1. EL AYER Y EL HOY
DE
LAS PUERTAS DE SEVILLA
(Apuntes)
s. m. m.
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3. El Sistema constructivo
Para la construcción de la muralla se utilizó un material
denominado tapial, compuesto por una amalgama formada
por piedras, piezas de ladrillo o cerámica, arena y mortero
de cal. La metodología constructiva consistía en colocar
dos tableros de madera verticales y paralelos, separados a
una distancia igual al grosor del muro, sujetos el uno al otro
por medio de unos palos a modo de travesaños, llamados
‘agujas’. Se creaba así un molde que luego era rellenado
con el tapial. Como se ha podido constatar en los restos
que aun se conservan de la muralla, este sistema
constructivo provocó diferencias de calidad en los muros,
fundamentalmente dependiendo de la distancia a la que
estuvieran del río, debido a la posibilidad de usar más o
menos cal, más o menos guijarros.
4. El Bastión defensivo
La muralla fue concebida para la defensa de la
ciudad, de ahí que en su origen presentara
diferencias notables con respecto a la imagen que
adquirió a raíz de las transformaciones sufridas en los
siglos XVI y XVII, y que es la de los restos que han
llegado a nuestros días. En su aspecto primitivo, la
muralla también contaba con fosos inundados y
puentes levadizos.
5. Las puertas originales
La diferencia fundamental entre la muralla original y
la que hemos llegado a conocer era precisamente la
de la configuración de las puertas, que en el diseño
primitivo no eran grandes arcos, sino salientes del
muro, en cuyo lateral se abría un acceso. Una vez
traspasado el mismo, a través de una puerta que se
ubicaba en sentido perpendicular, se pasaba al
interior de la ciudad. Se trataba del clásico diseño en
recodo propio de la cultura Islámica. De las cuatro
puertas de la muralla que aún siguen en pie, sólo la
de Córdoba mantiene las trazas originales.
6. Los Antecedentes
La ciudad de Sevilla fue fundada por los fenicios en
torno al año 800 antes de nuestra Era. Su
emplazamiento, en medio de una llanura fluvial, la
hacía muy vulnerable a los ya por entonces bárbaros
ataques de los pueblos enemigos. El único medio de
conjurar ese peligro, era levantar a su alrededor un
muro protector.
7. La Época Romana
Del año 49 antes de Cristo, data la primera referencia escrita
sobre la existencia de una muralla en Híspalis, aunque por
otros indicios cabe deducir que mucho antes, en el 206, la
ciudad ya contaba con un muro que la protegía, tras el cual
habrían buscado refugio cartagineses que huían de Escipión
el Africano tras ser derrotados en Ilipa Magna (Alcalá del
Río). Julio Cesar pudo ordenar ampliar la antigua muralla
durante su estancia en Sevilla el año 47 antes de Cristo.
Aunque se han encontrado vestigios en zonas del centro de
la ciudad como la calle Laraña o las proximidades de la
Iglesia de Santa Catalina que podrían corresponder a ese
muro, la investigación actual aún no ha podido confirmarlo.
8. La Época Islámica
Los restos de la muralla que han llegado hasta nuestros
días corresponden a la que levantaron en sucesivas
fases los almorávides y los almohades entre los siglos XII
y XIII. Se trata pues de una obra tardía de la época
Musulmana. La construcción de esta muralla fue un
proyecto colosal para su época. Con anchura de dos
metros y medio, cubría un perímetro de 7314 metros,
englobando una superficie de trescientas hectáreas y
estableciendo las lindes definitivas del casco histórico de
Sevilla, si bien buena parte del mismo aun no había sido
urbanizado, manteniendo el uso agrícola, estado en el
que llegó hasta bien entrado el siglo XIX.
9. La Puerta de Carmona
Situada donde hoy se encuentra la entrada de la calle San
Esteban, era la Puerta Este de la ciudad, y por consiguiente, una
de las principales, debido a lo cual permanecía abierta toda la
noche.
De la Puerta de Carmona partía la antigua Vía Augusta trazada que
llevaba hasta Roma. Y junto a esta Puerta entraba a la ciudad el
agua que, a través de los Caños de Carmona, se traía desde los
manantiales de Alcalá de Guadaira. Reconstruida en el año de
1578 por iniciativa del Conde de Barajas, fue una de las más
suntuosas de la muralla. Al igual que la Puerta de Triana, también
disponía de habitáculos en su parte superior que fueron destinados
a Cárcel en cuyas celdas estuvieron presos personas distinguidas.
En 1868 en el transcurso de la Revolución Gloriosa y a pesar de la
oposición de los alcaldes del barrio y de los vecinos de la Puerta de
Carmona, esta fue demolida.
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13. La Puerta de Córdoba
Se halla ubicada esta Puerta en la esquina de la calle Dolores
Marques (antigua Córdoba) y las avenidas de Muñoz león y Ronda
de Capuchinos. Es la única de las puertas de factura original que
se conservan de la muralla. Realizada por los almohades conforme
a los criterios defensivos que inspiraron el diseño primitivo de las
puertas, se encuentra adosada a la Iglesia de San Hermenegildo.
La divulgación de un leyenda que ubicaba en ese lugar de la
muralla el martirio de dicho Santo, hizo que en él se instalara una
Comunidad de eremitas, convirtiéndose la Puerta en lugar de culto.
Ello obligó a abrir una nueva Puerta a su lado y que sería
derribada en el Otoño de 1869 y de la cual quedan aun restos
visibles, como una regola igual a las que también se pueden
apreciar en el Postigo del Aceite donde eran ensartadas las
maderas con las que se impedía la entrada del agua en la ciudad
durante las grandes crecidas del Guadalquivir.
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17. La Puerta de Jerez
Estuvo esta Puerta ubicada en las esquinas de las calles Postigo del Carbón
y Tomás de Ibarra. No fue una de las puertas principales de la ciudad, pero
sí protagonizó un hecho fundamental de su historia, pues a través de ella
salió de la ciudad en el año de 1248 el Rey Axafat para firmar la Capitulación
ante el Rey Fernando III de Castilla, cerrándose así los más de cinco siglos
que duró la etapa Islámica de la ciudad. Fue reconstruida el año 1566 'con
bastante forma' según afirma el autor de Los Anales de Sevilla, Ortiz de
Zúñiga. Su ubicación, junto a las Reales Atarazanas y la Aduana, hizo que
también fuera llamado Postigo de los Azacanes y Postigo de las Atarazanas,
denominación que se daba a los mozos de cuerda que se apostaban junto a
la Aduana para ofrecer sus servicios. Así mismo también recibiría la
denominación de Postigo del Oro, ya que a través de él era conducido hasta
la Casa de la Moneda el metal precioso que se traía de las américas. El
nombre de Postigo del Carbón, le venía dado por las muchas carbonerías
que existían en esta zona de la ciudad, desde la que se surtía al vecindario
un producto que entonces era fundamental para las cocinas y la calefacción.
Su derribo se acometió por decisión del Alcalde Francisco de Paula del
Castillo en el año 1868 durante la llamada Revolución Gloriosa.
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20. La Puerta de la Barqueta
Esta Puerta estuvo erigida en la actual esquina de las calles Calatrava y Vib Arragel (nombre
que también tuvo en su día la Puerta, luego llamada de la Almenilla y finalmente de la
Barqueta). Aquel lugar era donde más combatían las aguas del Guadalquivir, pues en él se
encontraban las corrientes enfrentadas a las murallas de la ciudad y casi siempre de forma
violenta. Para cruzar el río hubo también en este lugar del cauce una barcaza que le daría
finalmente nombre a la Puerta. Como todas las demás puertas, esta había sido renovada en
la segunda mitad del siglo XVI, pero en el año 1626 resultó muy dañada por la mayor
inundación que sufrió la ciudad a lo largo de su historia. El Asistente Lorenzo de Cárdenas,
ordenó reconstruirla, tarea que se concluyó en 1628. La Puerta fue recrecida 'tanto que su
umbral bajo quedó donde estaba el alto de la antigua, quedando no sólo superior al río en su
ordinario curso sino en sus mayores crecidas'. Así la Puerta quedó embebida en un 'alto y
robusto' torreón escarpado, 'desde el cual se corrió un través de muralla, en parte retirada de
la antigua, con bastante fondo y fuertes cubos que del todo dejaron segura e incontrastable
aquella parte'. La Puerta de la Barqueta fue la primera en sufrir demolición, hecho que
ocurriría en el año 1858 por orden del entonces Alcalde Conde de Casal. Cuentan que un
inglés que vivía por la zona propuso que en el lugar del derribo se erigiese un monolito con la
inscripción: Hércules me edificó. Julio Cesar te cercó de muros y torres altas y un Alcalde me
mandó derribar con otras cuantas...
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23. La Puerta de la Carne
Esta Puerta antiguamente llamada de Vib Ahoar, recibió el nombre de Puerta
de la Carne a raíz de haberse establecido frente a ella y extramuros de la
ciudad el Mercado de la Carne que, monopolizado por el Ayuntamiento,
abastecía de este producto a la ciudad. Se dice que, debido a ese monopolio,
la carne que se consumía en Sevilla era la de peor calidad del Reino. La
Puerta fue reconstruida en 1577 por orden del Conde de Barajas. Así lo
proclamaba en ella una placa de Mármol con la siguiente inscripción en Latín:
QVOD FOELIX FAVSTUVM QUE SIT PORTAM CARNARIAM VETVSTATE
RVINOSA IN MELIOREM FORMAM V.C. FRANCIS ZAPATA COMES
ILLUSTRISS PRAES. VRG. INSTAVRANDAM CVRAVIT A DLXXVIL
'O fausto y feliz suceda. El varón clarísimo don Francisco Zapata, Conde
Ilustrísimo Asistente de Sevilla, cuidó de restaurar a mejor forma la Puerta de
la Carne, arruinada de la antigüedad desde el año 1577 no sin que se
opusiera a ello el Concejal Francisco Pagés del Corro. La Puerta de la Carne
sería demolida por decisión Municipal en 1864 siendo Alcalde de Sevilla
García de Vinuesa.
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26. La Puerta de la Macarena
Se alza esta Puerta en la embocadura de la calle San Luis, en el
lugar donde se encuentran las calles Resolana y Parlamento
Andaluz (antigua Andueza), frente al antiguo Hospital de las
Cinco Llagas, y junto a la Basílica de la Virgen de la Esperanza.
Era la Puerta Norte de la muralla, por tanto una de las cuatro
principales, y a través de ella entraban en la ciudad los reyes de
Castilla, debiendo jurar los fueros locales antes de franquearla,
de ahí que la calle San Luis, que a partir de la Puerta conducía al
centro de la ciudad, llevase el nombre de Real. Ha sido objeto de
múltiples transformaciones a lo largo de su historia, si bien su
aspecto actual obedece al diseño que a principios del siglo XIX
fuera realizado por el Arquitecto José Chamorro. El Historiador
Luis de Peraza, cuenta que en el siglo XIV, ante la Puerta había
un arco con la siguiente inscripción: Extremo serás del mundo,
Sevilla, pues en ti vemos juntarse los dos extremos.
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32. La Puerta de Osario
Se encontraba ubicada esta Puerta en la confluencia de las calles
actuales conocidas como Muro de los Navarros y Jáuregui. Su
nombre original fue el de Vib (puerta en árabe) Alfar, sin que esté
muy claro el significado de éste nombre. La denominación de Osario
tiene una explicación basada en la legendaria existencia de un
Cementerio Mahometano a extramuros de esta zona de la ciudad.
La Puerta era baja y sin ornamentación alguna, estando flanqueada
por dos torres almenadas. En su interior había un altar dedicado a la
Virgen del Rocío, con una pintura donde se representaba a la
misma. Su reconstrucción tuvo lugar en 1573 siendo también obra
del Asistente Conde de Barajas. Probablemente y debido a su mal
estado, tal vez a consecuencia de los bombardeos sufridos durante
el periodo de las guerras Carlistas, la Puerta Osario fue derribada en
1848 y reconstruida algunos años más tarde. Sin embargo, la nueva
Puerta tendría una existencia breve, pues sería demolida
definitivamente en Septiembre del año 1868.
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36. La Puerta de Triana
Dada su orientación hacia el Oeste, esta Puerta era una de las cuatro
principales de la ciudad. Las crónicas dicen también de ella que era la más
suntuosa de todas por su majestuosidad y ornato. Se encontraba ubicada justo
en el mismo lugar que hoy lleva su nombre, o sea en la confluencia de las
calles Gravina, San Pablo y Zaragoza. Fue construida durante el reinado de
Felipe II, en 1588 por orden del entonces Asistente de Sevilla Juan Hurtado de
Mendoza, aunque no exactamente en el mismo lugar donde se hallaba la
Puerta original, la cual se encontraba más hacia el interior de la calle Zaragoza.
La nueva Puerta de Triana sería la que en lo sucesivo utilizarían los reyes para
entrar en la ciudad. Sus grandes dimensiones permitieron asimismo disponer
en su interior de una Cárcel que se denominó 'El Castillo' destinada a presos
políticos de cierta alcurnia y de la que sería Alcaide el Duque de Medinaceli.
Debido al intenso tráfico de carruajes que soportaba y los continuos atropellos a
que ello daba lugar, en el año 1859 se abrieron a ambos lado del arco de la
Puerta dos pequeños postigos para el tránsito peatonal. Esta decisión provocó
la protesta de la Diputación Arqueológica de Sevilla, por considerar que la
reforma alteraba una obra arquitectónica de gran valor. Menos de diez años
después se decidió su demolición.
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39. La Puerta del Arenal
Esta Puerta se encontraba ubicada al final de la actual calle García de
Vinuesa en su confluencia con la calle Arfe. Fue renovada en el año 1566.
Construida en estilo rústico, contaba con un alto frontispicio adornado con
estatuas y escudos. En la fachada interior tenía una inscripción en el friso
de su cornisa donde podía leerse CVRARERVUM PVBLICARVM. Y en el
exterior tenía la inscripción S.P.Q.H y una placa que rezaba así: 'Philippo II
Hispaniarvn Regi Filio Qve Divi Caroli V Imperatori'. Fue mandada construir
por el Asistente Francisco de Castilla, actuando como obrero mayor Juan
Díaz Jurado. Su demolición acometida en 1864, había sido solicitada tres
años antes por una Comisión de vecinos, y fue aprobada por el Alcalde de
la ciudad Juan José García de Vinuesa, cuyo nombre se daría a la antigua
calle de la Mar, donde vivió y murió, fatalidad ocurrida en 1865 a
consecuencia de la epidemia de Cólera morbo que se había declarado en la
ciudad. García de Vinuesa acababa de iniciar su segundo mandato y su
primera decisión había sido destinar integramente su salario a los más
necesitados.
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42. La Puerta del Sol
Se encontraba ubicada esta Puerta donde hoy se cruzan
las calles Madre Isabel de la Trinidad y la calle Sol, la
cual, precisamente, tomaría el nombre de la Puerta. Su
denominación obedecía al hecho de estar orientada hacia
la salida del Astro Rey. Según rezaba una lápida que
había en su fachada, fue construida en el año 1595 por
orden de Asistente de la ciudad Pedro Carrillo de
Mendoza, durante el reinado de Felipe II. Su diseño era
austero y de corte simplista. El único motivo decorativo
con el que contaba era una representación del Sol que le
daba nombre grabada en su frontal. La certificación de su
derribo está fechada en 1869 tras alcanzarse el llamado
'Sexenio Democrático'.
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46. La Puerta de San Fernando
Esta Puerta, también llamada Puerta Nueva, fue la última que fuera
construida en la muralla. Fue erigida en el año 1760 por orden del
Asistente Juan Robión quien, continuando con las reformas urbanísticas
de la época entre las que se encontraban las del embellecimiento de la
ciudad iniciadas por su predecesor, ordenó trazar una nueva calle desde
la Puerta de jerez hacia el muro de Levante, entre el Alcázar y el
monumental edificio de la real Fábrica de Tabaco, que por aquel
entonces estaba también en construcción. Al final de la calle se erigiría
la nueva Puerta, que llevaría como la calle el nombre del Santo Patrón
de Sevilla. A uno de sus flancos se alzaba una de las torres de la
muralla y al otro se construyó una réplica exacta de la misma. Tuvo sólo
poco más de un siglo de existencia, pero la misma fue intensa. Por la
Puerta de San Fernando salió de Sevilla el Rey Fernando VII y por ella
entraron a la ciudad los Duques de Montpensier. Y fue también la
primera portada de la Feria de Abril desde la instauración de esta hasta
que en aquel fatídico año de 1868 (para las puertas de Sevilla), fuera
demolida.
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50. La Puerta Real
Esta Puerta se encontraba ubicada al final de la antigua calle de
las Armas y hoy calle de Alfonso XII; de ella tomó su nombre el
barrio que hay entre el Museo y el antiguo Convento de San
Laureano. Su primitiva denominación sería Puerta de Goles,
atribuida a una deformación del nombre de Hércules, el mítico
fundador de la ciudad de Sevilla. El nombre de Real le fue
otorgado con ocasión de la llegada a Sevilla del Rey Felipe II en
Mayo del año 1570, haciendo entrada a la ciudad a través de esta
Puerta. La misma fue reconstruida en 1565 por orden del
entonces Asistente Francisco Chacón. Su demolición tuvo lugar
en 1862, destinándose sus restos al Cementerio de San
Fernando, donde permanecieron muchos años a la espera de ser
reconstruida para que sirviera de entrada al Camposanto,
proyecto que jamás se llevaría a cabo.
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54. POSTIGO DEL ACEITE
Esta puerta de carácter no principal, fue construida en 1107
en tiempos de Ben-Yusuf, y reformada en 1572-1573 por el
Arquitecto Benvenuto Tortello, bajo el mandato de Francisco
Zapata y Cisneros, primer Conde de Barajas, que por
entonces ejercía el cargo de Alcalde de Sevilla. Era conocida
así ya que era lugar por donde entraba el aceite a la ciudad.
En el siglo XVIII se abrió en su costado derecho una Capillita
donde aun existe un retablo barroco con la imagen de una
Inmaculada Concepción atribuida a Pedro Roldan. El lugar es
popularmente conocido como Arco del Postigo.
En sus comienzos tuvo una función diferente, y era conocida
como bad-al-Qatay (Puerta de barcos), ya que los almohades
levantaron al lado unas atarazanas para la construcción de
navíos. También según algunas fuentes, esta puerta o postigo
recibió los nombres de Puerta de la Alhóndiga. Puerta del
Aceite o Puerta de la Aceituna.
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59. EL POSTIGO DEL CARBÓN
Este singular Postigo del Carbón, cuya construcción data
aproximadamente de 1183 también recibiría el nombre de
Las Atarazanas, del Oro o de los Azacanes (nombre
designado a los hombres que realizaban los más duros
servicios del puerto). Tuvo gran relevancia por ser esta
Portilla la más cercana a la nueva Aduana construida por
Asensio Maeda en 1583, y a través de la cual se daba
entrada a las mercaderías que se recibían de América.