1. PAISAJISMO
Es aquel que representa pictóricamente escenas de la naturaleza, tales
como montañas, valles, árboles, ríos y bosques. Casi siempre se incluye en la vista
el cielo, y el tiempo usualmente es un elemento de la composición.
Tradicionalmente, el arte de paisajes plasma la superficie de la tierra, pero puede
haber otros tipos de paisajes, como los que se inspiran en los sueños.
Paisajismo es "hacer paisajes", con la particularidad que a diferencia de la
corriente del arte, el paisajismo moderno no solo recurre a lo visual sino a la
multidimensionalidad del mismo, alto, ancho, profundidad y tiempo.
El paisajismo se refiere a cualquier actividad destinada a modificar las
características visibles, físicas y anímicas de un espacio, tanto rural como urbano,
entre las que se incluye:
1. Los elementos vivos, tales como flora y fauna, lo que habitualmente se
denomina jardinería, el arte de cultivar plantas con el propósito de crear
un bello entorno paisajístico;
2. Los elementos naturales como las formas del terreno, las elevaciones o los
cauces de agua;
3. Los elementos humanos, como estructuras, edificios u otros objetos
materiales creados por el hombre
4. Los elementos abstractos, como las condiciones climáticas y luminosas.
5. Los elementos culturales.
El paisajismo es tanto arte como ciencia y requiere buenas dotes de observación
y habilidades de diseño, así como planificación, creatividad, organización e
imaginación. También puede definirse como un proceso racional por el cual el
hombre utiliza la naturaleza como herramienta para expresarse, al mismo tiempo
que obtiene diversos beneficios. Se trata de un concepto que engloba en
pequeñas proporciones partes de múltiples disciplinas tales
como agronomía, arquitectura, sociología, ecología, arte,etc., para tratar los
espacios teniendo en cuenta tanto el volumen de este como el factor tiempo, ya
que se trabaja con seres vivos y estos tienen procesos.
El paisaje está tan arraigado en nosotros que forma parte de nuestra historia y de
nuestra cultura. La necesidad de las personas de volcarse a ella es cada vez
2. mayor, ya sea por controlar lacontaminación, como efecto desestresante en
contraste con las grises y aceleradas urbes, como recreación, o bien para tratar
de conservar la belleza y la diversidad existentes. Ya no se trata solo de
contemplar, sino también de experimentar y vivir en forma sana y equilibrada.
EL ORIGEN DEL PAISAJISMO:
Si bien el origen del paisajismo tal y como lo conocemos hoy en día surge a
partir de los conflictos ecológicos-sociales producto de la Revolución Industrial, la
consciencia de la estrechez de la relación del hombre con la naturaleza existe
desde siempre, uno de los registros más antiguos es el Jardín del Edén en la Biblia
donde se denota la afinidad del "verde" con la "inocencia", un ejemplo
destacado ya que expone la necesidad psíquica del dominio del ser humano
sobre la naturaleza, la que le provee de sustento y armonía, rodeado por murallas
que lo protegen.
• CLASES DE PAISAJES:
1. El paisaje cósmico o sublime:
En el que se presenta la naturaleza de manera salvaje, inmensos paisajes que
no necesariamente representan lugares realmente existentes, y en loa que el
hombre se siente perdido. Dentro de esta línea estaría el «paisaje naturalista»
que refleja una naturaleza grandiosa, abundante y salvaje, en la que
aparecen fenómenos atmosféricos como tormentas. Es propio de los artistas
del norte de Europa, como Durero, Elsheimer o Friedrich.
Eugene von Guerard: Monte Townsed, 1863. La pintura romántica exalta los paisajes salvajes y a menudo
montañosos.
3. 2. La naturaleza dominada por el hombre:
Como ocurre con el paisaje flamenco o neerlandés. La presencia del hombre
hace que la naturaleza no parezca amenazadora. Muchas veces acaba
siendo un «paisaje topográfico», que representa necesariamente un lugar
preciso e identificable, con una naturaleza presentada de la manera más
humilde. Dentro de esta línea pueden citarse a Patinir, Pieter Brueghel el
Viejo o los maestros holandeses del siglo XVII.
Pieter Brueghel el Viejo, Los cosechadores,1565: Paz y agricultura en un paisaje ideal pre-Romántico, sin terrores
sublimes.
3. La naturaleza colonizada por el hombre:
Lo cual es típico del paisaje italiano. Aparecen campos cultivados de relieve,
colinas, valles y llanuras con casas, canales, carreteras y otras construcciones
humanas; la naturaleza ya no es una amenaza, sino que el hombre, además,
la ha hecho suya. Dentro de este tipo de paisaje puede hablarse del «paisaje
clásico», donde se representa una naturaleza ideal, grandiosa. La
representación no es creíble, sino recompuesta para sublimar la naturaleza y
presentarla perfecta. En este tipo de paisaje suele esconderse una historia.
Es tópica la presencia de elementos de arquitectura romana, combinados
con una montaña o una colina y con un plano de agua. Este tipo de paisaje
ideal fue creación de Annibale Carracci, al que siguieron Albano,
Domenichino y el francés Poussin. El paisaje italiano fue el preferido durante
4. siglos por cuanto era el lugar al que viajaban los artistas de toda Europa y
donde se formaban.
Frans Koppelaar, Paisaje cerca de Bologna, 2001: Paisaje pintado en-plein-air.
5. HISTORIA
Antigüedad:
En los tiempos de las más antiguas pinturas chinas a tinta se estableció la tradición
de paisajes puros, en los que la diminuta figura humana simplemente invita al
observador a participar en la experiencia.
Del Antiguo Egipto se conservan algunas representaciones paisajísticas
esquemáticas en las tumbas de los nobles, grabadas en relieve durante el Imperio
Antiguo y pintadas al fresco en el Imperio Nuevo; suelen enmarcar escenas
de caza o ceremonias rituales.
En Pompeya y Herculano se han preservado frescos romanos de cuartos
decorados con paisajes del siglo I a. C. En la antigüedad grecorromana, el
paisaje se pinta como fondo o entorno para contextualizar una escena principal.
Edad Media:
Durante toda la Edad Media cristiana y el Renacimiento, el paisaje se concibe
como una obra divina y su representación hace referencia a su Creador. En la
pintura occidental, la representación realista del paisaje comenzó dentro de
las obras religiosas del siglo XIII. Hasta entonces, las representaciones de la
naturaleza en el arte pictórico había sido arqutípica: líneas onduladas para
el agua o festones para las nubes. Fue Giotto el primero que, abandonando los
precedentes modelos bizantinos, sustituyó el fondo dorado de las imágenes
sagradas por escenarios de la realidad. Aunque autores
como Boccaccioalabaron su realismo de Giotto,1 lo cierto es que no dejaban de
ser muchas veces representaciones simples: un árbol representaba un bosque,
una rocauna montaña. Poco a poco, a lo largo de la Baja Edad Media, la
atención a esos retazos de naturaleza que aparecían en las escenas sagradas o
míticas fue ampliándose, pero su carácter secundario lo revela el hecho de que
muchas veces se dejaba a ayudantes, como ocurre en La
Anunciación florentina deFra Angélico. Dentro del estilo italo-gótico, Ambrogio
Lorenzetti superó la representación topográfica para crear auténticos paisajes
6. dentro de sus alegoríasdel Buen y del Mal Gobierno en el Palacio Comunal de
Siena, al estudiar las horas del día y las estaciones. La pintura gótico-flamenca se
caracteriza por su «realismo en los detalles», conseguido en gran medida gracias
a la nueva técnica de la pintura al óleo; entre los aspectos a los que se prestó
más atención y realismo estuvo el paisaje, tanto natural como urbano. Cabe citar,
a este respecto, el plano del fondo de la Virgen del Canciller Rolin, auténtico
paisaje en el que se detalla un jardín, más allá de él un río y a los lados
una ciudad contemporánea del pintor.
Paisaje de Giotto: Detalle de la «Huida a Egipto» de la capilla de los Scrovegni enPadua, 1304-06, pintura al
fresco.
Renacimiento
El paisaje adquirió autonomía iconográfica en el siglo XVI. En su forma realista, se
debe sobre todo al arteflamenco y alemán, como por ejemplo, Alberto Durero,
que dejó numerosas acuarelas de paisajes. En su forma idealizada de inspiración
clásica, es algo que debe atribuirse a Italia, siendo El Perugino, maestro deRafael,
uno de los más destacados elaboradores de vastos espacios en los que se
situaban los personajes, con una fuerte acentuación del paisaje. En Venecia, con
su luz cambiante sobre las aguas, aunque el paisaje siguió siendo fondo de obras
y no su motivo principal, se esmeraron por lograr realismo reflejando vistas de
la laguna, sus calles y monumentos, así como la tierra firme, y de los fenómenos
7. atmosféricos como ocurre con la tormenta que ya desde el siglo XVI da nombre
al cuadro más conocido de Giorgione.
En esta época, el paisaje sirvió para expresar las utopías urbanas y políticas
emergentes. A menudo percibido a través del marco de las ventanas en los
cuadros que representaban escenas interiores, fue consiguiendo un papel cada
vez más importante, hasta ocupar toda la superficie de la tela. Paralelamente, los
personajes de las escenas religiosas en exterior fueron encogiendo hasta no estar
más que simbolizados por los elementos del paisaje, p.e. Jesús de Nazaret por una
montaña. Pero, como se ve, el paisaje seguía siendo sólo parte de un cuadro de
historia o de un retrato.
En Flandes, la primera representación del paisaje independiente fue la
de Joachim Patinir, cuyas composiciones religiosas o mitológicas están totalmente
dominadas por la representación realista de la naturaleza, hasta el punto de que
la escena es mero pretexto para representar un paisaje panorámico o
geográfico, desde un punto de vista muy elevado. En la generación siguiente,
algunas obras de género de Pieter Brueghel el Viejo la figura humana queda
reducida a la insignificancia, siendo lo importante el paisaje representado,
igualmente panorámico y desde punto de vista alto, como ocurre por ejemplo
en El invierno del ciclo de estaciones del año. Ha de mencionarse también
la Escuela del Danubio o danubiana, en la que autores como Albrecht
Altdorfer o Lucas Cranach el Joven sigue con el tipo de paisaje panorámico, con
amplias extensiones de terreno percibidas a vista de pájaro.
En la pintura española no abunda el paisaje, limitándose a representaciones de
interés topográfico o botánico. Pero sí cabe mencionar un paisaje puro que atrajo
grandemente la atención, siglos después, de surrealistas y expresionistas: la Vista
de Toledo que pintó El Greco al final de su vida. Los monumentos aparecen con
cierto detalle, pero rodeados por un campo resuelto a través de manchas de
color verde, lo mismo que el cielo son manchas de azul y todo ello bañado por
una luz tormentosa.
8. Barroco:
A principios de siglo, en la época del tenebrismo, el paisaje seguía siendo poco
cultivado. Solamente el alemán Adam Elsheimer destaca por tratar las historias,
generalmente sagradas, como auténticos paisajes en los que muchas veces
realiza espectaculares estudios sobre los efectos atmosféricos, la luz o los estudios
de amanecer y anochecer.
Rubens: Paisaje con arco iris, 1636-38, óleosobre tabla, 94 × 123 cm, Alte
Pinakothek, Múnich..
Jacob Ruysdael: El molino de Wijk, h. 1670, lienzo, 83 × 101 cm, Rijksmuseum,
Ámsterdam..
El flamenco Rubens pintó al final de su vida algunos cuadros que se cuentan entre
la pintura paisajista europea más importante.
Fue en el Barroco cuando la pintura de paisajes se estableció definitivamente
como un género en Europa, con el desarrollo del coleccionismo, como una
distracción para la actividad humana. Es un fenómeno propio del norte de
9. Europa que se atribuye, en gran medida, a la reforma protestante y el desarrollo
del capitalismo en los Países Bajos. La nobleza y el clero, hasta entonces los
principales clientes de los pintores, perdieron relevancia, siendo sustituidos por
la burguesía comerciante. Las preferencias de ésta no iban hacia las
complejas pinturas de historia, con temas de la Antigüedad clásica, la mitología o
la Historia Sagrada, ni hacia complejas alegorías, sino que preferían temas
sencillos y cotidianos, por lo que alcanzaron independencia géneros hasta
entonces secundarios como el bodegón, el paisaje o la escena de género. Se
produjo tal especialización que cada pintor se dedicaba a un tipo de paisaje
específico. Así había pintores que tomaban como tema los países bajos, esto es,
los terrenos que quedaban bajo elnivel del mar, con
sus canales, pólders y molinos de viento; destacaron en este tipo van
Goyen, Jacob Ruysdael y Meindert Hobbema. Hendrick Avercamp se especializó
en estampas invernales, con estanques helados y patinadores.
Otros se especializaron en pintar animales. Por ejemplo, Paulus Potter suele
pintar vacas dentro del paisaje de las llanuras y los pastos holandeses. Hubo quien
se especializó en marinas, diferenciándose entre quienes retrataban los barcos en
las tranquilas aguas de los puertos (Jan van de Cappelle,Willem van de Velde, el
Joven) y los que preferían el mar agitado por los vientos y las olas.
Hubo quien cultivó el paisaje urbano, las perspectivas de las ciudades holandesa,
con sus casas de ladrillos y las agujas de las iglesias en el horizonte, comoGerrit
Adriaenszoon Berckheyde o Carel Fabritius. Aunque Vermeer se dedicó sobre
todo a la escena de género, pintó el paisaje urbano más conocido de la época;
su Vista de Delft, fue considerada por Marcel Proust comoel cuadro más bello del
mundo, e inmortalizó esta pintura en su obra En busca del tiempo perdido.
Vermeer: Vista de Delft, hacia 1660-61, óleosobre lienzo, 98,5 x 117,5 cm, Mauritshuis, La Haya.
10. Finalmente, se desarrolló un sub-género exclusivamente holandés como el cuadro
de arquitectura que representaba el interior de las iglesias; en esta última línea
destacaron Saenredam y De Witte. La gran especialización de los pintores
holandeses no impedía que, en ocasiones, se combinasen los diversos temas
artísticos, y así Fabritius pintó una vista de Delft, con un tenderete de vendedor de
instrumentos musicales en primer plano, combinando así el paisaje urbano con
el bodegón.
Mientras que en el Norte de Europa se desarrollaba con esa amplitud todo tipo de
paisajes puros, en el sur seguía precisándose una anécdota religiosa, mítica o
histórica como pretexto para pintar paisajes. Se trataba del paisaje llamado
clásico, clasicista o heroico, de carácter idílico, que no se correspondían con
ninguno concreto que existiera realmente, sino construidos a partir de elementos
diversos (árboles, ruinas, arquitecturas, montañas...). El título del cuadro y los
pequeños personajes perdidos en la naturaleza dan la clave de la historia
representada en lo que a simple vista parece sólo un paisaje. Este tipo fue creado
por el clasicismo romano-boloñés, y en concreto por el más destacado de sus
pintores, Annibale Carracci, en cuya Huida a Egipto los personajes sagrados
tienen menos importancia que el paisaje que les rodea.
«Paisaje heroico»: La Primavera, también conocido comoAdán y Eva en el Paraíso terrenal, de Nicolas
Poussin, 1660-64, óleo sobre lienzo, 117 x 160 cm, Museo del Louvre, París..
Esta línea siguieron los dos grandes paisajistas franceses, formados
en Italia: Nicolas Poussin y Claudio Lorena. Lorena es considerado un paisajista
moderno debido a que observó atentamente la naturaleza e hizo estudios al aire
libre sobre la luz a las diferentes horas del día, las sombras sobre los edificios, los
11. reflejos en el agua. Sin embargo, aunque realizó algunos paisajes puros, la
inmensa mayoría de su obra sigue teniendo como tema una historia religiosa o
mitológica y para ello incluye figuras humanas, a veces ejecutadas por mano de
otros pintores. Tuvo enorme influencia en la pintura romántica e incluso en
el impresionismo.
Siglo XVIII:
En el siglo XVIII cultivaron este género artistas italianos como Canaletto. Se
especializó en el sub-género de las vedute, perspectivas urbanas que los viajeros
extranjeros del Grand Tour veían en sus viajes a Italia y que luego se llevaban
como recuerdo a sus países de origen. Canaletto visitó Inglaterra y allí recibió
encargos de pintar, en el mismo estilo, los paisajes ingleses. Su
sobrino Bellotto siguió la misma línea, pero consiguió imprimir a su obra un estilo
propio.
El resto de la pintura dieciochesca carece de originalidad en cuanto al
tratamiento del paisaje. Thomas Gainsborough, en cuadros como El
abrevadero (1777) se inspira en los paisajistas holandeses del siglo anterior.
En España, fueron paisajistas Miguel Ángel Houasse y Luis Paret y Alcázar,
cultivador del «paisaje con figuras» como sus Vistas de puertos del norte de
España.
Siglo XIX
“Todo conduce necesariamente al paisaje”, dijo el pintor alemán Runge, frase
que se puede aplicar a todo el siglo XIX. En Europa, como se dio cuenta John
Ruskin, y expuso sir Kenneth Clark, la pintura de paisaje fue la gran creación
artística del siglo XIX, con el resultado de que en el siguiente período la gente era
capaz de asumir que la apreciación de la belleza natural y la pintura de paisajes
es una parte normal y permanente de nuestra actividad espiritual. En el análisis de
Clark, las formas europeas subyacentes para convertir la complejidad del paisaje
en una idea fueron cuatro aproximaciones fundamentales: por la aceptación de
símbolos descriptivos, por la curiosidad sobre los hechos de la naturaleza, por la
creación de fantasías para aliviar sueños de profundas raíces en la naturaleza y
12. por la creencia en una Edad de oro, de armonía y orden, que podría ser
recuperada.
En la época romántica, el paisaje se convierte en actor o productor de
emociones y de experiencias subjetivas. Lo pintoresco y lo sublime aparecen
entonces como dos modos de ver el paisaje. Las primeras guías
turísticas reemprenden estos puntos de vista para fabricar un recuerdo popular
sobre los sitios y sus paisajes. Abrió el camino el inglés John Constable, que se
dedicó a pintar los paisajes de la Inglaterra rural, no afectados por la Revolución
industrial, incluyendo aquellos lugares que le eran conocidos desde la infancia,
como el Valle de Dedham. Lo hizo con una técnica de descomposición del color
en pequeños trazos que lo hace precursor delimpresionismo; realizó estudios de
fenómenos atmosféricos, en particular de nubes. La exposición de sus obras en
el Salón de París de 1824 obtuvo gran éxito entre los artistas franceses,
comenzando por Delacroix. El también inglés William Turner, contemporáneo suyo
pero de más larga vida artística, reflejó en cambio la modernidad, como ocurre
en su obra más famosa: Lluvia, vapor y velocidad, en la que aparecía un tema
ciertamente novedoso, el ferrocarril, y elpuente de Maidenhead, prodigio de
la ingeniería de la época. Con Turner las formas del paisaje se disolvían en
torbellinos de color que no siempre permitían reconocer lo reflejado en el cuadro.
En Alemania, Blechen siguió reflejando el paisaje tradicional por excelencia, el
italiano, pero de forma muy distinta a épocas precedentes. Presentó una Italia
poco pintoresca, nada idílica, lo cual fue objeto de críticas. Philipp Otto
Runge y Caspar David Friedrich, los dos artistas más destacados de la pintura
romántica alemana, sí se dedicaron al paisaje de su país. Animados por un
espíritu pietista, pretendían crear cuadros religiosos, pero no mediante la
representación de escenas con tal tema, sino reflejando la grandeza de los
paisajes de manera que movieran a la piedad.
El paso del paisaje clásico al paisaje realista lo da Camille Corot quien, como
Blechen o Turner, pasó su etapa de formación en Italia. Con él empezó otra forma
de tratar el paisaje, distinta a la de los románticos. Como hizo después la escuela
de Barbizon y, posteriormente, el impresionismo, dio al paisaje un papel bien
diferente al de los románticos. Lo observaron de manera meticulosa y relativa en
términos de luz y de color, con el objetivo de crear una representación fiel a la
percepción vista que pueda tener un observador. Esta fidelidad, que se
experimenta por ejemplo en los contrastes y los toques de modo «vibrante».
13. Cuando Corot volvió a Francia, viajó por todo el país en busca de nuevos
paisajes; frecuentó el bosque de Fontainebleau, donde conoció a una serie de
pintores que cultivaron el paisaje realista, reflejando prados, ríos y árboles del
natural. Eran obras que despertaron escaso interés entre el público o la crítica, ya
que la pintura académica seguía dominada por los cuadros de historia, el gran
tema por excelencia. El más destacado pintor de la escuela de Barbizon
fue Théodore Rousseau, al que siguieron Díaz de la Peña y Jules Dupré. Albert
Charpin, el pintor de ovejas y rebaños, de la misma escuela, es otro ejemplo de
pintura de paisajes, con belleza natural. Gustave Courbet no perteneció a la
Escuela de Barbizon, pero pintó en su juventud paisajes realistas.
De enlace entre esta escuela y el impresionismo sirvieron Eugène Boudin y Johan
Barthold Jongkind, que trabajaron en el campo, al aire libre, pintando paisajes
bañados de luz. Como los pintores de Barbizon, los impresionistas buscaban sus
motivos en la naturaleza real que los rodeaba, sin idealizarlas, pero su visión no es
la sobria de la escuela realista, sino que glorificaban esa naturaleza intacta y la
vida sencilla que reflejaban en sus cuadros. Diversos factores confluyeron para
que surgiera el impresionismo en torno al año 1860, entre ellos la pasión por la
pintura al aire libre y nuevos temas, reflejando simplemente aquellos que está
ante los ojos: tanto el campo como la ciudad, el mar o los ríos con sus interesantes
reflejos sobre el agua, tanto la luz del día como la artificial, en definitiva, lo banal,
considerando que no hay tema menor, sino cuadros bien o mal ejecutados.
Trabajaron con manchas de color, grandes pinceladas, sin el acabado pulido,
esmaltado y frío de una pintura de paisajes tradicional, sino reflejando más bien la
impresión del paisaje. La obra emblemática de este movimiento, de la que
obtuvo su nombre, es precisamente un paisaje: Impresión, sol naciente (1874),
de Claude Monet. Sus principales seguidores fueron Camille Pissarro y Alfred Sisley.
La pasión del posimpresionista Vincent van Gogh por la obra de sus predecesores,
le llevó a pintar el paisaje provenzal a partir del año 1888. Su obra, de colores
intensos, en los que las figuras se deforman y curvan, alejándose del realismo, es
un precedente de las tendencias expresionistas.
14. Caspar David Friedrich: Las tres edades, h. 1835.
Théodore Rousseau: Encinas,1852.
Gustave Courbet: Las rocas de Etretat después de la tormenta, 1870.
15. Carlos de Haes: Los picos de Europa,1876.
Camille Pissarro: Paisaje en Chaponval, 1880.
Paul Cézanne: La montaña de Sainte-Victoire, vista desde Bibémus,h. 1898-1900.