Guia Basica para bachillerato de Circuitos Basicos
Les bibliotheques numeriques
1. 15 de Marzo, 2008
La gran ilusión del dilema político
Hace unos días por primera vez utilice la herramienta de “status” del Facebook;
desde entonces mi nombre aparece referido como “Juan is con dolor de ver el
mundo”. Lo que desencadenó esta inadvertida pataleta fue el piedronón y la tristeza
que me dio después de llegar a mi casa el 6 de marzo, tras estar un rato en una
vigilia organizada como parte de las manifestaciones de ese día. En Londres, donde
vivo, se organizaron para ese día dos eventos: primero, una concentración frente al
Parlamento a la cual no asistí por cosas de trabajo, y luego la vigilia en la tarde-
noche.
Llegué al evento como con miedo, acompañado de mi novia, esperando encontrar
seis gatos, pero con la intención manifiesta de mostrar al mundo que Colombia NO
es homogénea en su pensamiento social y político; que hay quienes no creemos en
el dilema entre blanco y negro, o bueno y malo, o Uribe y todo lo que huela a
izquierda, o aun mas importante por aquellos días, entre Colombia, llena de carisma
y pasión, y periferia (léase en cachaco “los indios esos que nos tienen rodeados!”); y
con la intención muda de manifestarme y enfrentarme por una vez al lado de otros
en contra del los crímenes evidentes y ocultos de nuestra tierra, y en especial del
desplazamiento que, por alguna razón que no he logrado descubrir con certeza, es
el drama que más me conmueve (posiblemente por sus cifras y por su escalofriante
vigencia sumada a la falta de soluciones a la vista, lo que es no menos que la
angustiosa realidad de que, que por bien que nos vaya, el drama causado por el
desplazamiento y sus secuelas se repetirá día a día en nuestras calles por décadas).
En conclusión, pensé sentirme rodeado en mi pesar. O, simplemente, esperé
sentirme rodeado.
Efectivamente al evento llegamos pocos; creo que habremos sido alrededor de 50 o
60, contando algunos ecuatorianos que se unieron e incluso ayudaron a organizar
ese evento, unas niñas que parecían ser de medio oriente y que tenían pancartas en
protesta contra ExxonMobil, y algunos ingleses probablemente miembros de alguna
ONG. Al llegar vi algo de lo que esperaba: un par de jóvenes con camisetas en
contra de los paramilitares y del gobierno, así como muchas caras que parecen
conocidas porque recuerdan rasgos comunes en Colombia, y gente con pancartas
de desaparecidos y trabajadores de Coca-Cola amenazados… sin darme cuenta
una mujer me dijo que si le tenía uno (o eso entendí yo), y cuando vine a recalcular
la situación descubrí que yo ya era el dueño de esa pancarta, que tenia la foto de un
trabajador de dicha empresa, y que estaba dotada con una cuerdita para colgárselo
del cuello, de la cual no hice uso… pero lo que se vino sí que no me lo esperaba.
El evento estuvo en su mayoría liderado por un señor inglés (?) que hablaba español
bastante bien. Se encargó de la logística, de coordinar con la policía un área
específica para la manifestación, y de organizar la mayoría de las arengas que
debíamos gritar (acción que de por sí no me place mucho y más bien me
avergüenza). Pero hasta ahí todo bien.
Vamos pues, a gritar con todas nuestras fuerzas! (yo, a tratar con todas mis fuerzas
de romper mis barreras y gritar). La cosa fue más o menos así, traducida al español,
y perdonarán si la memoria me falla:
La gran ilusión del dilema político
Juan David Leongómez
2. 2
Él: -Paramilitarismo
Todos: -Nunca más!
Él: -Fosas comunes!
Todos: -Nunca más!
Él: -Parapolíticos!
Todos: -Nunca más!
(Esto se hacía interminable en mi tonta vergüenza e incapacidad para romper mis
propias barreras)
Él: -Crímenes de Estado
Todos: -Nunca más!
Él: -Crímenes de Estado
Todos: -Nunca más!
Él: -Crímenes de Estado
Todos: -Nunca más!
Él: -Crímenes de Estado
Todos: -Nunca más!
(Bueno, un énfasis inesperado en los crímenes del Estado, pero, un momento… y
los desplazados?)
Él: -Crímenes de Estado
Todos: -Nunca más!
Él: -Crímenes de Estado
Todos: -Nunca más!
Un chistoso por ahí: Uribe
Todos: Nunca májajajajaja
…Insisto… y los desplazados? No. No se dijo nada.
Y empezó el show de quienes están acostumbrados. Entre el desorden y las pausas,
algún discurso o arenga improvisada. Y ocasionalmente gritos o sonsonetes en
contra de Uribe, o a favor de Chávez.
“Aplaudan, aplaudan, no paren de aplaudir
que los paramilitares se tienen que morir!
(Mi novia y yo cruzamos una mirada de desconcierto, con tintes de horror)
“Aplaudan, aplaudan, no paren de aplaudir…”
Ahí ya supe que mi deseo de sentirme rodeado estaba frustrado. Me sentía como
mosco en leche. Y es que en mi inocencia y estupidez esperaba inconcientemente
juntarme con quienes para mi serían “los buenos”, los que piensan más como yo…
los críticos que no comen entero… Carajo! Como si yo fuera “el bueno” en este
miserable momento de nuestra patria o como si alguien tuviera derecho a
autoproclamarse como tal! En ese momento por casualidad el señor aparentemente
inglés que había dirigió las arengas iniciales se paro para hacer algo junto a mí. Yo
por supuesto aproveche el papayaso y le recordé, sutilmente, que entre tanta arenga
no había dicho ni una palabra de los desplazados. Por supuesto el señor reconoció
su descuido con sorpresa que asumo honesta, y volvió rápidamente al lugar donde
se paraba el director de turno, explicando que “un amigou” le había hecho caer en
cuenta de que no hubo proclama contra el desplazamiento. Y esperé pacientemente
el momento en el que el grito resonara: -Nunca más!
La gran ilusión del dilema político
Juan David Leongómez
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Él: -Desplazamiento!
Todos: -…u..a …as…..
…No resonó ningún grito como yo lo esperaba. No hubo respuesta generalizada. No
hubo gritos desgarradores. No hubo la barraquera que tanto nos caracteriza. No
hubo… Ah! No hubo nada. Apenas un zumbido asqueroso que me sacó de cabales.
Y por ahí entre chistes, discursos de hermandad colombo-ecuatoriana y unanimidad
anti-uribista, un sonsonete que no se me quedó grabado, pero que era más o menos
así. Empezó inesperadamente con un largo grito de “alerta!” que me recordó el
popular personaje de radio.
“Alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina”
Ahí ya no aguantaba más. Una pelada muy churra había estado por ahí repartiendo -
o eso creía yo- un periódico latinoamericano. En un último intento por encontrarle
sentido a una situación que se me hacía insoportablemente dolorosa, le pedí una
copia. Resulta que no lo “repartía”: lo vendía. “OK! Pago una libra por ver que
contiene el maldito periódico!” (quise gritar). “OK, no importa, te lo compro… muchas
gracias” (dije). Miré el periódico por encimita y tenía más de lo mismo: un artículo por
un lado en inglés y por el otro en español, cargado propaganda chavista ciega y cero
objetiva. Y no resistí más. Mi novia y yo nos miramos y supimos que estábamos de
acuerdo en que estábamos perdiendo el tiempo. Y huimos del lugar.
Al principio y con la piedra que tenía, salí con la sensación de que tenía que
reconocer que el prejuicioso y manipulador pronóstico de Plinio Apuleyo Mendoza se
había en general cumplido. Pronóstico o directriz, a la marcha habían salido “los
mamertos de siempre, los sindicalistas que obedecen a sus consignas, los más
recalcitrantes opositores del Gobierno, uno que otro idiota útil, uno que otro
despistado y, de pronto, un Polo Democrático…” Llegué a mi casa y desde entonces
“Juan is con dolor de ver el mundo”.
…………………………………………………………….
Ya ha pasado algún tiempo desde los eventos y ahora por fin tengo un poco de
claridad post-sentimental para escribir esto. Lo que me molesto y contra lo cuál me
quiero manifestar es la polarización que se vive en Colombia; eso que según
Wikipedia es “el proceso por el cual en un conjunto originariamente indiferenciado se
establecen características o rasgos distintivos que determinan la aparición en él de
dos o más zonas mutuamente excluyentes…” (el subrayado es mío). Hoy, o se es
uribista o se hace parte de esa macabra asociación FARC-Chávez-Córdoba-Polo
(de la que hasta Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC, o el profesor
Moncayo, padre de un militar secuestrado por las FARC, son miembros honorarios)
tan presente en el imaginario colombiano. Si se es uribista, para sus opositores se
es necesariamente medio nazi y se da pleno respaldo a las matanzas de
campesinos. Si no, se es del eje narco-terrorista-comunistoide ya descrito,
probablemente se practica la sodomía o el sexo casual con algunos de sus líderes, o
se puede llegar a ser incluso violador de niños; eso sí, necesariamente se apoya a
las FARC, y se tiene un plan macabro y multinacional para acabar con nuestro país
como lo conocemos bajo un demonio comunista salvaje.
Y aprovecho para decir acá, que estoy cansado de que se juzgue a la gente por lo
que se dice que hacen, y no por lo que realmente dicen y hacen. Creo que tanta
patraña se ha ido quedando en un imaginario colectivo, del que se desprenden lazos
La gran ilusión del dilema político
Juan David Leongómez
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y supuestas cercanías íntimas como la de Carlos Gaviria y Hugo Chávez (para la
muestra un botón: en ésta parte de ésta conferencia, Gaviria hace referencia, entre
otras cosas, a la “deplorable” vocación autoritaria del presidente venezolano, en
contraposición a su ideal democrático… diferencia esencial que gracias al imaginario
colectivo creado no cabe en la cabeza de muchos pero que no por esto deja de
existir http://www.youtube.com/watch?v=PyPhdYCVAs8&feature=related). Me
sorprende cómo, entre chiste y chanza, incluso los chismes más tontos sobre temas
como el supuesto homosexualismo de algunos personajes, causan mella en gran
parte de la población. Y no me explico qué tiene que ver el homosexualismo con la
supuesta maldad visceral.
No comprendo cómo nos hemos dejado llevar, como nación, a ésta situación
absurda de tener que pertenecer a extremos incompatibles y enemistados, creando
resentimientos incluso al interior de familias o amistades fuertes. No comprendo
cómo todos se creen los buenos y asumen maldad química o sádica en el otro; y no
hablo de las cabezas visibles de estos polos aparentemente tan opuestos, sino de
nosotros, ciudadanos comunes, envueltos y recreadores de una guerra sucia
multilateral que hemos decidido dividir olímpicamente en dos simples bandos. Y por
supuesto, escoja lo que escoja, uno estará siempre en el lado que quiere la paz y el
bien común; el enemigo busca la guerra y lucrarse con el dolor ajeno. Qué fácil es el
mundo!
Por favor, no caigamos más en éste juego; parémoslo ya. No apoyemos la muerte a
los narco-contradictores de cualquiera que sea nuestra posición.
Autodenominados colombianos de bien: me permito decirles que distinciones
basadas en preferencias sexuales, o características raciales, económicas o de qué
tan “ñero” se es, no son para nada de bien.
Señor Apuleyo Mendoza: me permito confirmarle que durante las manifestaciones
del 6 de marzo, aparte de los mamertos de siempre, los sindicalistas que obedecen
a sus consignas, los más recalcitrantes opositores del Gobierno, los idiotas útiles, los
despistado y los miembros y seguidores del Polo Democrático, estuve yo,
manifestando mi preocupación por una realidad que usted ayuda a construir con
adjetivos. Y que participaron también otros ni uribistas ni chavistas -vaya sorpresa!-
que se mostraron, y otros que como yo pasaron inadvertidos. El mundo no es tan
simple.
Juan David Leongómez Peña
La gran ilusión del dilema político
Juan David Leongómez