Los siete sacramentos son signos eficaces de la gracia instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia. Se clasifican en sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación, eucaristía), curación (penitencia y unción de enfermos) y servicio a la comunidad (orden sacerdotal y matrimonio). Confieren gracia santificante y sacramental, y algunos imprimen carácter. Su validez y eficacia dependen de la institución divina y las disposiciones personales.