2. Uno de los dones más grandiosos que Dios concede a las personas es la capacidad de perdonar. Forma parte de la naturaleza y esencia de Dios, y cuando ejercitas ese don adquieres talla divina. Tienes la capacidad de perdonar y de elevarte por encima de la mezquindad de los mortales.
3. Pero ¿por qué dejarse empantanar por la naturaleza humana? Para la mayoría de la gente, decidirse a perdonar a alguien es uno de los actos más difíciles que hay, sobre todo si el perdón es inmerecido. Cuesta porque es contrario a la naturaleza humana. Ésta demanda venganza y retribución.
4. Cuando lo aceptaste como tu Salvador, recibiste una porción de Su naturaleza sobrehumana. No obstante, la medida en que esa naturaleza sobrehumana rija tu vida depende de ti, y se ve reflejada en tus decisiones . Si bien Jesús vino al mundo para traer perdón y salvarte de tus pecados, también vino a librarte de la naturaleza humana.
5. Dado que una de las características más sobresalientes de Su naturaleza es la prontitud para perdonar, tu buena disposición en ese sentido es un claro indicador de cuánto permites que Su naturaleza sobrehumana gobierne tu ser.
6. El hecho de que la persona que procedió mal contigo merezca o no el perdón no es lo medular del asunto; lo importante es que tú obres bien.
7. Quien ha obrado mal, en justicia merece una sanción. Sin embargo, el perdón trasciende la justicia. La justicia es humana; el perdón, divino. En realidad, nadie merece ser perdonado.
8. Perdona a quienes te han ofendido, así como tu Padre celestial te perdona a ti. Para más presentaciones, visita: www.tommyswindow.com PARA COMPARTIR