1. EL LIBRO DE ENOC 3
CAPITULO XXIII
EL FUEGO QUE CORRE AL OESTE
SOBRE LA MONTAÑA ARDIENTE, LAS 7 MONTAÑAS Y EL ÁRBOL
NO TOCADO. Volver a Indice General Enoc 3
SOBRE LA VANIDAD DE LA VIDA
EL FUEGO QUE CORRE AL OESTE
1. De allí fui a otro lugar,
2. Lejos hacia el Oeste, cerca del fin de la esfera.
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3. Allí vi un fuego ardiendo,
4. Un turbulento y ardiente Torrente de Llamas,
5. No cesaba en su curso de día,
6. Ni de noche detenía su poderoso flujo,
7. Sino que como la corriente del Océano, siempre fluía;
8. Y su rugido era como el bramido de un elefante.
9. Entonces inquirí, diciendo:
10. ¿Qué es esto que no cesa?
11. Y uno de los Santos Espíritus contestó
12. Susurrando por lo bajo en mi oído:
13. Este fuego que corre para siempre al Oeste
14. Es el fuego fuente de las Luminarias del Cielo,
15. Ellas beben de su brillo y son renovados,
16. Se alimentan de la llama siempre relumbrante.
SOBRE LA MONTAÑA ARDIENTE, LAS 7 MONTAÑAS Y EL ÁRBOL NO TOCADO.
(Comparar con 1En.XXIV y XXV)
17. De allí fui a otra región,
18. Y vi un Montaña de la cual surgía fuego
19. Que nunca cesa, siempre ardiente;
20. Los cielos fueron iluminados por su esplendor.
21. Me acerqué y vi otras siete Montañas
2. 22. Diferentes una de otra en grandeza;
[2]
23. De brillantes gemas, hermosas y preciosas,
24. Todo magnífico y primoroso a los ojos.
25. Estas Montañas se levantan en el sector del Este
26. Amontonadas como nubes, una sobre la otra.
27. Tres Montañas se levantaban hacia el Sur
28. Adheridas entre sí de la misma manera,
29. Profundos valles marcan su camino entre ellas,
30. Separados por límpidos ríos;
31. Y la Montaña de Fuego estaba en el medio,
32. Y todas estaban como el arco de un trono;
33. Odoríferos Árboles crecían densamente sobre ellas;
[3]
34. Y allí estaba Un Árbol de fragancia Divina,
35. Y no había en todo el Jardín del Paraíso
36. Un Árbol perfumado que oliese como este.
37. Sus hojas, sus flores, su corteza nunca se marchitan.
38. Sus frutos eran hermosos como las estrellas,
[4]
39. Y juntos como un grupo de palmeras
[5] [6]
40. Que dan la bienvenida al peregrino del desierto.
41. Sus hojas eran esmeraldas asentadas en oro.
42. Sus frutos eran vino de miel y rosas.
43. Mirando sobre este, yo declaré en voz alta
44. ¡Cuán grande es este floreciente Árbol!
45. Entonces uno de los Espíritus dijo:
46. ¿Por qué te deleitas con este Árbol?
47. ¿Y porqué estás inquisitivo para conocerlo?
48. Tu has pasado por muchas cosas sin inquirir,
49. Pero este ha despertado tu consideración.
50. Entonces yo contesté diciendo:
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51. Yo deseo conocer concerniente a Todas las Cosas,
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52. Pero sobre todo lo concerniente a este Árbol,
[9]
53. Cuya belleza es más vigorosa que la del Sol.
54. El respondió diciendo: Aquella Montaña
55. Cuyos picos son como los tronos de Dios,
56. Será el asiento donde se sentará el Santo
57. Cuando el se levante para visitar la Tierra
58. Y ese Árbol de exquisita fragancia,
59. Que no exhala un solo soplido de carnal aroma
[10] [11]
60. No será tocado por nadie hasta el Día Secreto,
61. Cuando sea dado a los Hijos de los Cielos,
62. Su esencia será derramada sobre los Benditos;
63. El espíritu de vida dentro de este Santo Lugar
[12]
64. Florecerá para siempre como en un Jardín,
65. Plantado en el Norte, hacia el Rey del Cielo,
66. El Señor de Vida y Belleza eterna.
67. Entonces ellos se regocijarán grandemente en el Santo;
68. Una fragancia de deleite pasará a través de ellos;
69. Existirán en una vida de luz,
70. Ningún dolor obscurecerá sus días.
71. Y yo bendije al Señor eterno de los Cielos,
72. Por causa de que él ha preparado este Árbol del Paraíso
73. Para darlo al Bello como su comida,
74. Cuando El se revele en pura luz.
SOBRE LA VANIDAD DE LA VIDA
[13]
75. ¡Oh hombre! ¿Cuál es el objetivo de todos tus trabajos, y todas tus penurias detrás del oro y los tesoros? ; una
corto, transitorio y vano placer; y luego eres asido por ellos para siempre.
76. ¿Se afanaría el hombre sabio por premios tales como estos conseguidos con gran trabajo, y una vez conseguidos,
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dejados de lado? ¿Encadenaría su espíritu y cuerpo a la corrupción, por cosas que duran un breve momento?.
3. 77. Pero tu, eleva tus pensamientos por encima de la descolorida Tierra; contempla en sublime ensueño al Dios del
Cielo; prepara tu espíritu para su futura existencia, cuando se haya despertado del desvanecimiento de la mortalidad.
[15]
78. El término de tu existencia se aproxima rápido, y muerte, el fin de Todas las Cosas, esta a la mano; ¡Despierta!
¡Levántate! Antes de que el golpe final sea dado, porque en la tumba no hay esperanza.
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79. El más exquisito deleite de placer en este mundo, es como un trago de agua de mar para el sediento. Pero la
calmada fluidez de la Felicidad de Eternidad, puede ser tuya si tu desvaneces tu vida, hacia un Hijo de Dios.
80. Oh Dios, tú eres un gran misterio;
81. Con todo, te adoraré a ti solamente,
82. A ti se vuelve mi espíritu,
83. Brillando con blancura en medio del fuego.
84. El brillante fulgor de tu gloriosa Luz del Universo,
85. Toda otra luz es sombra.
86. Tu voz suena, y semejante a una trompeta,
87. Su energía divina comanda el Todo.
88. El dice: mira a este etéreo Árbol una vez más,
89. Sus flores de oro puro en el crujiente aire,
[17] [18]
90. Sus amorosas floraciones como la Luna
91. Sus ramas como cristal claro.
[19] [20]
92. ¡Escucha! como sus hojas cantan
93. Como cuerdas de arpas tocadas gentilmente por el viento.
94. Rayos de fuego destellando desde su tronco
95. Y desplazándose alrededor de sus raíces nudosas.
96. ¡Oh! cuán benditos de Dios son aquellos
[21]
97. Que habitan para siempre a la sombra de este Árbol
98. Y cantan y danzan dentro de su Círculo,
99. Y derraman el himno de alabanza.
100. La ilusión no los nubla,
101. Ni la niebla de duda los asalta
102. El Santo brilla sobre ellos con rostro de amor.
103. Ellos respiran en la más serena luz.
[1]
Ver I:29
[2]
Ver XIX:34
[3]
Vers. 44-72,88,97, III:117
[4]
Ver.XXVI :4
[5]
XVI:121,127
[6]
Ver IV:66; Isa.21:13,14
[7]
Vers 78, III:107
[8]
Vers. 34,44-72,88,97, III:117
[9]
Ver IV:3
[10]
1En.XXV:4; 2Ne.27:21; Mos.8:13; Et.5:1; 2En.LIII:2
[11]
Ver XVII:19; XVIII:28, 122; XXI:55; Dan.12:9-10; 2Ne.27:21, 30:3; Mos.8:13; Et.3:24, 4:5,13-16; 5:1; DyC 76:115-116
[12]
Ver I:81
[13]
Ver XVIII:84-87
[14]
Ver IX:30
[15]
Vers 51, III:107, XVIII:16
[16]
Ver XXX:97-112
[17]
Ver I:81
[18]
Ver IV:39
[19]
Ver XVI:1-4
[20]
Ver XXI:69
[21]
Vers. 34,44-72,88, III:117