2. El hijo pródigo no reconoció la bondad de su padre, no
cobró conciencia de su gran amor y por eso se separó de
él. Emprende su vuelo dejando atrás mucha tristeza y
dolor.
Disfruta, malbarata, peca, pero también conoce la realidad
de la vida cuando se le acaba el dinero y no tiene como
sobrevivir al hambre y al abandono. Entonces se da cuenta
de que había dejado algo atrás y que podía recuperarlo.
Se dirige a su casa donde sobraba amor y comprensión
para él. Y efectivamente, así lo esperaba su padre, con
amor, alegría y comprensión. Entonces, reconociendo su
error, pide perdón dispuesto a humillarse como un simple
trabajador, más, además de ser perdonarlo, recibe de
nuevo su puesto de hijo
3.
“Cuando todavía estaba
lejos, su padre lo vio y sintió
compasión, corrió a
echarse a su cuello y lo
abrazó”.
“Pero el padre dijo a sus
servidores: rápido pónganle
la mejor ropa y póngansela,
colóquenle un anillo al dedo
y zapatos en los pies.
Traigan el ternero más
gordo y mátenlo, comamos
y alegrémonos, porque este
hijo mío había muerto y a
vuelto a la vida, estaba
perdido y lo he encontrado”.
4.
“El padre le respondió: hijo, tu
estás siempre conmigo y todo
lo mío es tuyo. Pero había que
hacer fiesta y alegrarse puesto
que tu hermano que estaba
muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y ha sido
encontrado”.
¿Qué significa el banquete
que el padre manda a
celebrar?
Es una forma de demostrar la
alegría y el gozo del padre por
el regreso de su hijo. Además,
mediante el banquete, le
demuestra a su hijo que lo ha
perdonado y lo recibe de
nuevo como parte de la
familia.
5. El padre esperaba. Vigilaba el camino, y tan pronto como vio al hijo venir,
¡CORRIÓ para encontrarse con él! De verdad, qué imagen tan
conmovedora; un padre corriendo para ir a besar a su hijo que se había
“tragado” su propiedad viviendo pródigamente. Sin embargo, ¿a caso no
es lo mismo con Dios? Estábamos muertos en pecados e iniquidades,
hijos de ira, y ahora El nos salvó, nos levantó junto con Cristo y nos sentó
junto a Él en lugares celestiales. No por nuestras obras (estábamos
muertos) SINO POR SU GRAN AMOR (Efesios 2:4). Como el padre de la
Parábola, Dios espera a la oveja perdida, y cuando una regresa, EL
CORRE A ABRAZARLA Y A BESARLA. EL PADRE OLVIDA Y BORRA
TODO EL PASADO DE CADA HIJO QUE SE VUELVE A ÉL. NO
JUZGARÁ A NINGUN CREYENTE; A NINGUNA OVEJA QUE REGRESA,
PORQUE LO QUE HIZO FUE DURANTE EL TIEMPO EN EL CUAL
ESTABA PERDIDA. “SI ALGUIEN ESTÁ EN CRISTO, NUEVA CRIATURA
ES, LAS COSAS VIEJAS PASARON; HE AQUÍ TODAS SON HECHAS
NUEVAS” (2 de Corintios 5:17) dice la Palabra de Dios. Luego, el padre de
la parábola en lugar de correr a su hijo – así como lo hacen muchos
padres cuando descubren las rebeliones de sus hijos, aunque incluso ya
se hayan arrepentido – en vez de ponerlo a prueba un tiempo, lo abrazó,
lo besó y mató al becerro más gordo que tenía – TODO VOLVIÓ A SER
ALEGRÍA.