La medicina azteca tuvo un gran desarrollo gracias al conocimiento de las propiedades curativas de los minerales y un buen entendimiento de la anatomía humana ganado a través de los sacrificios humanos religiosos, practicada principalmente por hombres aunque las mujeres se encargaban de los partos, y que trataba fracturas, mordidas y realizaba procedimientos dentales y craneanos a pesar de estar ligada a la magia.