La directora australiana Kitty Green vivió durante 14 meses con el grupo feminista ucraniano FEMEN para filmar su documental "Ukraine is not a brothel". Aunque inicialmente se entristeció al descubrir que FEMEN estaba guiado por un modelo patriarcal encabezado por Viktor Svyatski, decidió seguir filmando para explorar las contradicciones del grupo. Su película reveló la estructura jerárquica de FEMEN y llevó a un cambio en el que Viktor fue expulsado y el grupo comenzó una nueva etapa sin su
«Me entristeció descubrir que FEMEN se guiaba por un modelo patriarcal, pero decidí seguir filmando»
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Texto: Clàudia Prat
Fotografía: Franco Origlia/Getty Images
«Me
entristeció
descubrir
que FEMEN
se guiaba por
un modelo
patriarcal,
pero decidí
seguir
filmando»
U
kraine is not a brothel” (Ucrania no es un
burdel) es el documental que mostró a Viktor
Svyatski, el hombre que de forma jerárquica
y patriarcal organizaba las acciones del
grupo. La directora de esta pieza reveladora es Kitty
Green, una australiana de 28 años que vivió con FE-
MEN durante catorce meses. Ahora, con su ópera
prima debajo del brazo, Green ha estado por los festi-
vales de documental más reconocidos, desde el Festi-
val de Cine de Venecia, el IDFA, el SXSW, el Hot Docs
de Toronto o el Documenta Madrid.
KITTY GREEN
2. film feminista, pero explora el feminismo. Es un re-
trato de mujeres luchando en un país pobre.
Hay un momento en la película que ellas mismas
hablan de FEMEN como «marca» y no como movi-
miento político. ¿FEMEN es una marca?
Sí, es una especie de marca. En el film quería mostrar
esta contradicción, cuando el movimiento se convierte
en una marca, cuando hay dinero..., todas las implica-
ciones que conlleva. Y la figura de Viktor... No me gus-
taba nada cómo las trataba!
Hay un momento en el documental en el que Vik-
tor está muy enfadado porque dijo haber dado di-
nero a una chica y que luego la acción «no salió
bien». ¿Les pagaban para participar en las acciones?
No, no. Solo les pagaba, a veces, el billete de tren. Ellas
no lo hacían por dinero, a las acciones acudían las chi-
cas que querían ir. Sea por fama, por ideales políticos...
pero no era por dinero.
En el documental también salen testimonios de
chicas que no entraban en los criterios de belleza
de «rubia, guapa y delgada» y que fueron expulsa-
das del colectivo.
Creo que esto era la locura de Viktor de usar el cuerpo
y la sexualidad como arma... Ahora no es así. Siguen
usando el cuerpo y la sexualidad, pero de forma más
agresiva. Y ahora hay chicas de todo tipo. FEMEN ha
cambiado.
¿Cree que con esta película empujó al cambio que
ha habido en FEMEN?
¡Increíble!
Sí, en parte supongo que entendió que FEMEN desde
el principio son escándalos. Y también de que es hora
de pasar página. En realidad, lo que dije era cierto, era
su oportunidad para explicarse.
¿Y ahora, ha desparecido del grupo?
Sí, totalmente. Creo que está viviendo en Suiza o en
algún otro sitio... Escapó de Ucrania y ya no trabaja
más con las chicas. Ahora es Inna Shevchenko quien
lleva el cuartel general en París.
¿Viktor ha visto la película?
No, no ha visto la película, y me da miedo que la vea.
Bueno, en realidad, imagino que algún día la verá
pero no tengo ningún contacto con él... Creo que no
tiene ni mi e-mail. Y yo vivo en Australia, así que...
queda lejos.
En el documental hay declaraciones muy fuertes y
profundas, como cuando una de las FEMEN habla
de su síndrome de Estocolmo con Viktor.
Sí, es increíble lo sinceras que llegaron a ser. En otras
entrevistas, con la prensa, lo tenían todo aprendido,
decían lo que tenían que decir. Pero a mí me hablaban
de cómo se sentían, de sus contradicciones. Hay mo-
mentos muy puros e íntimos.
¿Cree que está contribuyendo al feminismo?
Nunca me planteé nada de esto. Crecí en Melbourne
(Australia), una ciudad progresista. Mi madre y todas
las mujeres que conozco trabajan y hacen su vida. No
sé..., quizás no diría la palabra “contribuir”. No es un
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Es su primera película y ya ha pasado por muchos
festivales.
Sí, sí, ¡por demasiados! No, en serio, estoy muy con-
tenta, ha sido una pasada. ¡He estado por todo el
mundo!
¿Cómo acabó viviendo con FEMEN?
Fue como un intercambio; empecé a grabar sus pro-
testas y les daba les imágenes que hacía con mi DSLR.
A ellas les gustaban porque eran mucho más cine-
matográficas que las del resto. Un día les dije que
quería hacer una película sobre ellas, pero que no
tenía dónde quedarme. Pasé con ellas más de un año
en un bloque de viviendas en Kiev, en una cama pe-
queñita, y vivía con muy poco dinero. Mi abuela es
de un pueblo de Ucrania y había ido hasta allí para
grabar mi historia familiar, pero decidí quedarme
más tiempo.
Filma muchas escenas y entrevistas con FEMEN
desnudas ¿Por qué?
Cuando convivía con ellas, cada dos por tres teníamos
periodistas en casa. Había mucha atención mediática
y ellas se tenían aprendido lo que iban a decir. Era
como un teatro, conocían muy bien a los medios de
comunicación. Yo quería algo más intimo, más perso-
nal. Y vivíamos juntas. Surgió así de natural. Es la vida.
Cuéntenos como fue su viaje a Turquía con ellas.
Decía que se preguntaba si era la única «feminista
ahí».
¡Uf!, Turquía fue una de las buenas... estaba ese tío,
un empresario de lencería, que lo pagaba todo. A mí
me parecía una contradicción. ¡Es que me parecía in-
creíble! Pero, en parte, estuvo bien, las chicas utiliza-
ban cualquier excusa para protestar. Aunque tuvieran
que ir luego al centro comercial a hacer un poco de
promoción...
¿Y usted cómo lo vivía?
FEMEN tenía sus flujos y contradicciones... El tema de
Turquía, dentro de todo, no fue tan mal; en realidad,
a mí me sorprendió y me decepcionó mucho más la
figura de Viktor, descubrir que se guiaban por un mo-
delo patriarcal. Me entristecí. Me planteé dejar el do-
cumental, pero decidí quedarme y dedicarme a hacer
preguntas.
¿Cómo descubrió la existencia de Viktor?
Le veía siempre por ahí. Al principio, no entendía nada.
Yo entiendo y hablo ucraniano, pero él hablaba ruso
con las chicas. Poco a poco, las chicas confiaron más
en mí y empecé a aprender un poco de ruso, también
empezaron a dejarme estar cuando planificaban las
acciones.
¿Cómo logró entrevistarle?
Me daba todo un poco de miedo. Filmé durante un
año y el último día le dije: «mira, es mi último día, te
he estado filmado en secreto y quiero que salgas en el
documental y quiero que salgas hablando».
Empezó a gritarme: «¡Kitty no puedes hacer esto,
vas a arruinar el movimiento!». Y entonces intenté
subirle un poco el ego, le dije: «mira soy tu única opor-
tunidad, nadie sabe que existes y yo sé todo lo que
has hecho por FEMEN».
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«Les dije que
quería hacer
una película
sobre FEMEN
y me
alojaron en
su piso, en
un bloque de
viviendas en
Kiev. Viví con
ellas más de
un año»
3. poder... Ahora todo es muy distinto, lograron echar a
Viktor y comenzar una nueva etapa.
Pero también hay muchas críticas con FEMEN aho-
ra. Por ejemplo, con algunas acciones racistas para
«liberar a las mujeres musulmanas»...
Sí, todo esto no estaba en los inicios de FEMEN. Solo
trataban temas ucranianos. Ahora, con el tema de los
Topless Jihad... todo esto viene de Francia. Creo que
es un tema de FEMEN convirtiéndose en algo inter-
nacional. Hay muchas más mujeres, muchas más ra-
mas, voces...
Se han publicado rumores en el Estado francés de
que uno de los que está financiando FEMEN es el
empresario y filántropo judío George Soros...
No, no creo, tendría que ver pruebas para creerlo.
Es un poco misterioso todo este tema del dinero y
FEMEN.
Sí, al principio decían quién les daba dinero. Por ejem-
plo, había un editor en Kiev que les financiaba, pero
luego dejaron de decir nombres. Para ganar dinero,
por ejemplo venden merchandising, las coronas de
flores de las acciones... O pintan sus pechos con pin-
tura, se pegan un papel y se lo venden a los fans... O la
gente les da dinero a través de la web. No creo que
este magnate les esté financiando; además, tienen
poco dinero. El justo para sobrevivir algunas de ellas.
Y ahora viven en una casa okupada en París, no es
muy glamuroso.
¿Cómo cree que está cambiando el mundo del docu-
mental? Usted lo ha hecho casi todo sola...
Sí, una gran parte lo grabé yo sola y lo edité en mi
portátil. El mundo del documental está cambiando
mucho, ¡Es genial! Ahora todo el mundo puede pa-
garse una cámara o incluso grabar con el móvil...
¿En qué está trabajando ahora?
Estoy trabajando en un nuevo documental sobre de-
rechos de la mujer. Aún no puedo contar nada porque
hay temas legales de por medio. Pero quiero seguir
haciendo documentales sobre mujeres, y que sean
sexys e interesantes, que la gente los quiera mirar.
Después de todo este proceso de hacer la película,
¿se siente una más de FEMEN?
No, no. Me siento una observadora. Además, yo soy
australiana y ellas ucranianas. Somos muy diferentes
culturalmente, no tenemos nada que ver. Pero conviví
con ellas y hemos estado muy cercanas. Soy externa
al grupo, pero las quiero.
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Creo que cuando haces promesas delante de la cámara
y quedan grabadas, te fuerzas a cumplirlas. En el film
empiezan a darse cuenta de que la época de Viktor
tiene que acabarse y que tienen que organizarse ellas...
No creo que yo empujara nada, pero al hacer pregun-
tas y hacerlas reflexionar reevaluaron su situación y
sus ideas.
Decía que en el estreno, en el Festival de Cine de Ve-
necia, se sintieron repudiadas por la prensa.
Sí, primero en Venecia fue genial, nos sentíamos
como estrellas. Estábamos todas juntas de nuevo e
hicimos muchas entrevistas. Pero entonces nos di-
mos cuenta de que la prensa, en realidad, se queda-
ban con un titular: “Un hombre es el jefe de FEMEN”.
A mí me decían que estaba mintiendo... que si traba-
jaba para alguien...
En las proyecciones que ha pasado ahora en Hot-
Docs, en Toronto, parecía muy orgullosa y compro-
metida con FEMEN.
¿Sí, te lo parezco? ¿Demasiado?
Bueno, parecía muy contenta cuando hablaba al
público sobre lo que hacía FEMEN ahora.
No lo sé... Es que cuando filmábamos las entrevistas
tenía miedo de que no consiguieran organizarse sin
Viktor. No tenía claro si conseguirían hacerse con el
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«Cuando
filmábamos,
comenzaron a darse
cuenta de que la
época de Viktor tenía
que acabarse. Ahora
todo es distinto,
lograron echar a
Viktor y comenzar
una nueva etapa»