La circunferencia se ha utilizado ampliamente en el arte por su simbolismo de perfección y eternidad. Representa las formas circulares más pequeñas como átomos y células que componen el universo, y no tiene principio ni fin, lo que significa eternidad. Técnicamente, la circunferencia se puede inscribir dentro de todos los polígonos y viceversa, confirmando su imagen de perfección presentada por muchas religiones. Artistas como Dalí, Kandinsky, y Da Vinci han recurrido a la circunferencia en sus obras.