Este documento describe los cambios en los sentidos que ocurren con la edad, incluyendo la audición, el tacto, la vista, el gusto y el olfato. Explica que los umbrales sensoriales aumentan y la agudeza disminuye, lo que puede afectar la calidad de vida. Afortunadamente, muchos de estos cambios pueden compensarse con anteojos, audífonos u otros ajustes en el estilo de vida. El documento concluye enfatizando la importancia de una buena calidad de vida a cualquier edad.
1. INTRODUCCIÓN
Cuando uno envejece, cambia la forma en que los sentidos (gusto, olfato, tacto, vista y
oído) pueden darle información acerca de los cambios en el mundo. Dichos sentidos se
vuelven menos agudos y uno puede tener problemas para distinguir los detalles.
Los cambios sensoriales pueden tener un tremendo impacto sobre el estilo de vida y uno
puede tener problemas con la comunicación, el disfrute de las actividades y las
interacciones sociales. Los cambios sensoriales pueden contribuir a una sensación de
aislamiento.
Todos los sentidos reciben información de algún tipo del ambiente (luz, vibraciones
sonoras, etc.). Dicha información se convierte en un impulso nervioso y es llevada al
cerebro, donde se interpreta como una sensación significativa.
Todas las personas requieren una cierta cantidad mínima de estimulación antes de que se
perciba una sensación. Este nivel mínimo de estimulación se denomina umbral. El
envejecimiento aumenta este umbral, de manera que la cantidad de información sensorial
que ingresa necesaria para darse cuenta de la sensación se vuelve mayor. Los cambios en
la parte del cuerpo relacionada con las sensaciones son responsables de la mayoría de los
demás cambios sensoriales.
Los cambios visuales y auditivos son los más impresionantes, pero todos los sentidos
pueden resultar afectados por la edad. Afortunadamente, muchos de los cambios en los
sentidos por la edad se pueden compensar con aparatos como anteojos y audífonos o por
medio de pequeños cambios en el estilo de vida.
Los sistemas de salud tienen que prepararse para enfrentar un gran cambio
epidemiológico y demográfico. En Chile, estamos alcanzando cifras de personas mayores
de 65 años muy similares a las que existían en Europa hace 15 años atrás.
Esto habla de la mejoría de la calidad de vida de las personas y de una mejoría general en
los sistemas de atención; sin embargo, se debe enfrentar al paciente adulto mayor con
una mirada diferente.
A continuación se presentan los cambios fisiológicos a nivel de los sentidos del cuerpo
humano.
2. AUDICIÓN
Los oídos tienen dos funciones: una es oír y la otra es mantener el equilibrio. La audición
se presenta después de que las vibraciones cruzan el tímpano hacia el oído interno. Luego,
son convertidas en impulsos nerviosos y transportadas al cerebro por medio del nervio
auditivo.
El equilibrio se controla en una parte del oído interno. El líquido y las pequeñas
vellosidades en el conducto semicircular óseo (laberinto) estimulan el nervio que ayuda al
cerebro a mantener el equilibrio.
A medida que uno envejece, las estructuras auditivas se deterioran. A nivel de oído
medio se produce adelgazamiento de la membrana timpánica y pérdida de su elasticidad,
así como disminución de la eficiencia en la conducción del sistema de huesecillos; estos
cambios provocan pérdida de audición.
La perdida de audición puede ser producida por una alteración de cualquiercomponente
del sistema auditivo, pero lo más frecuente es que se deba a un trastornorelacionado con
la edad llamado presbiacusia. Esta es una hipoacusia de tipo sensorioneural,es decir del
oído interno y/o nervio acústico, en que se observa una disminuciónde la percepción de
frecuencias altas (agudas).se produce particularmente en personas que han estado
expuestas a mucho ruido cuando eran jóvenes. Esto ocasiona que se escuchen mal
lasconsonantes que tienen frecuencias más altas y predomine la percepción de las
vocales,lo que tiene efectos importantes en la comprensión del paciente.
Esta hipoacusialeve es casi inevitable. Se considera que el 30% de todas las personas de
más de 65 años tienen deterioro significativo de la audición.
La etiología de la enfermedad (presbiacusia) no está clara, pero se relaciona a la perdida
deneuronas del nervio acústico y degeneración del órgano de Corti en la cóclea.El
diagnóstico de presbiacusia se hace mediante audiometría. El tratamiento,generalmente
consiste en la instalación de audífonos si la pérdida de audición essignificativa y entorpece
la comunicación social.
El ruido anormal y persistente del oído (tinnitus) es otro problema bastante común de la
audición, especialmente para adultos mayores y, por lo regular, es el resultado de una
hipoacusia leve, motivo de consulta frecuente en estospacientes.
El oídoexterno frecuentemente da origen a complicaciones en las personas de edad,
disminuyela secreción de cera y la humedad de la piel y se produce sequedad e
implantación de lacera en el conducto auditivo externo formándose un tapón de cerumen,
el cual se puede extraer en el consultorio médico.
3. La nitidez (agudeza) de la audición puede declinar ligeramente comenzando alrededor de
los 50 años, posiblemente ocasionada por cambios en el nervio auditivo. Además, el
cerebro puede tener una disminución leve de la capacidad para procesar o traducir los
sonidos en información significativa.
La hipoacusia conductiva se presenta cuando el sonido tiene problemas para atravesar el
oído externo y medio hasta el oído interno. Es posible que la cirugía o un audífono sirvan
para este tipo de hipoacusia, dependiendo de la causa específica.
TACTO
Dentro de este podemos encontrar la percepción de vibraciones, dolor y la posición del
cuerpo, la piel, músculo, tendones, articulaciones y los órganos internos tienen receptores
que detectan el tacto, la temperatura o el dolor.
El cerebro interpreta el tipo y cantidad de sensación táctil y también interpreta la
sensación como placentera (como por ejemplo, estar cómodamente caliente),
desagradable (estar muy caliente) o neutral (como ser consciente de que se está tocando
algo).
En el caso de las cirugía cerebral, problemas cerebrales, confusión, o enfermedades en
estado crónico como la diabetes puede cambiar esta interpretación sin alterar la
percepción de la sensación.
Estudios han demostrado que al envejecer se puede presentar un cambio en las
sensaciones de dolor, frío, calor, vibración, tacto, presión, es difícil decir si estos cambios
se producen por la vejez o por las enfermedades que se producen durante esta etapa.
Los riesgos de no sentir la temperatura podrían ser quemaduras, hipotermia y
congelación.
4. LA VISIÓN
El envejecimiento produce una serie de cambios en el ojo, sin embargo puede ser
difícil distinguir estos cambios fisiológicos de algunos cambios patológicos.
Algunos cambios propios del envejecimiento son apoptosis, entropión o ectropión,
alteraciones del cristalino, iris y cornea así como también alteraciones neurales y de
la presión intraocular.
Todo esto facilita la aparición de múltiples patologías que afectan la visión en el adulto
mayor. Es importante pesquisar estas alteraciones con el fin de evitar su progresión a
patologías más complejas y a eventual pérdida de la visión.
La órbita pierde contenido graso y produce efecto de ojos hundidos. La laxitud de los
párpados puede provocar entropión o ectropión.
La córnea pierde transparencia y depósitos de lípidos producen el “arco senil”.
La pupila reduce su diámetro y el iris disminuye la capacidad de acomodación por fibrosis
de sus elementos musculares.
El cristalino aumenta su tamaño y se vuelve más rígido, frecuentemente aparecen
cataratas por depresión en la actividad de los fenómenos de deshidratación del lente.
A nivel de retina se reduce la fagocitosis de pigmentos, produciéndose acumulación de
ellos, hay marcada reducción de los conos con pérdida de la agudeza visual con los años.
5. GUSTO Y OLFATO
Los sentidos del gusto y el olfato interactúan estrechamente para ayudar a la degustación
de los alimentos. La mayor parte del sabor proviene realmente de los olores. El sentido del
olfato comienza en los receptores nerviosos ubicados en la parte alta en las membranas
de la nariz.
Uno tiene aproximadamente 9,000 papilas gustativas, las cuales son responsables
principalmente de percibir los sabores dulce, salado, ácido y amargo.
El olfato, y en un menor grado el gusto, también juega un papel importante en la
seguridad y el disfrute. Nosotros detectamos ciertos peligros, como comida
descompuesta, gases nocivos y humo, con el gusto y el olfato. Una comida deliciosa o un
aroma placentero pueden mejorar la interacción social y el disfrute de la vida.
El número de papilas gustativas disminuye, comenzando alrededor de los 40 a 50 años de
edad en las mujeres y 50 a 60 años de edad en los hombres. Cada papila gustativa que
queda también comienza a atrofiarse (perder masa). La sensibilidad a las cuatro
sensaciones gustativas no parece disminuir hasta después de la edad de 60 años, si es que
sucede. En caso de perderse la sensibilidad gustativa, generalmente se pierden primero
los sabores salado y dulce y los sabores amargo y ácido permanecen un poco más de
tiempo.
Adicionalmente, la boca produce menos saliva a medida que se envejece. Esto causa
resequedad, lo cual dificulta más la deglución. Igualmente, puede hacer que la digestión
sea un poco menos eficiente y puede incrementar los problemas dentales.
El sentido del olfato puede disminuir, especialmente después de la edad de 70 años y esto
puede estar relacionado con la pérdida de terminaciones nerviosas en la nariz.
Los estudios acerca de la causa de la disminución de los sentidos del gusto y del olfato con
la edad tienen resultados controvertidos. Algunos estudios han indicado que el
envejecimiento normal por sí solo produce muy poco cambio en el gusto y el olfato y que
más bien los cambios pueden estar relacionados con enfermedades, el tabaquismo y otras
exposiciones ambientales a lo largo de la vida.
Sin importar la causa, la disminución del gusto y el olfato puede reducir el interés y el
placer al comer. Algunas personas pueden descuidar su higiene personal cuando se
disminuye el sentido del olfato. El disfrute del medio ambiente también puede disminuir.
Algunas veces, los cambios en la forma de preparar los alimentos, como un cambio en los
condimentos que se usan, puede ayudar.
6. Para algunas personas, hay un aumento del riesgo de asfixia debido a que no pueden
detectar el olor del gas natural de la estufa, el horno u otro aparato, por lo que puede ser
útil un detector de gas visual que cambie de apariencia cuando se presente un escape.
Las causas del deterioro del sentido del gusto abarcan:
Parálisis de Bell.
Resfriado común.
Gripe.
Infección nasal, pólipos nasales, sinusitis.
Faringitis y faringitis estreptocócica.
Infecciones de las glándulas salivales.
Otras causas son:
Consumo de cigarrillo en exceso (en especial el fumar con pipa).
Lesiones en la boca, la nariz o la cabeza.
Resequedad de la boca.
Medicamentos como los antitiroideos, captopril, griseofulvina, litio, penicilamina,
procarbazina, rifampicina y algunos fármacos utilizados para tratar el cáncer.
Encías inflamadas o hinchadas (gingivitis).
7. CONCLUSIÓN
En el año 82, la OMS planteó la necesidad de "añadir vida a los años", para enfatizar que
lo importante es calidad de vida, que a diferencia de la duración de la vida, es un conjunto
de condiciones que pueden hacer feliz, agradable o satisfactorio vivir.
Estos factores son muchos: salud, vivienda, capacidad de decisión, alimentación, cultura,
amor, amistad, diversión, humor, etc. Lo importante es darle un sentido a la vida y
sentirse protagonista de la propia existencia siempre.
"La vejez regala una claridad imposible de obtener en la juventud".