1. SMITH Y RICARDO Y SUS POLITICAS DE DESARROLLO
ANDRES SANTANA LOPEZ
ESCUELA DE ADMINISTRACION PÚBLICA
TEORIAS Y ENFOQUES DEL DESARROLLO
VI SEMESTRE
2010
2. SMITH Y RICARDO Y SUS POLITICAS DE DESARROLLO
Para Smith y Ricardo basaron sus políticas de desarrollo en diferentes teorías donde
le daban un buen beneficio a la sociedad, sus pensamientos fueron basados por las
condiciones inhumanas que se en habían desarrollado en el capitalismo industrial.
Todas estas circunstancias llevaron a que surgiera numerosos críticos del sistema que
defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socialistas; los sistemas
comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el principio
fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción, la
tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema
debían distribuirse en función de las distintas necesidades.
Con el capitalismo aparecieron los ciclos económicos: periodos de expansión y
prosperidad seguidos de recesiones y depresiones económicas que se caracterizan
por la discriminación de la actividad productiva y el aumento del desempleo.
Los economistas clásicos que siguieron las ideas de Adam Smith y Ricardo no podían
explicar estos altibajos de la actividad económica y consideraban que era el precio
inevitable que había que pagar por el progreso que permitía el desarrollo capitalista.
Las críticas marxistas y las frecuentes depresiones económicas que se sucedían en
los principales países capitalistas ayudaron a la creación de movimientos sindicales
que luchaban para lograr aumentos salariales, disminución de la jornada laboral y
mejores condiciones laborales.
A finales del siglo XIX, sobre todo en Estados Unidos, empezaron a aparecer grandes
corporaciones de responsabilidad limitada que tenían un enorme poder financiero. La
tendencia hacia el control corporativo del proceso productivo llevó a la creación de
acuerdos entre empresas y monopolios que permitían el control de toda una industria.
El capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo
XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza y
para mejorar el nivel de vida de casi toda la población. A finales del siglo XIX, el
capitalismo era el principal sistema socioeconómico mundial.
3. La producción y el intercambio de bienes aumenta, y por lo tanto también se eleva el
nivel de vida de la población, si el empresario privado, tanto industrial como comercial,
puede actuar en libertad mediante una regulación y un control gubernamental
mínimos. Para defender este concepto de un gobierno no intervencionista, Smith
estableció el principio de la mano invisible: al buscar satisfacer sus propios intereses,
todos los individuos son conducidos por una mano invisible que permite alcanzar el
mejor objetivo social posible. Por ello, cualquier interferencia en la competencia entre
los individuos por parte del gobierno será perjudicial.
En La riqueza de las naciones, los procesos de creación y distribución de la riqueza.
Demostró que la fuente fundamental de todos los ingresos, así como la forma en que
se distribuye la riqueza, radica en la diferenciación entre la renta, los salarios y los
beneficios o ganancias. El capital en la producción y distribución de la riqueza es
aquella en la que no interviene el gobierno, es decir, en condiciones de laissez-faire y
de librecambio.
Aunque este planteamiento ha sido revisado por los economistas a lo largo de la
historia, gran parte del contenido teórico de La riqueza de las naciones (de un modo
particular en lo referente a la fuente de la riqueza y los factores determinantes de la
formación de capital) sigue siendo la base del estudio teórico en el campo de la
economía política. La riqueza de las naciones también constituye una guía para el
diseño de la política económica de un gobierno.
El pensamiento de David Ricardo mantuvo una polémica constante a lo largo de su
vida. Afirma que el valor de cambio de un bien (especialmente los agrícolas) está
determinado por la mayor cantidad de trabajo necesaria para su producción; ni más ni
menos que el costo marginal en términos contemporáneos.
Así la incorporación de tierras nuevas en las cuales la producción es cada vez más
difícil aumenta el valor de cambio de todos los productos agrícolas, favoreciendo a los
antiguos productores. De esta manera, la renta de la tierra − más exactamente la renta
diferencial − aumenta a medida que se incorporan nuevas tierras a la producción. Y
esto ocurre continuamente en razón del incremento de la población y del consiguiente
aumento de la demanda de alimentos.
Una vez deducida la renta de la tierra, sólo queda por determinar la parte
correspondiente a los salarios y los beneficios. El salario de mercado sería afectado,
4. en opinión de Ricardo, por el crecimiento de la población. Las leyes de protección de
los pobres y por el control de la natalidad.
Teóricamente, y dada la participación de los rentistas de la tierra y de los asalariados
en el ingreso nacional, los beneficios tenían un carácter residual. En otras palabras,
tendían a ser muy pequeños respecto a la masa de capitales movilizados lo que, en
principio, afectaba las posibilidades de acumulación y el mismo progreso de la
economía.
Los factores que afectaban la distribución del ingreso en el largo plazo eran bastante
claros. De un lado, había, una tendencia al aumento de la renta de la tierra y, por
ende, del valor de los productos. Esta evolución afectaba directamente el valor de la
fuerza de trabajo o su precio "normal" (no el de un momento dado, que podía tender a
la baja). Los salarios "normales" tendían a subir relativamente en virtud del incremento
de los precios de los productos alimenticios. De esta manera los beneficios bajaban y
la participación del capital se reducía constantemente.
Es importante remarcar que los salarios "normales" no aumentaban. Estos eran más o
menos equivalentes a una canasta de bienes que proporcionaba los medios de
subsistencia a los obreros. Lo que aumentaba era el precio de los productos de la
tierra, y concretamente, la renta de la tierra. En ese sentido el industrial, a quien
Ricardo entiende representar, es afectado por el rentista. Es el rentista − aunque
aparentemente son los asalariados − quien toma una fracción del ingreso nacional que
debería ir al capitalista. Con lo cual se convierte en un obstáculo a la acumulación y,
en definitiva al progreso.
El original pensamiento económico, especialmente en lo referido a su teoría del valor
trabajo y de la distribución de la renta y la riqueza. Respecto a la primera (que
posteriormente influiría en Karl Marx), Ricardo concluyó que el concepto de valor está
determinado por el trabajo, en tanto que argumentaba que los salarios dependen del
precio de los alimentos, éstos de los costes precisados para su producción, los cuales,
a su vez, dependen de la cantidad de trabajo necesaria para la producción de los
alimentos.
Por otra parte, la teoría de la renta se fundamenta en el principio de la productividad
de la tierra, a la que otorgaba un papel prioritario en todo sistema económico. Afirmaba
que la renta era la parte del producto de la tierra que cada propietario obtiene por la
5. cesión del suelo, elemento caracterizado por su productividad. Como el precio de
mercado de los productos viene determinado por el de las unidades cuyos costes de
producción hayan sido mayores (los producidos en terrenos menos fértiles), los
propietarios de los suelos más productivos verán incrementados sus beneficios en una
proporción mayor que aquéllos cuyas tierras, debido al aumento demográfico, tengan
que ser explotadas pese a su inferior rentabilidad.
El crecimiento económico se ralentizó y muchos países en los que la deuda pública, la
de las empresas y la de los individuos habían alcanzado niveles sin precedente,
entraron en una profunda crisis con grandes tasas de desempleo a principios de la
década de 1990. La recuperación empezó a mitad de esta década, aunque los niveles
de desempleo siguen siendo elevados, pero se mantiene una política de cautela a la
vista de los excesos de la década anterior.
El principal objetivo de los países capitalistas consiste en garantizar un alto nivel de
empleo al tiempo que se pretende mantener la estabilidad de los precios. Es, sin duda,
un objetivo muy ambicioso pero, a la vista de la flexibilidad del sistema capitalista, no
sólo resulta razonable sino, también, asequible.