hierbas con la fragancia de la brisa matinal,
91. Y fuentes más puras que el cristal (...)
[11]
92. Fluyen en melodía alrededor de esos Árboles
93. E innumerables Coros de Angélicos Espíritus
94. Más brillantes que la Luz que se desliza en medio del Paraíso.
95. Respirando música, emanando belleza,
96. Y entrelazados como las constelaciones estelares.
97. Miles de Arco Iris relucen en el firmamento,
98. Y muestran sus muy brillantes colores.
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99. Relámpagos vibran a lo largo del terreno,
100. Semejante a arroyos de agua corriente.
101. Las mansiones en esta Tierra Celestial,
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102. Destellan con muchos Tesoros
[14]
103. Están hechos de Piedras Preciosas.
104. Están incrustadas con flores doradas
105. Están techadas y pavimentadas con diamantes,
[15]
106. Que relucen irradiaciones con la forma del Sol,
107. Las que cambian miles de veces en un minuto,
108. Más espléndidas que la Luz de la aurora.
109. La belleza de estos Palacios Celestiales,
110. Esta en armonía con la belleza de los espíritus,
111. Que en pureza habitan allí dentro,
112. Aspirando siempre por más seráficos lugares.
LA VIRTUD Y LA INTELIGENCIA
113. En cuanto a la Virtud es la más hermosa de Todas las Cosas,
114. La trascendente Imagen de Dios en sí mismo.
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115. Por lo tanto, es agradable a las Leyes de Justicia
116. Que esas mansiones sean dignas de los espíritus.
117. Así son los Palacios del Paraíso magnífico;
118. Y no una vacía y vacante atmósfera.
119. Porque los habitantes de la Hermosura Celestial
120. Son de Hermosura Celestial también.
121. No pienses que el espíritu anda vagando al azar,
122. Como algún descuidado supone,
123. Volando a través del aire vasto y vacío
124. Sin ningún propósito firme, y sin ningún hogar seguro.
125. Pero esta no es en verdad la condición de los Benditos.
126. Sus palacios son majestuosas estructuras.
127. Ellos tienen Jardines, Ríos y Fuentes;
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128. Y Todas las Cosas están en armonía con su grandeza.
129. Y algunos son de diamantes de blanco-nieve como la Verdad;
130. Y algunos de transparentes esmeraldas como la Sabiduría
131. Para que el semejante a Dios viva en lugares semejantes a Dios
132. Cuyo esplendor es un símbolo de los habitantes.
133. Así las Inteligencias de lo Supracelestial
134. Comprenden a una mirada los atributos de los habitantes,
135. Por el brillante aspecto de sus hogares,
136. Y las apariencias que corresponde con esto.
4. INFIERNOS
Comparar con cap XIII:104-133
137. Y aun así en igual manera,
138. Las habitaciones del inicuo corresponden con el inicuo,
139. Porque los espíritus caídos se congregan juntos,
140. De acuerdo a sus variados temperamentos y cualidades;
141. De allí emergen en el Período Cíclico.
142. Ellos llegan otra vez a juntarse con almas y cuerpos,
143. Pasando a esferas de existencia,
144. De la cual deben elevarse o decaer más bajo todavía.
145. Pero muchos son los años de su peregrinar,
146. Antes de que sean unidos con la forma física.
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147. Por lo tanto Satanás los junta,
148. En caóticos lugares, sin un viso de luz.
149. En cuanto al vicio es lo más detestable de Todas las Cosas;
150. Deleitándose en sangre, suciedad y falsedad,
151. Odiando toda luz, y escondiéndose en la oscuridad
152. Y odios, en sus concepciones y diseños.
153. Aun así son las mansiones de Satanás;
154. Completamente análogas a sus inicuos atributos.
155. Y aquí ellos son como nubes de polvo,
156. Destituidos de todo poder, fuerza o vigor.
157. La Universal Ley de Dios
158. quot;Lo semejante seguirá a lo semejantequot;
159. Se extiende en aquellas regiones
160. Las cuales asimilan para sí a sus habitantes
161. Porque ningún fulgor de luz brilla allí,
162. Sino que todo es niebla y lobreguez perpetua,
163. En consonancia con las cualidades de los inicuos,
164. Cuyas mentes son nidos de escorpiones;
165. Y así como la conciencia de los hombres inicuos sobre la Tierra,
166. Presenta ante ellos espantosos fantasmas,
167. Y terribles siluetas, fantasías y formas;
168. Se levantan de los vapores de su culpabilidad,
169. Frecuentándoles en sueños y en la hora del crepúsculo,
170. Con muy amenazantes formas y gestos;
171. Los resultados de una sombría imaginación.
172. Tal temor aun resquebraja su ilusión,
173. Así que en esos caóticos lugares
174. La conciencia afligida vagabundos de pecado,
175. Genera a sí misma malas señales y apariencias,
176. Correspondiendo a lo pecaminoso de sus naturalezas.
177. Estas apariencias no existen en la realidad,
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178. Porque Dios no crea monstruos,
179. Pero a las desordenadas mentes de los caídos,
180. Ellas aparecen animadas de vida.
181. Este es el estado de lo que es llamado Infierno;
182. El cual Dios, en verdad, no ha formado,
183. Ni ha desterrado sus espíritus allí,
184. Sino que sus inicuas tendencias los juntan,
185. Y sus inicuas naturalezas generando sueños
186. Horribles, obscuros y respirando torturas
187. Los rodean con las más lacerantes agonías,
188. No menos terribles por ser auto infligidas.
189. Estos Satanes están completamente sin poder;
190. Ellos son confinados dentro de sus propias esferas.
191. Ninguno puede levantarse de allí,
192. Hasta que el Ciclo haya rodado a través de sus años.
193. Entonces ellos asumirán cuerpos y almas,
194. Y son de nuevo desarrollados en existencia,
195. Para elevarse a sí mismos o hundirse otra vez
196. En el Océano de Oscuridad de su propia hechura.