Ricardo Canaletti introdujo una manera diferente de contar
historias en televisión que rápidamente encontró un público
fiel de seguidores incapaz de perderse uno de sus programas.
A poco de sacar un nuevo libro sobre crímenes sorprendentes
en Argentina el periodista habla de algunos de los casos
más emblemáticos que mantuvieron en vilo a todo el país y
comparte una definición acerca de aquellos que nunca se pudieron resolver: “A los argentinos no nos interesa la verdad”.
La Justicia Federal no le hizo lugar a medida del Intendente de La Rioja cont...
Revista a! 37 - Con estilo propio
1. 22 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
ENTREVISTA!
Con estilo
2. . 23andarobrasocial
A
ntes de dedicarse a cubrir
los casos criminales más im-
portantes de los últimos 25
años con su particular for-
ma de narrar, se recibió de abogado y
trabajó como meritorio en Tribunales.
Luego de pasar por diferentes tipo de
trabajos ingresó al diario Clarín en 1986
y al poco tiempo se convirtió en editor
jefe. En ese cargo permaneció 17 años
hasta que un día sintió que había tocado
el techo y decidió pasar a la televisión.
En la actualidad conduce el programa
Cámara del Crimen por el canal de ca-
ble Todo Noticias (TN), y es columnista
en los noticieros de la misma señal y
en Telenoche (El Trece).
a!- ¿Cómo surgió la selección de crí-
menes de este nuevo libro?
RC- Bueno, un poco como el primero.
Arbitrariamente. Son casos que a mí me
asombraron y pensé que al público lo
podían asombrar también. Algunos los
conocía, otros me los comentaron. Hice
dos o tres índices y al final quedó este.
-No todos los casos son de esta época.
Hay algunos que tienen muchos años.
-Sí, es que delitos se han cometido siem-
pre, y los más antiguos son los menos
conocidos. El que inicia este último tomo
de crímenes sorprendentes en realidad
tiene que ver con un gobernador espa-
ñol de la ciudad de Buenos Aires que se
comportaba fuera de las reglas y de los
cánones de la época. Había quienes con-
sideraban que estaba loco. Cometió va-
rios delitos y a partir de ahí lo demás...
-Este es tu séptimo libro. ¿Por qué pensás
quelagenteseenganchatantoconcríme-
nesqueenmuchoscasossonterribles?
Ricardo Canaletti introdujo
unamaneradiferentedecontar
historiasentelevisiónquerápi-
damente encontró un público
fiel de seguidores incapaz de
perderseunodesusprogramas.
A poco de sacar un nuevo libro
sobre crímenes sorprenden-
tes en Argentina el periodista
habla de algunos de los casos
más emblemáticos que man-
tuvieron en vilo a todo el país y
comparteunadefiniciónacerca
deaquellosquenuncasepudie-
ron resolver: “A los argentinos
no nos interesa la verdad”.
propio
3. 24 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
EN LA TIERRA DEL PATRÓN DEL MAL
En el año 2013 Ricardo Canaletti viajó a Colombia a entrevistar
a “Popeye”, uno de los sicarios del recordado narcontraficante
Pablo Escobar que acababa de salir de la cárcel.
“Cuando llegamos al cerro donde hay mucha pobreza y
donde Escobar creó su propio barrio la primera cosa que
nos dijeron fue ´Aquí no se habla mal de Pablo Escobar´.
Fue la única advertencia que recibimos. Popeye había escrito
un libro y quería publicitarlo. Estaba interesado en mostrar
al mundo que había dejado de ser el sicario de Pablo Esco-
bar. Aunque lo reivindicaba a cada rato y me hacía sentir
todo el tiempo que estaba hablando con una persona que
había matado gente. Fue interesante. Hubo momentos de
ansiedad. No digo de temor pero sí de cuidado. Estuvimos
permanentemente custodiados por delincuentes".
-Puedo responder en líneas generales,
porque no se puede hablar por todo el
mundo. Pero para empezar podemos
decir que a la gente le gusta escuchar
historias. Y las historias que contienen
extremos, pasiones, sangre, intriga,
trampas, venganza… son las que más
atraen. Todo depende de cómo se cuen-
tan. Una cosa es leer un parte policial
y otra cosa es que te lo cuenten de otra
manera. La narración, el desarrollo de la
historia, es muy importante para que la
gente se interese. Eso hacemos.
-¿Qué cosas tuviste que incorporar a la
manera de contar las historias cuando
decidiste pasar después de muchos
años del diario a la televisión?
-En la televisión uso todo el cuerpo. Mi
voz, mi físico, mi apariencia, los silen-
cios. El tema de la entonación, de la pa-
labra, de volver para atrás, de repetir. La
gestualidad tiene mucho que ver tam-
bién. Fue una cosa que se dio medio de
casualidad. Jamás pensé que podía tra-
bajar en televisión y mucho menos con
esta moderada repercusión.
-¿Cómo te trata esta “moderada reper-
cusión”? Te encuentra maduro.
-Me encuentra ya de grande, claro. No
hace tanto que estoy en la tele. Son 9
años. Para mí fue un desafío porque
de la gráfica no digo que “sabía todo”
pero sí que “sabía hacerlo todo”. Y acá
fui aprendiendo sobre la marcha. Me
decían “quedate quieto”, “no muevas
ENTREVISTA!
4. . 25andarobrasocial
nota se preguntará, “¿Este tipo está in-
sensibilizado?”. Sí y no. Porque siempre
hay un caso que te toca algún nervio. En
una época era el tema de la toma de re-
henes, y ahora cuando hay una toma de
rehenes vos pensás “dentro de 5 horas se
entregan”. Lamentablemente es así. Uno
va tapando a otro y lo que se pierde es
el sentido de la trascendencia que tiene
cada uno de esos casos. Es un mal de esta
época moderna. No es culpa del periodis-
mo ni nada por el estilo.
-¿Hay más casos de femicidios?
-Femicidios siempre hubo. Ahora se cono-
cen más. O sea, hay un lado positivo en eso
dentro de la tragedia que es la agresión a
una mujer. El asalto a casas hace 30 años
cuando yo empecé en esto era una cosa
muy rara. Ahora es algo muy común. Direc-
tamente tiene un nombre: “Entraderas”.
-Decías de lo positivo que ahora se den a
conocer más estos casos, pero hay quie-
nes hablan de la parte negativa de la
difusión. Que alguien copie o incorpore
una alternativa de delito que ve en TV
las manos”... y yo las movía. Porque
con el tiempo yo decía “bueno, está
bien, pero esto no se puede explicar
sentado”, y entonces me paraba. Y
después “pará, esto no se puede expli-
car sin un pizarrón”, y entonces aga-
rré un pizarrón. Y también es cierto
que la empresa me fue permitiendo
hacer todo este tipo de cosas que no
eran fáciles, que salían de la norma
en una pantalla como la de TN y Canal
13 que es muy cuidada y muy obser-
vada. Pero todo se hizo con prudencia
y con la cautela del caso. Fue una ma-
nera diferente de contarle a la gente
las cosas. Porque las historias son las
mismas que tiene la competencia, las
que tiene todo el mundo.
-¿No es un tema de información?
Sí, por supuesto. Mi guión es la informa-
ción. Pero vos tenés que contar historias
que muchas veces no están completas
porque todavía no se conoce todo. Una
cosa es contar una historia que pasó hace
unos años y otra cosa es contarla ahora
con lo que está pasando en este momen-
to. Es diferente. Esta es una época en la
cual ya no es tanto quién tiene la primicia
sino quién presenta mejor el tema.
-Hacésmuchohincapiéenlaforma,enla
manera de contar las cosas, sin embargo
tu formación no es esa, sos abogado.
-No me sirve de nada usar lenguaje téc-
nico porque sino no llegaría a nadie.
Yo no le hablo a los abogados ni a los
jueces. Le hablo al verdulero, al lechero,
al carnicero, al vendedor de seguros, al
empleado público, al bancario. Trato de
llegar a la mayor cantidad de personas
posibles, para lo cual tengo que tener
un determinado lenguaje que todos en-
tiendan. Yo no digo: “Extrajo de entre
sus ropas un arma de grueso calibre”.
Digo: “Sacó un revolver”. Lo entiende
todo el mundo. Por otra parte hace mu-
chos años que hago esto y me considero
periodista. La abogacía cuando termi-
né, terminé. No ejercí casi nunca. Pero
me da un conocimiento. Es útil. Si yo
no se la diferencia entre un hurto y un
robo no voy a entender nunca la dife-
rencia por la cual un tipo está en cana
más tiempo que otro. Eso puede llevar a
confusión y mucha gente puede llegar a
conclusiones que son equivocadas.
-¿El último caso más resonante fue el
de Ángeles Rawson?
-Puede ser. Lo que pasa es que uno supera
al otro. El de Lola en Uruguay también. Lo
que menos esperás es que de vacaciones
en un lugar como Valizas tranquilísimo
pase una cosa como esa. Y el de Nisman,
claro. Después hay muchos otros. Lo que
pasa, a diferencia de otras épocas, es que
son casos muy fuertes y de enorme con-
tenido emocional, pero que duran poco.
-¿Cómo es eso?
-Porque cada vez se conocen más casos
de la misma naturaleza. Uno que lée esta
5. 26 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
-Hay que convivir con eso. Porque la otra
es: ojos que no ven corazón que no sien-
te. Cuando era chico, en la década del 60,
había una sociedad que en su superficie
era feliz. Estaba contenta, iba para el
futuro, le peleaba a Brasil la industria-
lización, éramos los campeones morales
de todo. Los vecinos sabían donde esta-
ba el policía, donde estaba el ladrón… y
abajo había una suerte de correntada de
corrupción, de delitos que no salían a la
luz, donde las mujeres eran golpeadas
en sus casas pero no decían nunca nada.
En lugar de tener esa sociedad yo prefie-
ro tener esta que por lo menos es más
sincera. ¿Lo logramos nosotros? ¿Fue
una decisión? ¿Es parte de una filosofía?
No. Nos desbordaron los casos. Todo lo
que estaba debajo en la década del 60,
salió arriba. Ya no daba para más. No
había más lugar donde esconderlo. ¿Qué
tengo que hacer yo frente una nena que
desaparece como Ángeles Rawson? ¿Dar
la noticia y callarme la boca? ¿Qué ten-
go que hacer yo ante la noticia de una
chica que desaparece y la primera sos-
pecha del fiscal del caso es que la pudo
haber agarrado un tipo por la calle? ¿Ca-
llarme la boca? ¿Qué tengo que hacer al
día siguiente cuando la chica aparece en
la planta de tratamiento de residuos?
“Cómo le dio la prensa al caso Ángeles,
estaban todo el día hablando de eso”.
¿No hay que hablar de eso? Yo lo entien-
do de otra manera. Ojos que no ven co-
razón que no siente. Ese es el principio
del secreto y ese es el principio de la in-
quisición. El secreto provoca terror. Si yo
no se lo que pasa me da miedo. Sigo una
vieja enseñanza de un periodista: “Afli-
gir a los confortados y confortar a los
afligidos”. Estamos siempre del lado de
la víctima que sufre un robo o un homi-
cidio o un tema de violencia de género.
-¿Pensás que va a aparecer Julio López?
-No. Pienso que es una desgracia argentina
y que ya se perdió el interés por conocer la
verdad. Este es un país sin verdad. No tiene
verdad. No le gusta. El caso Nisman tam-
biénvaaquedarasí.Nosgustalacomplica-
ción,lafantasía,losrelatosrimbombantes,
ampulosos. Es como decía Borges… es muy
atractivo el misterio, pero cuando el miste-
rio se resuelve no le interesa a nadie. Noso-
tros queremos mantener el misterio. “No,
yo se la verdad hermano: Yabrán está en
Bahamas tomando daikiri”, “A Nisman lo
mataron agentes de recontra inteligencia
iraní”, “Qué me vas a contar. Yo tengo un
amigo ahí que me dijo que…”. Y así muchos
ejemplosmás.Enlamedidaquevoslemos-
trás a la gente que 2 + 2 siempre es 4 y que
cuandotedicenquees5hayalgoqueanda
mal… la gente te va a responder. Hay tipos
que no les gusta que les digan esas cosas.
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