2. Cuenta la leyenda que en un lejano pueblo vivía
una mujer junto con sus tres hijitos. Todo iba
muy bien en la familia, los niños eran muy felices
y su madre los quería muchísimo. Pero una noche
lluviosa de invierno ocurrió algo terrible.
Aquella noche, llegó a casa el padre, quien los
había abandonado tiempo atrás. Sin él la familia
había sido más feliz y esa noche sus gritos y
borracheras se volverían a notar en la casa, por
no hablar de las brutales palizas que tanto los
niños como la madre sufrirían. La mujer siempre
había rezado para que no regresara nunca más,
pero el destino quiso otra cosa.
3.
4. El hombre era un monstruo y tiró de un
puñetazo la puerta y entró gritando que todos
fueran a recibirlo, los niños, espantados, se
escondieron y la madre, por amor a sus hijos, se
enfrentó cara a cara con su marido. La mujer
sufrió un golpe que la dejó sin sentido durante
varias horas. Cuando la madre despertó, buscó a
sus hijos por todos los rincones de la casa. Pero
ni los niños ni su marido se hallaban por ninguna
parte, desesperada, corrió bajo la tormenta
llorando y gritando sus nombres, pasaron días,
meses, años, muchos años buscando...
5.
6. Hasta que finalmente una noche murió de
tristeza, nadie supo nada de los niños, nadie los
vio nunca más, no aparecieron sus cuerpos o
alguna señal del hombre que se los llevó.
Desde entonces se dice que su espíritu no
descansa en paz y todas las noches se le oye
llorar y lamentar con tristeza por los
alrededores. Las mujeres corren tras sus hijos
para esconderlos, ya que cuentan que se los
puede llevar la llorona, para volver a ser feliz.