2. Usar el poder de los caballos para
sanar la mente y el cuerpo
Síndrome de Down, autismo, distrofia
muscular, traumas cerebrales o trastornos
de la conducta alimentaria son algunas de
las situaciones que pueden ser afrontadas y
mejoradas a través del trabajo con caballos.
Las investigaciones respaldan el gran efecto
positivo del contacto con estos animales en
las personas
3. La Hipoterapia o la Equinoterapia son alternativas pseudocientíficas
basadas en la estimulación muscular, articular y relacional que hacen
del caballo una eficaz herramienta terapéutica. Lejos del
desconocimiento de muchas personas, para aquellos que
comprenden el proceso, saben que la unión entre la persona y el
animal crea un vínculo capaz de sanar o mejorar aquello que nuestro
cuerpo demanda y necesita.
4. Un tratamiento basado en la Hipoterapia conlleva una
mejora en la autoestima, en el control de las emociones y en
la autoconfianza. La atención y la memoria son más
aspectos que también se estimulan, junto con el sentido del
equilibrio, la coordinación, los reflejos y la planificación
motora en general.
5. El vínculo entre caballo y persona aporta sosiego,
comunicación y confianza. Los caballos nos enseñan a
reconocer nuestro lenguaje corporal, a ser conscientes de
los mensajes que emitimos a los demás en nuestro día a día
6. El caballo es capaz de poner a prueba a la persona en cada
contacto que se establece con él. Sin confianza, un caballo
nunca acompañará ni montará a nadie. Solo la confianza
puede hacerle ceder y es así como enseñará a mostrar
claridad de intención.
7. El caballo tiene enormemente desarrollada su capacidad de
percepción. Siente y percibe los distintos niveles energéticos a grandes
distancias y reacciona por tanto, ante la energía que desprendemos al
sentir emociones, y frente al lenguaje corporal que expresamos sin ser
conscientes de ello.