LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
05 02 david vrs saúl - 3 (el pecado)
1.
2. El pecador justificado
(Lucas 18:10-14)
10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro
publicano.
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te
doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos,
adúlteros, ni aun como este publicano;
12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino
que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque
cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será
enaltecido.
3. El pecado en la carne
1 Samuel 15
2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al
oponérsele en el camino cuando subía de Egipto.
3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él;
mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y
asnos.
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7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente
de Egipto.
8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada.
9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado
mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo
quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
4. El pecado en la carne
1 Samuel 15
13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he
cumplido la palabra de Jehová.
14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que
yo oigo con mis oídos?
15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor
de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo
destruimos.
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19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho
lo malo ante los ojos de Jehová?
20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la
misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los
amalecitas.
21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para
ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
5. El pecado en la carne
1 Samuel 15
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha
desechado para que no seas rey.
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30 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de
mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.
31 Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová.
6. El pecado en el Espíritu
(2 Samuel 12)
7 Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de
Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl,
8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la
casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.
9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de
sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo
mataste con la espada de los hijos de Amón.
7. El pecado en el Espíritu
(2 Samuel 12)
Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.
16 Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado
en tierra.
17 Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra;
mas él no quiso, ni comió con ellos pan.
18 Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño
había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír
nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?
19 Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por
lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto.
20 Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a
la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.