1. Siento que no recuerdes mi cara. Siento que no sonrías como antes. Siento que tus días a veces sean sombríos. Siento que algunas noches tengas miedo, a pesar de que te coja de la mano.

2. Me duele que poco a poco dejes de ser quien fuiste. Me duele que olvides lo que un día aprendiste y me enseñaste. Me duele solo poder hacerte compañía, y aun así que te sientas a solas.

3. Siento que no puedas contarle tus cuentos a tus nietos. Siento que no llegues a realizar aquel viaje que tanta ilusión te hacia. Siento que dejes el último libro a medias. Siento que me mires y no me veas.

4. Me duele no verte sonreír cuando me ves. Me duelen tantas cosas que a veces me duele el alma.

5. Lucho cada día por ti, por mí. Lucho ante la impotencia de no admitir que poco a poco te vas. Lucho porque comas, que lleves el pelo como siempre te gusto. Lucho porque camines y leas, aunque sea aquellos cuentos que tú me leías cuando era niña.

6. Lucho porque no dejes de ser tú misma/o Lucho por no perderte tan deprisa.

7. Perdóname si muchas veces te riño con o sin motivo. Perdóname si olvido que tú olvidaste que hoy es mi día. Perdóname si te fuerzo más de lo que debo. Perdóname si te pido que me mires. Perdóname si te pido que me oigas. Perdóname si te pido que me llames por mi nombre. Ese nombre que tú me pusiste.

8. Gracias por tratar que nunca me faltase al menos lo imprescindible. Gracias por decirte mil veces no a ti mima/o en pos de mí. Gracias por curarme las heridas. Gracias por tus cálidos y fuertes abrazos y besos.

9. Me sentiré orgullosa de llevar tus apellidos. Me sentiré orgullosa de que por mis venas fluya la misma sangre. Me sentiré orgullosa por lo que fuiste, por lo que eres. Me sentiré orgullosa de ser parte de ti y pasare el relevo.

10. Te perdono tus insultos, tus rabietas, tus amenazas. Te perdono las noches en vela. Te perdono porque tú me enseñaste a perdonar. Cada día es un día menos para ti, para que dejes de sufrir. Cada día es un día menos para mi. Para decirte que te extrañare, pero no te olvidare.

11. Te agradezco que a pesar de todo lo que hayamos sufrido y nos queda por sufrir, yo haya aprendido a cerrar mis ojos y mirarme por dentro, a reflexionar, a contener las prisas, a caminar despacio junto a ti en tus paseos..... (Una de las medicinas mas poderosas hasta el momento para el Alzheimer, es el amor de los familiares) Edurne