La mortalidad materna es un problema de derechos humanos que requiere un enfoque basado en el género. Las instituciones de salud y los profesionales deben revisar sus prácticas para garantizar el debido cuidado y respeto a los derechos reproductivos de las mujeres, especialmente de las más pobres. También es necesario capacitar al personal de salud sobre derechos humanos y generar estrategias flexibles para identificar y resolver las causas culturales que niegan los derechos de las mujeres.