Este documento contiene un poema de Santiago Martín Moreno titulado "Triana" que describe la ciudad de Triana a través de varias oraciones. También incluye un prólogo escrito por Loreto Mora Jiménez para el libro de poemas de Santiago Martín Moreno titulado "De Triana al Orbe". En el prólogo, Loreto Mora describe la sensibilidad poética de Santiago Martín y algunos de los poemas incluidos en su libro.
2. De Triana al Orbe
LA MUSA Y EL AUTOR
MUSA. Gracias por llamarme; Gracias por acordarte de mí,
y sacarme de este letargo del que hace ya bastante tiempo nadie
invoca mi presencia.
¿Acaso tú sabes a que puede ser debido el haber
estado tanto tiempo prisionera en las sombras del abandono?
Muchas noches, me preguntaba: ¿Dónde estarán? Y
me respondía yo misma, como queriendo encontrar una razón que
amortiguara este dolor que, a veces, me consume... “Es que ahora
no te llaman porque están entregados a otros menesteres en
los que, al parecer, tú no eres necesaria”
También he llegado a pensar: ¿”Me estaré haciendo
vieja”? Pero no, eso no debe ser pues aún me siento joven, y lo
que es mejor, me siento romántica, aunque triste pero,
primaveral... ¡Ah! Quizás sea eso; Es posible que se haya perdido
ya el romanticismo... No, no lo creo, porque en el alma de los
poetas permanentemente anida la Primavera, y siempre habrá
alguna pluma en espera de mi aparición después de su llamada
pero, claro ¡si no me llaman...!
AUTOR.- Nada de eso, mi querida Musa; Ni estás vieja, ni
pasada. Lo que ocurre es que hay tantos intereses para montar
una obra, que sólo con el olor de la materia ya gira la rueda sin
necesidad de ti, sin tiempo para llamarte y mucho menos para
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3. Santiago Martín Moreno
esperarte...
Desgraciadamente ya los artistas de ahora no realizan
lo que sienten, sino aquello que les encargan aunque,
afortunadamente, aun quedan algunos bohemios... ¡Pero no te
preocupes, yo siempre te llamaré... te necesito...
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4. De Triana al Orbe
P R Ó L O G O
La vida en ocasiones suele jugar con los seres humanos de una
manera un tanto macabra. Me explico. Hace un año
aproximadamente, al interesarme por un amigo que hacía tiempo
no sabía nada de él, me anunciaron la fatalidad de su
fallecimiento. Me quedé perpleja. Al tiempo, no dudé de la
autenticidad de las fuentes al llegarme a través de personas que
lo conocían. Como puede imaginar el lector me llevé varios días
con pesadumbre, pues la persona en cuestión era admirada por
mí por su calidad poética, su sentido del humor y su humanidad.
Pasaron los meses y, un buen día, una llamada telefónica me
deja más confundida aún: ¡mi amigo había resucitado! Increíble,
pero cierto. Como yo lo había enterrado y bien enterrado, casi
estuve a punto de desmayarme al oír su voz a través del hilo
telefónico. Una vez recuperada de la estupenda noticia, le
pregunté: “Oye, Santiago, ¿cómo lo has conseguido?; hombre,
para intentarlo yo también algún día”. Se echó a reír con esa
sonrisa suya tan personal y socarrona, al tiempo que respondía,
que de morirse nada que aún le quedaba bastante por escribir. Y
me alegré por ello, deshecho el mal entendido, y bromas aparte,
mi amigo el poeta trianero Santiago Martín, me expuso el motivo
de su llamada. Acababa de finalizar un poemario y me otorgada
el inmenso honor de que lo prologase. Sin dilación acepté
encantada, aunque por ese tiempo estaba viviendo unos
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5. Santiago Martín Moreno
momentos de escasa inspiración, y con sinceridad, me ha
costado llevar este texto a buen puerto, pues cuando las musas
dicen que las dejen en paz, es muy difícil de contradecir su
voluntad. No obstante, creo haberlo conseguido.
Para mí Santiago Martín, además de ser un excelente poeta, es
un extraordinario pregonero. Ha pregonado en diversas
ocasiones la Semana Santa. El primer pregón que yo tuve el
honor de escucharle fue en verso desde la primera línea hasta la
última, siendo para mí una novedad plausible; después han venido
otros, pero para la que escribe él será siempre el primero en
dicha modalidad. Es un privilegio ser poeta, y Santiago lo es pero
con mayúscula, de los que nunca mueren. Ya lo escribió Zoé
Valdés en su libro “Lobas de mar”: “La poesía salvará al mundo”. Y
la poesía de Santiago lo ha salvado a él.
El buen poeta suele tocar todos los palos, sobre todo si conoce
las formas. Y nuestro poeta trianero las conoce sobradamente.
Por tanto, se permite sonetos, romances, décimas, acrósticos y,
lo más difícil, el verso libre (métrica para mí inalcanzable). Ya lo
dejó en su testamento Dulce María Loynaz: “Todo aquel que sea
capaz de escribir un soneto, podrá escribir la poesía que quiera y
como quiera”. Dicha frase es la consolidación del poeta. Y en
este último poemario, Santiago Martín hace realidad la máxima
de la poeta cubana.
La sensibilidad y empatía de nuestro vate trianero es tan
profunda y sentida que todos los acontecimientos cotidianos no
le pasan desapercibido; todo lo que conforma y da sentido a la
vida de cualquier persona lo impulsa a plasmarlo en el papel, por
ello ha titulado muy acertadamente su nuevo libro De Triana al
orbe. En él ha volcado toda su visión subjetiva del mundo que nos
ha tocado vivir. Poemas escritos desde el corazón al inolvidable
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6. De Triana al Orbe
Gabriel García Márquez; al maltratado Rompesuelas; al bello
pueblo de Higuera de la Sierra; a la luna de Parasceves. Uno de
los que más me han emocionado el dedicado al pequeño tullido,
que si a él lo dejó acongojado nada más verlo, el nudo en la
garganta de la persona que lo lee es inevitable, como el dedicado
a su amigo enfermo de cáncer, donde cada palabra llora porque
esa maldita enfermedad no tiene compasión por nadie; esas
puestas de sol trianera tan diferente del resto de la ciudad
donde para el poeta cobra matices diferentes. En fin, todos y
cada uno de los poemas de una sensibilidad y un cariño extremo.
De hecho, deja al lector con buen sabor de boca y con ganas de
que nuestro poeta redivivo –al menos para mí- no deje la pluma
bajo ningún concepto debido a que su sensibilidad llega a todo el
mundo, y personas como él con esa personalidad poética debe
tener prohibido morirse.
Así, amigo lector, ponte a leer sin dilación este estupendo
poemario porque si no lo haces, te arrepentirás.
LORETO MORA JIMÉNEZ.
Poetisa: Premio Ateneo Hispalense
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7. Santiago Martín Moreno
TRIANA
Triana, la de la zapata y sus puentes.
Triana, la de un millar de miradores.
Triana, la de los patios con sus flores.
Triana, la de aguas transparentes.
Triana, la de pensares soñadores.
Triana, la de la Soleá y cantaores.
Triana, la de unos aires penitentes.
Triana, la de las fraguas y sudores.
Triana, la de los engaños sin pudores.
Triana, la de los corrales y sus gentes.
Triana, la de la diáspora y horrores.
Triana, la de cien quejíos y dolores.
Triana, la de la ceguera inconsciente.
Triana, la de plebeyos y señores.
Triana, la del amor y los desamores.
Triana, la del abandono permanente.
Triana, la de inocencia y candores.
Triana, la de los aciertos y errores.
Triana, la de una vida diferente.
Triana, la de engomados doctores.
Triana, la de los hombres creadores.
Triana, la de la gracia reverente.
Triana, la de los ojos seductores.
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8. De Triana al Orbe
Triana, la de una orilla sin favores.
Triana, la de siempre complaciente.
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9. Santiago Martín Moreno
A LA ESPERA
¡Hace tiempo que no tengo
la voz escrita de ella!
¿Será porque aquella estrella
que a algunos le dan la vida,
a ella de forma inconsciente
le está nublando la mente
y dejándola vencida?
¿Será porque las preocupaciones
que nos inquietan a veces,
y cual depredadores peces
que en rodares de existencias
poco a poco van mermando,
no quisiera que apagando
la fuerza que demostró
en anteriores estadios,
dejara dormir sus labios
en líneas mecanografiadas?
Que el canasto de quimeras
que siempre llenó de gracia,
ahora se encuentre vacío,
y vana su vida entera;
Por eso es que no quisiera,
que aquel bravo desafío
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10. De Triana al Orbe
se pierda con el estío
u otro Otoño cualquiera.
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11. Santiago Martín Moreno
ELEGÍA POR ROMPESUELAS
¿Por qué se ensañan contigo
si no has hecho daño alguno?
¿Por qué el terrible castigo
de verte así lanceado,
cuando no eres enemigo
de ése hombre enajenado,
que en el campo es tu amigo,
y en Tordecillas es malvado
al clavarte mil cuchillos
hasta verte asesinado
de un modo tan corrompido,
y todo por ser un astado
al que nadie le ha querido
tratar con mimo y cuidado?
De pétalos blancos, encendidos,
y por un sendero adornado,
te hubiera llevado vestido
hasta aquel lugar soñado
donde escuchar tus bramidos,
y esos trotes sin desmayo
que alegran los verdes ejidos,
las dehesas y sus prados.
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12. De Triana al Orbe
EL NIÑO TULLIDO
Entre Santa María
y Santa Ana
eché mano del pañuelo,
no porque no hubieran campanas
allá por el Turruñuelo,
sino porque aquél ángel
en su pedestal de cielo,
me llenó de desconsuelo
al ver que ya no se oía
la música que salía
de un instrumento echo duelo,
pues se encontraban partías
las cuerdas y el clavijero
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13. Santiago Martín Moreno
además de lo esencial,
como sería nombrar:
su brazo izquierdo
y una pierna;
De verdad que era tan tierna
la imagen que yo veía,
que regresé al mediodía
llorosa mi alma paterna,
mientras él me sonreía.
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14. De Triana al Orbe
EL NAZARENO
Y el Hombre iba despacio;
Despacio, como si no andara,
y hasta el aire por el río
le castigaba la cara
llenando de escalofríos
la Bondad de su mirada.
Cuánta dureza en su andar;
Y que duro el corazón
que viendo ese caminar
no se llena de pasión
y corre para ayudar,
cuando ya no puede más,
a Éste Señor de la O.
El Cielo Azul de Sevilla
de Rojo pinto la Pena
en la calle de Castilla,
y un olor a Hierbabuena
inundó las dos orillas,
cuando cruzaba sencilla
Ésa Estampa Nazarena.
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15. Santiago Martín Moreno
Canastilla perfumada
y de hermosos lirios llena,
porta la Imagen Morada
bajo la tarde serena...
Porque es Morada su ausencia de delirio.
Y es Morada de Dolor su tez Morena.
Y es Morada la llama de su cirio.
Y es Morada la noche con su pena.
Y es Morada la hoja de su Lirio.
Y es Morada la Sangre de sus venas.
Y es Morada la Cruz de su martirio.
Y es Morada su ropa Nazarena.
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16. De Triana al Orbe
SE FUERON LOS CARNAVALES
(Cádiz 2014)
Para mi amigo
Luis,
Comparsista de
lujo.
Un año más, gaditano,
se fueron tus carnavales,
ubérrimos, universales,
como se fue aquel aroma
que llegó de tu caleta
sobre las alas nerviosas
de una última cuarteta.
Y se acabaron los sones
sublimes del punteado,
de los golpes de la caja
del tañer de los platillos,
cómplices de un estribillo
que por mucho repetir,
quisiera ser repetido
hasta que dejando oír
aquel último silbido
que brotara en tu sentir,
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17. Santiago Martín Moreno
y así más tarde morir
bajo un mar de papelillos.
Ahora, un año más, gaditanos,
se fueron los carnavales...
La alegría de las niñas,
la de los nuevos chavales
que llegados de la Viña,
del Pópulo, de San Juan,
del Balón o de Puntales,
arrasando cual cabales
viejos troveros porteños,
y hacer realidad su sueño
sobre las tablas de un Falla,
donde el carnaval estuvo
con aires tan entregados
que salieron encantados
hasta los más pesimistas,
y es que al son de los cajistas,
de bombos y de guitarras
cantaron cual mil cigarras
que con voces de tenores,
en segunda o en tercera,
nacieron las primaveras
en una tacita plena
donde la vida se llena
de esa perfecta octavilla
que junto al pito de caña,
hace llorar a esa España
que se acerca hasta esa orilla.
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18. De Triana al Orbe
Chirigoteros, coristas,
cuarteteros, comparsistas,
compositores, letristas,
postulantes y trovistas:
cantadle al mundo que sois
para el mundo, esos artistas
que cuando llega Febrero,
ya no hay quien se resista
a mendigar esa copliya
con que matar el gusanillo,
mientras llega aquella hora
en que toda la ilusión
puesta en las semifinales
con ese gran corazón,
principio, fin y razón
de los más grandes cabales,
y que en Andalucía son
dueños de los carnavales.
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19. Santiago Martín Moreno
DE SEVILLA A HIGUERA
Entre Sevilla y la Higuera
hay un Arroyo por medio
con puente en la carretera.
Es pequeño, un encanto,
dificultoso en su andar,
pero sin ningún quebranto.
Antes de llegar a él
hay que pasar El garrobo,
un pueblo hecho de miel.
Allí la colmena tiene
un estupendo lugar
que a la abeja le conviene.
Pero, antes de llegar,
encontramos Puerto Blanco,
éste se habrá de cruzar.
Igual que Las Pajanosas,
que la dejamos atrás
y a otra cosa...
Ah, sí, al salir de la ciudad
está la villa de Camas
que habremos de atravesar.
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20. De Triana al Orbe
Pero, ¿qué forma de relatar
éste camino hasta Higuera
desde tan gran capital?
¿A dónde dejas Valdeflores
con su calle principal,
única entre las mejores...?
Corren los años setenta,
y cuan variada está,
cuando toda polvorienta
ya se vino a transformar
en estupenda autovía
que pudimos celebrar,
aunque no el camino entero,
tan sólo hasta la mitad,
cosa que es de agradecer
pues disfrutar esa belleza
no se podía perder.
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21. Santiago Martín Moreno
CABALLERO OLIVO
Eres perfil todavía
Como tu Sol andaluz,
Que goza aún de la vida
Con las sonrisas en cruz.
No te sientes fatigado
Cuando te cuajas de espumas,
De tantos años chapado
Y mecidos en tu cuna.
Sigues siendo aquél soldado
Al pie de sus añoranzas,
Que recuerda su pasado
Mientras la chicharra canta.
Nunca en tu mirada enojo
Que hasta los cielos levantas
Cuando buscas de reojo
El regusto de la manta.
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22. De Triana al Orbe
Tu porte de caballero
Da quietud en la verdad,
Siempre serás compañero
Del viento y del anidar.
Duermes poco en el otoño
Pensando en la primavera
Cómo a los nuevos retoños
Se les hace larga espera.
Sabes guardar el secreto
Cuando decaen tus fuerzas,
Soportando el crudo invierno
Que te hiela hasta las venas.
De nuevo estás en el alba…
Ya vienen los vareaores.
¡Ea…! Se acabó la calma
Y te vuelven los temblores.
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24. De Triana al Orbe
ACRÓSTICO
En el barrio de Triana
La luz se hizo alborada.
Bellos naranjales fueron
Antes de ser barriada;
Razones esperanzadas
Rifaban en sus linderos
Ilusión tan deseada
Ofrecida a los obreros.
León su nombre sería
El de aquella Torrecilla,
Obelisco y fantasía
Nacida entre dos orillas.
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25. Santiago Martín Moreno
ABANDONO
Tristeza y desesperanza
nos embarga el corazón
ante la amarga visión
de una razón que no alcanza
a comprender la alianza
con esa forma de estar;
siempre acunando quimeras
cuando, quieras o no quieras,
ellas pasarán felices,
porque el papel de su vida
en su calidad de actrices,
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26. De Triana al Orbe
será enganchar sin medida
a unas almas infelices
que así no hallarán salida.
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27. Santiago Martín Moreno
BANDERITAS
¿Quién me dijo esta semana
que ya no visten al puente
con banderitas gitanas...?
tampoco, dice la gente,
ni aquellas republicanas,
porque se dieron de frente
entre chumbos y avellanas
con esta que está caliente,
y pidiendo que mañana
la veamos de repente
allá arriba en la mesana,
con el calor que se siente
propio de todas las ganas
que otro pueblo diferente,
y lleno de energías sanas,
acabe con esta doliente
plaga que solo derrama
tanta pobreza latente,
tanta roña en su soflama
como esa tan ineficiente
plática que perdió la fama
al mostrar aquellos dientes,
y no dejar ni a la grama
prosperar humildemente.
¡Ya me gustaría mañana
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28. De Triana al Orbe
ver ondear en el puente
banderas republicanas!
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29. Santiago Martín Moreno
GANAS DE VIDA
Cuesta trabajo nacer
cuando los seres humanos
no quieren verme crecer.
Pero a mí ya me da igual,
no me importa si me cuidan
o me dejan de cuidar.
Yo tengo mi entendimiento,
y aunque no lo quieran ver
sé que algunos sentimientos
en mí si pueden creer,
pues soy tan hija de Dios
como cualquier ser humano.
¿Por qué entonces la razón
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30. De Triana al Orbe
de darme aquel puntapié
que me llega al corazón?
Como puedes contemplar:
No necesito ni tierra
para poder germinar,
me basta y sobra que alguien
de mi se quiera acordar;
y en echándome un chorrito
de agua a su voluntad,
salgo y vivo como quiero,
como yo digo, sin más.
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31. Santiago Martín Moreno
LA VELÁ DE SANTA ANA
Siempre fue la de Santiago
y luego Señá Sant´Ana...
Sin embargo, hoy en Triana
no sé quien tiene interés
en que deje de tener
el patrón de la nación
su nombre en ese renglón
propio de nuestra Velá;
menester mirar, investigar
quien podrá ser el pendón
que escondido en un rincón,
y un acecho de justicia,
quiero pensar sin malicia,
rebaje al mayor de los santos,
en tanto mayor, más cuanto
que en España es el primero,
y por eso es que yo quiero
firmemente averiguar,
tras de esto, que podrá estar,
si ello no da beneficios,
o acaso si fuera de oficio
este tan sutil mangoneo
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32. De Triana al Orbe
de: me lo llevo porque creo
que es lo mejor pa mi tierra,
cuando la verdad que encierra
es descabalgar a fulano,
a ésta y otra, o zutano,
del caballo de esa raza
que tanto a Triana enzarza
sin ton ni son en bandeja,
y así son luego las quejas
de la mitad de este barrio
cuando pregunta a diario...
¿Dónde está la moraleja?
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33. Santiago Martín Moreno
LA PALOMA
A mi madre
Sólo pudo una Paloma
Dar vida a aquel Palomar;
Llegó volando del “Cillo”,
Haciéndolo muy especial.
Atravesó sierra y monte
Para en Sevilla anidar
Dando vida, sangre y honra
Sin tan siquiera pensar
Que por esa entrega y lucha
Pudieran recompensar.
El esfuerzo sobrehumano
De unas alas de verdad,
Para ella son principio
De Sacrificio y Bondad.
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34. De Triana al Orbe
De Amor pintaron sus plumas
Con el color de la mar,
Y en su pico las espumas
Blancas como el Azahar,
Bañaron de Amor un nido
Que fue su mundo, y no más.
Con la temprana alborada
Salta a su mente un refrán:
“Si madrugas, Dios te ayuda”
¡Mas la ayuda no vendrá!
Y en su fuerza, como un Roble
Que el viento prueba a doblar
Se yergue sobre sus senos
Y da vida al Palomar.
Un pichoncito pequeño,
Que nunca pudo volar,
Truncó aquel primer sueño,
Quebró su Felicidad.
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35. Santiago Martín Moreno
Pasan por ella los tiempos,
Y un coraje, que nunca le faltará
Lo agita como bandera
Y reanuda el caminar,
Dando vida a nueva sangre
Que a ella la hará sangrar.
Nuevas alitas se agitan
Pidiendo migas de pan
Alrededor de una Hembra
Que siempre pendiente está.
En un tiempo a esa Paloma,
De tanto y tanto “guardar”
La llamaron la “Leona”
Jamás lo podré olvidar;
¡Lo llevo grabado a fuego
Con el fuego de su Amar!
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36. De Triana al Orbe
Siempre las alas abiertas
Para al mundo cobijar.
Cuánto “palomo ¡Dios mío!
Pasó por el Palomar…
Bandadas que aquellas puertas
Ella abrió de par en par.
A ninguno faltó nada,
Y quien la recuerda a ella ya.
De aquellas ruedas pesadas
Que su tierra surcarán,
Cubre con Amor la huella
Para a nadie lastimar.
Aquello que ella esperaba
Le llegó sin avisar.
Se le fueron los pichones.
Volaron del Palomar.
Ellos en sus corazones
Saben cómo es cada cual…
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37. Santiago Martín Moreno
Por aquellos días su cariño
Dentro de mi Alma derramó,
Lo sintió mi condición de niño,
Y aun lo siento de mayor,
Pues noto como corre por mis venas
El cálido ruego de su Amor.
También yo volé en mi locura
Abandonando aquella idea prometida,
No apartarme de Ti ni tu Ternura,
Y te dejé en lo más triste sumergida.
Aunque me separé, Madre de tu vida,
Con los ojos de aquél tiempo mírame,
Si mi marcha fue la causa de tu herida
Sólo me queda tu Perdón… ¡Perdóname!
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38. De Triana al Orbe
SEISCIENTOS
Apenas cumplidos los veinticinco
y ya teníamos nuestro Seiscientos.
Lo compramos de segunda mano.
Era de color Azul intenso, aunque
decidimos que fuera Blanco.
¡Qué pequeño cuando aparcado
a la puerta de casa nos quedamos
observándolo desde el balcón!
Afortunadamente estábamos viviendo
una época en la que aún el vandalismo
no se había hecho presente. Este dato
algo halagüeño lo proporcionaron
uno de estos estudiosos dedicados
a mostrarnos la sociedad del futuro.
Y digo lo de época afortunada
porque nuestro bonito “Churrete”,
como así lo bautizamos entonces
dado su estado un tanto desolador
por aquello de los múltiples bollos,
desteñidos y magulladuras...
era descapotable; Sí, descapotable.
Con una capota de las deportivas
y de la que nunca pudimos imaginar
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39. Santiago Martín Moreno
que duraría aquellos cinco años
que lo tuvimos tras haberle cambiado
aquel color azul por un Blanco,
y en el que el polvo apenas si se notaba.
Tenía sus cosillas como era natural,
según decía mi padre, un mecánico
de los de antes: “Cogía un atornillador
con el mango de madera, se lo ponía
en el oído, aplicaba la punta al motor,
y te decía donde estaba la dolencia”.
Él fue el que nos sacó del primero
y más grave de los apuros
que sufrimos por culpa de los escasos
ahorros de aquella época:
Se le había quedado pisada
una de las válvulas, sólo una,
pero que fastidio siendo Sábado.
Esa semana se acabó “La Higuerita”,
pero vendrían otras, y otras más,
y así mientras él envejecía
Matalascañas crecía y crecía...
Aquellas décadas disfrutamos
de la más envidiable intimidad,
en unas playas verdaderamente
vírgenes y por las que llegábamos
hasta “Torre del Oro” o “San Jacinto”
sin encontrarnos con nadie.
Y por allí presumía nuestro
“Churrete” como si fuera uno
de esos Buguies todo terreno,
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40. De Triana al Orbe
que entonces pudimos contemplar
por primera vez con el nacimiento
de la Televisión Nacional,
eso sí, en blanco y negro aún.
En ocasiones, sufría calenturas
pero, no importaba, también
para él llevábamos una garrafita
con su agua fresca, y nada más verla
se ponía de un contento que parecía
hacer el carrillón como mi gata.
Pero la vida que no perdona,
hizo que nos pensáramos
en cambiarlo; ya no daba más de sí,
por lo que siguiendo el consejo
de nuestro mecánico particular,
aceptamos el ofrecimiento
de un conocido de confianza.
Y así fue que un nuevo Seiscientos
de un color blanco inmaculado
se hizo un hueco en nuestras vidas.
Aunque me cueste decirlo:
éste ya era otra cosa: Temperatura
controlada mediante reloj
al igual que el aceite, y lo mejor:
que éste no se calentaba.
Ya en aquella época de los setenta
comenzamos a realizar más largos
y duros viajes por Andalucía.
También salimos a Extremadura
aunque de ahí no pasamos.
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41. Santiago Martín Moreno
Podríamos haber ido más lejos
después de aquel atrevimiento
viéndolo subir nada menos
que aquella terrible cuesta
conocida como la “Media fanega”.
Y aun habrá quien se pregunte:
¿A que tanta historia? ¡Un Seiscientos!
No. Un Seiscientos, no. Poesía.
Nuestros “Churretes” eran Poesía,
romanticismo en el más sentimental
de los términos aplicados, a quien
con espíritu de gran gama,
funcionalidad a prueba de examen,
alma de Quijote plena de aventuras,
y una armadura vestida de pulidas,
niqueladas y útiles protecciones,
nos hicieron sentir, vivir y disfrutar
hasta ese extremo en el que recordar
aquella época de caminos terrosos,
aun nos siguen deleitando
cuando ¡oh, nostalgia! acudimos
a contemplar el desfile anual
que celebran los amigos del Seiscientos.
¡Lástima no haber podido conservarlo!
Pero, es que para él no disponíamos
de una habitación apropiada.
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42. De Triana al Orbe
GABRIEL GARCÍA MARQUEZ
Para Asunción.
Fue un Jueves Santo,
tan distinto a los demás
que nadie podía esperar
que algo así lo enturbiara;
Más se conjuró la hora
en que la nota llegara
para decir que Gabito,
aquél al que tanto admirara
se me fuera esa mañana
para escribir otra historia
que la utopía alcanzara,
y decirnos en una nana
que tenerle en la memoria
es lo que más deseara.
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43. Santiago Martín Moreno
LUNA DE PARASCEVE
A Marcos Cañada.
¡Ay, Luna de Parasceve!
¿Por qué no roneaste Luna
allá por Jerusalén
como lo haces en Triana
y que te sale tan bien?
Hubiera sido distinto
si aquella preparación
a una Pascua diferente,
la hubiera hecho mi gente
con otra planificación;
Haciendo Trianear tu luz:
por San Gonzalo, Chapina,
por San Jacinto, Pureza,
y a pesar de la tristeza
que se aprecia por Castilla,
todas aquellas chiquillas
que allí nunca encontrarás
aunque tengan sólo Una
que vale por las demás;
Créeme que no es lo mismo
si tu luz llena estas calles,
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44. De Triana al Orbe
en ellas, con mil detalles
difíciles de imaginar,
siempre podrás comprobar
que hasta esa luz resplandece,
y hasta la nubes parecen
que aquí nos quieren decir,
que derraman lagrimitas
cual palomas de Maíz.
¡Te espero el año que viene¡
¡Te lo pido como amigo!
Y si no puedes venir,
las nubes que he visto aquí,
¡Por favor, vayan contigo!
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45. Santiago Martín Moreno
LUCEROS
Para Agustín Pérez
Hay una Yunta de bueyes
paciendo en mi corazón;
es un par de sentimientos
que rumian mis pensamientos
triturando una pasión,
intuiciones que, desnudas,
me dejan el alma muda
cuando los siento a los dos
en el pradal de mi pecho,
prado donde los helechos
no están para alimentar,
y sí para ornamentar
un sitial de mil cojines,
y que un cantar de serafines
los duerman cuando yo duermo,
arrullándolos cual niños,
y en mis sueños, el cariño
que siento por esos bueyes
los veo como a esos reyes
que carecen de ambiciones,
que no buscan pleitesía,
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46. De Triana al Orbe
aunque si me gustaría
que tanta terneza junta
en el fondo de mis ojos,
se conviertan en hinojos
frescos como el pastizal,
alegres como la mar,
brillantes como los trigos,
y en su fulgor, dos amigos
que nunca dejen de estar.
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47. Santiago Martín Moreno
ME GUSTARÍA,
PERO NO PUEDO.
No puedo dar solución
a todos los problemas de la vida,
como tampoco responder
a todas las dudas y miedos;
Pero puedo escuchar y compartir
todas aquellas preocupaciones
que os afligen a diario.
Me gustaría cambiar
vuestro pasado si este
os trajera nefastos recuerdos,
e influir en los días futuros
por lo que siempre estaré
junto a vosotros en el presente
por si me necesitarais.
Y en vuestros tropiezos,
sólo puedo ofreceros mi fuerza
para que no caigáis de nuevo.
Vuestras alegrías, éxitos,
triunfos y felicidad,
sólo serán el producto
de una voluntad que yo celebraré.
Nunca juzgaré aquellas decisiones
47
48. De Triana al Orbe
que toméis en la vida,
por lo que limitaré mi ayuda
a estimularos y apoyaros;
Os recomendaré siempre:
“Una mala decisión,
siempre será mejor
que una indeterminación”.
Me gustaría marcaros unas metas
en razón de las necesidades
que me manifestéis pero,
todo ello dependerá una vez más
de vuestra voluntad.
Cuánto me gustaría evitar
vuestros sufrimientos
en aquellos casos en que la vida
os produzca alguna desazón;
Pero somos individuos,
por lo que únicamente podré
trabajar con vosotros,
llorar juntos si fuere necesario,
y recogiendo los pedazos
de ese corazón destrozado,
volverlo a recomponer
desde mi calidad de Amigo.
48
49. Santiago Martín Moreno
EL COMIENZO
Niños de la Santa Cruz;
Niños del tambor de lata
que ya piensan que la Luz
se lleva sobre alpargatas.
Sobre el Blanco de la cal
y el aroma de los nardos,
el Verde de su Esperanza
y el sin par de su naranjos.
El Rojo de sus claveles
en el Rojo de su fuego;
El Azul de su templanza
junto al Azul de su Cielo.
Color de esta tierra fue:
Amarillo de trigales
junto al rubio del Albero;
Naranja de atardeceres
y el Marrón del Alfarero,
para cerrar en Violeta
que siendo el color primero
es el último en el orden
de los colores del Cielo.
49
50. De Triana al Orbe
ALZAMIENTO
Para Eduardo
Abrieron aquella boca,
y la lava incandescente
quemó el millar de gargantas
que no podía creer
que cuerdas vocales libres
volvieran a padecer
de nuevo aquella imposible
situación de desamparo
en que el español viviera
hasta que las elecciones
de aquel feliz treinta y uno
a todos les devolviera
tranquilidad y confianza
en el hombre y la mujer,
la libertad, y forma de ser
solidaria y entregada
por el pueblo y para él,
mas habría de suceder
lo que en Julio sucedió:
fue dieciocho, y llegó,
50
51. Santiago Martín Moreno
blandió la traición aunada,
y todo desapareció
para dejar la nación
maltrecha, desbaratada,
presa del más cruel horror,
sin fe, sin pan ni esperanza
que fue lo que aquí ocurrió;
y todo el afán, el de un traidor
cuya primera ordenanza
sería la de creer en Dios,
creer en Dios ¡que chanza!
cuando así se recreó
en tan horrible matanza.
Espero que hoy esa orgía
tan por tantos celebrada,
nosotros, corramos el día,
porque no hay alegría
en fecha tan desgraciada.
51
52. De Triana al Orbe
FELICIDAD
Interpretada por mi Hija
Marisa
en el Festival
de la Canción Verdad ´83
Hoy quiero pedir un poco de atención
Para lo que os tengo que decir,
Y aunque se quiebre mi voz
Sólo quiero haceros un poco más feliz…
Felicidad,
Es palabra bandera,
Para soñar
Con un mundo mejor,
Lleno de Paz
Y vacío de guerras,
Donde la trinchera
Sea nuestro corazón.
52
53. Santiago Martín Moreno
Yo quiero para ustedes lo mejor;
Yo quiero vuestra vida siempre llena
De eso tan sencillo como es el Amor
Que en el mundo no hay,
Y me da mucha pena.
Yo quiero para ustedes en este día;
Yo quiero vuestra vida siempre plena
De eso tan hermoso como es la Alegría,
Y que a algunas familias
Ni siquiera le queda.
Hoy me siento Feliz al hacer mi canción,
Y llena de dicha poderles decir:
Hoy he visto a los hombres llenos de Amor,
Y por una sonrisa cambiar el fusil.
Felicidad,
La que llena mi vida,
Al contemplar
Que ya no hay destrucción,
Hermoso fruto
El que da la semilla
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54. De Triana al Orbe
Que hacemos germinar
En nuestro corazón.
Yo quiero para ustedes lo mejor;
Yo quiero vuestra vida siempre llena
De eso tan sencillo como es el Amor
Que en el mundo no hay
Y me da mucha pena…
54
55. Santiago Martín Moreno
ACRÓSTICO
Hállanse en plena sierra
Inigualables rincones
Guardianes de sentires,
Urdimbre de aquel aroma
Enredando paladares,
Reinando entre las paredes
Al amor de alcornocales;
De encinas y zarzamoras
En sus perfiles amantes;
Latiendo un compás serrano
Al que su gente le llama:
Sentimientos higuereños;
Ilusión de unas pasiones
Entre ermitas y callejas,
Recovecos de una estirpe
Rayando en color y fiestas
Ambares de luz sin límites.
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56. De Triana al Orbe
AQUELLA CRUZ DE MAYO
Llegaste justo a tu tiempo,
entre olores de Azahar,
entre mil nubes de Incienso
que se quedaron atrás
hasta un nuevo advenimiento.
Tu nacer trajo ese afán,
esa ilusión Cofradiera
que saliendo de un zaguán,
por el barrio recorriera
solo para enamorar.
Mi mente está en el recuerdo
que viviera cuando niño
en aquel Mayo de ensueños
que preparara el camino
para hacerme Nazareno
en el patio del Corral.
El paso ya se ha montado,
cual copia de una Hermandad
56
57. Santiago Martín Moreno
que en tarde de Lunes Santo
camina a la Catedral.
Un cajón que nos prestaron
fue la Canasta Divina;
las sábanas, de algodón Blanco,
tiernamente recosidas
fueron faldones del paso,
y lo mismo que un velero
que sus amarras soltara
subimos el paso al Cielo,
navegando por las aguas
de un mañana Cofradiero.
Una Cruz que va de Guía,
con mil adornos de gasa,
comienza a darle la vida
a la dulce Procesión
que de la casa salía.
Salida seria y formal
cuando las cinco sonaron,
las voces, la algarabía,
todos a un tiempo callaron;
y las hojas del portal
sobre sus goznes giraron
abriéndose a la Hermandad.
Detrás de la Cruz de Guía
guardada por dos faroles
marcha la chiquillería
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58. De Triana al Orbe
al compás de unos tambores
hechos de latas vacías.
Yo estaba de costalero,
tres más me acompañaban
y todos unidos en esfuerzo
entregábamos el alma
pa llevar el paso al cielo.
Llevábamos postulantes
a todo el mundo pidiendo
junto con diez “nazarenos”
que portando humildes varas,
iban viviendo esos sueños
que al mundo entero asombraba.
Nos sentíamos cofrades,
penitentes de un mañana,
y todas las hermandades
con esos artes cabales
que sólo se dan en Triana,
eran eco en la canasta
que hicimos doce chavales.
Los años ya se pasaron;
la juventud se perdió
mas no se nos olvidaron
aquellos pasos de Amor
que florecieron en Mayo,
ya que siempre en primavera
58
59. Santiago Martín Moreno
cuando se abran las flores
otros niños harán carrera
con la Cruz de su amores
y otro cajón de madera.
59
60. De Triana al Orbe
INVIRTIENDO HUIDAS
Como saliendo de la nada,
bajo el sangriento tirabuzón
apenas se le apreciaba
aquel febril gozo, la ilusión
de quien atrás dejaba
el dolor, la desolación;
Un ruin vórtice de espinas
que aquellas carnes abrían
cual mil ventanas cetrinas,
y en las que ya se fundían
el odio, y toda esa inquina
que unas razas perseguían;
Noches de oportunidad
impresas en el duro suelo
buscaban la libertad
al socaire de ese consuelo
que desgaja la maldad
haciendo de ella un duelo;
El trecho, puro tormento
por un ritmo tan indignado
que va dejando su acento
punzantemente rasgado
por las pautas del momento
60
61. Santiago Martín Moreno
en que quedara enclavado;
Y al otro lado, la confianza
de aquel nuevo amanecer
que dé vida a la esperanza
que no se debe perder,
será entonces la templanza
la que ofrezca su saber;
Estar en el otro lado
significa mucho, mucho más
que el seguir mudo, y atado
a una sin razón que, además,
no sólo es estar esclavizado,
sino no poder vivir jamás;
Serán los grandes jirones
como el marchamo, pasaje
hacia las muchas naciones
que, en sabiendo del ultraje,
sientan suyas esta razones
dando un final feliz al viaje.
61
62. De Triana al Orbe
POEMA DE JUANA SORIA
Juana, cuánto lamento
Tu corazón seco
Y no con rosas.
Ni que tus ojos
Quieran ver cosas hermosas,
Y en cambio sólo
Perciban el despecho.
Cuánto lamento Juana
Que llames al hombre
Tu enemigo
Y no le ofrezcas
Amor y sí castigo.
Juana cuánto lamento
Verte ahogando
62
63. Santiago Martín Moreno
Esa Ternura de Madre.
¿Por qué romper
Ese trozo de tu carne?
¿Por qué pudo más
El Odio que tus besos?
Cuánto lamento mujer
Que tus pasos
Estén equivocados,
Que me da la impresión
De que has olvidado
Que es caminar de sacrificio
Y no vergel.
Cuánto lamento mujer
Que estés muriendo,
Y sigas por tu mal aborreciendo
Tu suerte de ser:
Esposa, ser Madre, ser…
63
64. De Triana al Orbe
ABRAZO ANDALUZ
El verdor de las plantas
tras una lluvia primaveral;
el rocío en las flores,
cuando las cárdenas sombras
del atardecer se han retirado;
el susurro de un cristalino
arroyuelo correteando entre prados;
la visión de un palacio blanco
en medio de verdes jardines...
Todo ello puede ser maravilloso
pero, no es nada comparado
con el abrazo a la persona amada;
y este es tanto más amoroso,
cuanto mayor es el tiempo
en el que uno se negó al otro
o ha estado separado de él,
inflamando la pasión,
encendiendo la llama del deseo,
y avivando el fuego de la esperanza...
En verdad os digo que ni siquiera
la lengua más locuaz
puede describir la felicidad de la unión,
y que la más elocuente de las descripciones
queda muy por debajo de la realidad.
64
65. Santiago Martín Moreno
TIERRA DE LECHE Y MIEL
Ayer tarde me perdí
Por la sierra de su cuerpo,
Y como mendigo fui
Monte y llano recorriendo.
En el balcón de sus ojos
Perdí la noción del tiempo,
Y los perfiles dorados,
Conjunto de mar inmenso
Me volvieron a la vida
Con el frescor de su aliento.
El manantial de su boca
Sació mi sed con sus besos,
Y el maná, dulce de Miel
Que se acuna en sus adentros
Calmó mi hambre perdida
Cuando estaba floreciendo.
Y así me fui deslizando
65
66. De Triana al Orbe
Por un canal entre helechos,
Cuando el rubio atardecer
De amapolas fue cubriendo
El compás de sus mejillas
Antes sembrado de almendros.
Con las sombras de la noche
Luchó mi fiebre en el Heno
Fresco de aquellas laderas,
Y cual loco recorriendo,
Subí y bajé enfebrecido
Con furioso desenfreno.
Los potros de mi locura
Braceaban con empeño
El campo de aquella Era,
Y el pozo del Universo
En donde bebe la vida
De la vida para adentro.
Se hizo firme la noche
Cuando miré el Firmamento,
66
67. Santiago Martín Moreno
Y dos palomas volaron
A romperse contra el viento,
Mientras el viento gritaba
Y jugaban los luceros.
Seguí bajando en penumbras
A lo largo del sendero,
Y allí, donde sus trigales
Son rubios en todo tiempo,
Me confundí con las mieses
Como el calor en invierno.
Cansado de aquel paseo,
Y sobre alfombras de ensueño
Me recosté silencioso
Cuando estaba amaneciendo;
Y pude ver a la Luna,
Que se iba sonriendo,
Mientras su tierra quedaba
Llena de mi Sentimiento.
67
68. De Triana al Orbe
SINTIENDO TRIANA
SIN MEDIDA
Qué bonita está Triana
cuando le ponen al puente
las banderitas gitanas.
Pero, ya no hay gitanas,
ni en el puente, el Altozano,
San Jacinto, Alfarería,
San Jorge, Callao, Castilla,
ni Betis, Fabie o Pureza,
Pagés del Corro, largueza;
ni siquiera la grandeza
de aquellas mis corraleras
que en llegando la Velá,
(ojalá siempre volvieran),
para decirle a esa gente
sin delirios de grandeza
que sí, que hubo intenciones,
pero que jamás pusieron
lo que había que poner
para que nunca se fueran
de una Triana alfarera
donde les dieron la vida,
y más tarde, a escondidas,
con las mañas más rateras,
las fueron sacando una a una,
68
69. Santiago Martín Moreno
haciendo lucir las vilezas
de los que siempre prometen,
pero que nunca respetan...
Por eso en esta Velá,
una vez más descubierta,
quisiera cantar muy claro
lo que muchos no quisieran:
¡Qué hermosa estaría Triana
si le pusieran al puente
aquellas republicanas!
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70. De Triana al Orbe
CINQUANTE ANS
Entre cárdenos y grises nubarrones,
Días de odios y desamores;
Ilusión infantil que entre sus flores,
Truncada se vio por los sermones.
Había que seguir soñando amores
Para poder sobrevivir a tanto engaño;
Incitando a rebeldía a tanto daño,
Aun sabiendo que en la vida sus errores
Facultarían su destrozo aquellos años.
70
71. Santiago Martín Moreno
Acróstico
Para dos…
Pusieron sus corazones
Al servicio del Amor
Recreando así sus vidas,
Amándose sin medida;
Solícitos, enamorados,
Ilusionados, sencillos;
Entregados cual chiquillos
Mirándose en complacencia,
Para que así, reflejadas,
Renazcan siempre doradas
En sus almas la Inocencia.
71
72. De Triana al Orbe
EL ENCUENTRO
Para M.C. Franconetti
Gozad de la coyuntura
y echad al vuelo las campanas;
Y pregonadle a los vientos
cómo Sevilla y Triana
se encontraron frente a frente
una feliz madrugada;
Madrugada de pasiones...
Pasión de ésas dos gitanas,
Esperanzas de los cielos,
Rosa y Clavel de mañanas,
que nunca tuvo esta tierra
tan feliz la madrugada
que aquella en que dos hermanos,
a la vez que dos Hermanas
estuvieron tanto rato
mirándose cara a cara...
Qué momentos más hermosos
vivió Sevilla en Triana
cuando Triana en Sevilla
rezaba por sevillanas.
El Azahar por mantilla;
Por peineta, la Giralda
más que nunca nazarena,
72
73. Santiago Martín Moreno
y así servir de Madrina
a las Esperanzas nuestras.
Serafines jardineros
del Jardín de Resolana,
y un Querubín Alfarero
del Arrabal de Triana
modelaron esas gotas...
lluvia de Amor que en el Alma
hicieron posible el cuento
como en un cuento de hadas.
Cantó la sangre en mis venas
cuando aquella madrugada,
y envueltas entre azucenas
del color de la mañana,
habló mi Virgen Morena
La Esperanza de Triana
con su Hermana Macarena,
la Virgen más Sevillana
que aquí los cielos parieran.
El aroma de las huertas
de muchos siglos atrás,
se hicieron perfumes nuevos
dentro de la catedral,
cuando las dos, frente a frente,
reflejos de aquella sal
73
74. De Triana al Orbe
que rueda por sus mejillas
en lágrimas de cristal;
Y en cada cristal, destellos
de una Alegría sin par
en marcos de Pena Negra
que se habrán de separar...
Las dos están frente a frente,
cara a cara, ¡míralas!
¿Cómo es posible decirse
tantas cosas, y sin hablar?
Por las naves de la Iglesia
susurros vienen y van
a posarse en la Esperanza
pero, de las dos, ¿En cual...?
Si se funden en Belleza,
tan sutil, tan Celestial,
que las dos son la Esperanza
de los dos lados del Río,
noches de Sol, y mañanas
que llenan de escalofríos
cuando se oye el gemío
de ese Puente Triana.
Como dirá este Poema
en tan hermoso compás...
¡Dime Señor! ¿De qué hablan?
Que me quisiera enterar
porque tan sólo de humanos
conozco yo el conversar,
y porque esta es Historia
74
75. Santiago Martín Moreno
que no se repetirá;
Al menos de esta manera,
viendo a Triana llorar,
porque aquella Macarena
no sé lo que le dirá,
que está convirtiendo en mares
la Gracia de los alfares
que quedan en su Arrabal.
¡Dime Señor! ¿Qué se dicen?
Que me quisiera enterar
de ése Dolor y ésa Pena
que está contando Triana
a su Hermana Macarena,
y cual nudo en la garganta
como amarra marinera,
hace que le falte el aire
y respirar no pudiera.
En los perfiles de Oro
dos miradas se entremezclan,
y así, sin decir palabras
de una Plata mensajera,
ya están diciéndose adiós
de tan sublime manera,
agitando los pañuelos
que entre sus dedos se aprestan
para ser siempre jazmines
75
76. De Triana al Orbe
blancos de sus primaveras.
Un clamor de vivas aguas
en fajas de lunas nuevas;
un revuelo de costales
bajo las andas de Seda,
y veneros de esmeraldas
con sus capas nazarenas
están preparando un nuevo
regresar a las estrellas.
Ya está flotando Sevilla
sobre las losas serenas,
y navegando Triana
entre la luz de su Vega,
y hasta las bóvedas altas
están llorando la pena
de ver como las Hermanas,
entre rosarios de abrazos
van camino de la puerta,
mientras que la de Los Reyes,
que de Sevilla es la Dueña,
hizo de las dos orillas
su único “Santo y Seña”.
Un Guadalquivir por medio,
y Dos Rosas sus riberas...
Una pa secar el Llanto,
76
77. Santiago Martín Moreno
y otra pa aliviar las penas
de esta tierra Sevillana,
y esta Triana tan nuestra.
77
78. De Triana al Orbe
BENDICIÓN
¡Señor! Ése es tu Cuerpo,
el que fue crucificado
por tu Caridad Divina.
Santo Dios humanizado,
y al que le doy tan de lado
con excusas tan mezquinas
como si Tú no supieras
mi pensar y mis maneras
de comportarme contigo...
¿Cómo quiero ser tu amigo
a cambio de tus favores?
Qué lástima de de estos amores
tan preñados de intereses,
que temo que sean heces
que el diablo siembra en mi,
para que no ponga en Ti
el Amor que te mereces,
y yo, estúpido a veces,
no soy capaz de entender
que aunque estés ahí guardado,
siempre estarás a mi lado,
y aunque bien o mal contigo
siempre serás Ése Amigo
sin condición entregado.
¡Perdón te pido, Señor!
Y aunque tu Justicia ciega
a los hombres se la entregas
78
79. Santiago Martín Moreno
sin ponerle condición,
Trianero he de verte,
y contigo hasta la muerte
en tan secular rincón
que es Catedral en Triana,
¡Gracias Abuela Sant´Ana
por tu especial Bendición!
79
80. De Triana al Orbe
LA NOVIA DE UN SEVILLANO
A Concha Mingorance
Entre los frunces perfilados
De la sierra del Sur,
Las espadañas
Hacen sonar sus verdes llamadas
Al llano Universal.
El embrujo hecho silueta,
Emerge altivo y arrogante
Con la verdad de cientos de años
Regalando belleza
Bajo los frío y los soles.
El rocío de todas las noches,
Y la frescura de todas sus tardes,
Besan las azucenas
Que hacen coro
A la erecta y majestuosa arboladura
80
81. Santiago Martín Moreno
De infinidad de caras
Jugueteando a los vientos.
Cuatro lados de encierro
Cuando dormidos,
Y en el despertar, una suerte
De luz doblemente atravesada.
A veces mudas espectadoras
Que cuando disfrutan ocasión,
Lanzan al aire sus burlonas melodías
Para quedar luego en el silencio
De un torrente de confidencias.
Cada parte de sus cuerpos:
Bronce o Arcilla,
Nogal o Fragua siempre a punto
De la visión matutina,
Llega con la Pureza
Del más puro de los amaneceres.
Nada escapa a la profunda
Y encendida mirada
81
82. De Triana al Orbe
De sus ojos moros,
Que con alturas de tiempos
Fueron idealizando:
Culturas y formas,
Pensamientos y maneras
De nuevos quehaceres
A la sombra de sus pestañas.
Una hermosa Artesanía
Hecha Mantilla
Con el más fino de los encajes
Fabricados en la vega de Triana,
Cubre sus cardinales,
Embelleciendo paralelas,
Aristas y quebradas
A título de ribetes dorados.
Alguien le dijo un día:
¡Te quiero, Giralda!
Y en señal de compromiso,
Puso a sus pies un anillo
del más rubio de los alberos.
82
84. De Triana al Orbe
EN LA ESPERA
Hace tiempo que las musas
no quieren nada conmigo
aunque sé porque será…
Ellas saben que es verdad,
que ya no soy ése amigo
que las mimó sin cesar
aquellos días de frío,
y les brindaba ese abrigo
revestido de amistad,
con hilo de amor cosido
a una hechura de latidos
propia del poeta en paz.
Será que ahora estoy de guerra;
de lucha conmigo mismo,
y no consigo, en verdad,
84
86. De Triana al Orbe
JESÚS DE LAS PENAS
A Pablo.
Que Triana con más casta
se formó en el Arrabal,
y tuvo que ser así,
y así poder aprovechar
cada gota de sudor,
cada porción de ese Barro
Santo y Seña de Triana,
y es que la Abuela Sant´Ana,
Niña entonces de aquel tiempo,
ya fue poniendo su acento
na más sentirse Gitana.
Tomó el Sol y lo insufló
sobre la Pella dorada
que modelaron sus manos,
y fue así como artesano
nació aquel primer Domingo,
ese Domingo de Ramos,
que en un Cáliz de azucenas
irá juntando sus manos
Éste Jesús de las Penas,
que en esa tarde serena
86
87. Santiago Martín Moreno
nos parece ir diciendo...
¡Pase de mí este Cáliz!
Sumisa súplica al Padre;
Cinco palabras de Oro
a las cinco de la tarde;
Cinco rosas que en el pecho
de atardecida se abren,
y se convierten en cinco,
cinco claveles de Sangre.
Temblores tiene este Barrio
a las cinco de la tarde
cuando la Pena en silencio
le está diciendo que calle...
Que enmudezcan las aceras,
que los balcones no hablen,
y que la música suene
con tintinar de alamares.
¡Ay!, el Domingo de Ramos
cuando a Triana Tú sales
haciendo de luz las sombras
que se abren en la calle,
y que buscando tus ojos
por los caminos del aire,
con una mirada tierna
en tu mirada quedarse...
¡Ya te llevan pa Sevilla!
87
88. De Triana al Orbe
Pero, en volver, Tú, no tardes,
que estaremos mendigando
que el tiempo pronto se pase...
¡Ay, mi Señor de las Penas,
qué sufrimiento más grande!
88
89. Santiago Martín Moreno
LA CUNA DE TRIANA
Entre dos ríos se mece
la cuna de mis amores;
la que sin remedio siente,
y sin opciones padece.
Es Triana...
Y en su tierno bamboleo
de un tira y afloja amargo,
no sale de aquel letargo
en que un día cayó
por culpa del desatino
al que alguien la llevó.
Entre dos ríos se mece
la cuna de mis amores;
la que siempre vi reír,
y ahora tan solo entristece.
Es Triana...
Y en su vano desespero
por superar amarguras,
ha convertido en locuras
la idea de un nuevo hacer,
nostalgias de muchas noches
esperando amanecer.
Entre dos ríos se mece
la cuna de mis amores;
la que cuando llora sueña,
y vi soñar tantas veces.
89
90. De Triana al Orbe
Es Triana...
Y en su onírico momento
de debilidad suprema,
hasta su sangre me quema
cuando corriendo descalza,
la punta de aquel cuchillo
a ella siempre le alcanza.
Entre dos ríos se mece
la cuna de mis amores;
la que dueña de la tierra
ve que de esta adolece.
Es Triana...
Y detrás de una muralla
levantada por los hombres
de los que no quiere nombres,
ni aquel momento vivido
y al que nunca le encontró
el más mínimo sentido.
Entre dos ríos se mece
la cuna de mis amores;
de la pasión y el desvelo
que entre sus orillas crece.
Es Triana...
Y en silencio se mantiene
sin necesidad de halagos,
por eso lo que yo hago
90
91. Santiago Martín Moreno
en silencio y a escondidas
es luchar a mi manera
dando sentido a su vida.
Esta cuna que es Triana
tiene tanta vida,
que si no fuera por eso
no sería conocida.
Ni conocida ni hallada
como la vemos hoy día,
pletórica de una luz,
de un color y hasta un calor
que ya los quisieran esos
que vienen de moscardón.
¡Quién quiera entender
que entienda
cómo los entiendo yo!
Triana:
Tú sabes bien de quien hablo
cuando contigo en silencio
éste diálogo entablo.
91
92. De Triana al Orbe
Día de Andalucía
¿Adónde vas tierra mía
Nadando contra corriente
Desde hace tanto tiempo?
¿Adónde? Que yo quisiera
Lograr que tu sufrimiento,
Urdido con mil engaños,
Cantes por fin con sentido
Ilusionando con tiento
Aquel Himno tan querido.
92
93. Santiago Martín Moreno
ALANGE
Cuando se visita Alange,
o bien se hace uso
de sus aguas medicinales,
es normal que se recree
por su famoso
Paseo de las Hortensias
si es que nos cuadra la fecha,
pero, no importa,
porque una vez que se suben
aquellos bien cuidados escalones
nos daremos de lleno
con otro ramillete de hermosas flores
que nada tienen que envidiar
a las de aquel paseo
que acabamos de abandonar.
Y entre ellas,
servidoras de atenciones,
llegado hasta la Administración,
en desbordante belleza
de Bondad y Simpatía,
93
94. De Triana al Orbe
siempre se podrá encontrar
a una Manuela, Manoli;
a una Francisca que en Paqui
se consolida la entrega
de un rosario de favores
que en su nombre reverberan
anteriores resplandores,
de una Rosario de amores
que a los que somos mayores
tanto las necesitamos,
cuando visto así: mano a mano
le encuentran mil soluciones.
Gracias Hortensias...
AMORES ANDALUCES
94
95. Santiago Martín Moreno
Fina, nerviosa, serrana,
Tengo una jaca serrera,
Para rondar la ventana
Donde tus ojos, gitana,
Quemando están con su hoguera
La tupida enredadera
Que los hierros engalanan,
Filigrana abrazadera
De reja de filigranas.
Y bajo la ardiente luz
Que reverbera triunfal
Sobre el azul de la cal
De mi rincón andaluz,
La frescura de una parra
Donde poderle sacar
Falsetas a mi guitarra
95
96. De Triana al Orbe
Que te sepan arrullar.
¡Qué firme y hondo, mujer,
Clavaste en mi corazón
El encendido aguijón
De tu imposible querer!
De todo por ti me encelo:
De la acera de tu calle,
De ese pañuelo en tu talle
Y del clavel de tu pelo
Que me tiene en un desvelo
Sin que mi alma se calle;
Del geranio que, galano,
Te besa al pasar, la cara,
Y del agua que se aclara
Al contacto de tus manos
En noches de luna clara.
96
97. Santiago Martín Moreno
Hermoso cuerpo triguero,
Gitano clavel fragante,
No cejaré ni un instante
Hasta verte prisionero
De éste corazón sangrante
Que esta diciendo te quiero
Cuando te tiene delante.
Deja que ronde tu reja,
Y que mi alma encelada
Llene con luz de alborada
La sombra de tu calleja.
Y en febril desasosiego
Y mares de desvaríos,
Aquí un suspiro, allá un ruego,
Tiempo de ternura, y fuego:
Con el dardo de un desvío;
Ya condiciono, ya niego,
Humilde al par que bravío,
97
98. De Triana al Orbe
El beso del deseo mío
Posar en tu boca luego.
Caracolea mi jaca
Deseosa de llevarte;
Tengo para disputarte
Lista en el cinto mi faca,
Y a la jubilosa luz
Del día que va rayando,
Te está mi amor esperando
Como espero, esperes tu.
98
99. Santiago Martín Moreno
CACHORRO
A Manolo Chacón
Cachorro del Dulce Amor;
Tu gente, como una esclava,
te está llevando a Sevilla
desde el Alma de Triana.
Sol y Sangre, Viernes tarde,
toda toda apasionada
por el clamor del silencio
de una Oración sin palabras;
Angustia y llanto encerrados
en una humilde Plegaria
como pena reprimida,
exclamación que se alarga
como el ¡ay! de la Saeta
cuando se hace de agua.
Triana es todo fervor;
Toda de amor entregada
tras aquella Expiración
que, expirando tan amarga,
se abre como la flor
que regara nuestras lágrimas.
Cachorro de sombra y luz;
Matiz de la madrugada;
99
100. De Triana al Orbe
Perfil de la noche eterna,
y arista de torres altas
donde habitan los sentires
del embrujo y de la gracia;
Del arte de los ensueños
que la Muerte proclamara
como el paso de la vida
cuando la vida se acaba.
Ya estoy muy cerca, Cachorro;
Traes la vida abrazada.
Ya estás pasando, Cachorro...
¡Un año más, pasa, pasa!
100
101. Santiago Martín Moreno
CUATRO ESTACIONES PARA
UN INCIERTO ESCALOFRÍO
PRIMAVERA
Acumuladas como besos de fina lluvia
forman caudal las palabras en su afán de ser primeras,
pero en eso interviene el Mago que hemos sido,
y guardamos el silencio por amor a la Poesía.
VERANO
No siempre trae la noche lo que uno espera...
Y así la Luna reine mejor que de costumbre,
es bueno en esos casos un velado bromazepán
que dé por fin un éxtasis de fina envoltura.
OTOÑO
Ocurre que es más fácil inyectarse una dosis
de optimismo, y creer que si llegamos más lejos,
aquellos cuerpos más sensibles acuden a la caricia,
y ya es nuestro el calor del caprichoso antojo.
INVIERNO
Muy raro es en ocasiones un perro por la calle,
o gentiles que rebusquen anillos ya perdidos,
y es tan dulce el delito veleidoso de estar solos,
como jugarse a un envite: vino, cama y creencias.
101
103. Santiago Martín Moreno
ENSUEÑOS
A Manolo Lozano
Carreta de Plata
lleva mi Pastora.
Rocío del Cielo,
Flor de Primavera.
Jazmín de la Aurora,
Blanca Mariposa.
Clavel Marismeño,
Bendita Quimera.
¡Rocío!
Paloma Eterna
que en el Oro del Trigal
eres la Amapola Tierna
del feliz peregrinar.
Un sueño dorado
que en el corazón
quedó acurrucado
desde que a tu lado
me siento mejor.
¡Rociera,
esa es la Fe Trianera!
Un Bordón de arena
suena en el camino
como dulce Nana
al Niño Divino.
103
104. De Triana al Orbe
Su Madre sonríe
viendo a los romeros
tocar las guitarras
como sonajeros.
¡Rocío!
Reina Inmaculada
que en Almonte eres Rosal,
y en el resto de los pueblos
una Rosa sin igual.
Belleza encantada
de Luz y color,
y en la madrugada
Ternura callada
derramando Amor.
¡Trianera,
esa es la Fe Rociera!
104
105. Santiago Martín Moreno
AZOTES
Para M. Limón
Jueves Santo de misterios;
Ya está vibrando Sevilla,
ya está vibrando Triana
cuando allá, por sus Remedios,
está naciendo la grama
que segará el desconsuelo
con su sangrienta guadaña;
Ya está brotando esa pena
que en el perfil de una lágrima,
tiene a Sevilla cautiva
en el Alma de Triana.
Y la cal por las esquinas
de pronto se quedó pálida
porque sufrió los reflejos
de tu Figura Azotada;
Y al encontrarse contigo
y ante tu asombro, asombrada,
pidió que todo perfume
se uniera y la perfumara;
Y así quedó convertida
en una Flor Pura y Blanca
entre el golpe del azote
y la Carne de tu Estampa.
105
106. De Triana al Orbe
Cuando cerca de Sant´Ana
que es nuestra torre más alta
amarrado, Tú, pasabas,
se fue tiñendo de luto
el Bronce de sus campanas;
El cielo se volvió Negro,
reflejo de la ignorancia
cuando un flagrúm de ignominia
su golpe en Ti descargaba,
mientras tu Imagen serena
seguía y seguía callada
llorando con esa cal
que es tu reflejo en Triana.
LAS MUSAS
106
107. Santiago Martín Moreno
A Loreto Mora.
Hace tiempo que las musas
no quieren nada conmigo
aunque sé porque será,
ellas saben que es verdad,
que ya no soy ése amigo
que las mimó sin cesar
aquellos días de frío,
y les brindaba ese abrigo
revestido de amistad,
con hilo de amor cosido
a una hechura de latidos
propia del poeta en paz.
Será que ahora estoy de guerra;
de lucha conmigo mismo,
y no consigo, en verdad,
107
108. De Triana al Orbe
salvar del todo ese abismo
que me somete a mi mismo
a una falsa realidad.
108
109. Santiago Martín Moreno
OTRA QUE SE NOS FUE
Una tras otra se fueron,
se escaparon de las manos.
¿Por qué las dejaste ir
sabiendo que el altozano
ya no es lo mismo sin ellas?
nos quedamos sin Berrinche,
años después los Hermanos.
¡Mal ange tuvo esa estrella
que en un momento tan vano,
consentimos que saliera
otra con tanta solera
como fuera esa taberna,
tan dura como tan tierna,
109
111. Santiago Martín Moreno
UN ACRÓSTICO
Pasó el puente y se quedó
Aquí, entre nuestra gente;
Compartiendo su inquietud,
O tal vez fuera su virtud
A la que solo una mente
Racional y entusiasmada,
Ciega se entregó por nada;
Alcanzando plenamente
Sensaciones cual erario,
Logró conseguir a diario
Urdiendo mil soluciones,
Cuentas de un duro rosario
En el que en cada estación,
111
112. De Triana al Orbe
Navegó por convicción
Amante de este su Barrio.
112
113. Santiago Martín Moreno
AQUELLOS EUROS MODERNOS
(Tanguillo)
¡Ay! estos euros modernos
que tanto en Cai nos dan que hablá,
que cómo dice mi suegra
ni siquiera el BBVA
nos permite que saquemos
un poco pa celebrá...
Carnavales de Cai, ay que penita,
con lo bien que estaríamos
teniendo un poco pa las copitas,
sin embargo, a esa gente, los lleve Dios
y los deje tan tiesos como un mojón.
Y es que ahora mi suegra
es la que mantiene:
a su hija, su yerno y hasta los nenes,
que pa eso se pinta viviendo sola
cerca de la Caleta, su caracola.
Mi suegra bendita sea
que vive allá por la Viña,
siempre asoma a la azotea
acompañá de mi niña,
y aunque su madre no quiere
y hasta su padre le irrita,
la niña siempre pendiente
de aquel rincón que la trae loquita
113
114. De Triana al Orbe
y es que allí su pretendiente
le enseña siempre su caballita.
114
115. Santiago Martín Moreno
DIÁSPORA
A mi amigo Luis A.
Soñador que vas labrando
tu huella en una cuartilla,
sigue en tu sueño cortando
espacios entre sus orillas.
Sueña con una cosecha
de odas, de versos magos,
y cuando la tengas hecha
bébetela de un buen trago.
Que ese arte que derramas,
a la par que vas soñando,
lo está sintiendo Triana.
Nunca dejes de soñar,
aunque la estés contemplando
desde allí, del Arenal.
115
116. De Triana al Orbe
MI AMIGO TIENE CÁNCER
Ayer me sentía vacío,
y con deseos de dormir,
y no despertar,
quedar liberado del miedo
incontrolable, y que me puede.
Por ello supliqué que mi vida
se apagara de golpe
y así no tener que esperar
preguntas que, al parecer,
no tienen respuestas.
Sentí cómo se me escapaba
la mañana sin darme cuenta,
y quedándome adherido
a un frío insalvable
que me hizo llorar a escondidas
mi triste desesperanza;
un quiero y no puedo,
incapaz de hallar una razón
para seguir luchando…
Pero llegó un nuevo amanecer.
Aquella sorprendente mañana
recibí un maravilloso abrazo;
116
117. Santiago Martín Moreno
los brazos descendieron,
y el cariño que aquellas manos
derramaron sobre mi ánimo
acariciando mis dudas,
cambiaron la incertidumbre
por una sutil y serena paz
que inundó de luz
mi atormentada alma.
Los miedos se escondieron
de la luz más brillante,
y los optimismos, rompiendo
el velo de las duras tinieblas,
aparecieron nuevamente
e hicieron posible el que
a partir de ese momento
las ganas de vivir llenaran
de nuevo aquellos vacíos.
117
118. De Triana al Orbe
LA RECOMENDACIÓN
Os recomiendo
que viváis pensando
que no estáis de paso por la vida
sin una misión a realizar,
y que tenéis que poner cuanto
de bueno hay en vosotros
para que os deis cuenta
de que merece la pena vivirla,
y cumplir la misión que os trajo.
Que habréis de dejar las huellas
bien grabadas, y profundas
en el corazón de vuestros semejantes
para que a alguien le sirva de ejemplo.
118
119. Santiago Martín Moreno
Amaos profundamente, porque tan sólo así
podréis amar con fuerza a los demás,
y no paguéis con la misma moneda
si la transacción fuera negativa.
Hacedlo con otra diferente
si ella os resultara positiva.
Dar sin tan sólo pensar en recibir
algo a cambio es el camino…
Os recomiendo
que estéis siempre sonrientes,
para que los demás no os vean sufriendo;
Posiblemente ellos también sufran.
Y nunca aparentéis que amáis
si en realidad no lo estáis sintiendo;
Y no lastiméis conscientemente a nadie,
ni aun con el pensamiento,
pues todo queda registrado en el Astral.
Si los problemas tuvieran solución,
119
120. De Triana al Orbe
pensad que ya no serían problemas;
Tan sólo sería cuestión de trabajo.
Debéis aprender a decir no
cuando la ocasión lo requiera, pero
hacedlo con la mayor de las ternuras.
Y si tuvierais que aceptar,
deberéis hacerlo con el corazón.
Y si os equivocarais,
pedir perdón es lo que nos hace grandes.
Poner en práctica estos preceptos,
hará de vosotros personas radiantes,
con la misión, sea la que sea, cumplida,
e inmensamente felices;
Por lo que ya no debéis temerle
a esas fuerzas negras
que continuamente os acechan.
Llenad vuestras horas de vida
en lugar de:
Llenar vuestras vidas de horas.
120
121. Santiago Martín Moreno
PAÚLA
Sube y baja aquel asfalto,
y no es asfalto de ciudad,
sin embargo, allá, en lo alto,
cuando la veo caminar,
no sé por qué el sobresalto,
si es ahí donde ha de estar…
Cada mañana; o atardecer, su afán…
Para ella vale la pena,
y así es como la seguiré viendo
hasta que se lo permitan sus fuerzas.
Siempre algo de peso entre las manos;
a veces, sobre su cabeza.
121
122. De Triana al Orbe
Más dentro de ella un pensamiento:
¿Hasta cuando me dejarán trabajar?
Porque quiero hacerlo siempre,
y servir, y ser útil, y ayudar,
que he de hacer mi contribución
lo más dulce posible.
No deja de sorprender su presencia
en aquella carretera,
aun sabiendo que tras del recodo
ella está ahí;
o sube, o baja pero, no falta.
A veces el retrato
se presenta lleno de una humanidad
impresionada sobre el cliché
del trabajo duro, de la dura faena…
Cuidar la casa, el huerto, los animales,
la cosecha, llevar, traer,
122
123. Santiago Martín Moreno
cargar, descargar.
Así la veo, y como así la veo,
solo me resta pedir al Universo:
Deje de echar cargas sobre su espalda,
una espalda que, quizás,
desde siempre fuera acuñada
para esa tan dura faena diaria.
Todos podrán aliviar
la carga que contraje,
mas sólo yo podré liberarme
de la esclavitud.
123
124. De Triana al Orbe
QUISIERA
A mi mujer
Agosto de 1968
Quisiera
Meterme dentro de tu cuerpo.
Quisiera
Adentrarme en tus entrañas.
Quisiera
Introducirme en tus anhelos.
Quisiera
Perderme en tus montañas.
Quisiera
Recorrerte palmo a palmo.
Quisiera
En tu interior poder vivir.
124
125. Santiago Martín Moreno
Quisiera
Penetrar como hace el Salmo.
Quisiera
Ahí siempre yo existir.
Quisiera
Conocer tus pensamientos.
Quisiera
No dejarte de sentir.
Quisiera
Yo saber de tus lamentos.
Quisiera
Ser tú misma, y tu sufrir.
Quisiera
Caminar por tus adentros.
Quisiera
Yo tus sueños compartir.
Quisiera
Estar así cada momento.
Quisiera
Yo contigo sonreír.
Quisiera
Ser la piel que te a ti te envuelve.
Quisiera
Yo mi sangre para ti.
125
126. De Triana al Orbe
Quisiera
Que las dos se nos fundieran
Quisiera
El corazón y su latir.
Quisiera
En tu interior poder besarte.
Quisiera
Tu alegría nunca herir.
Quisiera
De esa forma siempre amarte.
Quisiera
No dejarte nunca ir.
Quisiera
Con tu ser estar fundido.
Quisiera
De tu amor nunca partir.
Quisiera
Yo perderlos mis sentidos.
Quisiera
Que no se puedan desunir.
126
127. Santiago Martín Moreno
Quisiera
Bañarme en tus sudores.
Quisiera
Ser tu mismo mes de Abril.
Quisiera
Ser tu gozo y tus temores.
Quisiera
Yo tu Mayo compartir.
127
128. De Triana al Orbe
MI SOL ROJO
Al igual que una gran esfera roja
rodeada por un aura dorada,
un sol animado imagino en el cielo
de manera que su redonda figura
casi roza la línea del horizonte.
El esotérico y casi humano rostro del sol
parece como si hubiera sido modelado
plásticamente en tonos rojos
con reflejos dorados para ir
cambiando nuevamente a tonos
blanco-amarillos con gasas rojizas
con el nuevo amanecer:
128
129. Santiago Martín Moreno
esotéricamente se pueden apreciar
claramente detalles como las arrugas
de la frente en una eterna vejez,
y el ceño fruncido en el rostro
de una mirada severa y,
a veces enfadada al no poder estar
en todas partes al mismo tiempo.
Los rayos dorados que rodean
la esfera solar, dan luz a su realidad,
por lo que le confieren la corona
de un dios para unos mítico pero,
para otros real.
Ante un firmamento en grado
de ocaso de color cárdeno,
a veces inapreciable, podemos
a valuar lo sublime, en como
lo monocromático, se extiende
hasta el horizonte en tonos
129
130. De Triana al Orbe
verdes-azulados, y hasta ocres-anaranjados.
En todos los aspectos,
la imagen representa el complemento
perfecto de la miniatura del sol
tornasolado cuando cerramos los ojos
tras haber estado un momento
mirándolo fijamente.
130
131. Santiago Martín Moreno
PATROCINIO
A S.F.M.P. con amor
Con su carita inclinada,
va caminando despacio
una Rosa delicada
la tarde del Viernes Santo.
Una Rosa deshojada,
porque el color de Amaranto
se coló de madrugada
en los pliegues de su manto.
Y así la tarde la espera
para cantarle un rosario
de miradas y promesas;
Unas miradas tan tiernas
que hasta parecen decir
que el Cachorro no se muera.
La tarde se hizo aire
131
132. De Triana al Orbe
para la Niña Bonita,
para la Madre callada;
La Reina del Patrocinio
que es la Sangre derramada
por esos siete cuchillos
de este Barrio de Triana.
Y el aire con su poder
quiso el cordón traspasar
y un beso depositar
sobre el Rosa de su piel;
Pero no, no pudo ser,
porque al intentar llegar,
ya no pudo penetrar
la barrera del Clavel
ni el aroma del Azahar.
¡Celosa y fuerte custodia
tiene para Ti, Sevilla,
que te designó la Novia,
siendo en Triana la Gloria
las rosas de tus mejillas!
132
133. Santiago Martín Moreno
ODA A MIS PLUMAS
Para Ángel Domínguez
Fue cuando cumplí seis años,
que mi maestra Manolita,
aquel feliz quince de Enero
me regaló un palillero
con una pluma Corona,
o tal vez fuera de Lanza;
Ya mi memoria no alcanza
a recordar aquel tiempo
cuando Ángel, mi vecino,
tratándome cual sobrino
que despertara a ese ingenio
de su pasión preferida,
dándole luz a mi vida,
la encendió de estilográfica
con una usada Waterman´s
que siempre recordarán
mis primeros escarceos
con aquella tinta Azul
sobre un cuaderno de rayas,
133
134. De Triana al Orbe
y mi padre dijo: ¡vaya!
Éste niño es un talento,
cuando leyendo aquel cuento,
pensó junto con mi madre:
Aunque no cuadren las cuentas,
en estos años cincuenta
habrá que hacer un esfuerzo,
y fue así como a mis manos
otro plumín que, paisano
de una nueva Pelikán,
me llevaría de cabeza
a sacar cuanta belleza
encierran los sentimientos
en un nidal de poesías,
y es que ya no pararía
porque algún tiempo más tarde
esa pluma, ya quemada,
sería también renovada
por otra ya diferente;
Entraba otra en mi vida:
Parker, que pluma más conocida,
tan preciosa y deseada,
con aquel plumín de oro
de dieciocho quilates,
y que no sería un dislate
porque a mí me acompañó,
segura, más de un decenio
viendo despuntar mi ingenio,
cuando en aquellos sesenta
134
135. Santiago Martín Moreno
mi novia Luisa sería
la que yo aprovecharía
en ese afán de escribir
cartas con un sinfín de poemas,
líneas que mi pluma, llena,
derramaba entre ilusiones
su contenido amoroso;
Y así llegó un nuevo gozo
cuando en regalo de bodas
recibí nueva Montblanc,
y aquel símbolo de estrella
impreso en su bello cuerpo,
así como en su capuchón,
llenaría mi corazón
para seguir engendrando
versos llenos de emociones,
conferencias y pregones,
quemando tantas cuartillas,
que me hicieron renovar
la ya cansada Montblanc,
y hacer que me decidiera
por la de un escaparate:
Una Conway ¡Qué disparate!
Cuanta suavidad entre los dedos
encerrando su hermosura,
y dejando la finura
de una punta de platino,
o al menos eso me parecía
cuando al leer la poesía
que manaba de un plumín
135
136. De Triana al Orbe
dirigido por mi mente,
era, como diferente...
Como un venero de sueños
tal cual lo estoy relatando,
ya que el tiempo al ir pasando
de forma lenta, pausada,
haría que otra versión
brillara ante la visión
de su acero Inoxidable
aquella hermosa velada,
cuando recién terminada
mi poética actuación,
en estuche, una Inoxcrón,
brillando cual lubrican
buscando en la tarde alcores,
a mi me llenó de honores
cuando la tuve en mis manos;
Y aquella noche siguiente
de nuevo bulló en mi mente
un caudal de inspiración,
y un trotar de fantasías
que llenaron de poesías
folios y folios que, en blanco,
dormían en mis cajones,
y que llenos de ilusiones
esperaban encantados
para que besos en aguardo
salieran de su letargo,
y derramándose lentos,
136
137. Santiago Martín Moreno
como queriendo ajustar
unas rimas, y encajar
de forma bella ese encanto
con el que tanto disfruta
esa rima que disputa
al verso libre su altura,
haciendo nacer maneras
con que encajar las quimeras
entre acrósticos, sonetos,
décimas o alejandrinos,
y hacer parir los racimos
de octosílabos sujetos,
o versos que, sin medida,
también cobrarían su vida,
cuando aquella Sheaffer nueva
que en mis vivencias hizo historia
al llenar con tanta gloria,
con tanto esmero y limpieza,
cuantos libros ellas parieron
como instrumentos que fueron
de mi hondo pensamiento,
de mi sentir más humano,
cuando todas de mi mano
se pasearon contentas...
Y así llegó un nuevo Enero,
el cual recordar yo quiero
porque cerraba un milenio,
137
138. De Triana al Orbe
y con él cincuenta años
aunque aun quedarían reaños
en mi corazón poeta,
en este pulso escribiente
y hacer llegar a mi gente
cuando se quiere llegar
sin morir en el intento
de que todo el sentimiento
que la pluma me provoca
solo con acariciarla,
es para recordarla
en estos versos rodados,
cuidando esa caligrafía
que mis plumas pedirían
a lo largo de la historia,
y a cambio de sus servicios:
¡cuánto duro sacrificio
tan sólo observarlas hoy
guardadas en un cajón!
Porque ya el ordenador,
ese invento que, avanzado,
y que a bordo del progreso,
nos repetirán que eso
es lo que ahora conviene
para poder componer,
y a veces entretejer
canastas de fino mimbre
con mil varillas de enigmas;
Ahora quedan los estigmas
138
139. Santiago Martín Moreno
de mis amigas las plumas
estilográfica, cual lunas
que convertidas en soles,
pintaron como ninguna
las letras de mis amores.
139
140. De Triana al Orbe
ROMANCE DEL PUENTE TRIANA
Dios hizo la luz;
y también dio forma al aire,
y a ése feliz firmamento
en que la Aurora se abre.
Y también hizo la flor
que en la Primavera nace,
y que la llamó Azahar
en honor de aquellas madres
que hicieran éste Arrabal
como Arrabal de arrabales.
Y también hizo el Azul
Celeste entre celestiales
tonos de brillos fruncidos
con perfiles de cabales.
Y cuando hizo las aguas
para dar vida a raudales
notó que faltaba algo...
140
141. Santiago Martín Moreno
¡como un pequeño detalle!
Y fue así como nació
sobre sus recios pilares
ese Puente de Triana;
ese delirio tan grande
que va para hacer mil años
de aquel su primer Romance
cuando siendo aún el de Barcas,
fue la Virgen de la O
la “prima” que lo cruzare;
mientras que al lado del Faro,
y ya un siglo más tarde
fue tertulia en su baranda,
Casinillo de compadres
con aquel distraimiento
de ver pescar los albures
y los barbos del palangre.
Y en frente, la Capillita
de una Madre bien guardada,
y que sufriera por dentro
con su alma traspasada desgarrada
la diáspora de un pueblo
al que otro pueblo obligaba
a abandonar sus partidos,
por la codicia y las ansias
de alcanzar aun más, si cabe,
y sin importarle nada
de la historia corralera
141
142. De Triana al Orbe
que atrás muerta se quedaba.
¡Ay! Virgencita del Carmen:
dile a tu Niño Bendito,
que nos regrese a Triana
los días “señalaítos”
de Santiago y de Sant´Ana.
Ahora, Puente de Triana;
que gusto de disfrutarte
cuando el Domingo de Ramos
la “Valiente” entre varales
te cruza para poner
en Sevilla un baluarte.
El Lunes Santo, quimera,
entre aromas de azahares
acogerás en tus brazos
hechos de fraguas reales
a la Niña de mi barrio,
a ésa Salud que es mi Madre,
cuando mi Madre me dice
que no para de mirarme.
Ecuador de la semana;
día que amanece grande.
Ya no cruza la Victoria
después de dejar sus calles
para venir a ofrecerte
de suspiros dos millares.
142
143. Santiago Martín Moreno
Ya llegó la madrugada
hecha noche incomparable,
y fragancia de jazmines
para poder recordarte
que se está abriendo la puerta
tras la que se guarda el Arte,
y que Morena de Luna,
Gitana inconmensurable
ya está pidiendo la lleven
entre saetas hechas cante
hacia la entrada del Puente,
Puente Triana, dos partes.
En la calle de Castilla
el Viernes Santo ya es tarde;
atardecer de la Pena,
ese llanto incontrolable
de una Virgen de la O
con O de ojos hechos mares.
Recovecos de Callao,
no vayáis a apretujarse
que buscando el Puente va,
que Patrocinio se llama,
dejadla pasar que pase,
que quiere dejar Triana
sin que se dé cuenta nadie
y así dejar toa su Pena
al otro lao de una calle.
143
144. De Triana al Orbe
Hay doblete el Viernes Santo,
cuando allá, por el Zurraque
aparece todo un Dios
como quieren sus mortales:
Cachorro de Sal a punto
de expirar entre los !ayes!
Que se escapan en la tarde
haciéndola irrespirable;
llenándola de ese aroma
a que trasmina la tarde
cuando la sangre en sudor
no hay hombre que la iguale.
El mundo entero es cantar,
y éste Cristo sus cantares,
que nadie tuvo en el Puente
más cantar por soleares
que éste Gitano Cachorro,
aquél que parió una Madre
en el Barrio de Triana,
Arrabal entre arrabales.
Puente Triana, la historia
que escribiera muchas tardes
el Sol cuando se marchaba
camino del Aljarafe.
144
145. Santiago Martín Moreno
MIENTRAS REGRESA
Recordando el susurro del agua al correr,
aleteando sus espumas como palomas
de veleta a la brisa que mece
el ardor de alcanzar tan sólo el final.
Sangre que deja marca en el ritmo
de sus pisadas añorantes
por sierras, y llanos, y simas.
Y más allá del mar
que ni siquiera puede ver una mirada.
Sentir el volcán
estallando dentro de su pecho.
La permuta del entorno,
la búsqueda del espacio más corto.
Su vida: sudor y dolor…
Seguro de sí, piensa: ni los aires,
ni los vientos, ni las aguas
145
146. De Triana al Orbe
con sus mareas…
Ni tan siquiera la tierna sonrisa
que el niño dejara escapar...
Tampoco la invernada;
ni la célula viva
de una familia en reunión cordial
podrán sumirles en lejanos lugares.
Aunque bien abonado,
se queda el lugar en mísero,
sin significancia de valores.
Y muere cada momento
porque no se ve el sol
aunque esté ahí como cada mañana,
o como cada atardecer.
Y en la diamantina noche,
no puede ni debe cambiar
sus fulgores flameantes.
No, no puede comprarse
un estuche de felicidad;
ni un bombón de revuelos y risas,
ni tan siquiera un trozo de amor
envuelto en adornado celofán.
146
147. Santiago Martín Moreno
Regresar, abandonar este paraje
para intentar hallar la tierra,
y descansar sobre sus piedras.
Ahí está, volando senderos...
Hundiéndose en los soles,
y bebiéndose las lunas,
hirviéndole la sangre, única ayuda.
147
148. De Triana al Orbe
POR SEVILLANAS
I
Un rosario de colores
forma nuestra caravana,
es como un ramo de flores
que partió desde Triana.
II
Guía despacio Boyero,
que los bueyes y las ruedas
hacen camino de Cielo
dejando al aire la huella.
III
Es cumplir con el empeño
sobre tierras marismeñas,
y elevar hasta sus sueños
a la mujer Almonteña.
148
149. Santiago Martín Moreno
IV
Rocío, Plegaria y llanto,
amanecer de candelas
que arden bajo tu manto
cuando saltan la cancela.
AL ESTRIBILLO
Rosario de madrugada
al que se funden los pueblos
y los caminos se abrazan,
se rompen los corazones
y se quiebran las gargantas.
149
150. De Triana al Orbe
PLEGARIA
Tiende tu manto Señora.
Tiende tu manto Rocío.
Tiende tu manto Pastora
sobre un Coro que te adora
y que sin Ti tiene frío.
Tú, que en la noche Santa
eres vibrante candela,
aviva con tu sonrisa
las ascuas de nuestra entrega.
Por la senda eres sendero,
que en el corazón acaba,
de todo aquél que se acerca
a la puerta de tu casa.
Con las tierras del Condado
renuevas las alianzas
en ese trago de vino
que refresca las gargantas.
150
151. Santiago Martín Moreno
Por marismeñas arenas,
aljarafes y riberas,
dile a tu Niño que vele
por la gente Rociera.
Por eso Tu, Bella Aurora,
serás siempre la Sultana
que el corazón atesora
de este Coro que te adora
y que vive aquí en Triana.
Danos tu Fe y confianza;
muéstranos la devoción,
y dinos como se alcanza
a llevar las esperanzas
de tu Nombre hecho Canción.
151
152. De Triana al Orbe
PACO DE LUCÍA
A Pepe Sabín
Sabía que lo había visto
mas no recordaba dónde,
y fue Argote de Molina
cuando al llegar a su esquina,
me dijo: ¡Pasa que aquí se esconde...!
SONETO
Haz que vibre este Soneto
con los seis mimbres abiertos
de ese temple algecireño,
y me mantenga despierto.
No quiero que entre dos aguas
en blanco quede mi mente,
y al igual que al Camarón
se me lleve otra corriente.
152
153. Santiago Martín Moreno
Yo quiero que el pensamiento
me haga ver que soy dueño
de tu eterna fantasía.
Aquella que el sentimiento
me hizo ver que mi sueño
ya era todo melodía.
153
154. De Triana al Orbe
LAS MUSAS
Hace tiempo que las musas
no quieren nada conmigo
aunque sé porque será,
ellas saben que es verdad,
que ya no soy ése amigo
que las mimó sin cesar
aquellos días de frío,
y les brindaba ese abrigo
revestido de amistad,
con hilo de amor cosido
a una hechura de latidos
propia del poeta en paz.
154
155. Santiago Martín Moreno
Será que ahora estoy de guerra;
de lucha conmigo mismo,
y no consigo, en verdad,
salvar del todo ese abismo
que me somete a mi mismo
a una falsa realidad.
155
156. De Triana al Orbe
ODA A LA ESPERANZA
Y tuvo que ser Triana
en aquella madrugada
la que hiciera maravillas
con la flor de sus naranjos;
Ese Azahar sin mancilla,
ese aroma que hecho bálsamo
pudo curar las heridas
que dejara el desengaño.
Y así, entre Sevilla y Triana,
va salpicando su Cielo
la más hermosa Sultana
que contemplara mi anhelo,
cuando Ella, en bello vuelo
cual paloma peregrina,
se bebe por las esquinas
la Sangre del desconsuelo.
Hoy he visto una Paloma
del color de la alborada;
156
157. Santiago Martín Moreno
Como el color de la almendra
cuando está recién tostada;
La he visto allá, por Pureza,
y al Altozano asomada
donde se asoma la Luna
para mirarse en el agua.
Transparencia de la noche;
Dulce Paloma del Alba,
y de la tarde Amapola,
y Clavel de la mañana
hecho cuchillo sediento,
ansioso de madrugada
para esconderse en su Pecho
y llegarle así hasta el Alma.
De sangre brotan luceros
por su Primavera amarga;
Van consumiendo su Pena
con fulgores de Esmeralda,
y cuando dobla la esquina
dejando muda la Plaza,
se oyen esos silencios
que a grandes voces la llaman...
Y la llaman Primavera.
Y la llaman Flor Gitana.
Y la llaman Luz Morena.
Y la llaman Filigrana.
Y la llaman Guapa, Guapa.
Y la llaman Soberana.
157
158. De Triana al Orbe
Y la llaman Marinera.
Y la llaman Capitana.
Y la llaman Trianera.
Y la llaman Sevillana.
Y la llaman Esperanza,
¡Esperanza de Triana!
158
159. Santiago Martín Moreno
POR SOLEÁ
A Jesús Heredia
A veces, cuando por Triana voy,
me encuentro gente tan rara
que aún conociendo mi cara
dice no saber quién soy.
Y en ese momento yo,
también quisiera saber
el porqué de esa reacción.
Cuando un amigo traiciona
es que nunca fue un amigo,
ni acaso buena persona.
Amigo, ya no hay amigos,
en todo caso amiguillos,
por eso prefiero a Dios,
y unos euros en el bolsillo.
159
160. De Triana al Orbe
TRIANERITA
Cuando a tu cara, niña,
Le falten las primaveras,
Y lentamente el otoño
Sobre tu piel aparezca.
Cuando busquemos el Sol
Del banco que nos espera,
Donde pasar las mañanas
De aquella Plaza Trianera.
Cuando ya no sean tan largos
Los pasos que antes tú dieras,
Y camines despacito
Sin bajarte de la acera.
160
161. Santiago Martín Moreno
Cuando tú pelo Castaño
Que celo a tu cara diera,
Jugando sobre tu frente
En nieve se convirtiera.
Cuando tú persona, siempre,
De sonrisas placenteras,
Se trunquen de un solo trazo
En diferentes maneras.
Cuando ya con pocas ganas
Mis bromas tú recibieras,
Imagino, que las tuyas
Con menos ganas las dieras.
Cuando te falte esa Gracia
Que antes siempre tuvieras,
Con que pasaba hacia ti
Al abrirme tú cancela.
Cuando te inventes historias
Para volver la primera,
A recordar en el espejo
Tus años de mujer nueva.
161
162. De Triana al Orbe
Cuando en mirar te entretengas
Aquellas fotos, risueña,
Recordando todo el tiempo
Que los papeles encierran.
Yo… seguiré aquí, a tú lado,
Aventando tu candela
Para que no pases frío,
Ni pasen tus primaveras.
162
163. Santiago Martín Moreno
MUDA SE QUEDÓ LA CAVA
A Manuel Sánchez.
Mudos quedaron…
Los yunques,
Y enmudecieron los sones;
Los tañidos se rompieron
Y se quebraron los bronces.
El color de la aceituna
Se confundió con la noche,
Y aquel cuchillo de Luna
Que se quebró en el recorte,
Rasgó el requiebro en la Cava
Para apagar nuestros soles.
163
164. De Triana al Orbe
Silencio de Guadalquivir
Cíngulo de Plata y hombres,
Donde la Fragua al herir
Cuerdas de blusa y escote,
Dejaron mudo el tañer
De guitarras y arreboles.
Mudos quedaron…
Los zapatos,
Y enmudeció hasta el Corral,
Cañaverales gitanos
Que tenían que callar.
¿Qué le hicisteis a los vientos
Juncos de mirada altiva?
¿Cómo se quebró el concierto,
Quién os rompió allá en la orilla?
Dejó de bailar la noche
Sobre aquellas aguas limpias.
Muda se quedó la Cava
Muy cerca del Altozano
Por donde amarga mañana
164
165. Santiago Martín Moreno
Se escapó de nuestras manos.
Ya no se oyen campanas,
Ni en los yunques martillazos.
Ya por allá, por la Cava,
Mudo quedó el Zapateado.
Y el moreno de Azabache
Que mimbraba su canasto,
Ni la blusa de lunares
Como recuerdo ha dejado.
La tarde ya se ha dormido
Alrededor de Sant´Ana, quiero…
Pensar que se ha ido
Para regresar mañana.
165
166. De Triana al Orbe
O DE SOL
Viernes Santo...
Atardecer de Triana;
Ya el Sol le besa su manto,
Sevilla, besa su Cara;
Y el Puente, entre dos orillas
de un Guadalquivir de Nácar,
toma el aire de la tarde
para ponerlo a sus plantas,
y que descansen sus pies
en tan larga caminata
por los senderos del mundo,
por los caminos del Alma.
Pero, cuando está en Castilla,
la calle de más compaña
cubren su paso de un llanto
más dulce que la manzana,
como el que pone Callao
cuando la tiene en su entraña,
y la va piropeando
hasta romper las gargantas.
166
167. Santiago Martín Moreno
Por San Jorge, que delirio;
Le cantan con tantas ganas
que apagan el griterío
de una Altozano gitana
bañado de escalofríos.
Pero la Plaza es distinta
cuando en medio de ella está...
Ya no la llaman Señora,
ya la llaman Majestad.
Virgen de la O, Señora;
Nombre tan sonoro y breve
como aquél del corazón
que llenándose de amor
hace su paso más leve.
Virgen de la O, Señora;
Eres Tú, la maravilla;
¡Aquella Rosa de Grana
que Dios regaló a Sevilla,
pero que puso en Triana!
167
168. De Triana al Orbe
SIN FECHA NI MEDIDA
Hay horas en las que siento
cansancio de la vida, aburrimiento;
que en el mar de dudas en el que lucho
sumergido, pienso que ya he vivido mucho.
Y es que llevo tal vacío
en el alma, tan hondo y tan sombrío
como la necesidad de ese deseo
de no anhelar aquello cuanto veo.
Y me asombra, me extraña,
que bajo un afán eterno hecho montaña,
aún esté en pie luchando y a porfía
sin que me note cansado todavía.
Y es que para un joven viejo
que se ve ya pasado en el espejo,
y que a pesar de amar ve su juicio
entroncado a un terrible precipicio;
que algo que está en todo,
y no está en nada, con ese mismo modo
que, etéreo, está el aire por ligero
e inalcanzable a la luz que yo prefiero.
168
169. Santiago Martín Moreno
No sé si me llevan o me entrego;
no sé si tanta luz me va dejando ciego
mas siento, de los años a medida,
que estoy más que harto de esta vida.
169
170. De Triana al Orbe
TRISTE LUNA
Me dijo anoche la Luna
que está muriendo de pena,
y sobre el río de plata
derrama de plata perlas.
Ya no está guapa la luna,
no la cuidan las estrellas,
les ha pedido una a una
que no, que se olviden de ella,
que ya no quiere vivir
sin tener a quien la encela.
Recuerda cuando en primavera
se acercaba a aquella esquina
a iluminar la cancela...
Me dijo anoche la luna
que vio la calle desierta,
que allí esperó hasta la una
y no se abrió aquella reja,
170
171. Santiago Martín Moreno
que no notó sombra alguna
por paredes de cal muerta,
y es que el sol y la laguna
se fueron de la calleja.
171
172. De Triana al Orbe
UN TIEMPO
Ya mil noches
Que pido tu favor,
Que mendigo con afán
Tu mano amiga,
Que necesito cambiar…
Ser aun mejor,
Que estoy cada vez más
A la deriva.
Mas no llega tu ayuda
Y yo me siento
Cada vez más angustiado,
Y manchando el derredor
Con mi tormento.
172
173. Santiago Martín Moreno
Parece que no quieres
Que haya paz
En éste espíritu
Pobre y negligente,
Mas demando ayuda
Y no la das…
Dime:
¿Qué puedo hacer
Si estoy demente?
173
174. De Triana al Orbe
TRES CAÍDAS
Y llegó la madrugada
con su carga de pasiones
a las calles de Triana;
Esas pasiones que emanan
de los sentidos abiertos,
cuando tan sólo un desierto
corre por nuestros canales,
y esa Sangre que, a raudales,
sentimos fría en distancia,
comienza a sentir fragancias
la noche del Altozano,
cuando todo Sobrehumano
viniendo de calle Larga,
aparece Ése Gitano
bajo el peso de su carga...
Ya está pasando Jesús
con la Cruz hacia Sevilla,
y un silencio que acuchilla
y que deja atormentado,
comprimido el corazón,
se va abriendo los costados
174
175. Santiago Martín Moreno
porque cruzando callado
Éste Divino Señor,
bajo laureles se agita;
Y esa Sangre que palpita
escapando de sus venas,
es el Cáliz de Azucena
del que bebe la mañana,
haciéndola Soberana
llena de Amor y de Vida,
Nazareno de Triana,
¡Cristo de la Tres Caídas!
175
176. De Triana al Orbe
Sólo Fantasías
Rebota el viento
Tras los cristales.
La llama en la cera
Ya cae la tarde.
Y en el Hogar… el Fuego,
Pellizcos de sangre
Como sombras vivas
Muriendo en el Aire.
Un libro, alguien abre,
Y sale un galope
De Mil fantasías
Que no lo oye nadie,
No importa, decía,
Pero cuando yo sea grande,
Seré hermosas vías
En grandes ciudades.
176
177. Santiago Martín Moreno
SOLA CON TU SOLEDAD
A J. Carlos Ortiz
Sola con tu soledad...
Como Rosa de fragancias,
entre todas las hermosas
eres Reina Inmaculada;
En ti, el Llanto se hizo flor,
y la flor que se hizo lágrima,
fue lágrima en su Dolor,
y en su Dolor, una llama;
Para decir desde aquí,
desde el barrio de Triana,
cuanto de Fe y de Amor,
de Sentimiento y de Gracia
encierra tu Pecho herido,
ése pecho de alabanzas,
la tarde del Viernes Santo
cuando el Sol mima tu saya.
Y al verte así, Soledad,
por el Dolor traspasada
177
178. De Triana al Orbe
mientras la brisa hecha canto
que con dulzura te halaga,
va delante, silenciosa,
una cruz que te acompaña
pero, que no puede verte
porque Tú, vas rezagada.
Debajo del antifaz
como la cárcel del Alma;
Como un tañer de luceros,
como un rocío de aguas,
un tremolar de oración,
un temblor hecho plegaria.
Que nadie a su Soledad
intente de compararla
porque sólo la del Cielo
en Hermosura la iguala,
y porque fue el mismo Dios
Aquel que la modelara.
De nuevo cantó la brisa
a los pies de la Giralda,
mientras que arriba los sones
hechos dulces de campanas
como la miel de tus ojos
haciendo Llanto en tu Cara.
178
179. Santiago Martín Moreno
Es una tarde de Abril,
sin alba, sin madrugada;
Como la ilusión de un sueño
vestido de espumas blancas;
Como bandeja de Sol,
brillos de Oro y de Plata
para llevar a la Flor
más que nunca deshojada.
De nuevo un canto en el aire...
Es la brisa que no para,
que te mira, que te sigue,
que te besa, que te llama,
que te dice: Eres la Rosa
del Jardín de la Elegancia,
y que pasas como Estrella
fugaz de noche estrellada.
La Saeta se hizo llanto,
y el llanto se hizo agua
porque en tu Pena se ahogan
hasta las tiernas palabras
que nacen del corazón
viniéndose a la garganta
para decirte: ¡Te quiero!
Rosa de Amor, delicada;
Jardinera de los cielos,
y en Sevilla, Soberana;
Soledad del ansia mía,
179
180. De Triana al Orbe
lluvia de Amor que en el Alma
haces crecer la Alegría
de esta tierra Sevillana;
Por eso a Ti, Soledad,
cuando te miro a la Cara
y veo en tus pupilas
tu más Hermosa Mirada,
no sé que traigo por dentro
cuando vuelvo pa Triana.
180
181. Santiago Martín Moreno
¡TAL VEZ MAÑANA!
Hace tiempo que las musas
no quieren nada conmigo
aunque sé porque será;
Ellas saben que es verdad,
que ya no soy ése amigo
que las mimó sin cesar
aquellos días de frío,
y les brindaba ese abrigo
revestido de amistad,
con hilo de amor cosido
a una hechura de latidos
propia del poeta en paz.
Será que ahora estoy de guerra;
181
182. De Triana al Orbe
De lucha conmigo mismo,
y no consigo, en verdad,
salvar del todo ese abismo
que me somete a mi mismo
a una falsa realidad.
182
183. Santiago Martín Moreno
TRIANA EN ESTRELLA
Qué sufrimiento, Triana,
quedarte por unas horas
sin tu Estrella Soberana;
Sin ésa Madre de gozo,
Lucero de la mañana,
y la que, cruzado el Puente,
Sevilla entera la aclama
como Señora del Arte,
como la Bella Gitana
que fue Reina entre la gente
gitanita de las Cavas;
Y que el Domingo de Ramos,
cuando la tarde se acaba,
conviertes a San Jacinto
en luminaria de ascuas.
Ayer tarde me embobé
contemplando San Jacinto
como la calle lucía
porque Tú, maravillosa,
hacia Sevilla salías;
183
184. De Triana al Orbe
Entonces, salí corriendo
y en tu puerta me encajé...
Vengo a ofrecerte, te dije,
el sueño de mi querer,
el sudor de mi trabajo,
la luz del atardecer,
la oración de las aceras
y el brillar del corazón
que se ahoga en la pasión
de saber tan larga espera.
Vengo a ofrecerte, Señora,
la brisa que luce el aire,
la voz del Guadalquivir
cuando en silencio te habla
junto al Sol de la mañana,
el aroma de las flores
y un cantar de ruiseñores
de Sevilla y de Triana.
Vengo a ofrecerte, te dije,
los juncos de la ribera,
la fuerza de la Saeta,
y el reflejo de la cal
donde se mira la vida,
y un bálsamo Hierbabuena
pa que al Hijo de tus Penas
le cures Tú las heridas.
184
185. Santiago Martín Moreno
SALUS INFIRMORUM
Para Dani
Villalva
¡Bendito seas, Señor,
porque quisiste dejar
todo el fuego de tu Amor
en Ésta Flor de Azahar
que luce el Barrio León!
Flor de absoluta Pureza;
De Madre desconsolada.
Flor de esa Blanca Pobreza,
y a la que Sevilla reza
cuando la ve deshojada
por el viento del Dolor;
Y es que en Triana, ¡Señor!
Sólo nombrar la Salud,
es una Fuente de Luz
la que ilumina mi Barrio,
185
186. De Triana al Orbe
y así, junto a la del Rosario
Niña que fuera en su día,
llenará con su Alegría
las penas del Lunes Santo.
Salud...
Eres moña de jazmines
sobre bandeja de un Sol
que guardan los serafines.
Eres suspiro risueño,
Fanal de Gracia y Dulzura
del más sutil de los sueños.
Eres Blanca de fulgores;
Novia y Madre sin mancilla
y embrujo de resplandores.
Eres Reina entre gladiolos,
orgullo de rosas blancas
y Pasión del Clavel Rojo.
Eres Divina Enfermera;
Sangre fina de Triana
y afán de Sevilla entera.
¡Ay, Virgen de la Salud!
Novia Blanca de Triana;
Un Clavel Blanco eres Tú
186
187. Santiago Martín Moreno
de aquella excelsa ventana
que hermosea tu Virtud.
Por eso yo a Ti, te digo
con repicar de Sant´Ana,
que eres Madre del Amor,
¡María, Salud de Triana,
y Reina del corazón!
187
188. De Triana al Orbe
POEMA DEL ESTIRAO
Rebasando las alturas
de un pueblo llano, sincero,
hay quien diría: ¡criatura,
sólo te falta el sombrero!
Y si en lugar de Bombín,
éste fuera de Chistera,
se jartaría de reír
con tan chula cabecera.
188
189. Santiago Martín Moreno
SOBERANO PODER
Para Ildefonso
Damas
También el Alma se agita
la tarde del Lunes Santo,
cuando queriendo no puede
aliviar en su quebranto
el Poder de un Soberano,
Ése Señor tan Humano
y tan Divino Mortal,
que así se quiso entregar
a tan fatal sufrimiento,
cuando música en el tiempo
fue su única Verdad.
Por eso...
¡Ay, Plaza de San Gonzalo!
Que Dolor el de aquella Rosa
189
190. De Triana al Orbe
que siendo la más hermosa
no puede ir a tu lado,
como lo hace el Clavel
que endulza sus pies cansados,
y lastimera y preciosa
sobre mi hombro se ha echado
para decirme nerviosa:
Si no puedo ir a su lado,
me dijo estando entreabierta.
Si no voy en los costados
endulzando su Grandeza.
Si no aromo el desolado
aire de tanta entereza.
Si no alivio el atormentado
trasminar de su Pureza.
Si no ayudo en el cansado
caminar de su pobreza.
Y si sobre mí, apoyados,
no van sus pies con firmeza...
¡Florecer! ¿Para qué lo hago?
¡Si así muero de tristeza!
190
191. Santiago Martín Moreno
MI NIÑA DE LA SALUD
A mi abuela Rosa
Mi Barrio tiene una joya
Blanca como la Azucena,
y que luce como el Sol
cuando se enciende de Amor
con la llama de su cera.
Y el aroma que desprende
es como Menta y Canela
que me llena de sentires
como mil Guadalquivires
corriéndome por las venas.
191
192. De Triana al Orbe
Es del Barrio de Triana
aunque Ella no es Morena,
ni tan siquiera Gitana,
ni tampoco Arrabalera
porque fue a mitad de siglo
cuando hasta aquí se viniera.
Es la Niña de mis ojos,
la que mi dolor consuela
y a la que aun siendo niño
ya le ofrecí mi cariño
como me enseñó mi abuela.
Y es que…
Cuando te miro a la cara
y tus mejillas de Fresa
veo un rocío de sal
haciendo un río de perlas;
Buscando ese cauce amargo
192
193. Santiago Martín Moreno
que lleva a la pena negra
desde el fondo de tus ojos
que son como rosas frescas.
En el trazo de tu boca,
una sonrisa tan tierna
como la flor del Geranio
cuando la brisa lo besa,
mientras que él quiere verte
asomado a su azotea.
Y en el pretil de tu pecho
un Coral fino de Seda
te está mordiendo la entraña,
dejando tu vida ciega
para que así puedas ver
el Dolor que te atraviesa.
193
194. De Triana al Orbe
Ya solo quedan tus manos
para sentir más tristeza;
Ya solo quedan tus dedos
para ver como reflejan
cual ramitos de Azahar
el Dolor por la Condena
de tu Hijo el Soberano
Poder, que tu Alma encierra
para decir: Que una Virgen,
que una Madre con Ésta
nunca la hubo en Sevilla,
ni en Triana , ni en la Tierra.
194
195. Santiago Martín Moreno
TIEMPOS DE HAMBRE
Mañanas negras
Para oscuras esperanzas…
Hambre.
Tardes negras
Para oscuras soledades…
Hambre.
Noches negras
Para oscuras veladas…
Hambre.
Mañanas grises
Sin tierras que labrar…
195
196. De Triana al Orbe
Hambre.
Tardes grises
Sin tierras que sembrar…
Hambre.
Noches grises
Sin tierras que cosechar…
Hambre.
Tardes ociosas
Sin esperanzas…
Hambre.
Noches amargas
Sin Pan…
Hambre.
Mañanas, Tardes, Noches,
Negras, Grises…
…Abandonadas…
Hambre.
196
197. Santiago Martín Moreno
SENTAITA
A mi amigo
Alfonso Contreras.
Y me bañé en la sonrisa
del Niño que lleva en brazos.
Y la llené de caricias
al sentirme salesiano.
Y la llamé Auxiliadora
como ellos me enseñaron.
Y rendido ante sus plantas
mis fuentes se desbordaron.
De besos cubrí su trono
cuando no medía dos palmos,
más tarde... ya de mayor
aun lo sigo besando.
Cuántas tardes, frente a frente,
pasábamos sin hablarnos.
¡Cuánto Amor en su silencio,
197
198. De Triana al Orbe
cuánta verdad en sus labios!
Al Niño le dije un día:
¡Anda, échame una mano,
que tengo problema gordo
y no sé solucionarlo!
Y mirando hacia su Madre,
Auxilio de los cristianos,
se entrecruzaron caricias
que al mismo aire endulzaron.
Todo quedó allí resuelto;
Todo allí solucionado,
cómo podré Auxiliadora
separarme de tu lado.
Es tanto auxilio y ayuda
la que brindas a Triana,
que ya no me cabe duda
lo que a mi me comentaran...
¡No es que seas diferente,
ni seas como las demás
pero, sí... pasado el puente
te tuviste que sentar!
198
199. Santiago Martín Moreno
SANGRE SIN REMEDIO
A Enrique
Jiménez
Españoles de Tricornio,
De Boina y Estandarte,
De corazón bondadoso
Y dulce sangre a raudales.
De entrega, Amor y Esperanza,
De Celo y hasta de Coraje,
Y un Sacrificio en el fondo
Que les hace ser amantes.
Guardia Civil, Policía Nacional,
Que sois iguales…
Cómo allí, en vuestro interior,
¿Podéis perdonar los males
199
200. De Triana al Orbe
De seres que no son “seres”
Aunque sean semejantes?
¿Hasta cuándo servidores
De gente qué tanto miente…?
¿Hasta cuándo ese Perdón
De setenta veces siete?
Cuando está rompiendo el aire
La paletada postrera,
Nueva mirada de fuego
Con hierro otra vida quema,
Y en la orilla de esa vida
Que fuera de mar serena,
Cañas de amaranto y muerte
En muerte la convirtiera.
Pero continuáis tragando
El Dolor sobre la Pena,
Para mantener un orden
Que al fin y al cabo es la meta…
200
202. De Triana al Orbe
S E V I L L A
Para Antonio,
Blanca,
y lo que venga…
Es Sevilla una guirnalda
Con los cuatro farolillos
Que le presta la Giralda.
Yo con Amor canto a Sevilla:
Su Honor, su Gracia y su Linaje.
La adoro como adoro su paisaje.
La amo como a toda maravilla.
De chorros de Oro está empapada
La tarde de Abril en Primavera;
El Nardo, el Jazmín, la Enredadera
Como aromas de hembra enamorada.
202