1. Lo esencial es invisible
a los ojos
Homilía del domingo 20° del tiempo ordinario,
ciclo B (19/8/12)
Navegamos a los barquinazos entre lo material y lo espiritual. En Jesús, Pan de Vida se halla la síntesis
perfecta de lo humano.
Las cosas materiales
Cuando pensaba sobre el Evangelio que toca en este día, casi finalizando el
discurso del Pan de Vida del capítulo 6 del Evangelio de San Juan, Jesús se
nos presenta allí como Pan de Vida, en la Sinagoga de Cafarnaúm, dice el
texto de hoy. Esta enseñanza me parece fíjense por donde nos toca a nosotros
en este tiempo: vivimos en un momento cultural en el que parece que lo único
que es importante es lo material, lo único que interesa es el dinero. Estamos
corriendo detras del dinero todo el tiempo. Y nunca lo alcanzamos. Y siempre
estamos insatisfechos.
2. Lo esencial es invisible a los ojos
Y por otro lado están aquellos que nos dicen, con toda razón, que hay que
pensar más en las cosas espirituales. Como decía el Principito: “lo más
importante es invisible a los ojos”. Son las cosas del espíritu, las cosas
importantes. Y estamos, prácticamente, en este mundo, andando entre una
cosa y la otra. Por momentos somos excesivamente preocupados de las
cosas materiales y por momentos parece que tenemos que desprendernos
de todas las cosas y pensar en las cosas espirituales. Es como que vamos de
un extremo al otro. Y nosotros no somos sólo espíritu y tampoco somos sólo
cuerpo. Somos las dos cosas. Las dos cosas.
Jesús, centro de todo
Y yo me animaría a decir que estas dos cosas, Jesús las pone en su propia
persona. En Él. Él mismo se pone como Pan de Vida. Él mismo se acerca a
nosotros y nos dice: “aquel que come mi cuerpo tendrá vida”; “el que no come
de este cuerpo no tendrá vida”. Andaremos por la vida, así como en un
extremo o en el otro. (Andamos)
La Eucaristía
Uno de los signos más fuertes de este último tiempo es el abandono de la
Eucaristía. No nos interesa lo que dice Jesús. No nos interesa comer su cuerpo
y su sangre, no nos interesa. Estamos preocupados en las cosas materiales. O
estamos en las cosas espirituales. Tanto que no necesitamos de Él. Fíjense a
dónde hemos llegado.
Bautismo y nuestra dignidad
Hoy vamos a hacer, aquí, delante de ustedes, varios bautismos. El bautismo
nos invita a mirar esta dignidad a la que estamos llamados. Somos hijos de
Dios, no somos solamente criaturas, no somos sólo un estómago que hay que
alimentar. Somos hijos de Dios, también no somos sólo hijos de Dios, también
somos un estómago que hay que alimentar. Las dos cosas. Jesús nos muestra
3. eso. Por eso se escandalizan los judíos.
- “¿cómo hay que comer su carne?” Está loco este hombre?. No somos
antropófagos!.
Jesús se nos da como alimento, allí, de un modo simbólico y también real en
la Eucaristía. Viene a alimentar nuestra vida. Porque “no solo de pan vive el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”; pero no sólo vive
de la Palabra de Dios, también vive del pan. Es muy importante no perder este
equilibrio. Y ese equilibrio nos lo da la Eucaristía. Nos lo da Jesús en la misa.
Nos lo da este pan, que es Pan de Vida. Para no olvidarnos de las cosas de
todos los días. Como decimos en el Padre Nuestro: “El pan nuestro de cada
día, dános hoy”, porque lo necesitamos. Y Dios nos lo da así, generosamente,
cuando nosotros también somos capaces de entregar nuestra vida en el
trabajo, en la familia, en las cosas cotidianas. Nos entregamos y Dios nos da
con generosidad. No nos va a faltar. Pero también lo de Dios, las cosas del
Espíritu, que perdemos de vista cuando nos metemos tanto en las cosas de
este mundo.
Las promesas del bautismo
Entonces, en un momentito más le vamos a decir a Dios:
- “Sí, creemos”!.
Y le vamos a decir a Dios que no queremos saber nada con el enemigo, que es
Satanás, que nos engaña y no nos deja ver la realidad como es. Vamos a decir
que justamente estos engaños del mundo no los queremos. Estos engaños
que consisten simplemente en creer que las cosas materiales son lo único que
es importante. Son importantes, pero no son lo único. Y las cosas de Dios son
fundamentales. Pero también están las cosas de todos los días. De las que el
Señor nos invita a ocuparnos.
4. Conclusión
Yo quería pedir en esta celebración que mirando a Jesús Pan de Vida,
mirando a este Señor que viene a nosotros y se nos da como alimento que
sepamos ver la realidad que nos toca vivir así como Dios nos la ha presentado:
integralmente. Pan y Vino, el Cuerpo, la Sangre y todo lo que es de Dios.
Porque así Dios lo ha querido. Que nuestra celebración de hoy sea mirar a
Jesús que nos habla de una manera tan fuerte que se nos hace pan y quiere
que nosotros lo toquemos, quiere que seamos claramente testigos de su
presencia en medio nuestro y que de modo particular, también, no perdamos
de vista que estamos inmersos en las cosas de Dios.
para escuchar:
http://www.goear.com/listen/a94665b/120819-lo-esencial-es-invisible-a-los-ojos-20ordb-juan-jose-
gravet