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¿Cuáles son los factores que propician
la expulsión y atracción de los migrantes
de México a EEUU y particularmente
en el estado de Jalisco?*i
Felipe Salazar Correa
El fenómeno migratorio entre México y los
Estados Unidos de América (EEUU) se
contempla a nivel global como el mayor
flujo migrante en el mundo acontecido
entre dos países y del cual se tiene
información que lo cuantifica. El caso
México-EEUU es fruto de una historia
compartida
desde el siglo XIX hasta nuestros días y que
con el paso del tiempo ha ido cobrando
importancia debido a su complejidad, lo que
hace que hoy el fenómeno migratorio se
plantee como un reto a enfrentar para ambas
naciones. Complejidad creciente debido al
cada vez mayor flujo de mexicanos que han decidido emprender el viaje
hacia el vecino país del norte y que por ende, han ido estableciendo una
interrelación cada vez más importante a niveles económicos, a nivel cultural
y social en la creación de una nueva cultura compuesta por valores
mexicanos y valores asimilados de la cultura estadounidense, y a nivel
político con la apertura del voto al mexicano en el extranjero, sin olvidar por
supuesto, los vínculos creados entre los mexicanos en México y los
radicados en EEUU. Como anteriormente se
* Este artículo es el resultado de una investigación realizada en el marco de un proyecto binacional
entre la St. Mary´s University, de San Antonio, Texas, y el ITESO. Los temas principales del
proyecto fueron el comercio binacional y la migración entre Texas y Jalisco. En abril de 2007 se
presentaron los resultados de dichas investigaciones en ambas universidades.
“Del total de la población de EEUU
(285, 933,410 habitantes) 35,
681,616 son inmigrantes. De esa
cantidad migrantes nacidos en
México son 9, 866,755 (3.6%) sin
contar que 16.8 millones son
mexicanos nacidos en EEUU, lo que
sumado se convierte en 26.7
millones de mexicanos radicados en
EEUU y en la primer minoría en ese
país”. CONAPO & Bureau of Census
“La población mexicana en EEUU
pasó de 103 mil mexicanos en
1900 a más de 9.5 millones en
2003. Aunque el 90% de este
crecimiento se dio en las últimas
tres décadas”.
CONAPO & Bureau of Census

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mencionó, el fenómeno migratorio
entre México y EEUU se presenta
como un fenómeno histórico
acontecido no de la misma forma
en todo el territorio mexicano, de ahí que zonas determinadas de México se
caractericen más por la relevancia que tienen en la migración. De estas
zonas sobresalen estados como Zacatecas, Michoacán, Guanajuato y Jalisco,
estados que por distintos sucesos históricos, como la Revolución mexicana y
la Segunda Guerra Mundial, han atraído
iniciativas como el programa Bracero en 1964,
que arraigaron las raíces del fenómeno
migratorio hasta convertirlo en toda una
tradición local. En nuestros días estas
entidades conviven con la realidad de que pasado el tiempo sus poblaciones
se encuentran divididas y localizadas en dos territorios muy distantes,
México y EEUU. Las estadísticas hablan por sí mismas: según CONAPO,
Zacatecas tiene dos tercios de su población total en EEUU; Michoacán y
Jalisco viven sin un tercio de su población, ya que ésta encuentra su
permanencia en entidades estadounidenses como, sobre todo, Texas y
California. Jalisco es entonces un gran ejemplo que posibilita una visión muy
amplia de lo que significa el fenómeno
migratorio para México y EEUU. Son pues
150 años de un fenómeno
sociodemográfico con fuertes alcances
económicos y culturales. Si bien la
migración se pudiera comprender como un problema, en el caso de México y
EEUU éste se convierte ya en una parte innata de la identidad del mexicano
“De los 9, 866,755 de mexicanos
radicados en EEUU el 53.8% son
hombres y 46.2% son mujeres
(116 hombres por cada 100
mujeres); ya la migración no es
exclusiva del sexo masculino”.
CONAPO & Bureau of Census
“Hasta 2003 el flujo de migrantes mexicanos
temporales a EEUU ascendió a 598,954 en
contraste con los 436,409 migrantes mexicanos
que decidieron regresar a México; la migración
temporal sigue siendo preponderante en el
fenómeno migratorio”. CONAPO
“Para 2006 en el informe anual del
Banco de México se expuso que la
cantidad de remesas enviadas por
mexicanos radicados en EEUU se
incrementó en un 15.1%. México
recibió 23 054 millones de dólares
respecto a los 20,035 millones de
dólares recibidos en 2005”. Banxico

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que nace en estas zonas migrantes. Por lo que pensar en una posible
solución al fenómeno migratorio en el actual
contexto de México resulta casi imposible y muy
poco realista; sería algo así como imaginar que de
la noche a la mañana ya no más mexicanos
cruzarán la frontera. También debemos tener claro que como bien dice
Novelo (2004), en el actual contexto entre ambas agendas nacionales de
México y EEUU un acuerdo migratorio a corto plazo no se vislumbra. Además,
se debe considerar que la situación económica de México tampoco logrará
una convergencia en un corto tiempo con la de EEUU. Estudios hablan de
que si México sigue creciendo con tasas anuales de alrededor del 3%, los
1´250,000 mexicanos que anualmente se incorporan al mercado laboral no
podrán ser absorbidos por la economía nacional, de ahí que lo más probable
que suceda es que tenderán a dirigirse al sector económico informal, si no
es que antes deciden emigrar hacia EEUU.
Conocer la magnitud del fenómeno migratorio de México y EEUU es tan
importante como vital es conocer de una mejor manera los distintos factores
que convergen en el momento de tomar la decisión de emigrar por parte de
la población migrante en potencia. Este artículo desarrollará cada uno de los
cuatro principales motivos que propician la migración en el estado de
Jalisco, y que han sido claramente identificados: la falta de oportunidades, el
desempleo, la tradición familiar y el sentido de la aventura.
¿Por qué se van?
Factores que propician la expulsión de migrantes en Jalisco
Teniendo en cuenta la historia del fenómeno migratorio podemos comenzar
a discernir los distintos factores que propician la migración de México hacia
“Sólo el 21.1% de estos
migrantes trabajan en EEUU
con autorización, el resto lo
hace ilegalmente”. CONAPO,
EMIF

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Estados Unidos y, de igual forma, profundizar en los incentivos que motivan
la migración en el estado de Jalisco. En 2004, dos de los especialistas más
reconocidos en la materia, Jesús Arroyo y Jean Papail (2004), publican una
investigación llamada Los dólares de la migración, investigación que trata a
una manera muy profunda la situación de la reinserción de los migrantes en
su lugar de origen.
Estos dos investigadores parten de una encuesta (Encuesta sobre la
Reinserción de los Migrantes Internacionales, EREM) llevada a cabo en tres
entidades de Occidente (Jalisco, Zacatecas y Guanajuato) tomando como
muestras dos ciudades de cada uno de estos Estados (Ameca, Tepatitlán,
Jerez, Tlaltenango, Silao y Acámbaro respectivamente). Cabe mencionar que
la muestra fue de 5000 migrantes encuestados en estas seis ciudades,
escogidas por su tradición e índice migratorio respecto al resto. De ahí que
esta investigación sea una gran aportación para el estudio del fenómeno
migratorio en el territorio más migrante de México, por lo que a pesar de
que los resultados no son exclusivos del estado de Jalisco, sí son de una
zona migrante compartida, con límites territoriales muy tenues en
comparación con los lazos tan amplios y fuertes en cuestión migratoria entre
esos Estados. De esta forma, según Arroyo y Papail (2004), los factores que
incitan la migración se pueden categorizar según los resultados arrojados
por la EREM de la siguiente manera:
Motivos Hombre Mujer Promedio
Falta de oportunidades
(Superarse económicamente, Ganar más, Por
pobreza, Por necesidad)
65-70% 43% 56.5%
Desempleo 7% 4% 5.5%
Tradición familiar (Motivos familiares,
Reunificación, Seguir a la familia)
3% 22% 12.5%
Aventura (Por suerte, Por conocer) 17% 28% 22.5%
Elaborada por Felipe Salazar en base a datos arrojados por la EREM

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Falta de oportunidades y desempleo
La EREM muestra como principal factor de expulsión a la falta de
oportunidades que abarca a su vez otras motivaciones, como los son
Superarse económicamente, Ganar más, Por pobreza y Por necesidad. No
obstante, estos motivos se pueden asociar perfectamente con el factor del
desempleo. A pesar de que la EREM sólo marca esa diferencia y no
profundiza en ella, es posible englobar estos dos factores por lo relacionados
que están: la falta de empleo y la falta de oportunidades.
Basta con detenernos y observar las disparidades económicas entre
México y Estados Unidos para darnos una idea de la esencia de los
diferentes factores que propician la migración que más adelante serán
expuestos. Según la Organización para la Cooperación y e Desarrollo
Económico (OCDE) (citado en Garavito Elías 2004), el PIB de EEUU es casi 17
veces mayor que el de México; el PIB per cápita de EEUU es siete veces
mayor al de México; la ganancia salarial es diez veces mayor en EEUU que en
México. En otras palabras, un trabajador tiene que trabajar diez meses en
México para obtener lo que un trabajador obtiene en EEUU en un mes de
labor.
En números se explica de la siguiente manera: mientras un mexicano
promedio que recibe entre dos y hasta cinco salarios mínimos acumula en
un año alrededor de 5,903 dólares, el mismo trabajador en el mismo lapso
en EEUU logra una cantidad de 35,619 dólares; esto es, el salario
estadounidense es alrededor de siete veces más alto que el mexicano. La
disparidad económica entre ambas economías es explícitamente una causa
estructural que motiva la migración.

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Situación económica de Jalisco
Aunque Jalisco es una de las economías locales más importantes de México,
el desempleo es latente; según cifras oficiales en Jalisco, la tasa de
desempleo abierto se ha incrementado del 2.7 al inicio del 2003, al 4.6 por
ciento en 2006 (Sistema Estatal de Información Jalisco, SEIJAL). En lo que se
refiere al crecimiento económico en los últimos años, la economía de Jalisco
ha crecido a tasas inferiores a las del crecimiento demográfico.
En el periodo 2000-2004 el PIB en Jalisco no ha superado una tasa del
1.7 por ciento, mientras que la población viene creciendo a una tasa del 1.8
por ciento en promedio anual. Esto quiere decir que la economía jalisciense
no ha generado los excedentes suficientes para elevar el ingreso y los
niveles de vida de la población. Por lo que se mantiene en riesgo, ya que la
presión de la población que accede al mercado de trabajo será de 120,000
personas aproximadamente en promedio cada año hasta el 2010, y de
160,000 del 2010 en adelante. En un estudio comparativo, la Organización
no Gubernamental Movimiento Jalisco (2006) pudo concluir que la
concentración del ingreso no es tan grave en Jalisco como en otras
entidades del país; no obstante, se está lejos de los promedios
internacionales. De igual forma, en 2003 según el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) (citado en Movimiento Jalisco 2006), el
desarrollo humano en Jalisco tuvo un índice de 0.8022, ligeramente arriba
del promedio nacional (0.7965) aunque distante de los indicadores de países
desarrollados (>.900), por lo que Jalisco se ubicó entre las entidades con
menores niveles de marginación del país.
Empero, en Jalisco persisten desigualdades entre regiones y
municipios; mientras que la Región Centro se caracteriza por contar con
bajos índices de marginación, las Regiones Norte, Sureste y parte de la

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Región Sur, alojan municipios con altos índices de marginación. De ahí que
no sea coincidencia que dicho índice vaya de la mano del índice de
migración. Según los indicadores sobre migración a EEUU y el índice del
grado de intensidad migratoria por municipio de Consejo Nacional de
Población (CONAPO) (2000), en el caso de Jalisco, 50 de los 124 municipios
poseen un índice de migración Alto y 21 más poseen un índice migratorio
Muy Alto. Es notable también destacar que de estos 71 municipios
principalmente migrantes, sobresalen tanto municipios con índices de
marginación altos como bajos. Municipios económicamente muy activos
como Arandas, Encarnación de Díaz, Lagos de Moreno, Tepatitlán,
Tlajomulco y Villa Hidalgo, que son principalmente industriales, rompen con
la idea de que no importa estar bien o mal económicamente a la hora de
decidir emigrar, puesto que también factores como la tradición influyen de
una manera preponderante.
En síntesis, no hay ninguna duda que las condiciones de ambos países
hacen una diferencia constante por la que el migrante decide desarrollarse
económicamente en EEUU y no en México; la falta de oportunidades y el
desempleo son los factores esenciales en dicha decisión.
Tradición familiar
En los resultados arrojados por la EREM aparece como tercer factor de
expulsión la tradición familiar, concepto que engloba otras descripciones,
como los son Motivos familiares, Reunificación familiar y Seguir a la familia.
Hablar de tradición migrante es referirse a un largo periodo de tiempo en el
cual el fenómeno migratorio se ha desarrollado; hablar de tradición supone
también hablar de historia, historia de 150 años del fenómeno migratorio en

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Occidente. Esta zona del país presenta la más alta tradición migrante, y más
que tradición migrante es una tradición familiar.
Con el paso de los años la desintegración familiar a causa de la
migración comenzó a volverse común entre los pueblos del Occidente de
México, aún más acentuado en las zonas rurales, por lo que esa necesidad
de volver a estrechar el lazo familiar comenzó a convertirse en un factor
potencial a la hora de tomar la decisión de emprender el viaje hacia EEUU.
Con estas anotaciones podemos deducir algo esencial del proceso
migratorio, tanto en Occidente como en el resto del país: debido a esas
redes sociales creadas del otro lado de la frontera y a los vínculos que éstas
guardan con su lugar de origen en México se constituyó la tradición familiar.
Además, esta misma tradición y ese entramado social consolidado a lo largo
de los años por parte de los migrantes de occidente les han permitido tener
mejores oportunidades y mejores habilidades para desarrollarse en EEUU.
Así, la migración es parte innata ya de las sociedades de estados como
Jalisco; la migración ha llegado a ser a través de la historia más que una
tradición familiar, parte de la identidad de estos pueblos; es ya la cultura de
la migración.
El sentido de la aventura
Como último factor que propicia la migración según la EREM aparece el
sentido de la aventura, que engloba otros motivos como Por suerte y Por
conocer. No cabe duda que este factor, el del sentido de la aventura, queda
muy ambiguo para su entendimiento a pesar de ser muy alto en porcentaje
(22%) y por ende, muy importante en la decisión de emigrar. No obstante,
puede existir una explicación para esta motivación.

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Haciendo referencia a todos los otros factores explicados
anteriormente: la falta de oportunidades, desempleo y la tradición familiar,
juntos han logrado crear una imagen del migrante que sin duda se vuelve
un estereotipo que genera curiosidad en los lugares de origen. Pero, ¿a qué
se refiere lo anterior? Es sencillamente la exaltación del sueño americano,
del american way of life y la presunción de una nueva identidad del
migrante. “Modo de vida norteamericana” basado en la ética puritana del
trabajo y el estricto cumplimiento de las obligaciones a cambio del progreso
económico. Progreso que los migrantes, en su viaje de regreso a México,
ponen de manifiesto con la nueva imagen o status social al que ahora
pertenecen, creando así, la imagen atractiva de una nueva identidad para la
población que ha permanecido en el lugar de origen. Se hace constar una
admiración hacia los valores meramente estadounidenses y así mismo, una
atracción hacia el modus vivendi estadounidense.
Sin embargo, el mexicano nunca se asimila completamente en EEUU,
culturalmente hablando. Y es que el migrante siempre vive en una
comparación constante de su México y ese Estados Unidos que lo ha
recibido; y en ese divorcio trunco con su patria y ese amor a medias hacia
una cultura sajona, el migrante lo único que buscará será sobresalir y lo
logrará en la creación de su propia identidad como migrante. Es entonces
que al regresar el migrante presumirá esa nueva identidad (pocha, méxico-
americana) que posee, pero nunca mencionará los costos, los riesgos ni los
abusos que ha sufrido; lo hará sólo en conversaciones muy íntimas.
Irónicamente, y en su ser diferente cuando regresa a México, en el migrante
vuelve a florecer ese amor hacia su tierra, pero como ya se dijo, es un amor
en pleno divorcio. Ésta es la nueva visión del migrante, la cual exalta el
orden, la valorización del trabajo y la posibilidad de ascender económica y

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socialmente; a la par también se construye la opinión de quien observa el
cambio cuando regresa el migrante, esto es, de la gente que aún no ha
decidido irse. Y si bien se gesta cierto rencor, cierta fricción entre el
migrante y el nativo, pudiéramos notar también cierta envidia de uno hacia
otro; al final lo que se queda es esa inquietud, ese deseo de ser parte de
esa aventura que implica emigrar.
Conclusiones y análisis
Una vez descritos los distintos factores que motivan la migración, no es
aventurado empezar a construir una analogía con una fórmula química. La
razón por la cual la gente se va de México a EEUU es una fórmula conocida
de la que se conocen sus principales elementos pero no así la
preponderancia de cada uno de éstos. Y es que tratar de exponer una razón
por la cual emigra la gente sería muy ambiguo y general. En cambio, cuando
nos trasladamos al plano del individuo, nos topamos con que, a pesar de
que la razón por la cual emigra es la compartida por el resto de los
individuos, en cada uno de ellos se hace una fórmula compuesta por los
mismos elementos pero en proporciones distintas.
Para unos, la decisión de emigrar a EEUU pudiera ser meramente
económica; para otros, el lazo familiar es incuestionable; para algunos otros,
la atracción o aventura que es en sí emigrar aparece como ineludible, pues
significa seguir la tendencia que a lo largo de los años se ha manifestado en
sus pueblos y que es una tendencia casi imposible de romper. No obstante,
debemos entender que cada uno de estos factores (falta de oportunidades,
desempleo, tradición familiar y sentido de la aventura) se van combinando
para construir la decisión de emigrar.

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Así, después de haber conocido con detalle los distintos factores que
propician la migración en Jalisco nos podemos quedar con pocas pero
importantes conclusiones. La primera es que la visión mexicana acerca del
fenómeno migratorio con EEUU debe asumirse con una completa apertura al
tema y dejar a un lado el doble discurso que nos habla del fenómeno
migratorio como un grave problema. La redefinición debe transitar hacia la
de un fenómeno sociodemográfico que involucra a la sociedad mexicana en
aspectos culturales, políticos y económicos. Debe llevar a México a tener una
capacidad sumamente integral para tratar este tema y conocer mejor a las
zonas del país que más viven este fenómeno.
Por el lado económico, el gobierno mexicano sabe que mientras no
acuda al camino de la reestructuración de la economía nacional a nivel de
reformas que incentiven una mayor competitividad, que estimulen el empleo
y sobre todo que lleven al país de un crecimiento económico a un desarrollo
económico, las cosas no cambiarán. México debe lograr ofrecer a sus
nacionales un escenario propicio en donde superarse económicamente sea
una ruta óptima y libre para desarrollarse.
México, a la par de ese cambio económico inevitable, debe ir
construyendo un clima social que permita la solidaridad y reconciliación de
su propia sociedad. En otras palabras, México debe asumirse como padre de
dos sociedades que conviven con una frontera entre ellas. Los mexicanos
que viven en EEUU deben ser reivindicados por el gobierno mexicano,
reconociéndoles su valor y sus lazos con el México que los vio nacer y en su
momento los orilló a emigrar. Se debe fortalecer el interés y los lazos de
esos mexicanos con su país a fin de que esa interconexión económica y
cultural nunca se rompa.

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Empero, México a su vez nunca debe de olvidar a la sociedad que se
mantiene en su territorio, al contrario, debe marcar más énfasis en ella.
México debe luchar por ese reforzamiento de sus estructuras sociales a fin
de disminuir la fricción que existe entre los mexicanos que se han ido y los
que se han quedado. Se debe lograr reencauzar esa seducción que ejerce el
modelo estadounidense y esa identidad del migrante, hacia una seducción y
amor por un modelo de vida auténtica de México, en donde se exalten los
valores intrínsecos del mexicano, y se traduzcan en una oportunidad de
desarrollarse integralmente.
Como experiencia propia y al provenir de una zona tan migrante como
lo es Zacatecas, es impresionante ver que este fenómeno migratorio se ha
traducido a lo largo de las generaciones en una cultura de la migración. Es
sorprendente que una mujer del occidente de México aún en gestación, esté
pensando ya en tener a su hijo en EEUU, como prevención del futuro. Un
niño, pues, nace en estas zonas con unas condiciones previas que se van
consolidando en su crecimiento hasta el punto en que es capaz de tomar la
decisión de emigrar.
No es entonces sorprendente que esta investigación arroje sobre todo
dos datos muy reveladores: el primero indiscutiblemente, es el altísimo
porcentaje que posee el sentido de la aventura como factor expulsor,
demostrando así que la situación económica es tan importante como lo son
los aspectos socioculturales que confluyen en estas zonas migrantes, y que
marcan una tendencia a seguir emigrando en la sociedad. Tendencia que sin
duda marca una debilidad por parte del Estado mexicano en la lucha por
fortalecer el capital humano y social en estas zonas; y de igual forma
presenta otra debilidad, en el sentido de pertenencia y de identidad nacional
en la sociedad en general.

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El segundo dato es, por supuesto, el rol tan activo de la mujer en los
últimos años dentro del fenómeno migratorio. La descripción de una mujer
embarazada en estas zonas migrantes muestra su predisposición hacia la
migración. Vemos también casi el mismo flujo de migrantes masculinos que
femeninos, vemos las participaciones económicas más activas de las
mujeres a través de las remesas y, sobre todo, resalta una visión más
emprendedora de la mujer al incentivar el ahorro y crear proyectos
productivos. Es simplemente el rol de la mujer que se presenta con un
mayor sentido de responsabilidad y compromiso hacia la gente que deja al
emigrar.
Finalmente, queda la indispensable necesidad de implementar una
política pública que, sin descuidar los problemas económicos o de retención,
vaya más orientada hacia el rubro educativo. Esto, con el fin de preparar a
la sociedad migrante en potencia con una información sistematizada del
fenómeno migratorio que funja como una herramienta de prevención y de
concientización, tanto a niveles de identidad nacional como a niveles
sociales, facilitando de este modo el diálogo entre los migrantes y los que
han permanecido en sus lugares de origen. Asimismo, a través de esta
política educativa se debe plantear construir una visión más emprendedora y
de género entre la sociedad, con el fin de reivindicar el rol de la mujer y
brindar una visión emprendedora en el migrante a niveles económicos que,
en su momento, le den nuevos enfoques en la utilización de sus recursos, en
el caso que haya decidido emigrar.
En pocas palabras, tanto México como EEUU deben asumir que el
fenómeno continuará, la gente seguirá cruzando la frontera, por lo que sólo
queda aprovechar los beneficios que este fenómeno pueda tener en ambas
naciones, a la par que se luche por cambiar los grandes problemas

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estructurales, tanto a nivel económico como a nivel sociocultural, que han
motivado lo complejo del fenómeno migratorio en ambos lados de la
frontera.
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