Amigo, entiendo que quieres animar a otros, pero algunas partes de tu respuesta podrían ser mejoradas. Enfoquémonos en reafirmar a los creyentes de una manera positiva y constructiva.
1. lección 11
8 al 14 de septiembre
Promesas
para los perseguidos
«Por eso oramos constantemente por ustedes, para que nuestro
Dios los considere dignos del llamamiento que les ha hecho,
y por su poder perfeccione toda disposición al bien y toda obra
que realicen por la fe». 2 Tesalonicenses 1: 11
Edición facilitada por:
RECURSOS ESCUELA SABATICA ®
2. sábado
8 de septiembre
Introducción
2 Tesalonicenses 1 Promesas
para los perseguidos
«¡Devuélvanos las llaves!» Mi madre gritaba mientras corríamos persiguiendo al
borracho que había tomado las llaves que estaban colocadas en el interruptor de
ignición de nuestro auto. Yo debía haber tenido unos ocho años para esa fecha.
Recuerdo que sentí un inmenso temor, creyendo que no había quien nos defen-
diera. Peor aún fue el hecho de que el hombre se adentró en unos matorrales y que
estaba lloviendo a cántaros. Mientras lo perseguíamos yo pensaba «¿Qué haremos si
el hombre se pone violento?» Sabía que mi madre y yo no estábamos en condiciones
de sostener una pelea. Afortunadamente, un hombre apareció de improviso, aga-
rró al borracho, lo tiró al suelo y le arrancó las llaves de su mano.
La situación en la iglesia de Tesalónica no era diferente de la que mi madre y
yo experimentamos aquel día de lluvia. Debido a que aquellos cristianos estaban
en un constante peligro de persecución, por momentos deben haberse sentido
desamparados. De allí la carta de Pablo.
Él no se olvida de sus hijos cuando ellos son perseguidos.
Los versículos iniciales de 2 Tesalonicenses 1, intentan consolar a los miembros
de aquella iglesia. Pablo les llama la atención a dos hechos. Primero, que su sufri-
miento no durará para siempre. Dios está dispuesto a intervenir para ponerle fin a
aquella situación. Segundo, que quienes están haciendo que los seguidores de
Cristo sufran, en su momento experimentarán lo mismo. El mensaje de justicia de
Dios es un mensaje de amor. Él no se olvida de sus hijos cuando ellos son perse-
guidos.
La persecución sufrida por los tesalonicenses quizá no sea la misma, en todo
sentido, que la persecución que enfrentan en la actualidad los cristianos. Sin
embargo, todos hemos experimentado algún tipo de injusticia en algún momento
u otro. El mensaje de la lección de esta semana es: Dios hará cesar toda persecu-
ción que sufren a manos de otros, y que ellos obtendrán justicia. Por lo tanto, no
debemos abrigar odio en nuestros corazones en contra de aquellos que nos persi-
guen.
Obed Soire, Coffs Harbour, Nueva Gales del Sur, Australia 107
3. domingo
9 de septiembre Logos Juan 1: 18; 14: 1-3;
La vindicación de Dios Romanos 2: 5; 12: 19;
2 Tesalonicenses 1;
y de su pueblo Apocalipsis 16: 4-7; 20: 1-6
Para un pueblo que es perseguido a causa de Cristo, Pablo les dirige palabras
que proveen una esperanza de alivio, una promesa de justicia y una explicación res-
pecto a la forma en que aquellos acontecimientos encajan en un todo más amplio.
No tengas miedo (Juan 1: 18; 2 Tes. 1: 1-4)
Pablo comienza con un saludo que encomienda a los perseguidos cristianos en
Tesalónica a Dios el Padre, por causa de quien están siendo afligidos. El apóstol
Juan nos recuerda que conocemos a Dios mediante nuestro Señor Jesucristo (Juan
1: 18). Es fundamental para la esperanza de los cristianos tesalonicenses que sepan
que Dios es su padre y protector, y que él es alguien justo y que se preocupa por
ellos. Pablo les habla acerca de la gracia y de la paz de Dios, de su amor en acción;
un amor que representa para ellos tranquilidad en medio de las aflicciones.
La experiencia de los tesalonicenses puede ser nuestra. Nuestras pruebas tam-
bién ofrecen oportunidades para que observemos el amor de Dios en acción en
nosotros y por nosotros. Luego, cuando reconozcamos su amor disfrutaremos
de paz mental y espiritual: una paz que es la señal distintiva de los seguidores de
Cristo.
El sufrimiento produce un fruto (2 Tes. 1: 3, 4, 11)
Hay algo loable en los tesalonicenses que son perseguidos y eso es su perseveran-
cia. Pablo no se goza a causa de que ellos estén sufriendo. Él se goza porque a pesar
de su sufrimiento, ellos permanecen fieles a Cristo. Ellos no están amargados, sino
que crecen en fe y en amor. No están sufriendo sencillamente por sufrir. Más bien,
su sufrimiento lleva un fruto espiritual. Vale la pena notar que dicho sufrimiento no
ha sido motivo de separación entre ellos. Más bien, su amor mutuo ha aumentado
durante aquel tiempo de dificultad.
Una promesa de alivio (Juan 14: 1-3; 2 Tes. 1: 5, 10-12)
La perseverancia que los tesalonicenses mostraron durante sus problemas vindi-
ca a Dios. Demuestra que su gracia le permite a su pueblo permanecer fuertes en cir-
cunstancias difíciles. Es más, la paciencia de ellos surge como una respuesta al poder
divino. Ellos valoran a Aquel en quien han creído, y por lo tanto son sustentados por
él. Mientras soportan sus pruebas, Pablo los ayuda a que aparten sus miradas de la
realidad inmediata y a que contemplen la promesa del regreso de Jesús (Juan 14: 1-3).
Pablo les está diciendo que su sufrimiento no es eterno, y que aquel por causa de
quien sufren regresará a para poner fin a dicho sufrimiento. Esa es una promesa de
alivio para la aflicción de ellos. Es una promesa que podemos compartir cuando atra-
vesamos situaciones difíciles. También necesitamos recordar que nuestras pruebas no
son eternas, aunque a veces parecerían serlo.
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4. Las palabras finales de 2 Tesalonicenses nos proporcionan un atisbo a la maravi-
llosa naturaleza de un Dios altruista. Según Cristo es glorificado en sus hijos, ellos son
glorificados en él.
Un Dios justo y benevolente (Rom. 2: 5; 12: 19; 2 Tes. 1: 6-9;
Apoc. 16: 4-7)
Pablo también les anuncia justicia a los tesalonicenses: el mal tendrá su fin. El
juicio de Dios no está prejuiciado o parcializado y es para que todos lo entiendan. Su
juicio no está dirigido en contra de acciones. Es un juicio en contra de pensamientos
y motivos. Afortunadamente, el juicio de los perseguidores y de quienes se oponen a
la verdad, está en manos de Dios, ya que él es quien conoce todas las cosas: las reve-
ladas y las ocultas. Por lo tanto, él está capacitado para juzgar equitativamente.
Debido a que quienes son perseguidos están sujetos a sentir la presión del mal en sus
vidas, Pablo les recuerda que acudan a Dios, porque él es el único Justo y benevolen-
te.
La experiencia de los tesalonicenses puede ser nuestra.
Un gozo eterno (2 Tes. 1: 6-10; Apoc. 20: 1-6)
Pablo y Juan les presentan a quienes sufren un importante mensaje de carácter
doble:
• Los que se persiguen a los cristianos sufrirán la condenación eterna.
• Los cristianos que sufren persecución hallarán descanso y entrarán al gozo eter-
no.
Pablo enfatiza que los tesalonicenses son parte de los creyentes que Cristo acoge-
rá cuando él regrese. Personalicemos dichas promesas y vivamos en la esperanza de
ser parte de ese mismo grupo.
PARA COMENTAR
1. ¿Qué tipo de fe es la que nos lleva a amar a otros? ¿Cuál será la que nos impulsa a
separarnos de los demás? ¿Qué fe será la que crees tener?
2. ¿En qué se diferencian el juicio y la venganza de Dios, del juicio y la venganza de
los seres humanos?
Elvis Mogoi, Wilmington, Delaware, EE. UU. 109
5. lunes
10 de septiembre Testimonio 2 Tesalonicenses 1: 11
Entrenando
para la carrera
Hay numerosos programas disponibles para quienes desean entrenar para una
carrera. Todos ellos incluyen procedimientos que apuntan al éxito. Quienes han
utilizado esos programas afirman que los participantes son responsables de cumplir
con determinadas tareas. Por ejemplo, algunos programas dicen que es necesario
beber 1 litro de agua diariamente.
Eso no significa que la carrera va a ser fácil.
Al escribir a la iglesia en Tesalónica, Pablo menciona uno de esos programas
de adiestramiento. Dos elementos importantes del mismo son: estar conectados a
Cristo y desear el triunfo del evangelio. Elena G. de White afirma que cuando «la
mente del hombre se pone en comunión con la mente de Dios, en esta comunión
se halla la educación más elevada. Es el método propio que Dios tiene para lograr
el desarrollo del ser humano. “Vuelve ahora en amistad con Dios” (Job 22: 21)».*
Esto no significa que será fácil obtener beneficios personales en la comunidad de
una iglesia. Tampoco implica que no tendrán problemas aquellos cristianos que
están cultivando nuevos terrenos con el fin de sembrar la semilla del evangelio.
Cierto día, el padre de unos mellizos de tres años de edad les estaba enseñan-
do a montar bicicleta en un sendero de tierra. Cada vez que llegaban a una subida,
uno de los dos se mantenía pedaleando mientras que su padre les gritaba «¡Sigan
pedaleando!» «¡Sigan pedaleando!» «¡Sigan pedaleando!» El segundo chico le tenían
miedo a las subidas, así que perdía el impulso hasta que comenzaba a marchar hacia
atrás debido a que no accionaba los pedales. Su padre, que iba detrás lo empujaba
hasta superar la subida mientras que continuaba animándolo.
Nuestra jornada espiritual está llena de subidas y montañas que debemos as -
cender. Estar conectados con Dios en todo aspecto de nuestras vidas, representará
para dicha travesía una fuente continua de ánimo y esperanza. Eso no significa que
la carrera va a ser fácil, sin embargo nos ayudará a enfocarnos en el premio que se
nos ha prometido (Heb. 12: 1, 2).
PARA COMENTAR
1. Si consideras que ansías el premio, y que la vida cristiana es tu carrera, ¿en qué
forma te estás adiestrando para correr?
2. ¿Acaso habrá excusas para no entrenar? Motiva tu respuesta.
______________
*La educación, cap. 1, p. 14.
Zacharia Atinda, San Antonio, Texas, EE. UU.
110
6. martes
11 de septiembre
2 Tesalonicenses 1: 3-7
Evidencia
Un juicio justo
Pablo fundó la iglesia de Tesalónica durante su segunda gira misionera (Hech.
17: 1-9). Aunque él no pasó mucho tiempo con ellos debido a que era perseguido por
los judíos, la iglesia que dejó allí era un grupo dinámico y activo. Ni siquiera la perse-
cución interna o externa pudo apagar el gozo de ellos. La gran preocupación que Pablo
sentía por aquella iglesia lo llevó a escribirles una segunda carta. Él estimula la fe de los
creyentes al llamar la atención de ellos al justo juicio de Dios y a la gloria futura que les
espera a todos los cristianos.
La justicia del juicio divino se puso en evidencia
en la iglesia de Tesalónica.
Por lo general, cuando vemos que quienes persiguen al pueblo de Dios prosperan,
pensamos que el Señor no se entera, e incluso cuestionamos su justicia. Sin embargo,
Pablo, Silas y Timoteo poseían una perspectiva interesante. Ellos creían que una res-
puesta fiel y paciente a la persecución era una evidencia del justo juicio divino. Aunque
el juicio de Dios también incluye una retribución o pago (Hech. 17: 6), no debemos olvi-
dar que dicho juicio comienza con su pueblo (1 Ped. 4: 17). La justicia del juicio divino
se puso en evidencia en la iglesia de Tesalónica cuando el aumento de la persecución
motivó un crecimiento en la fe y una abundancia de amor. En vez de disminuir la fe de
ellos, la persecución los refinó, consumiendo la escoria presente en el oro para al fin pro-
ducir un metal precioso y puro.
Por lo tanto, en medio de la persecución, nuestras expectativas deben ser elevadas
ya que Dios vengará nuestro sufrimiento cuando él venga en gloria en unión de sus ánge-
les. En ese momento seremos presentados delante de él libres de manchas, gracias a la
sangre que él derramó por nosotros.
PARA COMENTAR
1. Como cristianos que esperamos la segunda venida de Cristo, ¿cómo podemos res-
ponder a cualquier tipo de persecución, tanto interna como externa?
2. ¿Qué principios bíblicos nos ayudan a mantenernos firmes cuando somos perse-
guidos?
Yaw Adu-Gyamfi, Newark, Delaware, EE. UU. 111
7. miércoles
12 de septiembre Cómo actuar
La reafirmación cristiana 2 Tesalonicenses 1: 3
Pablo poseía un marcado talento para animar a los creyentes que encontraba
en sus viajes misioneros. A través de su ejemplo, podemos aprender a hacer lo
mismo. Primeramente, él dedicaba tiempo para obrar con ellos y escribirles cartas
con el fin de fortalecer su fe. Pablo nunca se desanimó, a pesar de que los métodos
de comunicación eran lentos y de que él enfrentaba dificultades personales. En su
corazón, consideraba las almas de los creyentes más importantes que cualquier otra
cosa.
Cuando la gente nos vea, verá a Cristo en nosotros
y deseará tener lo que nosotros poseemos.
Ser nuevo en la fe, en ocasiones se asemeja a ser un extranjero en tierras extra-
ñas. Eso puede significar perder viejos amigos, dejar prácticas y hábitos favoritos; y
en algunos casos, abandonar a seres queridos. Además, un nuevo creyente debe
aprender a vivir de acuerdo con los valores y las creencias del cristianismo. En sus
cartas a las iglesias, Pablo animó a los cristianos a que se reunieran con regularidad
y a que se estimularon mutuamente con sus testimonios y palabras bondadosas, y
a que compartieran su fe. Nosotros podemos hacer lo mismo.
La determinación de Pablo dio lugar a una abundante cosecha. De igual modo,
necesitamos alimentar a los nuevos creyentes. Debemos animarlos, orar por ellos y
con ellos, y amarlos con el fin de dejarles saber que son parte de nosotros.
Asumir la tarea de animar cristianamente a los demás puede ser algo satisfac-
torio. Nos permite formar parte del plan de salvación. Nos ayuda a apreciar la
forma en que Dios trabaja a través de nosotros a pesar de nuestras debilidades; ali-
via nuestros dolores y nos proporciona una gran satisfacción. Además de todo esto,
nos convertiremos en la sal de la tierra. Cuando la gente nos vea, verá a Cristo en
nosotros y deseará tener lo que nosotros poseemos.
Estamos viviendo en los últimos días. La mies es abundante. Los obreros son
pocos. Salgamos por los caminos y por las sendas y proclamemos las buenas nue-
vas de la segunda venida. Ojalá que el señor nos conceda su gracia y fortaleza para
realizar su obra, de forma que él pueda regresar y llevarnos a casa.
PARA COMENTAR
1. Si tú fueras un nuevo creyente, ¿en qué forma te gustaría que reafirmaran tu fe?
2. ¿Por qué no es una práctica común reafirmar la fe de los creyentes?
Betty y Justin Bonuke, Jersey City, EE. UU.
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8. jueves
13 de septiembre
Opinión
2 Tesalonicenses 1;
Apocalipsis 2: 10 ¿Una cruz o una corona?
La segunda carta a los tesalonicenses está llena de esperanza y consuelo para los
creyentes. En el primer capítulo Pablo describe un cuadro de siete recompensas que
esperan a los hermanos que están siendo perseguidos:
• Su paciencia en la fe es una muestra de perseverancia (2 Tes. 1: 4).
• Su persecución es una muestra del justo juicio de Dios (vers. 5).
• Han sido hallados dignos de heredar el reino de Dios (vers. 5).
• Dios promete «pagar con sufrimiento» a sus perseguidores (vers. 6).
• Dios les dará descanso cuando Cristo regrese (vers. 7).
• Cristo será glorificado por medio de sus santos (vers. 10).
• Oramos para que Dios los considere dignos del llamamiento que les ha
hecho (vers. 11).
«En el reino de Dios la cruz desaparecerá
y recibiremos una corona».
Dichas recompensas evocan la gran controversia que comenzó en el cielo entre
Dios y el diablo. Es la misma controversia que estimularán los poderes de las tinie-
blas durante el tiempo de angustia que precederá al cierre de la gracia. Muy pron-
to enfrentaremos las dificultades de las que habla Pablo. Sin embargo, Jesús nos
consuela a través de Juan el revelador: «No tengas miedo de lo que estás por sufrir.
Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para poner-
los a prueba, y sufrirán persecución durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo
te daré la corona de la vida» (Apoc. 2: 10).
La persecución unificará a los santos con el fin de que se unan en contra del
diablo, mientras que Jesús, el poderoso capitán, los conduce a la victoria. «Si sopor-
tamos el sufrimiento si somos fieles hasta la muerte, se nos promete una corona de
vida. Únicamente los miembros de la realeza llevan coronas. Jesús es el rey de Reyes
y como herederos del reino de Dios no llevamos una corona aquí, más bien una
cruz. La cruz implica sufrimientos y quizá la muerte, pero en el reino de Dios la cruz
desaparecerá y recibiremos una corona».*
PARA COMENTAR
1. ¿Qué preparativos debemos hacer en vista de la persecución que se aproxima? ¿A
qué promesas bíblicas podremos aferrarnos durante dicha tribulación?
2. Cuando el enemigo nos ataca, ¿cuál debería ser nuestra respuesta? ¿Cuál debería
ser nuestra actitud hacia quienes nos persiguen?
______________
*William L. Barclay, By His Spirit (Washington D. C.: Review and Herald, 1972), p. 288.
Thomas Makini, Bethlehem, Pensilvania, EE. UU. 113
9. viernes
14 de septiembre Exploración Juan 16: 33
Un hecho real
PARA CONCLUIR
Durante la segunda guerra mundial, Corrie Ten Boom su familia fueron arres-
tados por los nazis debido a que escondían judíos en su hogar. Corrie y su herma-
na Betsie fueron enviadas a Ravensburck, un campo de concentración ubicado en
Alemania. Betsie murió allí, pero Corrie fue puesta en libertad debido a un error,
poco antes de que otras mujeres de su misma edad fueran ejecutadas. Después de
la guerra, Corrie se dedicó a ayudar a otros que habían sufrido a causa de la perse-
cución de los nazis. Ella estableció un asilo para personas que habían sido trauma-
tizadas en forma especial. Corrie aprendió una importante lección gracias a las per-
sonas que ella cuidaba. Quienes perdonaban a sus enemigos podían reintegrarse a
la sociedad para empezar una nueva vida. Sin embargo, los que conservaban su
amargura no se sanaron.
La persecución es parte de la vida del cristiano; sin embargo, podemos decidir
cómo vamos a responder a la misma. Podemos seguir abrigando resentimientos,
repasar todo lo malo que nos han hecho; o podemos enfocarnos en Dios y en su
promesa de que él hará justicia cuando Jesús regrese. El perdón no es un favor que
les hacemos a los demás. Es ante todo, un obsequio que nosotros mismos nos hace-
mos,
CONSIDERA
• Diseñar un afiche basándote en 2 Timoteo 1: 7.
• Memorizar un texto bíblico que nos conceda la certeza de que Dios estará con
su pueblo en toda tribulación (Sal. 91).
• Investigar el tema de la persecución religiosa. ¿En qué lugares se manifiesta la
misma en la actualidad? Ora por quienes están siendo perseguidos.
• Hacer una lista de las ocasiones en que has sido maltratado por los demás.
Pídele a Dios que te ayude a despojarte de cualquier sentimiento negativo que
todavía abrigues al respecto. Luego, despójate simbólicamente de tu dolor que-
mando la lista, enterrándola, o colocándola en una trituradora de papeles.
• Entrevistar a alguien que haya sido perseguido o perseguida. ¿Qué consejos le
darías respecto a la respuesta al maltrato?
• Meditar en lo que los cristianos deberían estar haciendo con el fin de prepa-
rarse para la persecución de los últimos días. Anota en un cuaderno algunas
de tus ideas.
PARA CONECTAR
El camino a Cristo, cap. 7.
Edición facilitada por:
RECURSOS ESCUELA SABATICA ®
Renee Coffee, Gobles, Michigan, EE. UU.
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