2. Atahualpa Fernández Arbulu
El jinete posee la capacidad de descifrar el movimiento rítmico del caballo que reproduce el
patrón de marcha normal de las personas y refuerza su tono muscular, además de mejorar el
control postural, el equilibrio y la resistencia física.
3. Atahualpa Fernández Arbulu
Así mismo, el caballo respira, mira al paciente, al tacto es agradable porque reacciona y se puede
sentir el calor de su cuerpo. La interacción que se logra entre el caballo y jinete, es esta forma de
comunicación que promueve la superación del miedo, mejorar la confianza y fortalece la
autoestima.
4. Atahualpa Fernández Arbulu
Para confirmar esta aseveración, la psicóloga y equinoterapeuta Emilia Díaz, asegura que esta
terapia es una herramienta para tratar un universo de padecimientos a nivel de motricidad,
sensorial, mental y hasta diversas inadaptaciones sociales porque crea un vínculo emocional y
social con el paciente.
5. Atahualpa Fernández Arbulu
Díaz defiende que este tipo de rehabilitación pasa por la creación de un vínculo emocional y
social entre el caballo y la persona, entre el animal y el ser humano, obteniendo resultados
positivos desde las primeras sesiones debido a su interacción.