2. Desde la antigüedad, la idea de extender en altura las construcciones
ha tenido, en los distintos pueblos, vinculaciones míticas y
emblemáticas: a este respecto, la torre de Babel es el más ilustre
antepasado de los rascacielos. Desde la prehistoria, en efecto, el
hombre atribuyó un significado ritual y simbólico a elementos naturales
de notable altura, como cumbres montañosas, árboles seculares, rocas,
peñascos aislados. En la antigüedad, en el medievo, en el Renacimiento
no había ninguna ciudad que no tuviera una torre, un alto campanario o
una aguja gótica.
El mito del edificio alto, que se eleva sobre los techos de las casas de la
ciudad, suele tener casi" siempre su preciso lugar de ubicación en el
centro del núcleo habitado. Así, es posible comprobar que la torre, el
castillo, la aguja, la catedral, acaban coincidiendo por lo general con el
corazón mismo del centro urbano, lo que sin duda tiene un significado
que está en estrecha conexión con la religión, con el poder político y, en
definitiva, con cualquier forma de filosofía de la vida.
En la antigua Grecia, por ejemplo, las funciones públicas se
desarrollaban sobre una colina o sobre cualquier elevación del terreno
destinada a este fin: la Acrópolis. En la América precolombina los mayas
y los aztecas adoraban a sus dioses en lo alto de grandes
construcciones piramidales, que dominaban la naturaleza circundante.
En la ciudad medieval, la catedral representa el símbolo de una
3. aspiración a lo divino que se encarna en la piedra, y en muchos casos,
especialmente en los ejemplos de estilo gótico, en los que la acentuada
verticalidad constituye un elemento fundamental, tal aspiración
encuentra precisamente su sublimación en las grandes iglesias.
Análogamente, en la ciudad moderna, el rascacielos constituye en cierto
sentido la forma simbólica, la imagen misma de la sociedad tecnológica y
de sus conquistas. Si en las grandes ciudades de la vieja Europa el
rascacielos sigue siendo todavía un hecho relativamente excepcional,
sobresaliendo respecto a un continuum urbano de elevación bastante
reducida, con significación propia precisamente por ser una excepción,
en las ciudades americanas, y en particular en Nueva York y en Chicago,
el uso reiterado de este tipo arquitectónico en el corazón mismo del
centro urbano determina una serie de aspectos concatenados, como un
sistema montañoso, sugiriendo un paradójico retorno a la naturaleza y
contraponiéndose a la propagación de los anónimos aglomerados
suburbanos.
Si esta es la imagen que más asombra al visitante que llega por mar a
Manhattan, otra muy distinta es la que se tiene, de estos enormes
edificios, a escala urbana. Visto de cerca, a nivel de la calle, el
rascacielos casi desaparece en una dimensión urbana en la que la
publicidad y sus anuncios óptico-auditivos focalizan por entero la
4. atención, quitando a la arquitectura todo papel comunicativo: la
percepción global del bloque arquitectónico acaba por anularse del todo.
El rascacielos asume, así, a nivel visual, un papel puramente indicativo,
similar al de un obelisco egipcio en la Roma renacentista de los papas. Y
así como sobre aquellos obeliscos el poder papal colocaba una cruz para
anular el carácter pagano, del mismo modo sobre los rascacielos de las
actuales metrópolis encontramos un símbolo igualmente evidente de
nuestra civilización: las antenas de las emisoras radiofónicas y
televisivas.
Sin embargo, si por rascacielos se entiende cualquier construcción de
dimensiones muy superiores a lo acostumbrado, hay que precisar que el
primer rascacielos americano no fue levantado en Nueva York ni en
Chicago, sino en la capital federal de los Estados Unidos: nos referimos
al monumento a Washington, realizado entre 1848 y 1884 en el centro
de la gran organización monumental situada entre el Capitolio y la Casa
Blanca. El inmenso obelisco blanco fue también el edificio más alto del
mundo, aunque sólo fuera por pocos años (hasta la realización de la
torre Eiffel), siendo 10 metros más alto que la pirámide de Cheops y
más de 11 respecto a la cúspide de la basílica de San Pedro, en el
Vaticano.
LAS MEGA ESTRUCTURAS:
5. Las mega-estructuras son enormes obras de ingeniería y construcción a
una escala que supera todo los conocido hasta ese momento. A menudo
requieren la necesidad de superar obstáculos extremos, se necesitan
ejércitos de obreros dirigidos por los profesionales mas destacados en
su rubro y puede tomar años en completarse.
Aquí solo se han reunido algunas estructuras modernas que sin duda
pueden incluirse en esta categoría de mega-estructuras. En la
antigüedad también se construyeron mega estructuras para su tiempo,
solo en pensar en obras tales como la muralla china o las pirámides de
Egipto, puede uno apreciar la magnitud de dichas obras y el esfuerzo
técnico y humano necesario para la época.
La Torre Sears ha sido el edificio más alto en los Estados Unidos desde
1973, y durante largo tiempo uno de los mas altos del mundo, que fue
superado en 1998 por las Torres Petronas en Malasia. Se llama Sears
porque la empresa constructora se llamaba así y le dió su mismo nombre
La construcción comenzó en agosto de 1970 y el edificio alcanzó su
altura máxima de 442 m. el 3 de mayo de 1973, con 108 pisos,
cubriendo 418.000 m2, los cuales son rentables unos 353.000 Km2.
Los costos de construcción ascendieron a aproximadamente $ 150
millones de dólares en el momento, que sería equivalente a
aproximadamente $ 950 000 000 de dólares en 2005.
6. Está ubicado en Chicago y el arquitecto fue Bruce Graham. Actualmente
una empresa de seguros ocupa gran parte de las superficie rentable y
pide el cambio del nombre.
EJEMPLO DE UNA MEGACONSTRUCCION EN EL
ECUADOR
Megaconstrucción del nuevo puente en
Orellana sobre río Napo.
Megaconstrucción del nuevo puente en Orellana sobre río Napo.
Ecuador inaugurará este lunes el puente que más desarrollo tecnológico ha incorporado en su historia; es una
megaconstrucción sobre el río Napo, en la provincia amazónica de Orellana.
7. La obra tuvo una inversión de 48,79 millones de dólares y ha cambiado por completo el sistema de cruce actual,
que era un puente bailey de un solo carril, colocado en 1970.
Es un puente atirantrado con torres de 85 metros de altura (las más grandes del país) y está diseñado para
soportar cualquier tipo de carga vehicular en sus 740 metros de longitud (también la mayor distancia para un
puente de ese tipo en Ecuador).
La nueva estructura incluye ciclorutas, aceras peatonales, dos carriles para vehículos. Se ubica a 15 metros de la
cota del río Napo y posee 16,4 metros de ancho.
Las obras complementarias del puente, como vías de acceso, un redondel, alcantarillado veredas, red de agua
potable, red eléctrica subterránea, señalización e iluminación y un malecón turístico también fueron construidas
por orden del ministerio de Obras Públicas.
Este puente beneficia a unos 136.400 habitantes de Orellana, y la perspectiva es que esta obra influya en el
desarrollo turístico de la zona.
En la construcción de este coloso trabajaron 300 obreros ecuatorianos y su influencia recayó en empleo indirecto
al menos para unas 800 personas de la región.
Se prevé que el puente sea usado por no menos de 1.500 vehículos diariamente. La estructura puede soportar
movimientos telúricos de hasta 9 grados en la escala Richter, un peso máximo de 60 toneladas, y tendrá una vida
útil de 100 años. La construcción del puente demoró cuatro años y se inaugurará este lunes a las 18:00.