CARTILLA Echando Raices En El Cairo _ Reubicación _ Construcción de Paz _ Reconciliación (Por: Pedro Barrera y Andrea Padilla).
Esta Cartilla es producto de un proceso de sistematización financiado por el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR Colombia) y la Universidad Javeriana de Cali.
Espero les agrade y esta experiencia pueda contribuir a los nuevos escenarios que tenemos en el País.
Pedro Barrera,
Administrador Público.
Servidor, ser VIVO soñador.
CARTILLA Echando Raices En El Cairo _ Reubicacion _ Construccion de Paz _ Reconciliación (Por: Pedro Barrera y Andrea Padilla)
1. Echando raíces
en El Cairo
“Ya me siento cairense, ya
tengo raíces”
Experiencias de reconciliación y
construcción de paz desde una
comunidad campesina reubicada
No fue fácil entrar en los corazones de la comunidad
de El Cairo, no fue fácil que abrieran su corazón a
nosotros, que compartieran sus sentimientos y miedos.
Pero con esfuerzo, dedicación y mucho amor, logramos
regalar sonrisas a niños y adultos, creamos espacios
donde las esperanzas y sueños fueron los protagonistas.
El SJR Colombia les desea una mejora contínua en sus
vidas, esperamos que su renacer en El Cairo sea eterno.
Con el apoyo de:
2. AGRADECIMIENTOS
Nuestro reconocimiento, admiración y gratitud hacia todas las
mujeres, hombres, niños y niñas que hoy renacen en El Cairo tras
la dolorosa experiencia del desarraigo, pues ellos representan la
esperanza de consolidar otra realidad para los campesinos de
Colombia, una realidad llena de optimismo e ilusión. Gracias por
permitirnos acompañarlos en momentos de alegría y tristeza; de
desilusión y motivación, pero primordialmente, en su valioso proceso
de construcción como comunidad. Gracias por convertirse en un
recordatorio andante de que las dificultades que trae consigo un
desplazamiento forzado pueden sobrellevarse. Que se pueden echar
raíces nuevamente y construir colectivamente los medios necesarios
para la vida y la paz.
Un reconocimiento especial a Marcela Capera, Estefany Ontiveros,
Claudia Ovalle, Luisa Ramírez, Jairo Rojas, Randolf Laverde, Holmes
Villegas y todos aquellos colaboradores del SJR Colombia que
en distintos momentos acompañaron de cerca el proceso de esta
comunidad.
Extendemos también nuestro agradecimiento Asimismo a Mauricio
García-Durán S.J., Director Nacional del SJR Colombia, cuyos
valiosos aportes en materia de reconciliación enriquecieron el
presente texto; a Pedro Barrera y Andrea Padilla, quienes realizaron la
construcción de este documento, y a Lina Montoya y Herwin Quijano,
quienes realizaron el diseño e ilustraciones del mismo. Finalmente,
agradecemos a la madre tierra por ser tan abundante y darnos cobijo
y comida.
La realización de este documento fue posible gracias a la alianza entre
la Universidad Javeriana de Cali y el SJR Colombia, en el marco del
proceso de regionalización de la obras de la Compañía de Jesús en el
departamento del Valle del Cauca.
3. INTRODUCCIÓN
Tras un doloroso proceso de
desarraigo, y como respuesta de
un programa del INCODER para
el restablecimiento de los derechos
de las víctimas de desplazamiento
forzado, más de 50 familias de
distintas partes de Colombia
fueron reubicadas en zona rural
del municipio de El Cairo en Valle
del Cauca. En un contexto en el
que muchos vieron una serie de
obstáculos y dificultades, estas
familias campesinas encontraron
y crearon diversas oportunidades
para reencontrarse con la tierra y
transformar su realidad.
Con este documento el SJR
Colombia pretende responder
a un doble objetivo, uno con la
comunidad de El Cairo y otro
como organización social. Con el
primero, queremos que estas líneas
cumplan con la labor de hacer
memoria, visibilizar y comunicar la
enriquecedora experiencia de esta
comunidad. Con el segundo, realizamos
un ejercicio de construcción social
del conocimiento, identificando y
reflexionando sobre los cambios que
viviólacomunidadalolargodelproceso,
los resultados obtenidos y las lecciones
aprendidas. En este sentido, a lo largo
del presente texto, el SJR Colombia
plantea una reflexión del proceso en
El Cairo, visto a la luz del concepto de
reconciliación, a fin de establecer de qué
manera este constituye una experiencia
de reconciliación y construcción de paz.
En la presente cartilla conocerás la
experiencia que vivieron estas familias
luego de ser desplazadas de sus lugares
de origen. Aquí encontrarás una
pequeña reconstrucción del proceso
vivido, la historia común que los une y
los importantes aprendizajes que los
caracterizan hoy en día.
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4. Atravésdesusvocesypercepciones,
en estas páginas verás reflejados
los distintos momentos que
atravesaron un conjunto de
personas trabajadoras, quienes con
sus vivencias nos demuestran que
al crear relaciones de confianza y
reconocimiento mutuo es posible
avanzar en la construcción de paz
desde el nivel comunitario.
Esta es una historia de
empoderamiento, de resiliencia,
de perseverancia y de laboriosidad.
Esta es su historia...
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5. CONTEXTO
Fundado en 1920, el municipio El Cairo se caracteriza por su relieve
montañoso y su productividad agrícola, en la que sobresalen los
cultivos de café y plátano, pero donde también podrás encontrar
cultivos de caña, maíz, banano, yuca, fríjol, aguacates y algunas frutas.
Este hermoso municipio de grandes tesoros en fauna y flora, cuenta
con más de 8500 habitantes dedicados -en su gran mayoría- a la
agricultura y la ganadería.
A pesar de su abundancia, el paisaje cafetero de El Cairo no ha sido
ajeno al conflicto armado colombiano, de hecho, varias veces estuvo
en el centro de disputas entre grupos armados que buscaban la
posibilidad de producir y transportar pasta de coca hacia los puertos
del Pacífico colombiano a través del río San Juan. Asimismo, en el
marco de este conflicto, este municipio se convirtió en el receptor de
más de 50 familias colombianas que se vieron obligadas a atravesar el
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6. difícil proceso de desarraigo, abandonando sus tierras, bienes y seres
queridos.
En el marco del programa de restablecimiento integral a población
desplazada y en cumplimiento de la Ley 387 de 1997, para el año 2006
estasfamiliasemprendieronelprocesoderestablecimientodederechos
en una serie de terrenos entregados por el Instituto Colombiano de
Desarrollo Rural (INCODER). Como una alternativa para reconstruir
su vida, estas familias fueron reubicadas en los predios La Habana,
La Argentina, Perla Roja, La Pradera, Pinares, Buenavista,
El Brillante, Camellones y La Guajira.
Sin embargo, las duras condiciones de los terrenos que recibieron y la
faltadepresenciadelEstadoentérminosdeatenciónpsicosocial,saludy
educación, les generaron a estos campesinos múltiples complicaciones
durante su proceso de restablecimiento. Ante estas necesidades, en
2009 el SJR Colombia inició un proceso de acompañamiento para el
fortalecimiento comunitario, trabajando de manera conjunta a través
de ejercicios de incidencia para la visibilización, capacitaciones en
derechos, construcción de proyectos de vivienda y planes de vida y
reconstrucción de memoria.
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9. UESTRO ORIGEN
¿Quiénes somos?
Somosmásde50familiascampesinasqueporlaviolenciaeinseguridad
en la que vivíamos, nos vimos forzadas a dejar atrás nuestras tierras,
nuestras vidas. Somos hombres, mujeres y niños que tras un difícil
desplazamiento buscamos distintas alternativas para cambiar nuestro
rumbo y transformar nuestra realidad.
¿De dónde venimos?
Venimos de municipios
fuertemente afectados por el
conflictoarmadocolombiano,
en los departamentos
de Chocó, Huila, Cauca,
Quindio Caquetá, Antioquia,
Putumayo, Nariño, Risaralda,
Guajira, Valle del Cauca.
Es por eso que cada uno de
nosotros tiene diferentes
historias, tradiciones,
costumbres y modos de
pensar.
Chocó
Antioquía
Valle del
cauca
Caquetá
Guajira
Risaralda
Putumayo
Nariño
Huila
Cauca
Quindio
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10. ¿Qué hacíamos?
Todos venimos de zonas rurales, por lo que estamos acostumbrados
a trabajar la tierra, cuidar de nuestros cultivos y hemos aprendido a
amar el campo.
ROGRAMA DE REUBICACIÓN
Un día, mucho después de salir huyendo de nuestras casas y tras
buscar refugio en distintos municipios, el Estado nos informó
que si entrabamos a ser parte de un programa de reubicación del
INCODER, nos entregaban un predio y un subsidio integral. Aunque
para ese momento, cada uno había pasado por diversas y complejas
situaciones, todos vimos este ofrecimiento como una alternativa para
reconstruir nuestras vidas.
En correspondencia con el Plan Nacional de Desarrollo Hacia
un Estado Comunitario, el Estado se compromete con los
beneficiarios del programa de reubicación a adjudicar un predio
rural y otorgar un subsidio integral que contempla el valor de la
tierra y las inversiones complementarias necesarias. Lo anterior,
para que accedan al restablecimiento de sus tierras y sus medios
de subsistencia.
Resolución No. 01751 del 11 de diciembre de 2006 del
Ministerio de Agricultura y el INCODER
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11. egada a El Cairo
Desde el 2006 y en distintos grupos, iniciamos el proceso de
restablecimiento en los terrenos que el INCODER nos entregó. Eran
terrenos rurales ubicados en distintas veredas del norte del Valle del
Cauca y separados unos de otros por una distancia de entre 20 y 60
minutos en jeep.
Los predios en los que nos reubicamos fueron: La Habana, La
Argentina, Perla Roja, La Pradera, Pinares, El Brillante,
Buenavista, Camellones y la Guajira.
Sin importar nuestra condición económica o el lugar de donde
veníamos, al encontrarnos en El Cairo, todos llegamos como
beneficiarios del programa de reubicación, todos anhelando proyectar
allí nuestras esperanzas de una nueva vida.
Aunque el INCODER nos había hablado de territorios productivos,
llegamos a terrenos abandonados con unas cuantas casas viejas en las
que tuvimos que vivir hacinados los primeros tres años.
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12. “Cuando iniciamos fue muy traumatizante, unos
lloraron, hay casos muy traumáticos pues el
Incoder nos trajo con engaños, dijo que era una
finca en producción y era solo rastrojo”
- OLGA VÉLEZ
“Nos tocó acomodarnos como pudimos, de a 2
familias en cada cuarto, eso fue una situación
muy difícil”
“A mí me gusta el campo, yo dije, eso lo
trabajamos y lo ponemos bien bonito”
- BLANCA OSPINA
- MARCO ANTONIO CIFUENTES
- PARTICIPANTE GRUPO FOCAL LA HABANA
“Los primeros domingos íbamos al pueblo y la
gente nos miraba con desconfianza, los que se
atrevían a hablar solo hacían preguntas. Algunos
decían que nosotros éramos los que veníamos a
trabajar. Algunos conductores nos decían que era
bueno tener más gente por acá”
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13. Tuvimos muchos problemas de convivencia que surgieron por
estar viviendo en unas pocas casas con personas desconocidas,
donde cada quien reclamaba su espacio y autonomía.
Como íbamos con la expectativa de cultivar café y plátano, nos
desilusionó mucho llegar a tierras que llevaban muchos años
abandonadas.
Como al llegar no había ningún cultivo, hubo días en los que
conseguir alimentos era muy difícil.
Aunque soñábamos con llegar a vivir en nuestra propia casa,
solo habían unas cuantas casas comunitarias y no una casa para
cada uno. Ahí nos dimos cuenta que las condiciones a las que
llegamos eran muy diferentes de lo que nos habían dicho.
El INCODER nos entregó predios con titulación colectiva, es
decir que los linderos no estaban definidos y eso hacía imposible
saber qué pedazo era de cada quién.
En ciertos momentos algunos sentimos temor por la presencia
de actores armados, amenazas y asesinatos en la zona.
Dificultades
Muchosdeestosproblemashicieronquealgunasfamiliasabandonaran
el proceso de reubicación en El Cairo, saliendo en busca de otras
alternativas. Sin embargo, otras familias decidimos trabajar con lo
que teníamos y crear las condiciones necesarias para mejorar nuestra
calidad de vida y avanzar en nuestro anhelado restablecimiento...
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14. rabajando la tierra y
transformando el territorio
Ante esta compleja situación, nos unimos como comunidad y
decidimos responder con trabajo constante, optimismo y una gran
capacidad de resiliencia. Así comenzamos a construir un nuevo
camino hacia la integración con las demás familias reubicadas y con
los demás habitantes de El Cairo.
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15. Múltiples Oportunidades...
Las dificultades que enfrentamos a nuestra llegada a El Cairo, las
convertimos en oportunidades para transformar nuestra vida.
Empezamos a trabajar la tierra y generar en ella condiciones
productivas.
Demostramos que además del esfuerzo individual, esta tarea
también requería un esfuerzo colectivo y el apoyo de diferentes
organizaciones públicas y privadas que nos acompañaron en el
proceso de exigir al Estado el cumplimiento de los compromisos
que había adquirido con nosotros.
Muchos pensamos que la mejor opción era trabajar el terreno.
Y así lo hicimos, empezamos a transformar la tierra y con ella,
nuestra vida.
Para solucionar nuestra falta de alimentos, nos pusimos a pensar
en posibles soluciones. Para esto tuvimos que jornalear en fincas
cercanas, pedir comida a nuestros vecinos y buscar cualquier
tipo de trabajo en el pueblo. Este proceso nos acercó mucho a la
comunidad cairense, quienes nos recibieron de buena manera.
La solución para el tema de las viviendas surgió de la creatividad
y recursividad de la comunidad, ya que nos terminamos
organizando colectivamente para sortear al azar un aproximado
de entre 3,5 y 5 hectareas por familia y que así cada uno pudiera
iniciar su reubicación en su propio predio. Ello, antes de la
definición oficial por parte del INCODER.
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16. Aprovechando lo que teníamos a la mano repartimos madera,
helva, hojas de zinc y vigas para que cada familia pudiera
comenzar a construir sus propios espacios. Adicionalmente,
algunos miembros de la comunidad tuvieron el beneficio de ganar
mediante sorteo las casas comunitarias en las que estuvimos
hacinados al iniciar la experiencia. Algún tiempo después,
pudimos mejorar nuestras viviendas gracias al acompañamiento
con un proyecto de la OIM y del SJR Colombia. Con este acuerdo
no solo pudimos comenzar a construir nuestras propias casas
y mejorar la condición de los terrenos, sino que también nos
acercamos unos a otros, comenzamos a formar lazos de amistad
y a apoyarnos como comunidad.
Como no todos quedaron satisfechos con la repartición de
territorios,decidimosorganizarnoscolectivamenteyapoyarnosen
algunas organizaciones sociales, para así presionar a las entidades
estatales. Finalmente, para 2013 logramos que un topógrafo del
Incoder viniera a definir los linderos.
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17. “Eso fue en el 2010. En ese entonces el SJR nos estaba
colaborando. Les tocamos el tema entonces ellos nos
ayudaron con una acción de tutela. Ellos nos ayudaron
como a redactar esa acción de tutela, tras ese derecho
de petición que nunca nos respondieron. Y en esa
tutela la respuesta fue que sí, que se comprometían
con nosotros a hacer todas esas diligencias. Y que por
medio de esa petición se comprometía a un proyecto
productivo complementario para las familias de Perla
Roja.”
- MARCO ANTONIO CIFUENTES (2013)
La solución al tema de los linderos se dio por la efectividad de una
tutela elaborada en 2012 que resultó en la definición oficial de los
límites y la activación de un proyecto productivo. En este proceso, más
de 5 años después del inicio de la reubicación, se logró la adjudicación
de entré 3.5 y 5 hectáreas para cada familia beneficiaria del programa.
En este acompañamiento, el SJR Colombia trabajó con la comunidad
en diversas capacitaciones sobre el conocimiento y la defensa de los
derechos básicos, y los mecanismos para su protección y exigibilidad.
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18.
19. Acompañamiento jurídico y psicosocial
Acompañamiento en creación de planes de
vida
Promoción proyectos productivos
Proyectos de seguridad alimentaria
Mejorameinto de vivienda
Construcción de tejido social e integración
comunitaria
Incidencia política
¿Cuál fue el acompañamiento del SJR?
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20.
21. ecesidades comunes,
soluciones colectivas
Como familias reubicadas tuvimos muchos obstáculos para lograr la
atención y el cumplimiento de las promesas que nos había hecho el
Estado. Sin embargo, en nuestros espacios de diálogo y encuentro, nos
dimos cuenta que las necesidades que teníamos no eran sólo nuestras,
sino que todos los que habíamos llegado a El Cairo estábamos pasando
una situación muy similar, y por eso las soluciones serían las mismas.
Entonces, de la mano del SJR Colombia avanzamos en la búsqueda de
soluciones colectivas a través de:
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22. 5 Necesidades Básicas de
los Desplazados
Planes de Vida
Realizamos un ejercicio para identificar problemáticas comunes,
con el cual no sólo entendimos que nuestros intereses son
similares, sino también que la manera más efectiva de satisfacer
nuestras necesidades es realizando gestiones como organización
comunitaria.
Tras 5 años de acompañamiento del SJR, y con las asociaciones
que hemos creado en los diferentes predios, construimos nuestros
Planes de Vida. Para esto, y basados en el diálogo, la construcción
de relaciones de confianza y la cooperación, hicimos un banco de
proyectos con nuestras propuestas para alcanzar la satisfacción de
las principales necesidades sociales, económicas, ambientales y de
Educación para los NNAJ
Salud para miembros de la comunidad
Servicio de energía
Servicio de agua y alcantarillado
Vías de acceso
2012
2009 - 2015
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23. participación que dificultan nuestro proceso de restablecimiento.
En dichos proyectos buscamos soluciones colectivas a nuestras
necesidades e intereses definiendo hacia dónde queríamos ir, y con
qué actores debíamos integrarnos para alcanzar nuestros deseos.
A través de actividades nos entendimos como individuos que hacemos
parte de un grupo de personas y familias con dificultades similares
y un mismo proceso de reubicación, lo que nos llevó a articularnos
alrededordeinteresescomunesylarealizacióndeaccionesenbeneficio
del todo el grupo. Por ejemplo, surgieron pequeñas asociaciones que
lideran algunas mujeres en búsqueda del bienestar de sus respectivas
familias.
Asociarnos se convirtió en un medio que usamos para hacernos
visibles ante las autoridades locales e incidir para el cumplimiento de
los compromisos que el Gobierno había hecho con nosotros. Dejamos
atrás la idea de asociarnos como requisito para que nos dieran un
beneficio, y nos empezamos a asociar porque entendimos que así
creamos comunidad, que nuestras necesidades son compartidas y
que al hacer las cosas juntos, todo es más sencillo. De esta forma, nos
volvimos más cercanos, creamos lazos, construimos lo que queríamos
y diseñamos la forma de alcanzar nuestros sueños.
Adicionalmente, no sólo nos acercamos entre nosotros, sino también
con los habitantes locales de El Cairo, quienes nos permitieron
jornalear en sus fincas y nos compartieron de sus alimentos, semillas
e incluso de sus conocimientos, pues muchos no sabíamos nada sobre
cultivar café.
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24. Venimos de zonas rurales y hemos crecido inmersos en una cultura
campesinaenlaquetenemosprácticascomunescomolaproducciónde
alimentos. Por eso nuestra identidad individual está asociada al hecho
de poseer una tierra y requerir de su productividad para integrarnos
a dinámicas económicas, ambientales, sociales y políticas de los
lugares que habitamos, pero nuestra identidad colectiva se empezó
a definir cuando nos dimos cuenta de la importancia de fortalecer
nuestras relaciones y actuar juntos para superar las necesidades que
compartimos y nuestra historia común de reubicación como víctimas
del desplazamiento forzado. Para ello tuvimos espacios de encuentro
y diálogo que nos permitieron empoderarnos y construir nuestro
propio territorio.
Ampliamos la posibilidad de reconocernos, que nos reconocieran
y así empezamos a sentirnos representados de acuerdo la identidad
que habíamos construido. Tuvimos acceso a espacios para participar,
articularnos a otros e incidir.
Recibimos el acompañamiento de organizaciones no gubernamentales
y cooperación internacional, quienes nos enseñaron que organizarnos
colectivamente era útil para el fortalecimiento de nuestra identidad,
y que con ellos, al reconocernos como grupo, podemos gestionar
nuestros medios de vida y mejorar nuestra convivencia.
enerando nuestra
identidad colectiva
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25. Una vez logramos fortalecer nuestra identidad colectiva, nos
dimos cuenta que cada vez éramos más visibles, que en El Cairo
nuestras voces se oían más alto. Comenzamos a tener presencia
ante las instituciones locales, y con ello una mayor participación y
representación en distintos espacios de la vida social y política del
municipio. Gracias a esto, logramos mayor incidencia y relevancia
en temas como la integración comunitaria (como cuando nos
brindaron alimentos y conocimientos sobre los cultivos de la zona) y
la transformación de distintas dinámicas del territorio (por ejemplo,
cuando logramos la definición de los linderos o la posibilidad de
comercializar nuestros productos).
Algunos de los espacios públicos en los que logramos incidir como
comunidad fueron:
Concejo Municipal
Mesa de Víctimas
Comité de Justicia Transicional
Mesas de Representantes de las Asociaciones de Reubicados
“La motivación la dá el contar con unos conocimientos que había
adquirido en el proceso que hemos vivido como comunidad
reubicada, las capacitaciones de algunos aliados, principalmente
los del SJR que permitieron la cualificación de miembros de la
comunidad para la participación en la Mesa de Víctimas y el
Comité de Justicia Transicional.”
- LERIS REYES, MIEMBRO DE LA COMUNIDAD REUBICADA Y EX
CANDIDATA AL CONSEJO DE EL CAIRO.
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26. Con la posibilidad de acceder a la tierra y de conocernos unos a
otros, tuvimos también la oportunidad de reconocernos a nosotros
mismos, de vernos nuevamente en un ambiente rural, trabajando la
tierra y buscando soluciones en conjunto.
Ennuestraconstrucciónderelacionesdereconocimientoyconfianza,
buscamos alternativas mediante prácticas organizativas para actuar
juntos en el proceso de territorialización como familias desplazadas
reubicadas que hemos apropiado un territorio. Un territorio en
el cual nos redefinimos -creando una identidad propia- nos
reconocemos –y logramos que otros lo hagan- y nos integramos
mediante la influencia que tenemos en las dinámicas sociales,
políticas y económicas, de un lugar al que antes no pertenecíamos.
hora somos una
comunidad fortalecida
por la práctica de la
reconciliación
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28. ¡Somos personas en constante transformación!
Somos
Comunidad
Somos
Familia
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29. Ahora bien, después de este recorrido por nuestras experiencias te
preguntarás ¿y ahora en qué está la comunidad? Te mentiría si dijera
que todos nuestros problemas han desaparecido y que ahora vivimos
en un mundo ideal. Pues no, esto es como una cosecha, algunas salen
muy buenas y otras...no tanto. Sin embargo, lo importante es cuidar
bien de ellas, trabajarlas, que tenga buen abono y agua y no dejar que
crezca maleza alrededor de ellas. Proteger el territorio que hemos
construido es sustento de nuestra vida
isión
Ahora tenemos muy claro de dónde venimos, quiénes
somos y a dónde queremos llegar
“En la finca me siento realizada, gracias a
Dios. Aunque nos faltan muchas cosas que uno
quisiera tener, me siento muy contenta.”
- MARÍA EVA BARRERA
28
30. - MARCO ANTONIO CIFUETNES
- MARCO ANTONIO CIFUETNES
- BLANCA OSPINA
- JAVIER SÁNCHEZ, PREDIO LA ARGENTINA
“Sueño con tener mis 15 mil árboles de café en
producción, generar 5 empleos y tener una buena
vivienda.
Hoy yo digo que me siento casi, casi, casi como lo que
yo quiero ser. Con esa tranquilidad que uno siente en el
pueblo, en la tierra donde uno ha nacido. Casi me siento
igual porque es que esa tranquilidad que uno siente aquí
en “Perla Roja”, en esta Vereda, es muy buena. Yo creo que
es lo mejor que tenemos. Hay dos cosas que me gustan
mucho de acá. La tranquilidad y la tierra. Es una tierra
muy fértil. Son dos cosas muy importantes para uno vivir
“Me siento muy feliz bajo el árbol que tengo, a pesar
de todo lo que viví en mi vida, la experiencia más
bonita es el trabajo en el campo. Por eso no me
arrepiento de haberme venido sola, porque el campo
y la tierra siempre los he anhelado, eran uno de mis
sueños y es muy diferente anhelar que tener y hacer.”
“Regresar al campo fue reencontrarme con el tesoro
de la infancia que me arebató la violencia. Hoy quiero
seguir echando más hermosas y profundas raíces en
este balconcito de ensueños.”
29
31.
32.
33. EFLEXIONES Y
ECOMENDACIONES
Tras varios años de acompañamiento a la comunidad de familias
reubicadas en El Cairo, creemos conveniente llamar la atención sobre
ciertoselementosysituacionesquecomoSJRColombiapresenciamos
en este proceso de restablecimiento:
1. El acceso y aprovechamiento de la tierra constituyen una
posibilidad de solución duradera ante la dramática situación
del desplazamiento forzado. Esta experiencia demuestra que el
arraigo por el campo, la voluntad y el trabajo en las tierras les
permite a las familias campesinas superar numerosos obstáculos a
lo largo de su proceso de reubicación.
2. Dentro de este proceso de reubicación es esencial que las
autoridades encargadas realicen una evaluación previa sobre las
característicasagrariasyecológicasdelastierrasquesonentregadas
a las familias. Esto es fundamental para evitar la entrega de fincas
improductivas o terrenos que requieren meses de trabajo para
ser adaptados a las condiciones necesarias para la realización de
siembras. Aunque la estructura gubernamental actuó de manera
articulada para ofertar el programa de reubicación mediante las
Alcaldías y Personerías, es necesario que los programas y ofertas
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34. estatales se evalúen en diversas fases de su desarrollo para tomar
medidas correctivas. En el caso de El Cairo, el INCODER no tomó
las medidas correctivas respecto a los errores que iban surgiendo
en la ejecución de su programa, lo cual generó nuevos conflictos
en la comunidad.
3. Durante el programa de reubicación fue evidente la falta de
orientación y acompañamiento por parte de las entidades
estatales, cuyas respuestas durante 4 años frente a temas de
seguridad alimentaria, vivienda, educación y salud fueron
inexistentes o insuficientes. Problemas como el estado de
abandono de los terrenos y vías donde los habían reubicado, la
no definición oportuna de linderos y la falta de monitoreo ante
el restablecimiento de derechos, crearon una gran cantidad
de tensiones y conflictos de convivencia entre la comunidad,
generando diversos inconvenientes para el mejorar la calidad de
vida de las víctimas de desplazamiento forzado.
4. Los procesos de acompañamiento para el fortalecimiento
organizativo como medio de integración local, contribuyen a
forjar soluciones sostenibles para reconstruir la vida e identidad
de las víctimas del desplazamiento y población vulnerable. En El
Cairo, el SJR se comprometió con la comunidad para brindarles
herramientas de aprendizaje en temas como: ruta de acceso a
organización comunitaria, defensa de derechos y establecimiento
de prácticas solidarias. De ahí que para la comunidad, el
acompañamiento jurídico, psicosocial y de integración por
parte del SJR fue clave para potenciar la integración social y la
construcción de una nueva identidad.
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35. 5. Hoy en día, pensando en un posible escenario de fin del conflicto
armado entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC-
EP, la reubicación no solo surge como una alternativa para la
reconstruccióndeproyectosdevidaquehansidofracturadosporel
drama del desplazamiento forzado, sino también como un camino
que posibilita la reconciliación y la construcción de paz territorial.
A pesar de ser completos desconocidos y de llegar a un territorio
con grandes diferencias geográficas y culturales del que venía cada
quien, la experiencia de las familias reubicadas en El Cairo refleja
que al construir relaciones de confianza que fortalezcan el tejido
social, la comunidad se esfuerza colectivamente por alcanzar
objetivos comunes.
6. El proceso de las familias campesinas desplazadas y reubicadas en
El Cairo, constituye una valiosa experiencia de reconciliación y
construcción de paz, en la que más de 50 familias desplazadas,
desconocidas en su mayoría, deciden arriesgarse y hacer
comunidad en un territorio geográfica y culturalmente diferente
a sus sitios de origen. Y aunque el conflicto por relaciones de
vecindad sigue presente en algunas familias, se sigue luchando
por alcanzar objetivos comunes como mejorar la calidad de las
vías, garantizar el acceso al acueducto y alcantarillado, fortalecer
las condiciones para la comercialización de los productos y contar
con educación integral para los niños, niñas y adolescentes de la
comunidad.
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36. De esta manera, en el proceso de las familias reubicadas en El Cairo
encontramos una experiencia de coexistencia, en la que ha primado la
reconfiguración de identidades, la creación de relaciones de confianza
y el reconocimiento mutuo para avanzar hacia el restablecimiento
integral en el campo.
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