El barrio León de Triana

EL BARRIO LEÓN
(En el recuerdo)
Dedicado a todos
Aquellos que, después
De ayudarme, se me fueron
Sin haberlo visto terminado.
Santiago Martín Moreno
BARRIO
LEÓN
El Barrio León
Santiago Martín Moreno 2
P R O L O G O
Triana y su tiempo. Aunque reconocido como fiel
desapasionado por las prisas, la falta de tiempo fue y sigue siendo
una obsesión constante en la vida de Santiago Martín Moreno,
autor de esta obra. Desde que lo conocimos, y de eso tenemos a
gala que hace muchos años, siempre lo vimos con el mismo talante
enérgico, increíblemente animoso y batallador al sentarse ante
unos folios en blanco.
Consecuente por dar a conocer las peculiaridades
de su barrio, se convirtió en un extremista vecinal en ese afán por
amar mucho a Triana.
Siempre ha callejeado por este barrio, y no por
sentimentalismo que no cabe duda que lo es, sino por ser un
ferviente enamorado de sus rincones, de sus casas con balcones
llenos de macetas; unas casas típicas de la época, encaladas y de
las que guarda no sólo el testimonio gráfico de entonces sino de las
que fueron sustituidas en su evolución por otras modernas cuya
apreciación hoy se puede contemplar en vivo.
Es posible que Triana presente una herida en su
vida Cultural a través de los últimos años, haciendo salir a la luz
de forma intermitente algunas obras casi siempre auspiciadas por
la Junta Municipal de nuestro Distrito. Observamos en esa grieta
dolosa, cómo esta antigua Huerta está tan alejada que, hace que, al
parecer, se desconozcan desde hace tiempo las maneras de escribir
de éste Trianero. El parece estar obligado a cumplir con su labor

El Barrio León
Literaria de llenar páginas y más páginas quedando archivadas en
unas carpetas con el rótulo “Ilusiones”.
La obra que hoy tiene en las manos, llega para
algunos como premio a esa espera serena de más de medio siglo.
La consideramos acertada y muy bien ajustada al tiempo en el que
el autor vivió y recogió vivencias; real, auténtica, netamente
personal, imborrable y hasta nos atreveríamos a certificar que, sus
testimonios rozan un intimismo que, no dudándolo, se desnuda
aquí espiritualmente y evoca sus interioridades, sacándolas a la
luz, haciéndolo con espontaneidad, con entereza, sin medias tintas;
porque él es incapaz de dejar una pista allí donde la historia se le
revela tal como fue o la vivió.
Santiago es un Poeta tan esmerado en sus obras
que, en este trabajo y aunque brevemente, también se puede
vislumbrar de cómo y cuánto emana de su corazón, cuando éste
por grande no cabe en su caja torácica.
El siempre sorprende porque de su profundidad y
detalle de cuanto relata, parecería que comenzó a manuscribir
trozos de papel desde su lactancia con su otra madre llamada
Triana.
Sería extenso el relacionar lo que día a día se le fue
conformando bajo todas esas innumerables plumas que siempre le
regalaron por el simple motivo de agradecimiento hacia las
colaboraciones prestadas en puntuales momentos.
Hoy podemos indicar que, destacan entre su más
de una docena de obras: Retratos en Poesía, Semana Santa en
Triana, la Novela “Trozos del espejo”, Triana Eterna… Algunos de
El Barrio León
estos libros fueron prologados por insignes escritores y poetas.
Entre ellos, dos desgraciadamente desaparecidos, Alfonso
Contreras Rosado, que diría de Santiago: “No nace su Obra en el
Otoño de su vida, porque en el alma de éste Poeta anida siempre
la Primavera”. También Armando Gutiérrez Jiménez dirá: “Deja
hablar a sus propios sentimientos, para que sean ellos los que
vayan llenando de vida sus años”. Otra prueba de ello la tenemos
en lo que manifestaría de nuestro polifacético artista, el escritor y
flamencólogo Emilio Jiménez Díaz: “Pocos bohemios le quedan a
esta vida como Santiago. Donde una flor de la intrahistória de
Triana muere, crecen los vergeles de su pasión. Donde una palabra
se marchita, el resucita un legado. Donde algo acaba, Santiago se
convierte en un dios casero de creaciones”. Verdaderas sentencias
de admiración que, siempre le han prodigado a Santiago, y que
hoy el firmante de este manifiesto biográfico, se ve incapaz al no
poder encontrar las frases exactas para definir la riqueza de su
calidad literaria. Pero la profundidad del sentimiento de Santiago
llega a extremos insondables cuando el Doctor y Místico Andrés
Jaile, en el prólogo al libro “Al ponerse el Sol” dice: “En esta obra
vibra como en un desgarrador Himno de alabanzas…”
El autor da con esta publicación, opción al lector
para que por sí mismo, pueda emitir un juicio para conocer si
aquellas vidas de entonces estuvieron llenas de sacrificios en
épocas distintas a las de ahora. El aquí se crece y nos da a conocer
lo que podría ser una nueva faceta de su gran alforja itinerando
por este barrio; La de “narrador-contador” de su querido barrio
León, y que se encuentra como dice Angel Vela: “Santiago es en
Sevilla, portavoz de esencias”.
En estas páginas, amigo lector, nuestro autor se
adentró en dichos lugares, y de todo cuanto de ellos se cita, se

El Barrio León
puede extrapolar a otro núcleo, o barriada de Sevilla, viendo así
reflejadas, la sucesión de gran variedad de momentos vividos por
las gentes que residieron en este lugar, desde las más modestas
hasta las más populares, de la conformación del lugar, del tipismo,
de sus tiendas, oficios, talleres y fábricas, en definitiva del tesón
impuesto por las múltiples circunstancias de la época.
Este es un libro que podrá ser examinado por el
niño que, aun a pesar de ser su contenido serio, éste lo verá como
un “cuento”, pues cronológicamente tendrá ante sus retinas
inmaculadas, la escenificación de personajes, momentos y lugares,
que hoy cobran algo de héroes los primeros y de inalcanzables los
segundos. Los Jóvenes contarán con este nacimiento literario, de
unos datos que podrán aportar en algunos momentos a sus
estudios y ni que decir tiene, les servirá este precioso libro para
penetrar más, si cabe, en las hendiduras de la Triana de ayer,
cuando su núcleo estaba rodeado de huertas de labor. Para los
lectores adultos que se jacten de conocerlo todo sobre esta orilla de
nuestro río, para los “matemáticos” que suman hechos y
multiplican situaciones dentro de este arrabal, tendrán la mejor
tabla para solventar aquellos problemas que se daban en aquellas
situaciones de la vida y calculadas con el logaritmo de las
incertidumbres.
Esta obra, incluso le podrá servir al que llegó hace
poco a Triana, y por qué no, puestos por apostar, hasta el visitante
de aquí o allende nuestras fronteras que, con la “cámara de la
curiosidad” podrá hacer una instantánea de esos personajes que,
aunque el fundador de esta aquí sea concreto con ellos, estos
forman parte de esa Triana que unos la utilizaron como moneda
de cambio para sus escaladas vertiginosas en el mundo laboral,
social, artístico, festivo o para esa otra definición, en que nos guste
El Barrio León
o no la etiquetaron otros de forma típica y tópica, poniéndoles
sobre el lomo de los años la “denominación de origen”, cómo: La
Triana del toreo, el cante o el baile.
Finalmente diremos en este momento, a quien
siendo niño, joven o adulto y tenga entre sus dedos este ejemplar;
que se encuentra ante un compendio atractivo no sólo por su
lectura, de la que hemos intentado desgranar todo su contenido,
sino por la honestidad de quien lo hizo posible y que nos
apresuramos a testimoniar que, gracias a este trabajo logrará, y
estamos seguro de ello, el que se conozca a través de un pellizco
llamado barrio León, también, y aun más si cabe, a la universal
Triana.
Se dijo: “Que a Triana hay que entrar andando y
por el puente”. Nosotros parafraseando esta sentencia, diremos:
“Que cuando se salga o se despida de Triana, se haga no sin antes
haber paseado por el barrio León”. Por esas arterias de azahares y
esteros de sentimientos cofrades. Deambulemos hoy por esta
historia no de puntillas, todo lo contrario, con pie firme, sabedores
de que al igual que aquél genial trianero “Rodrigo”, se descubrirá
con la adquisición de nuevos conocimientos, a unas gentes
imaginativas y nobles que ocupan una parte de la cintura
perimetral de la ciudad de Sevilla.
En esta historia “El Barrio León”, no sólo podrá
apreciarse el resultado de unas reseñas de vivencias dentro de
unos contornos, sino el poder disfrutar de un magnífico “álbum
fotográfico e histórico” ya que así lo avala la numerosísima
documentación gráfica del personal archivo del autor, la cual se ve
enriquecida con alguna que otra aportación, haciendo posible que,
todo ello se convierta en una especie de delicioso vademécum para

El Barrio León
ser consultado en esa necesidad humana por conocer un poco
mejor el arrabal de Triana a través de uno de sus barrios como el
que ocupa todo el esplendor de este libro “El Barrio León”.
Ahora ya sólo me resta, atendiendo ese consejo de
mi buen amigo Santiago, tomar el Tranvía en la “Carretera”, para
que este nos lleve por los rieles de la imaginación hacia…
Paco Soler.
El Tranvía en la “Carretera"
El Barrio León
INTRODUCCION
Ha transcurrido bastante tiempo desde que
comencé a recoger datos para luego depositarlos
conformadamente en estas líneas. Por esa y no por otra causa,
aunque bien es verdad que, después de terminado me ha llegado
alguna que otra información, creí llegado el momento de que
habría de quedar definitivamente cerrado.
Soy perfectamente consciente de que aun queda
un poco más por hacer, siempre lo hay. No obstante también soy
de la opinión de que todo tiene final aunque luego, más tarde y
gracias a mejoras en razón de esas nuevas informaciones, la
presente obrita podrá ver de nuevo la luz, enriquecida gracias a
que más de un lector, y estoy seguro de ello, habrá descubierto con
ella que, parte de esa información que, celosamente guardaba, la
podía haber compartido, ayudando con ello al mejor conocimiento
de sus principios en el Barrio.
Mi propósito era, aunque no se si lo habré
conseguido, hacer llegar el concepto más real posible de cómo en
su primer medio siglo largo de vida, se fue conformando su núcleo
de población sobre unas necesidades comunes a la mayoría de las
ciudades.
Por ello la elaboración de la presente obra, ha
tenido siempre como meta dar a conocer así mismo los rasgos y
caracteres que dan definición y personalidad a una tipología de
núcleo urbano que, no viene, precisamente, a presentarse como
ejemplo modélico de barriada en su parte vieja, aunque sí lo es, e

El Barrio León
cierta medida, en su parte más reciente a nivel de generación del
conjunto de las barriadas sevillanas y en la que desearíamos se
convirtiera el cinturón urbanístico de la ciudad.
En otro orden de cuestiones, he intentado con el
presente trabajo, llevar a todos el conocimiento de los procesos
evolutivos, así como las vicisitudes por las que atravesó este Barrio
desde aquellos primeros días en que el pensamiento de un hombre
abrió una puerta a la Esperanza, cuando para muchos la palabra
sólo era entendida como desconfianza.
Como primer paso a seguir, encuadraré en el
marco sencillo de esta humilde obrita de recuerdos, la “Historia”
que, a duras penas, y con los pocos documentos que se poseen
sobre la “Huerta de la Torrecilla”, ya que de otra manera no habría
sido posible concebir la aparición del Barrio León. Hay que tener
en cuenta que, el setenta y cinco por ciento de las fuentes bebidas
para la construcción de este libro, han sido las charlas habidas con
los “viejos” del lugar desde que se colocara el primer ladrillo,
generación tras generación, y que la mayoría de ellos no se verán
reflejados en el por haber fallecido dado lo avanzado de su edad.
Mi más profundo agradecimiento a todos ellos en la memoria de
aquellos querido y entrañables: Alejandro, Paca, Emilio, José,
Juan, Manolita, Paco, Gracia, Julián…
Por tratarse de un Barrio eminentemente obrero,
es mi intención reflejar en él una terminología popular, dando aire
sencillo a todo cuanto de encanto encierran las palabras vulgar,
común, así como escapar un poco del tecnicismo, entre algunas
razones, porque en la época en la que se crea esta comunidad, los
términos jurídicos no eran muy del uso corriente, usándose para
casi todo la relación más humana, lo que por desgracia el
El Barrio León
“snobismo” ha ido haciendo desparecer. Un ejemplo digno de ser
contemplado es el “apodo”, dándose en infinidad de casos, el que
muchas personas aun viviendo en una misma casa de vecinos, se
conocían por el sobrenombre, ignorándose el nombre completo
cuando alguien lo solicitaba en su ausencia o con una rapidez poco
usual en aquellos tiempos en los que precisamente, para la rapidez
o las prisas era para lo que no había tiempo.
La enorme escasez de viviendas que la ciudad
viene padeciendo, al menos, desde comienzos de siglo, es un
problema incuestionable, y que aparece como una constante en
todos los estudios urbanísticos que se vienen realizando sobre esas
fechas.
Desde entonces esa escasez de hogares no ha
hecho más que agravarse. Si nos detenemos a observar los datos
de población, podemos comprobar cómo la capital pasó de tener
aproximadamente 148.315 habitantes a principios de siglo, a cerca
de 548.072 en la década de los años setenta. Ello supone un índice
de crecimiento de aproximadamente 400.000 personas, muy
superior al conseguido por ciudades como Barcelona o Valencia,
como afirma González Dorado en: “Sevilla Centralidad Regional
y Organización Interna del Espacio Urbano”.
Las causas de este rápido y continuo proceso de
crecimiento parecen infiltrarse con claridad meridiana, si bien la
propia dinámica natural de la población afectó positivamente al
mismo proceso. El principal factor responsable de este aumento
demográfico fue la corriente inmigratoria detectada desde
principios de siglo hasta los años sesenta, momento en que no
solamente desaparece dicho flujo inmigratorio, sino que, incluso

El Barrio León
en esta fecha se inicia el proceso contrario, un proceso de
emigración.
Como era de esperar, aunque al parecer no
previsto, una gran parte de estos nuevos inmigrados se vieron
obligados a vivir en calidad de “recogidos” en hogares de familias
o amigos, con lo que el índice de saturación en casas ya de por sí
deterioradas o insalubres, aumentó considerablemente. La
situación de “recogidos” que en un principio se planteaba como
transitoria hasta poder conseguir una vivienda propia, o al menos
en condiciones dignas, parecía no tener solución, máxime si
pensamos que en estas circunstancias vinieron a establecerse a
Sevilla alrededor de 100.000 personas. Por otra parte, la
apremiante escasez de viviendas queda puesta de manifiesto en la
triste existencia, a fines de los años treinta al cincuenta, de una
muy alta cantidad de núcleos de población suburbial, faltos a
todas luces de unos mínimos servicios e infraestructuras
imprescindibles.
Aunque el lector pueda observar algunas
referencias de Triana y Sevilla en general dentro del contexto de
una obra dedicada exclusivamente al Barrio León, ello es debido a
que no se puede desgajar, ni concebir su historia sin la conexión
histórica habida con la ciudad.
De todas maneras, no he tratado de escribir la
historia del Barrio, sino dar a conocer lo que en buena y recordada
medida fueron sus difíciles comienzos y posterior evolución.
El Barrio León
LA TORRECILLA
(Convento, Huerta, Caserío)
Pocos datos se poseen acerca de aquellos tiempos
del esplendor monástico que hasta el primer cuarto del siglo XVIII,
disfrutaba la Comunidad de monjes Benedictinos en el Convento
de “La Torrecilla” en Triana. Fieles a la consigna de laboriosidad
de San Benito, su Fundador. Los monjes de su regla mejoraron los
procedimientos agrícolas y preservaron el arte y la literatura a
través de la Edad Media. La educación y la enseñanza figuraron
entre los fines más importantes de la Orden. San Benito, su Vida y
su Obra. Editorial Católica. Madrid 1954.
En esa época en la que en Triana florecen
conventos, ermitas y humilladeros, la Orden que ocupa el
Convento de “La Torrecilla”, es la conocida, al parecer –aunque no
documentado-, como la Comunidad de “Los Ermitaños del
Tardón”.
La reforma

El Barrio León
La arquitectura que conocemos hoy, es
posiblemente una construcción de reforma realizada sobre la vieja
estructura del antiguo Cenobio (Centro de estudios).
Recreación
Después de la restauración, la morfología de la
planta con su alzada, se nos presenta como el típico modelo de
caserón con finca de labor, conservándose desde siempre el cuerpo
de elegante torrecilla central que,
aunque carente de mecanismo interior
de campanas, conserva dispuesto en su
lado interior un reloj de Sol,
posiblemente incorporado a la torre
desde sus orígenes.
Sus patios de
respetables dimensiones, y en
los que sin duda, imaginamos
que los monjes se reunirían;
su alberca, ubicada en el lugar
que en la actualidad es esquina
de la calle Nuestra Señora de
El reloj
Interior
Recreación
El Barrio León
La Salud con calle Giralda, sus bien distribuidas naves y su huerta,
dan la impresión de un hermoso Cortijo de la Sevilla del XVIII
hasta nuestros días, pues después de acometerse la nueva reforma
en 1935, a esta edificación sólo le faltaba que el enclave hubiera
seguido siendo absolutamente Rural.
Ahogado en la cárcel Urbana, aun se puede
disfrutar de su esbeltez gracias a la anchura que por su frontal le
ofrece la actual Avenida de Coria. Convertido en un gran
Establecimiento Hostelero al público, así como ver que en su ala
Oeste está establecida la Casa Hermandad de San Gonzalo con
Almacén para la guarda y custodia de sus pasos y enseres en
general. Fue adquirido por Don Antonio Guerrero Camargo,
inaugurando en el 1990 el ya mencionado magnífico complejo
denominado “Mariscos Emilio”.
Es realmente una lástima que el Historiador
Justino Matute, como apunta Manuel Lauriño en su artículo para
la Revista de la Peña Cultural Los Ángeles, aporte tan pocas
noticias acerca de “La Torrecilla” en su magnífico “Aparato para
escribir la Historia de Triana”, y del que se desprende: “A la
manera que en los mapas geográficos, las ciudades más populares
sólo se representan en un solo punto, así la historia que se dedica a
contar las variaciones o sucesos de una gran ciudad o provincia,
El Proyecto

El Barrio León
sólo marca aquellos hechos más singulares, indicando apenas lo
que no lo son tanto, o bien los omite por impertinente o prolijos.
Esta consideración disculpa a los historiadores de Sevilla cuya
atención ocupada en cosas mayores, de las iglesias parroquiales
dijeron bien poco, habiendo entre ellas algunas de tal autoridad,
que necesitarían un libro para compendiar sus grandezas. Así
acontece que la de la Señora Santa Ana en Triana, pues cualquiera
que considere la total separación que esta Collación tiene de la
ciudad, lo particular de su situación, la parte que tuvo en la
conquista, la fortaleza de su Castillo, la nobleza de su Iglesia
Parroquial, su considerable vecindario, número de sus conventos e
institutos de Piedad, con otras particularidades que le ennoblecen,
advertirá que algo más hay que decir en lo que se haya escrito en
las historias de Sevilla”.
Evidentemente, siempre hay algo con que poder
enriquecer la historia misma, no obstante, a veces no siempre se
consigue encajar todas las piezas… De todas maneras y aunque la
finalidad de este trabajo no es ahondar en la Historia de Triana, sí
que creo interesante, al menos, recoger la escalofriante epidemia
de peste que asoló a Triana en 1.800, y cuya figura arquitectónica
de “La Torrecilla” fue, en cierta medida, puntal de apoyo para un
peso altamente abrumador.
Actual
El Barrio León
Se resume pues, en unas breves líneas cuanto
aconteció pues era tal el número de cadáveres que se había
reunido en las bóvedas de la Iglesia de Santa Ana, que se hizo
imposible poderlo soterrar con las debidas precauciones, de lo que
resultó un hedor pestilencial capaz de aumentar y acelerar las
desgracias que se padecían. Así fue necesario trasladar a su
Majestad Sacramentado a la Iglesia del Convento de San Jacinto, lo
que se ejecutó la noche del 27, conduciéndole bajo palio y en
devota procesión con asistencia de la Hermandad del Santísimo y
algunos pocos clérigos que aun estaban sanos, cantando el Punge
Lingua. En consecuencia se prohibió que, ningún cadáver se
enterrara en las iglesias de Triana; y en el Cortijo que llaman de
“La Torrecilla”, a la entrada del Camino de Tomares, se habilitó un
lugar en el que se abrieron zanjas que empezaron a tener uso con
el cadáver de Luis Palacios, vecino de Triana y Escribano Público
de Sevilla.
Luego que pudo respirar Triana, libre de tan
funesta calamidad, se trató de restituir a su Majestad Sacramental
a su Iglesia Parroquial, que se preparó con la oportuna
fumigación, cerrando las bocas de sus bóvedas con fábrica de
rosca; pero se dejó en uso el “cementerio” de “La Torrecilla”.
Queda perfectamente claro con este relato que, “La
Torrecilla” en aquella época había dejado de ser Convento para
pasar a ser de condición civil, y ello lo avala una Real Cédula de
Protocolo para la enajenación, en la que se manifiesta que, el 30 de
Abríl de 1725, el Capitán Don Alonso López de la Vega, por orden
del Mayor de Don Pedro de Castilla ________se hace cargo del
Convento y Caserío y Huerta de “La Torrecilla”.

El Barrio León
Aquél colectivo Monástico que hasta entonces
había ocupado el Convento, se fue desvaneciendo al ser trasladado
al Norte de la Península sus principales enseñantes, así como
algunos de los que se está en creencia pasaron a la Congregación
de San Mauro fundada cerca de París en 1618.
Al final de cada periodo y como es preceptivo a lo
largo de la historia de la Humanidad, el hombre fue dejándose,
por cuyo motivo, cuando a través del tiempo las ermitas y
conventos se fueron quedando abandonados, aparecieron en el
tejido de sus paredes encaladas aquellos grandes desconchados
que anuncian a los cuatro vientos el depauperado estado en que
quedan los edificios cuando son víctimas del más absoluto
abandono. Y ello sería lo que debió ocurrir con tan magnífica y
noble estampa solariega. Hoy nos congratulamos al ver la sencilla
al tiempo que majestuosa torre, con su fachada al completo,
salvada de la piqueta para deleite de propios y extraños.
La Torrecilla
El Barrio León
Qué duda cabe, que estas situaciones de abandono
no son duraderas. En este caso, la belleza de sus huertas, volvieron
a manifestar su fertilidad gracias a la riqueza que, en forma de
lluvia daba continuada vida aun a pesar de los parones sufridos en
el tiempo.
El primero de los empresarios hortelanos que
haría posible la reconversión del conjunto en extraordinaria casa
de Labranza, sería en el año de 1733, Don Baptista Plateboet,
vecino de esta ciudad de Sevilla, siendo asistido legalmente por
Don Luis María y Joseph, Notario del Colegio Oficial de Sevilla.
La segunda escritura que se realiza, se registra en
el año 1737, a nombre de la Señora Doña Manuela Sánchez Durán,
viuda del primero. Es asistida legalmente por el mismo Notario.
Reza un sello IV, de veinte maravedíes. Datos tomados del Libro
Primero. Títulos de Propiedad de la Huerta de “La Torrecilla”.
A principios del siglo XIX, se registra una nueva
escritura. Se trata de un apunte anexo que dice: “Don Pedro
López y Sánchez________ Maestro Agrimensor y Abogado_______
Academia Nacional de San Fernando y por orden de S. M. la
Reina, declaro que: Por orden del Señor Don Plácido Comisaña,
vecino de esta ciudad de Sevilla, pasé a la Huerta llamada de “La
Torrecilla”, que radica en este término y contigua al Tardón de
Triana, y habiendo hecho un exacto reconocimiento en todo el
Naranjal, árboles frutales, cipreses y álamos blancos, que contiene
dicha Huerta, le doy en precio y valor a todo lo que hay dentro de
su cerca de vallado incluso esta, en la cantidad de Doscientos
ochenta y cinco mil doscientos setenta Reales de Vellón, que es el
justo valor que tiene bajo mi leal saber y entender, sin agravio de
alguna parte, y para que conste donde convenga, doy la presente

El Barrio León
que firmo en esta ciudad de Sevilla a Veintidós de Octubre de Mil
ochocientos diez. Firma y rúbrica. Don Francisco Florencio de
Olazábal, a favor del Presbítero Don Antonio María Tolesano.
Cierra con fecha en número 22/10/1810. Parcial de datos tomados
del Libro Segundo. Títulos de Propiedad de la Huerta de “La
Torrecilla”.
A las espléndidas cosechas que la Vega de Triana
produce y a las que, posiblemente se refiere Justino Matute, en el
ya mencionado libro “Aparato para escribir la Historia de Triana y
de su Iglesia Parroquial”, podríamos anexionar las de esta Huerta
cuyo producto se reconoce como de muy alta calidad.
“La Torrecilla”, llegados a primeros del siglo XX,
se nos hace con esta cláusula de la última huella de una
Arquitectura que muy bien se podría calificar, por el Fuego del
Amor a nuestra tierra y costumbres, de estilo Trianero.
Yo, personalmente, puedo dar fe de su abandono
allá por los años Cincuenta,
época aquella en que
comenzó a perderse hasta el
Retablo que en su fachada
hacía homenaje a la
Santísima Virgen del Rosario.
Recuerdo con cierta
melancolía, ahora
desvanecida por la visión
actual, aquellos brotes de
jaramagos jugando a saltos
entre ventanales carentes del
más exiguo decoro, y patios
El retablo
El Barrio León
desnudos de sus más elementales y hermosas galas que antes
disfrutara.
El tiempo con su carga de humedades,
herrumbres, verdinas etc., no perdona ni tan siquiera ese mínimo
de años transcurridos desde que en 1935 se realizaron obras de
adecentamiento en el frontal, cubierta y parte del interior del
Caserón, y puedo dar fe de ese deterioro porque tuve el privilegio
de haber estado arriba en la torre.
Hoy podemos pasear por su
acerado deleitándonos con
la maravillosa vista de su
cambio, al tiempo que
nuestra memoria, tal vez sin
quererlo, nos lleve por los
aires de la nostálgia a
recordar aquellas historias
de “Marimantas y Mantequeros” entre los perfiles grises y
enmohecidos de sus muros y el
interior de sus hermosos
aunque, desde hace muchos
años, abandonados patios. Patios
que durante mucho tiempo
fueran utilizados para la oración,
la meditación y el recreo de
monjes, y más tarde de la prole
civil hortelana.
La Iglesia
El abandono

El Barrio León
E L B A R R I O
Su nombre primitivo fue “Barriada de León”.
Grupo de viviendas de clase obrera, en algunas construcciones
nada humildes al ser construidas por la picaresca de algunos
pudientes del centro de la ciudad que aprovecharon el momento
para lucrarse más tarde con la especulación –siempre la
especulación- y el alquiler. Nace como consecuencia de la alta
inmigración que se produce en la capital al amparo laboral que
ofrece la Exposición Iberoamericana que ce celebraría en Sevilla en
el año 1929. Esta inmigración se reparte entre las provincias de
Cádiz, Córdoba, Huelva, Jaén y Badajoz, y aun en mayor
proporción de la provincia de Sevilla, huyendo de los salarios de
hambre, así cómo del paro que se estaba viendo venir en razón de
una posible llegada de las primeras mecanizaciones del campo
Agrario Andaluz.
Sus primeros pobladores indirectos serán
profesionales de la construcción que ven en el proyecto buenas
ganancias gracias a sus conocimientos. La clase obrera con oficios
diversos como son la Albañilería, la Fontanería y la Electricidad,
también se distingue en la humildad de sus construcciones, ya que
sus viviendas se ven levantadas a base de grandes sacrificios, al
tiempo que utilizan materiales de derribos de aquellas casas que
en Sevilla están viviendo un periodo de rehabilitación para el
nacimiento de nuevas plantas con un corte en el que se aprecia un
mayor nivel de seguridad y comodidad. La prueba más evidente
es que en el Barrio se observan en algunas de sus edificaciones,
El Barrio León
entradas en cuyas cancelas de forja, el año que figura en sus
decorados herrajes, es anterior a 1900.
Una es de calle Regla Sanz, 24
con el año de 1.881, y otra en
Calle Angel Solanz, 4, fechada
en 1.885, aunque a la primera
se puede observar como le falta
el segundo 8.
Si con anterioridad he citado a algunos
constructores como la primera población que de manera indirecta
ocupa el Barrio, hay que decir que sus primeros y directos
habitantes pertenecen al personal de RENFE, llegados con motivo
de las muchas mejoras que habrían de realizarse en la Sevilla de la
expansión económica, así como guardias municipales, urbanos y
Cuerpo de la Policía Armada debido a la importante ampliación
de plantillas que se desarrollaron en estos cuerpos del Estado con
motivo de los acontecimientos que la ciudad comienza a planificar
en esa época.

El Barrio León
El propietario de los terrenos “Huerta de La
Torrecilla” es Don José León y León, natural de la localidad de
Palma del Río, Córdoba, y con domicilio habitual, por aquel
tiempo, en la Alameda de Hércules, número cuarenta y ocho de
Sevilla.
Corre el año 1918 y Don
José León compra la Huerta y
Caserío de “La Torrecilla” que, con
una extensión de entre 9 y 10
hectáreas le cuesta 75.000 pesetas.
Una parte del Haza pertenecía a
un miembro de la Familia
Mensaque. Al mismo tiempo estos
terrenos colindaban con los de la
Vda. de José Mensaque y Vera, y
con los de la Huerta del Rosario
propiedad de Bernardo Chaves.
A finales del año 1.922, el Sr. León pone un
anuncio en el que ofrece la venta de parcelas para la construcción
de viviendas con arreglo a un plan de Urbanización que, al parecer
no fue presentado con el fin de ser sometido a estudio por las
autoridades correspondientes. Esto le llevó a tener grandes
problemas de enfrentamiento no sólo con los primeros
compradores, sino con el Ayuntamiento y con el Gobierno Civil,
ya que inicialmente su pretensión era la de construir parcelas en
un total aproximado de 50.000 metros cuadrados, alrededor de
trescientas parcelas.
D. José León y León
El Barrio León
Con la manifestación verbal a los adquirentes de
que no tenían necesidad de pedir licencia para construir, ofrecía
las parcelas en las siguientes condiciones de venta: El solar a
edificar tendría, en principio, una superficie de única de 10 metros
de fachada, por 20 metros de fondo. Este era el modelo común,
aunque, que duda cabe, si algún interesado quería más metros
todo era cuestión de negociación. El precio total del modelo
ordinario era de 3.000 pesetas, por lo que salía a 15 pesetas el
metro cuadrado; abonadas en 150 semanas, a razón de 20 pesetas
semanales y una
fianza de, en el
momento de la
compra, 80 ptas.
En el capítulo de
compromisos por
parte del
adquirente figura
el que la parcela
ha de comenzar a
construirse antes
de finalizado el
primer año desde
su compra. Así
mismo y en el
supuesto que el
comprador dejara
de abonar seis
plazos seguidos,
perdería la
parcela así cómo todos sus derechos. Los naranjos de cada parcela
serán propiedad de José León, quedando de su dominio la cosecha
de los mismos. No se pueden abrir huecos, ni tomar luces más que
Plano original 1922 Parcelación

El Barrio León
para la fachada. No pueden abrirse zanjas en las parcelas con el fin
de extraer barro para hacer ladrillos. La Escritura será a cargo del
comprador el cual tendrá acceso a la parcela en el conocimiento de
que el Sr. León se reserva el derecho absoluto sobre todas las calles
y plaza. Para la ejecución de las obras vende el agua a pagar 10
pesetas mensuales por cada una de las parcelas, abonándose una
indemnización de 600 pesetas por el comprador en caso de ser éste
sorprendido tomando agua sin la debida autorización. A.M.S.
A.G.A. 1923.
Entre primeros del año 1923
y 1931, se producen por
parte de los propietarios un
sin fin de reclamaciones al
Sr. León. Al mismo tiempo
Don Valentín Servio, primer
vecino reconocido, en
calidad de Portavoz, Don Rafael Tudó y Don Rafael Bizcocho,
suplican mediante instancia al Alcalde que, sean excluidos del
impuesto que pudiera corresponderles de Arquitectura y arbitrios
municipales, toda vez que no cuentan con otros recursos que los
de su trabajo, y con ellos han de atender a sus familias.
Parcela 120
1.923
El Barrio León
Por orden de la Alcaldía, el Arquitecto Municipal
Don Francisco Morales en su visita a la Barriada, por cuyo nombre
“Huerta de La Torrecilla” también es conocida, informa que se
están construyendo un número considerable de edificaciones sin la
correspondiente Licencia Municipal, ni dirigidas las obras por
Perito o Aparejador alguno. Que hay ya muchas terminadas,
incluso algunas en arrendamiento, por lo que se insta al Sr. León
presente proyecto con los planos de Urbanización.
Planimetría

El Barrio León
En Marzo de 1924, por Don Francisco Escribano
Vega primero y Don José Sousa Catalán después, se funda y tiene
continuidad la “Sociedad de Propietarios la Torrecilla” con la
finalidad de defender las preocupantes irregularidades que se
vienen produciendo en contra de sus derechos, como son: La
instalación de la más elemental iluminación en la vía pública.
Acometidas de agua y alcantarillado, ya que se ven obligados a
hacer pozos para el abastecimiento de agua y pozos negros para
las necesidades fisiológicas aun a riesgo de los peligros que
pudieran acarrear debido a las filtraciones de ambos pozos en la
misma parcela, aunque reconocen que los pozos de agua tienen un
nivel de fluidez muy escaso.
Resuelve el Sr. Alcalde,
atendiendo el argumento del Sr.
León, el cual manifiesta que él no
edifica, que sólo vende las
parcelas, alegando que, todos los
servicios tienen que ser por
cuenta de los propietarios, según
el artículo 654 de las Ordenanzas
Municipales aprobadas en 1.924.
En el año 1.931, y en informe de la Comisión de
Obras Públicas, se recoge que, el Barrio está alcanzando grandes
proporciones, contabilizándose aproximadamente una población
de 1.600 habitantes, con un censo escolar de 180 niños y 230 niñas,
por lo que necesariamente hay que entender la urgencia de un
Colegio Nacional. A. M. S. A. G. A. O.P. 1.931/2.
En el Inventario Municipal: 1.925/1.958, números
43, 98, 106, se registran la pavimentación de la Barriada mediante
Parcela 78 1.923
El Barrio León
cuadrículas a base de mortero, la cual se realiza durante el
transcurrir del mes de Abríl del año 1.931, y finales de 1.933,
aprovechando que la Compañía de ingleses la “Water Works Cia.
Lda.” Instala en el Barrio el abastecimiento de agua, siendo la
actual calle Regla León la primera en hacer las delicias de la
chiquillería, cuando en una primera prueba dejaron durante un
buen rato, abierta la boca de reparto para el suministro montada
en la esquina de la citada calle con la transversal, denominada
años más tarde, Regla Sanz.
Será también por ese
principio de los años Treinta,
cuando queda debidamente
pavimentado el camino
antiguo a Tomares y San
Juan de Aznalfarache, el que
más tarde sería denominado
popularmente “La Carretera”
y en la actualidad, rotulado
con el nombre Avenida de
Coria. Comenzarían las obras en el mes de Marzo de 1.927, y a
partir de ese momento y con un firme empedrado enlazará a
Sevilla con los distintos pueblos: San Juan, Gelves, Coria y Puebla
del Río.
Hay que resaltar el que todo este tipo de obra
como es la pavimentación del Barrio en general, fue después de
mucho batallar por parte de la Junta de Propietarios de “La
Torrecilla”; un acuerdo tripartito entre la misma, el Ayuntamiento
y D. José León, el cual accedió a contribuir no sin conseguir de la
Comisión de la Alcaldía le concediera el que las calles estuvieran
rotuladas con los nombres de la familia León, así como la dispensa
El Agua

El Barrio León
en el pago de ciertos arbítrios e impuestos sobre una serie de
locales y almacenes de los que era propietario directo el Sr. León.
Los adoquines serían facilitados por el Ayuntamiento para la zona
de la Carretera, quedando las calles del Barrio de dominio público.
No obstante y como desde siempre ha sucedido, los vecinos
corrieron con la mayor parte de los gastos para la realización de
las calles.
Recién terminadas las obras de pavimentación
acometidas en el Barrio, coincidirán estas con el comienzo de otras,
tanto o más importantes, como son la construcción del
“Terraplén”, oficialmente: Muro de Defensa y Protección contra
las crecidas del río, y el cual estaba asistido por unos enormes
grupos de bombeo para el achique de las aguas cuando estas
producían tan grandes a la vez que graves arriadas. Las obras
quedarían finalizadas a mediados de 1.949, dejando un magnifico
enlace por carretera y que hoy vemos absolutamente enriquecido
por una extraordinaria Autovía.
Aunque en 1.925, el Sr. León ha aumentado el
precio del Metro Cuadrado para las últimas parcelas en 45 pesetas,
Según el Cuadro de Valoraciones de Terrenos del Exmo.
Ayuntamiento de Sevilla, se recoge en el Inventario de 1.937, con
el número 85 de Registro que, la Clasificación aplicada al Barrio
El Terraplén
La Carretera
El Barrio León
León en el año 1.933, alcanza el precio de 25 pesetas el metro
cuadrado, y una Clase 4ª en el marco del Grupo B. A nivel
catastral el Ayuntamiento se encontraría con algunos problemas
ya que visto el estudio de algunos proyectos de viviendas, estos, la
Comisión de Urbanismo no lograba entenderlos dada la calidad de
algunas construcciones para las que se solicitaba estuvieran libres
de determinados arbitrios dado
que según los peticionarios se
trataban de viviendas humildes.
Proyecto y solicitud
No nos resistimos, por aquello de conocer el nivel
de vida de la época, a resaltar o mejor sería decir, detallar algunos
de los precios que regían por aquellos años de 1.920/1.922 en el
capítulo de Alimentación, estos serían:

El Barrio León
Azúcar 2.90 Ptas. K.
Jamón Serrano 10.00 “
Garbanzos 0.75 “
Queso Manchego 5.00 “
Chorizo Extra 6.25 “
Carne de 1ª 6.00 “
Leche Condensada 1.50 “ la lata
Sevilla en la Vida Municipal 1.920/1991 J. Santotoribio.
NUCLEO INDUSTRIAL Y EMPRESARIAL
Apenas se están cerrando las primeras
edificaciones ya la inquietud Empresarial comienza a reinar en el
ambiente. Hay que tener en cuenta que, en 1.927 aun no están
definidas las calles, aunque es de reconocer que la Barriada ya está
prácticamente terminada. Todo se llegó a “arreglar” de forma
política por la cercanía de ese acontecimiento mundialmente
conocido como fuera la Exposición Iberoamericana.
La población con una muy positiva visión de
futuro va creando cierta firmeza cara al pensamiento Industrial. Y
debió de ser así ya que una de sus primeras tiendas terminadas
será de Comestibles propiedad de D. Angel Domínguez. Se abre al
público en la primavera del año 1.924, en calle Regla León número
Diez, aunque su primera casa Industria sin terminar en sus dos
El Barrio León
plantas, es la de D. José Valla Domínguez que, dedicada a
establecimiento de bebidas ya funcionaba el año anterior.
Entre las fechas de
1.925, y esta más cercana de
1980, en que estoy dando por
terminado este trabajo de
recuerdos y vivencias, se
llegan a registrar en el Barrio,
aun a pesar de sus reducidas
dimensiones, aproximada-
mente un centenar de
industrias de todo orden y
nivel. La riqueza familiar,
social e industrial de las
mismas sería interesante
relacionarlas una por una en
su mayoría, no obstante he
preferido exponer única y
exclusivamente, y a grandes rasgos su evolución general,
deteniéndome en las de mayor relevancia dada su capacidad
comercial cara al exterior así como cara al acercamiento popular y
sentimental del Barrio.
El sevillano Casa Matilde
1ª TiendaÁngel

El Barrio León
En este sentido, el Barrio ha tenido tiendas de toda
clase de artículos para su venta: Textil y Confección, zapaterías,
Alimentación, bebidas, peluquerías, tintorerías, ferreterías,
Construcción, farmacias, Estanco, pescaderías, verdulerías,
charcuterías, droguerías, Librería, Autoservicio (precursor este del
futuro Supermercado), panaderías, obradores…
En el capítulo de talleres, han existido los de:
Peinetas, mantones de Manila, Guarnicionería, pianos,
Carpintería, Mecánica de automóviles y motocicletas, Artes
Gráficas, aluminios, Cristalería, Platería, Relojería…
Primer Obrador Primera Frutería
Laboratorio
1ª Pescadería
Becerra
Esperanza
El Barrio León
No descartamos la importancia que tuvo el Barrio
en lo que se refiere a la enseñanza, pues a lo largo de estos años,
llegó a tener, entre diferentes niveles, alrededor de cinco colegios,
siendo los más conocidos: el Colegio de Doña Manuela y el de Don
Jerónimo, sin olvidar el primero de ellos que, en su casa particular
tenía Don José Solís Puchá, (si mal no recuerdo, me decía Manolita
Martín).
Ya en mayor volumen: Almacén de borras,
Carbón, Sal, Fibrocemento, Alimentación, cereales, vinos,
Construcción, aceitunas, maderas, Fontanería…
Doña Manuela
Srta. Manolita Lara
Obrador de Gavira

El Barrio León
También, y aunque a alguien le parezca extraño
que este Barrio tuviera tanta actividad industrial, hemos de
destacar sus fábricas, algunas importantes e internacionalmente
reconocidas como fuera: La de Tintas, mármoles, Manufactura del
Orozuz, Jabón, Losetas de Cemento, Paraguas, Muebles,
desinfectantes, caramelos…
En estos capítulos de variedad Industrial, no
podían faltar las vaquerías así cómo los colegios de los que se
llegan a contabilizar hasta cinco, sin contar, por supuesto, el
Colegio Público que, según decreto de la Alcaldía A.M.S. registro
172/1.936, y en el que se ordena por el Arquitecto Municipal, se
Fábrica de muebles
El incendio
El Barrio León
creen escuelas en los números cuatro, seis y ocho de la calle José
León Sanz. Nunca se pudo conseguir su cumplimiento aun a pesar
de que esas parcelas fueron cedidas “gratuitamente” por el Sr.
León al Ayuntamiento con esa finalidad. En la actualidad y aun a
pesar de las muchas reclamaciones efectuadas por el Barrio al
Ayuntamiento, esas parcelas fueron unificadas para ser ocupadas
por las oficinas y almacén de la empresa LIPASAN.
Con el número de Registro 146/1.936, se recoge en el
Inventario 1.925/1.958 A.M.S. de Ayuntamiento de Sevilla, la
cesión gratuita por D. José León al Ayuntamiento, de una parcela
en la calle José León Sanz, con la condición de que se haga en ella
una Escuela. En el año 1.939, y antes de que, como hemos citado se
la apropiara la empresa Municipal Lipasán, comenzó a servir tras
el fin de la guerra, como refugio para gente del Barrio y fuera de él
Fábrica de losetas
Lipasán
Almacén Sal y Cemento

El Barrio León
que se habría quedado sin vivienda y haber estado habitando con
familias que, al final se vieron obligadas a desalojarlos ante su
propia necesidad, o para aquellos que carecían de un lugar donde
poder quedar recogidos.
Será el año de 1.954 el que señale un cambio en la
trayectoria seguida por el Patronato de la Vivienda. En primer
lugar se aprobaría un Reglamente de Régimen Interior, con la
consiguiente modificación de sus estatutos. Por otra parte se
inscribe en el Registro Especial de Entidades Benéficas del
Instituto Nacional de la Vivienda, siendo a partir de entonces y en
colaboración con dicho Instituto, cuando realmente comienza a
incrementar su actividad Constructora. En esa Planificación se
realiza la Barriada de Los Pajaritos, y allí le son concedidas
viviendas a todos los refugiados que ocuparon esa parcela de la ya
mencionada calle José León Sanz, y otros que durante algún
tiempo estuvieron en la desmantelada Fábrica de Mármoles, la
Fábrica de Orozuz así como anterior a estas el Barrero de donde se
extraían grandes cantidades de barro para la realización de
muchos de los ladrillos con que fueron construidas las primeras
casas del Barrio; lugar este, al final de la calle Regla Sanz. Suerte
de terreno que hoy ocupa el núcleo de viviendas que construyera
la Cooperativa Triana.
Solar de fábricas
Cooperativa Triana
El Barrio León
Quien vivió aquellos años pudo tristemente
comprobar la diferencia existente entre la recién nacidas “Casas
Baratas”, y aquellas pobrezas de unos refugios y chabolas, cuyas
familias estaban separadas tan sólo por unos cordeles de los que
pendían unas sábanas o colchas viejas a modo de única
independencia e intimidad; intimidad que dejaba de serlo tanto en
cuanto que se apagaba la última lamparilla como única luz, estas
prendas habrían de servir de abrigo durante la noche.
Siguiendo con el apartado Industrial que nos
ocupaba, hemos de decir que el Barrio ha disfrutado y disfruta, en
las fechas en que vierto sobre el papel inquietudes, vivencias y
recuerdos, de: Obradores, Recreativos, Peñas Culturales, sin
olvidar a todos esos profesionales de la Pintura, la Orfebrería, el
Deporte, la Cerámica, la Literatura, la Torería, la Fotografía, el
Transporte, etc. etc., que hicieron y hacen que el Barrio haya sido,
a veces, eje de sanas ambiciones en casi todos los ámbitos de las
inquietudes humanas.
Luis Crux
Manolo Rincón

El Barrio León
Aunque no fueron los primeros establecidos en el
Barrio como se ha podido comprobar, el Caserón de “La
Torrecilla” estuvo ocupado por varias industrias tales cómo: la
Fábrica de Jabón,
un gran almacén
de Carbón
Vegetal, aunque
ya, anteriormente
se instaló en sus
dependencias una
Industria
Manufacturera de
la Borra que más
tarde deja de ser
rentable con la
llegada de los nuevos y modernos colchones de muelles.
Posteriormente, aquellas naves vuelven a ser ocupadas de nuevo,
en esta ocasión serían un Almacén de acabados de Fibrocemento,
de maderas en general, hasta que en los años de 1.986 a 1.990, se
convierten en el Establecimiento Hostelero ya citado, y la Casa
Hermandad de San Gonzalo, y en cuyo recinto, dedicado a
almacén y guarda de los pasos procesionales, se celebraban Cruces
de Mayo allá por los años 1.934. También recordamos que, en
pequeñas dependencias del Caserón se albergaron una vivienda,
una Peluquería, y en su planta baja y anexa a la puerta principal,
una Tabernita que, conocida como “La Torrecilla”, dio lugar no
sólo a frecuentes veladas de buenos aficionados al Cante
Flamenco, sino que con cierta asiduidad se celebraban Tertulias
Literarias a las que en ocasiones no faltaron poetas importantes de
la Generación del 27, acompañando a nuestro Insigne Juan Sierra
allá por los años cincuenta, y del que hablaremos más adelante.
El Barrio León
SITUACION GEOGRAFICA
El Barrio León está situado al NO de la ciudad.
Este a su vez linda por su N y separado por la Avenida de Coria
con la moderna Barriada de la Dársena, nombre que recibe de la
anterior construida para obreros por el entonces Alcalde Vázquez
Armero, y el cual ya había disfrutado de una anterior con su
nombre que, unificada a la aun más anterior Barriada de San José
(1.924), anexa al antiguo Camino de las Erillas y calle de la
Cohetería, actual calle de San Vicente Paúl. Siempre estuvieron
confundidas. La Dársena, más
conocida como “La Barriada”, se
inauguró en 1.933, para
desaparecer definitivamente en
el año 1.977. Tenía entonces una
población de aproximadamente
2.500 habitantes. Hemos de
reflejar que más que viviendas
se trataba de unos barracones de muy baja calidad que, más
parecía un albergue que un núcleo habitado.
Bda. San José

El Barrio León
Este solar fue donde un siglo antes estuviera
emplazado el Cementerio de San José, inaugurado en Marzo de
1.832, siendo Procurador de Sevilla el Marqués de Rivas, y
bendecido por el Párroco de Santa Ana. Su coste se elevó a la
cantidad de 130.286 reales. El sueldo del Oficial era de 10 reales, y
el de Peón 4 reales. Fue clausurado el día 23 de Enero del año
1.885, aunque dejó de tener uso 10 años antes. B.O. 178. Inventario
1.924/1926 Reg. 198/24 A.M.S.
Continuando con su frente N, y por el costado de
la Barriada de la Dársena, tiene al Asilo de Ancianos de la
Fundación Carrere, edificada y bendecida por el Cardenal Don
Pedro Segura en la Primavera de 1.944. Este inmenso solar fue
dejado a su fallecimiento, y para esta actividad, por el entonces
propietario de Hotel Inglaterra. Fue construido sobre los terrenos
del conocido por algunos como “Hoyo del muerto”, inmenso
socavón que se fue produciendo paulatinamente motivado por la
extracción de barro para los tejares entre finales del siglo XIX y
principios del XX. Al parecer, el nombre le viene a raíz de haberse
producido en dos noches consecutivas, sendos asaltos a personas
de bien con resultado de muerte. No obstante hay quien asegura
que en este lugar fueron enterrados algunos cadáveres en tiempos
en que la Peste asoló Triana. Este era también conocido como
Camino Bajo a las “Erillas”, según relato escuchado por el Vaquero
Lozano a su padre.
La Residencia
El Barrio León
Al S está situado con la actual Barriada de los
Ángeles, construida en el año 1.970, empleando parte del terreno
que, en forma de cuña pertenecía a la superficie de la antigua
Huerta de “La Torrecilla”, así cómo otra parte lindante con la
actual Avenida de Alvar Núñez, y cuyo terreno, perteneciente al
Cortijo de la Pepa, fue conocido como el “Hoyo de Cantito”, en el
Camino bajo de San Juan. Fue barranco y barrero cuya utilidad era
la extracción de barros de muy buena calidad para la Alfarería y la
Tejería de la época. Emilio Pozo “Candela”.
Por el E y teniendo como
frontera diagonal a la
citada Alvar Núñez, linda
con la Barriada de San
Gonzalo, más conocida
por todos como “El
Tardón”, nombre este
atribuido popularmente
porque, al parecer de algunos, se tardó mucho en construir las dos
fases de que se compone. No obstante estamos por la labor de
creer que este nombre es debido a que siendo la Avenida de Alvar
Núñez el Camino bajo a San Juan y en cuyo final existía en el siglo
XIX un “Portazgo” o “Fielato” en donde para entrar a la ciudad
había que pagar un impuesto establecido en razón de mercaderías
etc. el nombre que recibía este paso era conocido como “Paso de el
Tardón”. La mayor parte de este terreno colindante era el antiguo
Cortijo del “Aceitero”, deleite de la chiquillería entre los trigales,
amén de ese grano de Trigo que, llegado el momento y de manera
furtiva, entretenía el alborotado estómago de más de uno.
En la esquina de Alvar Núñez con la calle
Francisco Collantes de Terán, se encontraba hacia los años
Solar de Los Ángeles

El Barrio León
cuarenta otra Vaquería, en este caso la de Inocencio, teniendo
abierto al público un despacho para la venta de la leche en la calle
Regla León semiesquina con José León, y conocida como la
Lechería de Julia. Recordaba hace unos años Emilio “Candela”, en
su Almacén de aceitunas que, anteriormente fuera la Fábrica de
losetas de Cemento en la calle Dolores León, la imagen de
Inocencio y Julia, su mujer, saliendo de un establo con unos
becerritos recién nacidos, y en brazos de cada uno, durante la gran
arriada de 1.947.
En la otra esquina del
Barrio por su lado E
donde en la actualidad
está ubicado el
Mercado de San
Gonzalo, se comenzó a
construir un Hotel en
los tiempos de la
Exposición Iberoameri-
cana de Sevilla del año
1.929.
No se llegó a terminar quedando la construcción a medio
ejecutar, y sirviendo al final como refugio para trashumantes e
indigentes, además de un magnífico depósito para escombros y
basuras que duró hasta bien entrada la mitad de siglo. Fue
conocido popularmente y a modo de chusma como el “Hotel
Guitarra”.
En la parte delantera de aquella construcción, Don
Luis León y Aznar en el año 1.934, en unión de su hijo, montaría lo
que en aquel tiempo la juventud llamaba “La escalesita de los
Voladores”. Esta consistía en un carrusell de cuyos soportes
La arriada
El Barrio León
pendían unas cadenas a las que estaban sujetos unos asientos que,
cuando el aparato giraba, la fuerza centrífuga hacía que estos
saliesen como despedidos. En la actualidad la familia aun perdura
casi en el mismo lugar con un “Tiovivo” infantil.
Una anécdota más de las
muchas que enriquecen las
vivencias de este Barrio, es
que el hijo de D. Luis, se
llama José León León, por
haberse casado con una
prima suya, aunque en
conversación mantenida con
él, me dejó claro que no existe
ningún vínculo familiar con
el José León propietario de los terrenos de la Huerta de “La
Torrecilla”, y al que en aquella fecha de 1.934, le pidió permiso
para instalar el Carrusell, denegándole la solicitud con malos
modos. No influyó el que le manifestara que su hijo, allí presente,
se llamaba igual que él. Al final tuvo que intervenir el Sargento de
la Guardia Municipal del Distrito, el cual consiguió convencerlo.
En esa misma época y
en la misma esquina del actual
Ambulatorio “Amante Laffont”, donde
hacía un poco de giro el Tranvía en
dirección a calle San Jacinto, existió una
Venta que, con el nombre de: “Venta de los Pajaritos” tenía como
especialidad además de los “pajaritos fritos” (pimientos abiertos y
fritos), las tapas de Anguila. La tapa de Anguila frita será genuina
en la escasa Gastronomía del Barrio ya que en él había gran afición
a su pesca, tal vez por su cercanía con el río ya que por el lugar de
Los volaores
Actual

El Barrio León
“Las Erillas” y Pañoleta se daba muy bien su pesca dada su
riqueza, principalmente porque los aficionados eran hombres que
trabajaban en la extracción de arenas del río (areneros), en las
graveras instaladas en su orilla, o bien aquellos dedicados a las
huertas y a la producción de ladrillos en los muchos tejares o
ladrillares asentados en torno al río.
La Venta de “Los Pajaritos” era
propiedad de Francisco Jiménez, el
padre de aquél que, con el nombre
de Curro, militara en las filas del
Sevilla C.F. allá por la década de los
años cincuenta.
En su frente NE y en el
terreno conocido como el “Tardón”,
se edificaron las nuevas cocheras de
tranvías para los servicios de Triana y los diferentes pueblos como
fueran: Camas, Pañoleta, San Juan de Aznalfarache, Gelves, Coria
del Río y Puebla del Río.
Notas estas que se recogen
de una información
aparecida en el Diario El
Noticiero de fecha 16 de
Febrero de 1.929. En este
mismo año se instaló en el
Barrio, con el nombre de “La
Torrecilla”, según instancia
al Sr. Administrador de
Correos, un Buzón que se venía solicitando desde el año 1.925.
Esta demanda la recogía El Liberal, el 3 de Julio de 1.927, en cuya
noticia se daba apoyo a la petición ya que los vecinos del Barrio,
para poder enviar sus cartas, tenían que recurrir a algún conocido
Cochera de tranvías
El Barrio León
que fuera para el “centro, o esperar a que pasara el Tranvía y
pedirle el favor a su Conductor o a su Cobrador. Evidentemente,
sólo con las muchas anécdotas que genera la creación de un núcleo
Urbano de estas características, en época semejante, contadas por
sus vecinos, ya se podría hacer un librito de lo más curioso.
Definitivamente, en Pleno celebrado el 14 de Julio
de 1.959, se acuerda el rescate total de la flota de Tranvías de
Sevilla por parte del Ayuntamiento, entregando la Compañía todo
el material inventariado y de esta forma crear mejoras en el
Servicio de Transportes Urbanos. El 8 de Mayo de 1.960 circuló el
último Tranvía para desgracia de sus amantes, y el comenzar de
un moderno ataque a aquella pureza ambiental. Fue por aquellas
fechas que, comenzaron a circular los nuevos autobuses.
Será el Barrio León
uno de los núcleos de
población que más acusará la
eliminación de un medio
como el Tranvía, ya que su
servicio le tenía directamente
comunicado con el centro de
la ciudad a través de la “Línea
Magdalena-Barrio León”.
Tranvía con Jardinera La retirada
Ultimos tranvías
Primeros autobuses

El Barrio León
Además disfrutaba de una Línea que, cambiando en la
“Carretera”, le unía a los pueblos del Río, antes citados. Otra Línea
que no podrá olvidarse, al menos fácilmente, será aquella Línea
“B”, “Camas-Altozano-Barrio León”, y aquel Tranvía número 312
con Jardinera, sobre el que tengo entendido, se llevaron a Vigo
junto con otras unidades en la primavera del año 1.960. Aunque
justo es reconocer que, con los nuevos autobuses y su mucho más
extensa red se servicios le vendría muy bien a gran parte, sobre
todo, de la clase obrera, ya que en aquella época comenzaba a
disfrutar de su primer
billete de Trabajo.
La nota negra de
este medio de transporte
en el Barrio León, la
pondría el Tranvía número
175, de la Línea de Puebla del Río, el día 6 de Febrero de 1.933. La
noticia apareció en el Diario La Unión, en su edición de la noche.
En la misma se podía leer como la mencionada unidad había
alcanzado al joven de 14 años, Rafael Vargas Saavedra, dejándolo
completamente destrozado.
Continuando con la situación Geográfica del
Barrio hemos de decir que, en su lado O lindaba con los tejares y
Huerta de Nuestra Señora del Rosario, y “Venta de la Pava”,
propiedad esta, durante algún tiempo, aunque no hay mucha
certeza de ello, de Manolo Caracol y posiblemente Lola Flores, en
la época en que ambos estuvieron trabajando juntos. Esta
información que me llegó de un muy viejo amigo, Arenero por
cierto, siempre me dio la impresión de que fue debido a la
admiración que tenía por aquella folclórica pareja.
El Barrio León
A mediados de siglo y dadas las grandes arriadas,
se construyó el ya mencionado anteriormente, muro de contención
o defensa contra los desbordamientos del río, gracias al cual
Triana dejó de sufrir las caóticas avenidas de agua, si bien es
verdad que aquellos terrenos seguían inundándose, por lo que
unido al nombre de la Venta, aquella zona vino a ser denominada
con el actual nombre de “Charco de la Pava”. Estas inundaciones
causaban muchos daños no sólo a la Venta, sino que en la zona
existían algunos tejares, además de las huertas que quedaban
inundadas durante muchos días, sin olvidar la catástrofe que se
producía en la por entonces y muy humilde Barriada de “La
Barqueta” y el antiguo Camino a otra como era “Las Erillas”, 1.928.
En los años 80, comenzaron a
proyectarse y ejecutarse
como aparcamientos para la
futura Exposición Universal,
quedando expresado, según
cláusula del Ayuntamiento
de entonces, como uso
acogido al futuro Plan de la
Delegación de Deportes.
Derribo Venta de la Pava
Bdas. De la Barqueta y las Erillas inundadas

El Barrio León
CONFIGURACION DEL BARRIO
Retomando el hilo acerca de aquella Sociedad de
Propietarios que hubo de ser creada para la defensa de los
intereses de los vecinos en 1.924, el día 7 de Marzo de 1.933, y
después de un sinfín de instancias, reclamaciones y súplicas, Don
Luis García Pinto, Oficial Mayor en funciones de Secretario del
Exmo. Ayuntamiento de Sevilla, certifica que, en Pleno Municipal
del día 4 del mismo mes y mismo año, se ha aprobado toda la
documentación, proyecto, memoria y planos presentados en su día
por Don José León, para la construcción y urbanización de la
Barriada de León, en terrenos de la Huerta de “La Torrecilla”.
El Barrio León
El Barrio León
Como queda evidenciado de forma gráfica y por lo
dicho con anterioridad, en ese año de 1.933 ya estaba el Barrio tan
avanzado que, la configuración urbanística se encuentra tan
definida que hasta las calles primitivas tienen nombre, aunque
algunas cambiaron según memoria y planimetría, expuestas con
anterioridad, correspondientes entre el día 5 de Agosto de 1.926 y
el 2 de Junio de 1.928. En este sentido habría una Diagonal por
fuera de la actual calle Dolores León, en el terreno que más tarde
se construyen las “Casas Baratas” en el 1.938, y que se llamaría en
su primera y segunda mitad longitudinal: calle del Dr. León y Dr.
Arizmendi. El primero hermano del Sr. León, y Canónigo de la
Catedral de Jaén. El segundo, hermano de la esposa del Sr. León
en sus segundas nupcias.
La actual calle Dolores León, en su origen se llamó
Dolores León Sanz. Excepto el nombre de Avenida de Coria que, el
Ayuntamiento eligió para denominar el antiguo Camino de “Las
Erillas”, más tarde “La Carretera”, y las que se corresponden con
la parte nueva llamada popularmente “Las Casas Baratas” por
pertenecer al Patronato del mismo nombre, y auspiciadas por la
Obra Nacional, todas las calles restantes fueron nombres
reservados a la familia León o a personas de su máximo interés y
afinidad.
A petición de la Hermandad, en los años 60 se
aprobó por el Excmo. Ayuntamiento el cambio de calle Antigua,
por el actual nombre de Cristo del Soberano Poder, aunque a
comienzos de la década de los años 50, la Hermandad había
solicitado el cambio de nombre de la calle Llana, por lo que a
partir de aquella época pasaría a quedar rotulada con el nombre
de Nuestra Señora de la Salud.

El Barrio León
Hecho este inciso, y siguiendo con ese sentido
familiar de las calles, nos encontramos el nombre de calle José
León, el cual se refiere, evidentemente, al propietario de los
terrenos. Hemos de reseñar que, la elección de esta calle fue
debido, en cierta medida, a la amistad que le unía a Don Valentín
Servio. Este era uno de los primeros vecinos que llegaron al Barrio
y cuya casa sirvió cómo, digamos, “Casa Piloto” en calidad de
promoción; su casa es la que hace esquina con José León y Regla
León.
La conocida calle Regla
Sanz, y en cuyo número nueve
vió la luz por primera vez el
autor de esta obra, fue dedicada
a la esposa del Sr. León. Las
calles Regla León, Dolores León,
Plaza de Anita, se corresponden
con sus hijas, siendo Anita la más pequeña de todas. La calle José
León Sanz lleva el nombre del hijo que sería el que daría
continuidad a “La Torrecilla”, en calidad de Administrador, en
Valentín
Calle Estrecha
Calle Regla León
El Barrio León
unión de sus hermanas. La más desigual, al menos en anchura, es
la calle Enrique León, hermano de D. José León y fallecido en
accidente de Aviación.
Esta calle ha sido conocida desde siempre cómo
“Calle Estrecha”. El nombre de la calle María Ortiz, se corresponde
con la hija se la segunda esposa del Sr. León, y fruto de su primer
matrimonio. La calle cuyo nombre es Padre Maruri, se reservó a
un familiar que era Sacerdote Jesuita, y la conocida como calle del
General Martínez, es la que el Sr. León le brindó a un íntimo
amigo suyo, y que según manifestación personal en alguna de las
entrevistas con Doña Dolores León, el General aunque agradecido
opuso alguna resistencia a tal grado de distinción. La última calle
nombrada de Angel Solanz, fue dedicada al marido de la
anteriormente mencionada María Ortiz.
En cuanto a las calles que configuran la parte más
moderna del Barrio en su calidad de núcleo “Las Casas Baratas”,
son sus nombres: Nuestra Señora de la Salud (nombre primitivo
calle Llana), Plaza de San Gonzalo, tomado éste nombre del Santo
a quien se dedica la Iglesia en honor del General Queipo de Llanos
(Gonzalo), Azucena, Giralda, Clavel, Barbacana, Batán, y la
mencionada Cristo del Soberano Poder, anteriormente
denominada calle Antigua, sin olvidar la margen Izquierda de la
actual Dolores León, que le pertenece, al igual que su acera
Derecha corresponde a la parte vieja del Barrio. Todo un conjunto
de sensaciones para el olfato delicado cuando en la primavera es
paseado entre aromas de Azahar. Se rotularon las calles en 1.943.
En el año 1966, y a petición de los vecinos,
mediante instancia al Exmo. Ayuntamiento, se procede a la mejora
del pavimento y remodelación del acerado y el alumbrado

El Barrio León
público, aprovechando la ejecución de las obras para cambiar, en
su segunda fase, las viejas acacias por los actuales naranjos.
La reforma
LAS CASAS
En el Barrio León como en tantos barrios humildes
de tantas ciudades del mundo, muchas casas fueron levantadas a
base de elementos desechados de otras construcciones que fueron
llamadas a disfrutar de reformas y mejoras. En este sentido, lo que
en otro lugar era común, aquí se convierte en todo un lujo. Por este
motivo predominan las casas con zaguán y cancela, siendo este
una prolongación de la calle que, llegando hasta ella, en algunos
casos ofrece a través del calado encaje de su Herrería, la belleza y
sencillez de lo modesto. En otras se podrá apreciar desde la calle
que tras la cancela existe un mundo en el que la fuente, el azulejo
Vidriado y las plantas, están diciendo que allí mora gente con
mejores recursos económicos. También disfrutan muchas casas del
El Barrio León
Barrio, tanto de particulares como de vecinos, de hermosas puertas
en el zaguán, con arcos de medio punto y cristalerías de colores a
modo de cancela. En estos casos, el interior no se podrá ver desde
la calle, pero queda perfectamente compensado al poderse
apreciar la belleza de unas vidrieras cuyo efecto tornasolado se nos
antoja como el fruto del juego de un delicado rayo de luz emanado
desde el interior.
Las casas del Barrio, a lo largo de su existencia
han vivido y viven toda clase de transformaciones. Las
habitaciones “palomares”en las azoteas dando cobijo a un
increíble número de miembros de una misma familia…
La Cocina El Retrete
La vivienda

El Barrio León
Las casas de vecinos con únicos servicios comunes
y las cortinas a modo de puertas de paso, se fueron poco a poco y
afortunadamente, constituyéndose en reliquias de variados
recuerdos. Divisiones de cuartos, ampliaciones aprovechando
parte de las azoteas, patios y patinillos, y para los más
afortunados, derribo y construcción de nueva planta. Pero lo más
importante es que la casa en el Barrio, siempre fue campo de
cultivo para la convivencia, la solidaridad y la hospitalidad para
con el familiar, el vecino o el amigo. La casa de todos y para todo;
reuniones para la celebración de un convite en toma de dichos o de
bodas, de bautizos, comuniones y ese largo etc. propio de las
necesidades de la época.
Unas por otras, las viviendas de este
tipo de barriadas dada su sencillez nada
reñida con el buen gusto, que ello no depende del poder
adquisitivo, se habitan con pocos, pero perfectamente ubicados
muebles. Fotografías de los antepasados y algún que otro
momento estelar de la vida familiar, unos cuadros más buenos o
más malos pero, nunca imagen de estridencia, y escaleras de
Por las azoteas
El Zaguán
El Barrio León
altitos escalones para mayor personalidad, y con la que accedemos
a pasillos generales, particulares o principales de la misma casa, y
de los que partirá un nuevo tramo que nos llevará a la luz de un
estado en el que se recordarán noches de mucho calor sobre una
colchoneta y hasta sólo una especie de manto echado sobre el piso
aun caliente de esa azotea que, como su vecino de abajo el patio
tiene su carácter perfectamente definido.
No están las cubiertas de estas casas resueltas
horizontalmente como lo están en otras ciudades, o en las grandes
terrazas de los edificios más modernos, no, la azotea en el Barrio es
genuina de la sencillez sevillana; es como una habitación más en
unos casos, y como la antesala al aire libre para una serie de
dependencias en otros. En el mejor de los términos un destino
primoroso. En ella, entre barandas, pretiles y rincones estratégicos,
están las macetas. Se cuidan las flores, se tiende la colada al tiempo
que las mujeres desarrollan esa maravillosa labor de la confianza
entre los seres humanos cuando estos son bienavenidos. Se
resuelven problemas, se asesoran y aconsejan comportamientos a
la luz de las experiencias vividas por las más viejas, se libran
favores… Los más afortunados, desde su azotea manipularán el
toldo que, corriendo sobre la brillantez de unos alambres cubrirá el
espacio del patio que en verano será el bienestar de la casa y sus
moradores.
Ciertamente que la azotea es
pieza importante en la
construcción de este tipo de
casas y no una simple
cubierta como la de otras
muchas construcciones.
Como importante era ese rato
La Azotea

El Barrio León
pasado, al amor de la “camilla”, con un brasero de cisco en los
gratos días del invierno, o al paso de la noche veraniega al amparo
del frescor conservado en un búcaro de barro tipo Justino o
Rufino.
El Barrio que, sigue patrones sevillanos, no tiene
dos casa iguales, excepción hecha con las nuevas construcciones de
“Las Casas Baratas”, o aquellas que, por la década de los sesenta
se levantaron en su costado O, tienen sus casas formadas por
elementos que obedecen todos a contadísimos modelos, pero que
se agrupan de tan diversas maneras, que desaparece la monotonía
que esta repetición pudiera producir. Ahora las variadísimas
formas de los solares imponen soluciones tan diferentes que
producen los pintorescos efectos, sin contar esa otra consecuencia
causada en nuestros días ante la visión de nuevas y magníficas
fachadas, o la afortunada conservación de preciosos jardincillos en
calidad de una especie de atrio a la vivienda.
Casas con flores
El Barrio en su sencillez era como la Cenicienta
sevillana, aunque su construcción no tiene nada que envidiar a un
alto índice de la Arquitectura de su casco antiguo, principalmente,
por aquello de que disfruta también de fachadas a las que para
El Barrio León
poder apreciarlas hay que pasarse a la acera de enfrente. No
obstante, una de las pruebas que, en cierta medida, más evidencia
estas afirmaciones, la podemos observar no sólo en sus formas,
sino que también se aprecia en sus balcones, sus cierres o las ya
mencionadas cancelas de Forja, donde contemplamos modelos
antiguos como son los de: Gitanillas, Volutas y Eses atadas con
lazos a las barras redondas o de cuadradillo.
Ya con anterioridad, de forma gráfica, expusimos
algunos de los proyectos presentados para su aprobación al
Ayuntamiento en los inicios del Barrio, en lo que a un tipo
determinado de vivienda se refiere y que se hacía notar el término
de vivienda “humilde”. Lástima que muchos de ellos no se
llevaron a cabo porque la verdad es, que no tenían nada que
envidiar aquellos hombres de los años Veinte en lo tocante a
imaginación, creatividad y buen hacer, aunque a mi modo de
sentir, creo que se pasaron un “pelín”, sobre todo, tratándose
como se trataba de un núcleo de población eminentemente Obrero,
así como de una época tan dura en lo que a la “renta per capita”
nos referimos.
Los proyectos

El Barrio León
LAS CASAS BARATAS
Durante el periodo de la Guerra Civil, con la
presencia del General Queipo de Llano, y las correspondencias
políticas que, evidentemente, se desconocen, se decidió que el
Barrio León fuera el indicado para la construcción de una de las
primeras obras sociales que Don Gonzalo tenía en mente con el fin
de dejar constancia del buen hacer del nuevo régimen.
Elaborado el sistema y perfectamente proyectado,
se incluyó en la “Nueva Obra Nacional de construcción de casas
para obreros, huérfanos e impedidos de guerra”, el Plan y
ejecución de 146 viviendas de corte adosado con características de
“chalet”, ya que individualmente disfrutaban y en la actualidad
disfrutan, aunque no todos, por la cantidad de unidades
reformadas por sus antiguos o en muchas de las viviendas, nuevos
propietarios, de jardincillo delantero y magnífico, aunque
reducido porche en forma de arco, y que con el tiempo y algunas
necesidades de orden imperioso se han llegado a convertir en
cocheras. Hay que reseñar que no todo fue de color de rosas cómo
se proyectara cara a los obreros, huérfanos e impedidos, ya que
estos recibieron tan sólo dos o tres manzanas del total, quedando
la mayoría repartido entre funcionarios y oficiales del Ejército. El
precio para la primera entrega sería de 23 pesetas el metro
cuadrado, mientras que el resto se pagaría a razón de 100 pesetas
el metro cuadrado. Este solar perteneciente a la Huerta de “La
Torrecilla”, fue “donado” por Don José León a la Obra Nacional, si
bien por cada metro cuadrado, recibió una compensación de 7
El Barrio León
pesetas, lo que le supondría unos ingresos de aproximadamente
de diecisiete mil duros entre una cosa y otra, ya que la
configuración de la Barriada se ejecutó siguiendo el plano original
que el Sr. León tenía estudiado con el fin de seguir construyendo
en esa parte de la Huerta.
La construcción, de 90 metros cuadrados +, estaría
definida como de dos plantas, y cubierta de tejería árabe a tres y
cuatro aguas. En su interior disfrutan de Salón Comedor, Cocina-
despensa, Sala de Estar, Aseo, Lavadero y Patio. Todo ello en una
magnífica y bien cuidada Planta Baja. En la Planta alta, espléndida
balconada y ventanales que la favorecen con una luminosidad y
ventilación; tres dormitorios y Baño completo. Una auténtica
delicia, principalmente para aquellas familias que los disfrutaron
por primera vez y en época tan necesitada de una vivienda digna,
aunque a decir de muchos “demasiado lujo para aquellos años en
El Negocio

El Barrio León
los que, desgraciadamente, muchos españoles del Barrio León así
cómo del resto de Triana, tanto de izquierdas como de derechas,
no tenían donde pasar, mediana y dignamente, la noche”.
Las Casas Baratas
Así mismo se desconocen las causas del por qué
en las confluencias de las calles Llana, actual Nuestra Señora de la
Salud, con calle Batán, y calle Azucena con calle Barbacana, se
edificaron, con variación en el Plan original, unos bloques de
viviendas comunitarias guardando más o menos el mismo o
parecido estilo. ¿Recomendaciones “in extremis”? ¡Dos niveles
dentro del marco de la Vivienda de renta reducida? Sea como
fuere, el lugar elegido para la mencionada construcción sería la
parte E del Barrio, o lo que es lo mismo, la suerte de Huerta que
existía entre la actual calle Dolores León y la lindante con la actual
Avenida de Alvar Núñez. Avenida esta, pendiente aun desde
1.942, fecha en la que por el Exmo. Ayuntamiento de Sevilla se
dice: “Hay que estudiar la fórmula de darle una auténtica y
El Barrio León
armoniosa morfología urbanística”. (Cuarenta años después aun
estoy por que ello se haya realizado). Por su lado N lindaría con la
parte trasera del complejo edificio de la Huerta “La Torrecilla” y
por el S con la que más tarde vendría en ser llamada Barriada de
Los Ángeles.
Por razones que, aun se desconocen, aunque
también pudiera haberse debido a una coincidencia de fechas, se
puso la primera piedra el 8 de Diciembre de 1.937 (Día consagrado
a la Inmaculada).
Como dato llamativo
habrá de ser reseñado
el que recoge la
página 240 de la Obra
“Sevilla en la vida
Municipal”, y según
el cual “, “El día 9 de
Diciembre de 1.937, El
Cardenal Segura
procede a la Bendición
de los terrenos situados en la “Barriada León”, donde se va a
construir por iniciativa del General Queipo de Llano, y dentro de
su programa de construcción de casas baratas, un grupo de 146
viviendas destinadas a inválidos, empleados y obreros”.
La Maqueta
La primera piedra

El Barrio León
Pero no se detiene ahí la información generada por
este acontecimiento ya que en la página 188 del Diario ABC de
Sevilla, se reseña con una fotografía cómo en esa fecha el General
Queipo de Llano, visita una maquetación a tamaño real de las
casitas a construir en el Barrio León. En otra reseña escrita, se lee:
“En el Barrio León de Triana, se ha colocado la primera piedra de
una serie de casas para inválidos, obreros y empleados,
continuando así la admirable labor social emprendida por el
General Jefe del Ejercito del Sur. Se edificará también una Iglesia,
“donación” de la Empresa Constructora, bajo la advocación de San
Gonzalo como recuerdo al General Queipo de Llano.
Fue bendecida la obra comenzada por la
primera autoridad eclesiástica. El acto revistió gran solemnidad
asistiendo numerosísimo público el cual ovacionó al Glorioso
General.
La Bendición
Queipo
El Barrio León
A la Bendición que fue realizada bajo un carácter
de fiesta en el Barrio, asistieron el Doctor Arquitecto ejecutor de la
obra Don José María Ayxelá Tarrat, en unión del Constructor Don
José María Padró. El Presidente de la Gestora Municipal, el militar
Don Ramón de Carranza y Marqués de Sotohermoso, el
Gobernador Don Pedro Parias, el Presidente de la Diputación
Provincial de Sevilla Don Joaquín Benjumea, y un largo etc. de
autoridades que, cómo es natural, siempre acompañaban al
General en acontecimientos semejantes. Todos encabezados por el
Señor Cardenal y por el conocido popularmente como “Padre
Miguelito” Canónigo de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana.
El lugar estaba presidido por un gran altar
adornado con macetas y plantas así como flanqueado por
banderas nacionales y de Falange. Pancartas en las que en grandes
letras se leía: Viva Franco, Viva el General Queipo de Llano,
encontrándose otra aun de mayor tamaño, en la que se podía leer:
Viva España; ocupando esta el lugar de paso en dirección a las ya
establecidas calles del Barrio León; la elegida habría de ser la
central y que actualmente enlaza la Plaza de San Gonzalo con calle
Regla Sanz mediante la calle Clavel.
El acto fue amenizado con la presencia de las
bandas de música Municipal y de la FET y de la JONS, así cómo el
Batallón Infantil de las escuelas de San Jacinto, los cuales
desfilaron acompañando en formación a la destacada presencia del
Frente de Trabajo de la Falange, que lo hizo con picos y palas en
admirable espíritu y marcialidad.
Flechas y Pelayos

El Barrio León
Desde la Tribuna al efecto, y tras la Bendición del
terreno y la colocación de la primera piedra, tomó la palabra el
General Queipo de Llano. A continuación lo harían el Coronel
Auditor, el General Don Francisco Bohórquez, Director de la obra,
el Párroco de Santa Ana en su nombre y en el del Cardenal que
hubo de ausentarse debido a otros compromisos y deberes,
cerrando el turno de discursos la Señorita Manolita Martín, (de
mantilla) miembro de la por entonces Peña Cultural, en
representación del Barrio. La Señorita Martín iba acompañando a
la hija del General Queipo de Llano, que también asistió al acto.
Al final, aplausos, aclamaciones, los himnos de la
Falange y España con el consiguiente saludo a brazo alzado, para
terminar con lo que el Barrio consideró su Verbena, y para la que
se había organizado por la mencionada Peña Cultural Española,
carreras de cintas, en Bicicleta, carreras de sacos así como Baile y
una gran Tina con agua donde los mozos participantes habrían de
coger una manzana con la boca, y sin hacer uso de las manos para
obtener el premio ofrecido.
El plano
El Barrio León
Las obras de “Las Casas Baratas” durarían
aproximadamente tres años no sin sufrir algunos retrasos debidos
a los problemas que les acarrearon, durante ese periodo de tiempo
los estragos propios de la Guerra Civil.
La Barriada quedaría felizmente terminada y
entregada en la primavera del año 1.940. La Barriada “Las Casas
Baratas” como fueran conocidas en Sevilla todas las construcciones
realizadas bajo el patronazgo de su misma titulación (Patronato de
casas baratas), en el caso que nos ocupa, desde sus orígenes
presentó y presenta, ahora ya con las reformas urbanísticas que
disfrutan gracias al esfuerzo de la Asociación de Vecinos del
Barrio León, un aspecto envidiable en todos sus órdenes. Su
trazado cómodo, tanto para el tránsito peatonal como rodado, su
tranquilidad, su luminosidad por ser la morfología de niveles
horizontales bajos, hacen de esta parte un lugar en el que al igual
que todo el conjunto del Barrio, el mundanal ruido brille por su
ausencia. Todo ello en armoniosa conjunción con el aroma de los
naranjos durante todo el año, y la simetría de sus calles (gracias Sr.
León por tan magnifica visión urbanística), hicieron posible el que
la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), lo eligiera
La construcción

El Barrio León
para que sus afiliados, primero acompañados por un Monitor y
más tarde solos, se ejercieran en ese difícil aprendizaje de caminar
sin ayuda.
Carente de comercios, oficinas o talleres, a
excepción de una Peluquería allá por los años setenta, instalada en
la calle Clavel, así como en la actualidad algún que otro negocio
dedicado a Pastelería, Cafetería, Estanco, Flores, en la margen
asomada a la Avenida de Alvar Núñez, y el Almacén de aceitunas,
antigua Fábrica de losetas de la que al parecer era propietario el Sr.
León, el cual consiguió, para sus fabricados, hacer un pozo-noria
de donde extraía suficiente agua. Esta parcela está ubicada en la
orilla izquierda de la calle Dolores León. El resto es vivienda,
aunque ya y en un porcentaje bastante elevado, los actuales
propietarios le han ido despojando de aquel sabor original que,
como dije en otro apartado, se respiraba al principio. De todas
formas, la evolución a todos los niveles hace que los seres
humanos busquemos siempre una mejor calidad de vida…
En el Barrio León, cómo en cualquier otro núcleo
de población, las reformas siempre estuvieron a la orden del día,
fuera la época que fuere, sobre todo cuando a la nueva casa se
El Barrio León
llega con una carga familiar superior, a la que esta es capaz de dar
cobijo en cualquier tipo de construcción.
Un servicio del que el Barrio León adolece, como
tantos otros de similares características, y hasta la Sevilla misma,
según recoge una reseña de la página 279 de la obra, “Sevilla en la
Vida Municipal”, es el Alumbrado. En esos años de la década de
los Treinta, el Alumbrado Público de Gas se está sustituyendo
paulatinamente por el Eléctrico, por lo que no sólo las familias sino
hasta el mismo Ayuntamiento trabaja afanosamente buscando el
resultado más efectivo acopiando material después de un estudio
ante ofertas por parte de las diferentes Suministradoras.
En general, el problema estriba en que en aquellas
calles en las que se ha llevado ya la sustitución y por causa de la

El Barrio León
aún escasez de fluido, la oscuridad es casi total, por lo que el
Ayuntamiento pide a los ciudadanos dejen las ventanas de sus
casas así como las puertas de la calle abiertas con objeto de que la
luz de ellas se refleje hacia fuera y poder transitar por la noche.
En aquel año de 1.937, y una vez estabilizado,
comercialmente, el Movimiento Nacional, algunos de los precios
con que contaba la sufrida ama de casa eran estos:
Pescadilla 2.10 pesetas K.
Acedías 3.15 “
Sardinas 1.15 “
Tomates 0.30 “
Patatas 0.45 “
Limones 7.00 “
Uvas 0.50 “
Sandía 0.50 “
Como dicen algunos en ese vano intento de
enmascarar la verdad “la necesidad obliga”, también por esa
fecha, como es “natural” aparece la, mal llamada, en este caso,
“picaresca humana”. En esta época se sufre lo indecible por culpa
de este mal, ello lo recoge perfectamente un apartado que, con el
título de Subsistencia, se encuentra en la página de información
número 266 “Sevilla en la Vida Municipal”, y en la que se puede
El Barrio León
apreciar cómo ya en Junio de 1.939, la falta de alimentos se fue
haciendo notar entre la ciudadanía, por lo que el Gobierno Civil se
tuvo que emplear a fondo para evitar que los vivos sacaran tajada
de la situación.
El Servicio del Laboratorio Municipal se empleaba
a fondo por lo que eran muchos los comerciantes multados por
adulterar productos tales como: el vino, la mantequilla que la
mezclaban con sustancias grasas coloreadas artificialmente, el café
que lo mezclaban con malta vendiéndolo como café solo, la
pimienta molida que la mezclaban con féculas, y el pan, que lo
fabricaban con toda clase de harinas extrañas. En cuanto a la leche,
era adulterada empleando procedimientos de lo más repugnante
ya que era mezclada con orina para poder así alcanzar la densidad
exigida para su comercialización y venta…
Es una época aquella en la que las
reestructuraciones y reformas a todos los niveles, resaltan en los
diferentes ámbitos de la Sociedad de Consumo. En ese mismo año,
la Autoridad competente pondrá en marcha una nueva modalidad
en las entradas a los espectáculos. Así y en los que se refiere a los
Taurinos celebrados en la Real Maestranza, el de la Festividad de
la Virgen de los Reyes, en cuyo cartel figuran: Pepe Mejías,
Bienvenida, Rafael Vega, Gitanillo de Triana y Pepe Luis
Vázquez, que tomaría la Alternativa, y en cuyo cartel también
intervendría el Picador Curro Chaves, el precio de la localidad
quedaría establecido de la siguiente manera:
“Una cantidad para la Empresa. Una cantidad para la
Contribución e Impuestos. Cinco por ciento para la Protección a
Menores. Quince por ciento para el Subsidio al Combatiente”.

El Barrio León
El total de la localidad sería pues el resultado de la suma
de los cuatro apartados. Nota: Sólo estarán exentos de pago los
niños de pecho.
Retomando el capítulo “NUCLEO INDUSTRIAL Y
EMPRESARIAL”, y cumpliendo debidamente con lo prometido en
él, haremos seguidamente una exposición de algunas de las
Industrias y Empresas más relevantes o importantes asentadas en
el Barrio desde sus comienzos.
VENTA “VILLAPEZCUEZO”.
En la actual Avenida de Coria, antiguo Camino a
Tomares, en aquella época, y en el lugar que hoy ocupa la Peña
Rociera y siguiente, existió entre los años 1.924 y 1.932, una Venta
con el nombre de “Villapezcuezo”.
El nombre le viene dado por
la cantidad de gente que intentaba,
consiguiéndolo en muchas ocasiones,
mitigar su hambre a expensas del
propietario. En ella se daban comidas
a los obreros de la construcción del
Barrio. Más tarde, en el año 1927, el
Sr. Roque, propietario, ilusionado
con una idea que le proporciona el
Torero, ya retirado, y venido a
menos, Enrique Vargas “Minuto”, y
que en ese tiempo estaba recogido
por la familia Lozano, cuya Vaquería se encontraba al final de la
actual calle Angel Solanz en su margen izquierda, por el lugar que
hoy ocupa la Barriada de Los Ángeles, y aprovechando la
profundidad y anchura de su solar, por la ocupación de varias
El Barrio León
parcelas, monta una Placita de Toros de respetables dimensiones,
contando con tres burladeros. Fue construida por un tal Eleuterio,
de San Juan de Aznalfarache, y en ella estuvo formada una Escuela
Taurina dirigida por “Minuto”, hasta que la Venta cerró por
quiebra, quedando de ella una coplilla que decía:
Bárrio León, la Taberna,
grande que no cabe más,
tiene una Plaza de Toros
que le coge to el Corral.
¡Ay, Roque de mi alma!
ya te lo decía yo.
esa Placita de Toros
va a ser tu perdición
En la actual calle José León Sanz, y a la altura del
número 4 existió hacia los años 40, una Carbonería conocida por la
de “Luisa y Alfredo”, personas de excepcional simpatía, y cuyo
hijo de ambos también de nombre Alfredo sería Picador de Toros.
Recreación La Carbonería
(ant. El Toril)

El Barrio León
Anterior a ella, el lugar era ocupado por unas dependencias del
solar de la Venta, y por donde tenían entrada, al único Toril de
doble cuerpo, los novillos que “Minuto” traía para la Placita de
Roque.
Enrique Vargas González “Minuto”, nació en
Sevilla el 21 de Diciembre de 1.870. Habiendo debutado en la Real
Maestranza Sevillana en 1.885, tomó la Alternativa en Madrid con
“El Gallo” por Padrino el día
30 de Noviembre de 1.891, y
quedando confirmado el 17 de
Mayo de 1.892, cediéndole el toro
el famoso “Lagartijo”, y
acompañado por otro famoso: “El
Espartero”. Poco duró su afamada trayectoria pues su retirada
sería definitiva y en condiciones no muy óptimas, el día 22 de
Octubre de 1.900. Mucho debió sentir el Sr. Roque la muerte de
“Minuto” sucedida el 20 de Junio de 1.930 en Triana.
La familia de Lozano (José Lozano Jiménez), a la
que me he referido anteriormente, poseía una Vaquería que fuera
de sus padres a principios de siglo ya que le compraron a la
“Minuto”
El Barrio León
familia León a finales de 1.918, una suerte de tierra para la cría de
ganado. Con estos datos y con los que se desprenden de los que
figuran en las escrituras otorgadas por la Compañía Mercantil
“Promotora de Construcciones Los Ángeles, S. A.”, a los
compradores de pisos y locales en la Barriada del mismo nombre,
se puede apreciar hasta donde llegaba la inmensa “Huerta de La
Torrecilla”. Aquella venta se realizó con un precio acordado
previamente entre ambas familias, a razón de 5 pesetas el metro
cuadrado.
A excepción del pozo que tenía el Jardín de la
casa-vivienda de Don José León, el único otro pozo de toda la
Huerta estaba en la propiedad de la Familia Lozano, por ello,
cuando comienzan a llegar los primeros compradores de parcelas
dispuestos a construir, él también pone su agua en venta,
cobrando 5 pesetas al mes con un límite de cubos para el consumo
diario. Asimismo, la venta de la leche comienza a realizarla entre
los nuevos residentes, vendiéndola al precio de 40 céntimos el
litro. En la imagen se puede apreciar a Lozano y su hija, con la
Vaca que en el año 1.950, le compraría a Don Felipe González,
padre del que fuera Presidente del Gobierno, el cual y por aquellas
fechas era dueño de una importante Vaquería en la cercana
Bellavista. Obsérvese que aun no
se ha comenzado a levantar la
Barriada de Los Ángeles. Las
obras que se ven al fondo se
corresponden con las de la
Barriada de San Gonzalo
(Tardón) y la Barriada de El
Carmen.
Me comentaba un día: “Con esta Vaca, y a diferencia de las otras
que he comprado me siento, algo así, como más importe”.

El Barrio León
LA FÁBRICA DE OROZUZ.
Hasta el año 1.948, en que desapareció por falta de
material prima, tuvo gran actividad en un solar al final de la actual
calle Regla Sanz, en su margen derecha, y desde el siglo pasado
Tejar de Don Manuel Carriedo, una Industria dedicada a la
manufacturación de la raíz del Orozuz, más conocido como
“Paloduz” o Regaliz.
Hacían recolección de raíces en el Cortijo del
Aceitero, la Vega y en las cotas bajas del “Terraplén”, lindante con
las huertas a todo el largo de la actual Autovía de enlace con San
Juan de Aznalfarache. Una vez realizada la manipulación
(limpieza, selección y desmenuce), se enviaba a las Industrias Tur
de Zaragoza, quien lo exportaba a Francia e Italia entre otros,
aunque su principal comercio lo encontraban, dada su calidad
muy superior a la de la Mancha, Aragón y otros puntos de
Andalucía, en los Estados Unidos, concretamente con las
Industrias KAMEL, ya que con el Orozuz se produce a nivel
tabaquero un producto denominado “salsa” con el que se le da
sabor al Tabaco en su modalidad de cigarrillos. En opinión de Don
Mauricio Tur, prefería las raíces de Orozuz de esta tierra trianera
por ser, a su juicio, la mejor encontrada hasta entonces.
La producción fue en decadencia cuando las
tierras fueron absorbidas por las dedicadas al cultivo de cereales, y
más tarde a la creación de núcleos urbanos.
Durante esa década de los años Cuarenta pagaban
la recogida de las raíces a 15 céntimos el Kilo. Ello servía de ayuda
a algunos jóvenes, ya que la empresa admitía la cantidad aceptable
que de forma particular pudieran recoger.
El Barrio León
Hoy día, continua existiendo una Fábrica
semejante en la localidad de Cabaña de Ebro (Zaragoza) la cual
sigue manipulando la raíz de Orozuz, al tiempo que, entre otros
productos, sigue fabricando la entrañable barrita “Zara” nombre
escogido, por cierto, de las dos primeras sílabas de la capital
Aragonesa.
LA FÁBRICA DE TINTAS “ONIX”.
En plena guerra civil cayeron algunas bombas, por
no decir bastantes, en el Barrio. Una de ellas causó grandes
destrozos en la Fábrica de Tintas que, con el nombre de ONIX,
existía en el número 3 de la calle José León.
Considerada a nivel nacional como la de mejor
producción y calidad en Negro, se vió obligada en el año 1.939,
tras su imposible recuperación, a trasladarse a una nave situada en
terrenos del Patrocinio con fachada a la antigua carretera Sevilla-
Huelva, de donde más tarde, al parecer, desapareció con motivo
de la reforma que Obras Públicas realizó para la Exposición
Universal de 1.992.

El Barrio León
Según Don Ramón Torné Santamaría, Jefe de
Administración de Tintas ONIX, la materia prima la traían de una
de nuestras colonias en Guinea, gracias a un intercambio con la
exportación de aceitunas desde sus almacenes ubicados en la
cercana localidad de Dos Hermanas en Sevilla. La Fábrica
pertenecía a Don Guillermo Serra Pickman, siendo, al parecer, su
principal accionista la Señora Marquesa de Ibarra.
LA FÁBRICA DE MUEBLES.
En la misma calle José León números 1 y 3, pero en
el año 1.959, se estableció una gran Empresa dedicada a la
fabricación y diseño de muebles y Decoración de Interiores, con el
nombre de BAÑOS VACCARO. La nave dedicada a la fabricación
fue la misma que ocupara años atrás TINTAS ONIX,
encontrándose con la coincidencia de que esta Empresa también
hubo de cerrar trasladándose a un Polígono Industrial de la
carretera Sevilla-Utrera, por haberse declarado un voraz incendio
el día 22 de Julio de 1.980, dejándolo todo destruido, así cómo
seriamente dañadas parte de algunas viviendas colindante. Los
materiales almacenados como plástico, resinas, y barnices
incendiados, dieron lugar a que el Barrio y durante unas largas y
agobiantes horas se encontrara envuelto en una espesa nube negra
que por causa de un leve viento del O, y cubriendo “La Casas
Baratas”, llegaría hasta las altas azoteas del la Barriada de San
Gonzalo (Tardón). La imagen espeluznante del incendio ya la
dejamos anteriormente expuesta gráficamente en algunas
imágenes anteriores.
El Barrio León
Las calamidades sufridas durante la Guerra Civil
Española, dejaron honda y dolorosa huella en el Barrio León
debido a su proximidad con la Base Aérea de Tablada, la cual se
vió acosada por incesantes bombardeos. Algunas de las bombas
lanzadas con un desgraciado cálculo erróneo, al final de 1.937,
vinieron a caer sobre este núcleo de población. Una de las más
importantes, por su gravedad, fue la que aconteciera al caer en el
interior de una casa de la calle José León; la casa conocida como la
del “Teniente”. La bomba estalló en los lavaderos cuando en ellos
se encontraba una Señora mayor con su hijo y su nieto, los cuales
perecieron en el acto.
En la misma calle José León (que desgracia de
calle), y en la puerta de la Familia Gavira, (propietarios del
Obrador), cuya casa fuera con anterioridad de la Familia Parra,
otra bomba acabó con la vida de uno de sus hijos que se
encontraba jugando.
Verdaderamente fue castigado el Barrio. Paca
Díaz, la hija del Capataz como fuera conocido su padre en el
Barrio, recordaba cómo en aquellas fechas y durante la
construcción de las “Casas Baratas”, de cuyas obras junto con las
de la Iglesia de San Gonzalo su padre era el Encargado, una
bomba cayó en la zona que hoy es confluencia de la calle Azucena
con calle Clavel. Allí se encontraban trabajando en una zanja dos
hijos de una Familia que era conocida como la de “Los ojos”, los
cuales quedaron destrozados.
También en la Plaza de Anita se vivirían momentos de angustia
cuando una de las bombas le arrancaba una de sus piernas a una
mujer, mientras que otra bomba cercana hacía que perdiera la vida
otra mujer que, vecina del Patrocinio y conocida como: “Dolores la

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