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OLGA ZUBARRY
”Todo fue una cuestión de suerte”
Olga Adela Zubarriaín es la menor de cinco hermanos. Nació en Parque de
los Patricios el 30 de octubre 1929, de padre vasco y madre asturiana. Se
recuerda de niña “imitando a Shirley Temple y pegando fotos de actores en un
álbum. Me parece ver a Fredric March, Bette Davis, Joan Crawford. Vivíamos
en una casa en la que no sobraba nada”. Terminados sus estudios primarios
decidió comenzar el secundario. Se veía a si misma como una obstetra. “Mi
hermana, María Zubarry, de ella tomé el apellido, fue la primera en frecuentar
el ambiente, ya que era bailarina y actriz. Se casó con Juan Carlos Thorry -nos
habíamos mudado a la Avda. Corrientes pero luego volvimos a Parque de los
Patricios-. Y la historia empieza cuando veo a María Duval en cine. Le pedí a
Thorry que me llevara a LUMITON a conocerla y me acuerdo que llegué
cuando estaban rodando 16 AÑOS con Christensen. Esto era en 1943 y me
dieron unas líneas por casualidad o porque era la cuñada de Thorry, no lo sé”.
.
“Vi a María -que era un verdadero ídolo para las adolescentes de aquel
tiempo- y me gustaron las luces, las cámaras y el ambiente. No fue de
inmediato, pero luego ya no pude volver al colegio de manera regular. Trabajé
como extra en SAFO, HISTORIA DE UNA PASIÓN (Carlos Hugo Christensen1943) y recibí un primer plano en LA PEQUEÑA SEÑORA DE PÉREZ (Carlos
Hugo Christensen-1944). Lo cierto es que hasta llegué a soñar con aquel
plano”.
La empresa de Munro tenía un stock de adolescentes a las que paseó en
LAS SEIS SUEGRAS DE BARBA AZUL (Carlos Hugo Christensen-1945), un
vehículo para Pepe Arias. Ese mismo año se estrenó NO SALGAS ESTA
NOCHE (Arturo García Buhr), donde ella y Susana Freyre ganaron roles
destacados como las sobrinas del caso. Se supo que ambas tenían
posibilidades y a ella le otorgaron un papelito en ADÁN Y LA SERPIENTE
(Carlos Hugo Christensen-1946). “Antes, casi en los comienzos, había hecho
una temporada de teatro con Elena Lucena. La obra se llamaba Madame Trece
y en el elenco estaba Alberto Closas, Verdaguer y Tato Bores. Recuerdo y
mucho a Yeya Duciel, que cantaba muy bien y era una excelente actriz. Creo
ver también a Beba Bidart en el coro. Pero los sábados y los domingos debía
venirme desde el Tigre, donde estaban mis hermanos con sus amigos y no
tenía ganas. Terminé la temporada y me dije que teatro, nunca más.
Francamente, me aburría”.
LUMITON había decidido filmar EL ÁNGEL DESNUDO con Mirtha Legrand
en el rol de Elsa las Heras. La madre de la por entonces ingenua -según otras
versiones también su flamante novio, Daniel Tinayre- intervino no sólo por la
audacia del guión, sino también porque había que viajar a Río de Janeiro para
los exteriores. Ante la negativa, hubo que someter al elenco de adolescentes a
una serie de pruebas. Hoy día la actriz no alcanza a explicarse por qué
Christensen y César Tiempo la eligieron justamente a ella. “Si algo debo
agradecerle a mis padres es que tanto a mí como a mis hermanos nos dejaran
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completa libertad para elegir. No pusieron reparo alguno con respecto al que
iba a ser mi primer estelar”.
A Zubarry no termina de conformarle su actuación en EL ÁNGEL
DESNUDO (Carlos Hugo Christensen-1946). “Alguien debiera haberme dicho
en el doblaje que levantara el tono de voz”. En la primera parte del film debe
jugar a la chica burguesa, despreocupada y frívola, con novio oficial incluido.
Eduardo Cuitiño y Carlos Cores -el padre y el novio, respectivamente- giran a
su alrededor, pero no logran imponerse sobre su imagen, que ya era muy
potente. En la segunda, debió competir con Guillermo Battaglia en una larga
secuencia que se lleva a cabo en la casa del escultor. “Battaglia me ayudó
muchísimo, porque me sentía bastante insegura. Era muy generoso e hizo lo
posible para que todo saliera bien”. El conflicto de esta joven Electra -una
María Duval expandida y con mayores posibilidades- se desarrolla por dentro,
no en la superficie. Esto es lo que capta la cámara. La enfermiza relación con
el padre que la lleva al suicidio -no sin que antes se haya acostado con el
novio- trasciende y llega al auditorio en medio de las tensiones que Christensen
imponía a estos melodramas, ayudado por Alfredo Traverso y la música de
George Andreani. “Traverso era un hombre muy humilde, siempre callado, con
un vasito de vino en la mano. No se le ha dado la importancia que merece, ni a
él ni a muchos integrantes del equipo técnico”.
El investigador cree que la quebrada voz de la muchacha, la angustia
excesiva de la mirada, el temblor en las comisuras de los labios, delatan más a
la persona Zubarry que al personaje. ¿Cómo no asustarse ante el desaforado
mecanismo en el que se encontraba instalada? Fraulein Elsie, la novela de
Arthur Schnitzler, posee un material lo suficientemente complejo como para
leerla hoy sin temor a aburrirse. Sin embargo, lo que a la mayoría de la
audiencia histórica la interesaba era el momento del desnudo seguido del
disparo y la muerte de la joven. A nuestro juicio, el film logró trasmitir una dosis
de angustia como pocas veces se había logrado antes en el cine argentino.
Para los hombres, el sexo se había instalado en la pantalla de manera perversa
y no tan directa como en SAFO, HISTORIA DE UNA PASIÓN (1943).
Las relaciones entre los doctores de LUMITON y la incipiente actriz se
volvieron turbulentas. Ella califica a la fábrica como un sitio de “lisa y llana
explotación”, desde el momento en que siempre la amenazaban con dejarla en
libertad, un eufemismo acuñado en el ambiente para aludir al despido. Ella -y
sus padres, porque era menor de edad- firmaron contrato luego de largas
conversaciones, por cinco películas. En el año 1947 no apareció en cuadro.
“Por fin”, señala, “luego de muchas vueltas, accedieron a pagarme de mil a mil
quinientos pesos por película. Francamente, una miseria, teniendo en cuenta lo
que redituaban en boletería”.Luego vino el episodio de Los pulpos, la novela de
Marcelo Peyret. “La leí de un tirón, sentada detrás de la columna de una
confitería y llamé por teléfono a César Tiempo. Estaba alarmada. ¿Adónde iría
a parar con semejantes papeles? Don César me dijo que me quedara tranquila,
que iba a suavizarla. No estoy segura de que lo haya hecho”, suspira hoy
Zubarry.
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En LOS PULPOS (Carlos Hugo Christensen-1948) tuvo la oportunidad de
iniciar una gran amistad con Roberto Escalada. - “Ah... besar a Escalada...”,
rememora hoy con nostalgia-. Estos gratos recuerdos fueron compartidos
también por Mecha Ortiz y Golde Flami. “Tito era un porteño de los que ya no
quedan. Vivía en Flores y conocí a su familia, fui muy amiga de él y debo decir
que era respetuoso al máximo. Además, como LOS PULPOS era bastante
pesada, hacía bromas constantes para aliviar las tensiones”, dice ella hoy.
Carlos O. García, en su excelente monografía Carlos Hugo Christensen,
revelación del melodrama, incluida en Cine Argentino, La Otra Historia, comp.
de Sergio Wolf, Ediciones Letra Buena, 1992, admite que se trata de uno de los
films más logrados del realizador. En este caso, el inocente es el hombre, un
magnífico Roberto Escalada, cuyo Horacio no ha sido aún reivindicado. Myrtha
lo engaña desde el vamos. El verdadero protagonista de este film es él.
La animalidad de Myrtha puede rastrearse en su fascinación ante el bajo
mundo, o las uñas que clava en la palma de Horacio cuando observan la pelea
en el Luna Park. Su cara expresa un sadismo que fue mucho más allá de todo
lo que se había visto en cine argentino hasta el momento. “Creo que era una de
esas mujeres que explotan a los hombres y que pueden terminar muy mal o
muy bien. No hay término medio”, admite Zubarry. Sin embargo, confiesa que
no ve la necesidad de destruir por completo al personaje masculino. Myrtha es
ofrecida al espectador como un verdadero demonio, y así aparece también
ante Horacio, en un recorrido pasional que lo llevará hasta la muerte. “Es la
única película en que me gritaron “Puta”, aunque se hizo lo posible para que en
la banda de sonidos la palabra se disimulara. La novela era, según recuerdo,
bastante amarga y había causado mucho escándalo en los años 30. La leí en
una edición de Tor, aquellas baratas”.
LOS PULPOS reforzó la imagen que el público tenía de Zubarry en EL
ÁNGEL DESNUDO. Su enfermiza precocidad vendió el producto,
anticipándose en muchos años a LOLITA (Stanley Kubrick-1962). Ella
engancha y muerde las líneas con un criterio de verdad absoluta que confunde
al espectador y también al atribulado Escalada, que pasea por aquel Buenos
Aires nocturno con la música del tango Uno en la banda sonora. Bastante más
segura que en su primer protagónico, la imagen atrae y repele al espectador
masculino. El juego ambiguo está llevado hasta sus últimas consecuencias. La
mirada inocente del protagonista, la delicadeza de sus rasgos y la elaborada
sonrisa juvenil, contrastan con la imagen oscura y firme en su sensualidad de
aquella asombrosa Myrtha, al menos en la segunda parte del film. La libertad
sexual asombra aún hoy día, porque al periodista lo tortura el hecho de que la
joven sea promiscua.
“Olga manejó su carrera con inteligencia. No perdía tiempo. Yo no la
recuerdo en ninguna fiesta del ambiente por aquellos años”, dice hoy Silvana
Roth. “¿Qué fiestas? Si llegaba a casa a las diez de la noche y me tenía que
levantar a las seis de la mañana para irme hasta Chacarita a tomar la bañadera
de LUMITON”, indica Zubarry. Concede que Escalada la traía por las noches
hasta su casa en Parque de los Patricios. “Cuando no trabajaba, mi placer era
quedarme en casa con mis padres porque no los veía con frecuencia. Además,
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recuerdo mucho a mis vecinos de aquel barrio y les agradezco que me hayan
tratado como a una trabajadora más”. Por su parte, Beba Bidart agregaría años
más tarde: “Olga era en cámara una criatura peligrosa. Daba gusto verla
trabajar con Escalada. Ahora que, cuando terminaba su tarea, era una
muchacha muy cálida, nunca una estrella, como decíamos antes. Además, le
gustaban las bromas y tenía un excelente sentido del humor. Cuando
estábamos rodando LOS PULPOS cumplió dieciocho años y resultaba increíble
que pudiera tener semejante imagen. Naturalmente, por mi tipo físico, yo era la
desfachatada Pola. Ella, con su mejor sonrisa, resultaba lo que le dicen en la
película: una puta. Naturalmente, hay que tener cuidado con esos papeles
porque la gente termina confundiendo y comprendo que tuviera miedo luego de
EL ÁNGEL DESNUDO. Yo la conocía de vista y no la había tratado cuando
estuvimos juntas en teatro haciendo Madame Trece. Me encontré con una
chica prudente, educada y trabajadora. Lo que me parecía exagerado era la
ropa. Le habían tirado todo el vestuario de LUMITON por la cabeza. Claro, se
terminaba una época, los años 40, y tal vez desde ese punto de vista fuera
comprensible. Además y, por suerte, pudo zafar del encasillamiento. En
cambio, yo terminé siempre dando el mal paso”.
LA MUERTE CAMINA EN LA LLUVIA (Carlos Hugo Christensen-1948), un
film que ha ganado con los años al punto de convertirse en deleite de los
cinéfilos, le dio oportunidad de encarnar a Lila, una publicista de Radio
Splendid. Es una muchacha independiente que vive en una pensión en la que
habitan tres asesinos ocultos bajo el gracioso seudónimo de S. López. Muy
segura de si misma, por momentos frívola, sexy natural, alcanzó momentos de
alto voltaje cuando observa el cuadro y comprende la verdad. Su capacidad
para registrar el miedo cuando ha sido acorralada, la mostró en una nueva
faceta que el público desconocía. “La empresa nos puso a mí y a Battaglia
como gancho en la publicidad por EL ÁNGEL DESNUDO pero en LA
MUERTE... todos éramos protagonistas”. Se adivina en ella un dejo de tristeza
cuando recuerda a sus compañeros de la pensión Babel, a todos y a cada uno
de ellos, especialmente a los hermanos Corona -Margarita y Juan-. “Y ahí
estaba Gustavo Cavero, de Radio El Mundo, en su mejor papel como el
profesor uruguayo al que asesinan. Este hombre venía trabajando en cine
desde siempre y lo seguiría haciendo pero será recordado por esta película,
eso es seguro”.
“Cuando no tenía que rodar me iba hasta la casa de Aníbal González Paz,
que vivía a la vuelta de los estudios, a tomar mate con su madre. Así que ahí
estaba la mujer fatal, la muchacha independiente, mirando cómo bordaba la
señora mientras yo cebaba mate”. Su poder de comunicación con el auditorio
no tenía una salida convencional, excedía todos los límites. No se hallaba en
cuadro para lucir modelos ni para representar. Creía al máximo las situaciones
que le tocaba vivir y trasmitía esa credibilidad.
En 1949 se estrenó YO NO ELEGÍ MI VIDA (Antonio Momplet). “Hubo un
incidente gracioso, porque en el guión de Discépolo era él quien moría. Cuando
vino de Córdova dijo “No, yo soy la estrella y el que muere soy yo”. Por lo tanto,
se modificó el guión y también me mataron a mí”. ¿Cómo era Arturo de
Córdova? “Muy familiero. Trabajar con él era un verdadero desafío, porque
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tenía una mirada a la que había que enfrentar. No había nada de falso en ella.”
Alicia, el personaje de Zubarry, hace una memorable entrada en cuadro.
Perseguida por un hombre, es abofeteada junto a los vagones del tren en
medio de la noche. Hay una buena dosis de histeria en esta criatura que se
parece más a un animal sin salida que a un ser humano. Ella considera que la
cargó en exceso y que podría haberla corporizado más sobriamente. Sin
embargo, es así como se había instalado en la audiencia histórica: una
muchacha que no le temía al riesgo y que poseía una fuerte carga emocional.
“La toma del comienzo, cuando estoy corriendo junto al vagón del tren fue
bastante peligrosa. Recuerdo que Arturo me izó de un golpe y, debo
confesarlo, estaba asustada”.
En YO NO ELEGÍ MI VIDA existe un proceso de humanización del
personaje que se palpa a través del código gestual de la actriz. Hay una
pequeña fiesta improvisada por el personaje de Discépolo para la pareja, en la
cual la imagen rubia se ilumina y ofrece un descanso al atribulado espectador.
Y hay que observar ese gesto final, el de la muerte, porque se está realmente
ante alguien que ha aprendido y evolucionado en unas pocas películas. “Los
actores damos imágenes pero no tenemos nada que ver con ellas”, dice. “Y lo
peor que podemos hacer es dejar que esas imágenes nos devoren. Hay que
tomar distancia”.
No tiene conciencia de que su aparición en la pantalla había dado por
terminado el ciclo de la ingenua. María Duval se retiró y Mirtha Legrand tuvo,
por obligación, que cambiar su imagen en PASAPORTE A RÍO (Daniel Tinayre1948). La audiencia histórica se sentía con derecho a un cine más adulto. La
productora Lita Stantic dice que “Zubarry cambió por completo la interpretación
femenina en el cine de estudios. Ya no hubo manera de volverse atrás”. Le
guste o no a la actriz, el uso que el espacio audiovisual hizo de su imagen está
directamente vinculado con aquella primera etapa del peronismo, y en sus roles
se encuentran también las contradicciones del período. .
“LUMITON atravesaba un momento difícil porque habían entrado a tallar los
sindicatos”, señala ella hoy día. “Además, me habían dejado ociosa un tiempo
que yo aproveché para trabajar en radio con bastante frecuencia y de golpe
tuve que rodar dos seguidas en 1949”. Se está refiriendo en primer término a
VALENTINA (Manuel Romero-1950), en pareja con Juan José Míguez y con el
apoyo de Elena Lucena y Severo Fernández. Es la primera en admitirlo: “No,
no sirvo para la comedia”.
La otra es una remake de una novela de Pierre Wolff que ya había sido
rodada en Francia con una desvaída Danielle Darrieux -canal 11 supo tener
una copia-. La adaptación de Julio Porter le ofreció un vehículo que le sirvió
como texto-estrella, algo que era bastante menos frecuente de lo que parece.
Esto queda ratificado por su rostro que bordea la secuencia de créditos, algo
no muy usual en el cine de aquella época. El producto se llamó ABUSO DE
CONFIANZA (Mario C. Lugones-1950) “y era la película favorita de mi padre”,
dice. Desde que aparece en cuadro, detrás del féretro que encierra a su
abuela, la imagen es la de una muchacha que no ha conocido momentos
alegres. Soporta su erotismo como castigo: la persigue el dueño de la pensión,
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busca trabajo pero los empleadores resultan sátiros, accede a divertirse con un
compañero de la Facultad de Derecho pero el joven pretende ir más lejos. En
1950, una película como ABUSO DE CONFIANZA abre un signo de
interrogación: ¿acaso las mujeres no se habían integrado al mundo del trabajo?
Podría ser cierto, en todo caso, que el sexo jugara en algunos casos un papel
decisivo, tal como ocurre hoy. Pero a la protagonista de ABUSO DE
CONFIANZA le pasa de todo y más. Al parecer, le quedan dos caminos: la
prostitución o el suicidio. Ella deambula por exteriores, famélica y demacrada.
El milagro ocurre: adopta una falsa identidad que le permite vivir con una
familia acomodada y terminar sus estudios de abogacía.
Como profesional, defiende a una muchacha -en inolvidable y poco valorada
interpretación de Iris Alonso- con la que se identifica. El alegato en si resulta
hoy día harto envejecido, pero no su interpretación que sigue despertando
interés porque está por completo segura. Uno de los secretos de la técnica
interpretativa, cualquiera sea, es trasmitir la verdad. Y ella lo lograba. “No, no
es cierto. No siempre. Hay películas que yo nunca menciono”, apunta hoy.
ABUSO DE CONFIANZA batió records de boletería y se sostuvo gracias a
ella. Es, además, un primer producto en el que se la ofreció con texto servido.
Ese plano final nos entrega una cara que no oculta que en el interior de la actriz
hay una vitalidad y una energía que logran transformar a una persona en
hermosa aunque no lo sea. Se había ganado un público a través de LUMITON,
y tanto ella como Enrique Serrano habían sido los dos pilares que sostuvieron
al estudio en su etapa final.
Como pupila de LUMITON había dado muestras de ser cambiante y de no
repetirse. No obstante, su imagen era preferida por el imaginario colectivo
como el de una muchacha extraviada. Fue en los estudios de Munro donde
nació el emblema de la marginación que, a posteriori, recorrería buena parte
de su carrera. Se la preferiría como drogadicta, asesina, alcohólica, prostituta
aún cuando estos roles se alternaran con otros que iban desde novias
convencionales hasta papeles que, al menos en comedias, decididamente no le
iban.
Se fue a Venezuela con su hermana y Juan Carlos Thorry y este la dirigió
allí en YO QUIERO UNA MUJER ASÍ (1950) para la BOLÍVAR FILM que “se
estrenó en Buenos Aires en una copia imposible”. A su regreso se encontró con
una sorpresa: ya no había contratos por varias películas. “El problema residía
en mantenerse en circulación, porque no hay que dejar pasar el momento. Por
lo tanto, acepté una oferta de MAPOL que me cambió la vida. Me pagaron
cincuenta mil pesos por LA COMEDIA INMORTAL (Catrano Catrani-1951) y me
compré un auto de segunda mano. El asunto es que Soffici me llamó casi al
propio tiempo para un papel en EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA
BESTIA (1951). Por lo tanto y durante una semana cabeceaba en un banco de
MAPOL hasta que venían a buscarme de la SONO. La histeria resultó fácil.
Estaba alterada, pero pensaba en las finanzas. Además, una drogadicta. Nada
menos”.
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En LA COMEDIA INMORTAL encarnó a una muchacha sin complicaciones,
novia de Pedro Quartucci, ambos empleados de comercio -librería y casa de
música-. El guión de Ulyses Petit de Murat y Tulio Demichelli quiere que de los
libros salgan los famosos amantes de la literatura universal para ayudar a la
desdichada pareja. El segmento más interesante es el que se encuentra,
precisamente, a cargo de estos disparatados personajes encarnados por un
elenco importante: desde Juan Carlos Thorry a Ricardo Lavié, desde Enrique
Fava a Tato Bores, pasando por Isabel Pradas o María del Río. Hay, además,
una interesante borracha a cargo de Judith Sulian. Poco es lo que ella pudo
hacer pero considera que “no me costó esfuerzo alguno, porque es la película
que muestra tal como era yo en la vida cotidiana”.
Muy otra fue la labor de sus tres escenas en EL EXTRAÑO CASO DEL
HOMBRE Y LA BESTIA. “Soffici era muy exigente y repetía tomas, algo que no
me gusta demasiado”. Aparece por primera vez con una buena carga de
resentimiento como una adicta que piensa seguir con la droga. En la segunda
escena se encuentra en un lugar nocturno de ínfima categoría bailando algo
indescifrable con Fernando Labat: “Lo gracioso fue que, al comienzo, yo agarré
el paso de baile como mejor sabía hacerlo y eso era lo que Soffici no quería”.
Luego, en el camarín, la mirada de terror hacia la bestia y su lucha para librarse
del que le ha regalado una dosis, es sencillamente memorable. Su personaje
queda reducido al de un animal acorralado. Afeada al máximo, en la tercera
escena vuelve a descubrir a la bestia y regresa el pavor. “Es verdad que el
montaje de Jorge Garate es muy importante en la escena del camarín, pero yo
tenía que darle continuidad a un personaje difícil, el más complejo que me
había tocado en suerte”. Hoy día su interpretación adquiere una fuerza que
deja muy atrás a Miriam Hopkins en la versión de Robert Mamoulian (1932) y a
Ingrid Bergman en la de Victor Fleming (1941). Tal vez por razones de censura,
en esas dos versiones no se pudo plantear el problema de la drogadicción -que
no figura en la novela de Stevenson-, pero que Petit de Murat le añadió al libro.
Quienes estudien el problema de la marginación femenina deben ir hacia
algunas figuras de reparto tales como Beba Bidart, Diana Ingro, Judith Sulian,
Golde Flami, Margarita Corona, Diana de Córdoba o -entre muchas otras- Nelly
Panizza. Algunas pudieron evolucionar, pero la mayoría fue víctima del
encasillamiento. Zubarry tenía 20 años cuando estaba rodando su drogadicta y
se muestra tan desnuda como las radiografías que están observando los
médicos. Estuvo en la terna para ser premiada como Actriz Secundaria, pero la
Academia de Artes y Ciencias galardonó a Malvina Pastorino por SOMBRAS
EN LA FRONTERA (Leo Fleider-1951) y Cronistas se decidió por Zoe
Ducós, debido a sus trabajos en SUBURBIO (León Klimovsky-1951) y LOS
ÁRBOLES MUEREN DE PIE (Carlos Schlieper-1951). Hoy día ella dice que
“todo forma del juego. A veces se gana y en otras se pierde”.
Decidida a permanecer en circulación estuvo en ¡QUÉ HERMANITA! (Kurt
Land-1951) y EL HONORABLE INQUILINO (Carlos Schlieper-1951). De las
dos, sale mejor parada en la primera, como la enamorada de la sensación del
momento, el bolerista Gregorio Barrios -quien nunca logró cobrar un peso por
esta película-. De acuerdo con Nélida Romero “Raymundo Horvilleur era un
francés que estaba haciendo negocios en la industria y que luego de EL
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HEROICO BONIFACIO (Enrique Cahen Salaberry-1951) me había propuesto
convertirme en primera figura de comedias. Pero Schlieper no me dejó. Acepté
un rol que me llevó poco tiempo y Olga estuvo muy bien en el papel. Luego
también trabajamos juntas en EL HONORABLE INQUILINO. Nunca entendí por
qué se había negado siempre al teatro”.
En 1952 se estrenó EL BALDÍO (Carlos Rinaldi), un guión escrito por
Fernández Unsaín y basado en la obra de teatro que Fanny Navarro había
ofrecido en las tablas. El texto pertenecía a Raúl Mendé o Méndez. La
producción se hallaba a cargo de Néstor Maciel Crespo, uno de los testaferros
de Juan Duarte. Se intentaba mostrar a la nueva corriente inmigratoria que
llegaba bajo el peronismo. Con un elenco encabezado por Zubarry y Jorge
Rigaud, Agustín Irusta y Beba Bidart -esta última componiendo un personaje
diferente-, EL BALDÍO narra la historia de una muchacha de incierta
nacionalidad, violada por los invasores en su noche de bodas y despreciada
por su flamante marido. El hijo, fruto de aquella violación -Panchito Lombard-,
no es reconocido por el cónyuge. La reconciliación sobreviene en una
Argentina que a estos extranjeros les resulta idílica.
Es la única película de largometraje con propaganda netamente peronista.
“Creo que Fanny no pudo hacerla porque tenía otros compromisos. A mí no me
preocupó en absoluto el tema, pero insistí en que Rigaud estuviera conmigo
antes del título. Podría haberme negado, pero era buena plata”. Hay algunos
exteriores sobresalientes y ella aparece demasiado bien vestida para ser una
inmigrante que, se supone, debería poseer siquiera un atisbo de acento. Esto
no ocurre. “Luego de filmar las últimas tomas en el puerto, me subí a otro barco
y me fui a Europa con Elena Lucena y Renée Dumas. Aventuras que se
emprenden una vez en la vida”, declara hoy riéndose.
No aclara si le molestó que su trabajo en EL EXTRAÑO CASO DEL
HOMBRE Y LA BESTIA no le hubiera significado un contrato con la SONO,
productora que la tuvo en cuenta muy poco por estos años. Además, en enero
de 1950 había conocido, cuando el preestreno de la película, al Dr. Juan Carlos
Garate, que se convertiría, años más tarde, en su marido.
En 1953 se estrenaron cinco películas en las que ella aparecía. La imagen
se paseó por ELLOS NOS HICIERON ASÍ (Mario Soffici), exasperada y
violenta como Francisca, la hija de Golde Flami y novia abandonada por
Alberto de Mendoza. “Olga era alguien para observar”, dijo Flami años más
tarde. “Tuve un pequeño incidente con Soffici por un acercamiento y ella no se
movió de su sitio. Estuvo muy tranquila, esperando que se resolviera el
entuerto”.
Aún cuando encabezara el elenco, no se trataba de un texto-estrella, ya que
había demasiados jóvenes y varias subintrigas. Tito Alonso, Mirtha Torres, Julio
de Grazia, Elena Cruz, Luis Medina Castro, Alberto Dalbes conformaron parte
de la barra a la que es necesario añadir el mundo de los mayores. Es un guión
abominable de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari en el que se pretende que los
padres son los culpables y que los hijos, de manera matemática, seguirán la
senda que les han trazado. Como la madre de Francisca es Golde Flami, ya se
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sabe cómo terminará la pobre Zubarry. Si durante la primera parte de la
manufactura otorga algún matiz al personaje, a medida que la historia avanza
-luego de descubrir que su madre tiene un amante-, su crispación es excesiva.
Soffici no supo o no quiso dirigir a la actriz.
En cuando a MERCADO NEGRO (Kurt Land), un negocio de MAPOL, como
hija de Alberto Bello y novia de Mario Passano tuvo poco que hacer, salvo
dejarse aplastar por un auto. Tienen más sentido del humor Santiago Gómez
Cou y Nelly Panizza en graciosos estereotipos que llevarían al apogeo en
ENSAYO FINAL (Mario C. Lugones-1955). Hay un momento en que su imagen
se muestra indiferente. Se trata de la escena en que se halla en la oficina del
padre, con dos empleados. Alberto Bello intenta llevar adelante la acción como
puede. Sin embargo, estas manufacturas baratas daban sus dividendos gracias
a la exhibición obligatoria. Sostiene que “creo haber desempeñado con cierto
oficio lo que se denominan roles convencionales” El hecho es que como Laura,
el nombre de la muchacha, tiene escaso metraje para una primera figura. .
La SONO la llamó para EL VAMPIRO NEGRO (Román Viñoly Barreto) y
como Amalia Keitel, apodada Rita, consiguió finalmente dar en el blanco. El
libro es de Julio Escobar y el guión de Alberto Etchebehere y el propio Viñoly
Barreto. En los últimos tiempos hubo una fuerte tendencia a reivindicar esta
película que ha pasado a ser, según algunos -Diego Curubeto- un film. Por
supuesto que bajo el nuevo ropaje se escondía el M de Fritz Lang (1932).
“Viñoly Barreto era un hombre muy preparado, un uruguayo católico que sabía
bien qué estaba haciendo. Era un cinéfilo, había estudiado teatro y literatura,
música, un renacentista, en fin, y sus necesidades de investigar el
expresionismo fueron apoyadas por la SONO”, declaró años más tarde Nathán
Pinzón, a quien esta película puso definitivamente en el mapa. Hay que añadir
que con toda justicia, ya que las hirientes escenas que juega con una sádica
Nelly Panizza ponen al descubierto su impotencia sexual de manera harto
evidente.
El espanto va de la mano de Zubarry, quien descubre -un gesto que la
audiencia histórica y la contemporánea no olvidan-, de qué modo el psicópata
tira a una de sus víctimas por una boca de tormenta. Esta agresiva cabaretera
ha ido a cambiarse a los sótanos del tugurio y queda inmóvil, clavada en el
pánico. Y se reconoce en ella a una imagen capaz de trasmitir el terror como
ninguna otra. El trato que le dispensa al inspector de policía -la presencia de
Roberto Escalada en este papel la ayudó y no poco- evidencia la seguridad con
que se movía ante la cámara cuando se hallaba bien dirigida. Hay que observar
la precisión de sus movimientos. Por otra parte, y luego de haber sido golpeada
por el asesino, cae al suelo, intenta detenerlo y pega el grito que perseguirá a
quienes vean esta película o film -según se considere-:
-

¡El vampiro se lleva a mi hija! ¡El vampiro se lleva a mi hija!

Este momento le ganó el sobrenombre de la reina del grito en la industria.
Pero además, es una imagen muy sexy y no hay ninguna artificiosidad en esto.
El relato intenta poner sobre el tapete que había otra realidad, habitualmente
no mostrada. El investigador tuvo que recordarle el nombre de la paralítica
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mujer del inspector que encarna Escalada, porque había olvidado a Gloria
Castilla, algo inusual en ella. No obstante, reconoció que ese rol bien pudo
haber sido desempeñado por la eficaz Leda Zanda, perdida en el reparto como
la sirvienta del singular matrimonio. Esta vez, la música de Juan Ehlert no
colaboró en lo más mínimo. De mucho éxito, este vehículo de la SONO le
permitió entrever que de algún modo integraría el elenco de la empresa. No
ocurrió, aunque ella se llegó hasta Martínez para estampar su firma en aquella
fiesta que los Mentasti organizaron en 1953, cuando la compañía cumplió
veinte años. Luego de firmar, se marchó.
SUCEDIÓ EN BUENOS AIRES (Enrique Cahen Salaberry) es un
entretenimiento policial donde la actriz mata a balazos a Georges Riviére o
Jorge Rivier y se queda con su pareja favorita, Roberto Escalada. En el
diccionario Manrupe-Portela existe un error: no hay “chica mala que aleja al
buen muchacho de su novia”. El guión de Pondal Ríos y Olivari ofrece una
serie de estereotipos pero no ese. Es, sin duda, la mejor película de Cahen
Salaberry y la pareja volvió a funcionar, aunque los personajes supuestamente
secundarios sostuvieron gran parte del metraje. Ayudó la música de Astor
Piazzolla y este negocio de Carlos Gallart, Pondal Ríos y Olivari para
ASOCIADOS resultó un entretenimiento aceptable. “Fue difícil el rodaje”,
explica hoy Zubarry, “porque había que estar a cualquier hora en lugares
diferentes. Se filmó casi toda en exteriores y había muchas escenas que
hicimos de madrugada”. Ricardo Younis brindó una fotografía de primer orden y
ella se convirtió en la muchacha rubia de los policiales de la época.
En cuanto a MALEFICIO, se trataba de una coproducción mexicanohispano-argentina armada por Carmelo Santiago, de modo que es ínfimo lo que
cabe esperar. En el episodio local actuaron ella, Narciso Ibáñez Menta, Maurice
Jouvet y, entre otros, Alba Solís, dirigidos por León Klimovsky. Se estrenó en
1954. Encarna a una torva adúltera que quiere deshacerse de su marido para
quedarse con su amante. Se rescata la frialdad apasionada con que la
antiheroína prepara el veneno, se encierra en el baño, se apoya contra los
azulejos, abre la ducha y espera con ojos expectantes y boca torcida. No
quiere escuchar los estertores de quien ella cree es su marido. En realidad se
trata de un doble. La va invadiendo una insana alegría. En la secuencia final,
cuando el auténtico marido le pide que lo reconozca como tal, los ojos de la
actriz relampaguean triunfantes sobre el hombre que no ha podido matar. Con
aquella misma euforia con que había aguardado apoyada contra los azulejos
desgrana:
-

No, no es mi marido.

El odio y el resentimiento estuvieron bien dados. Hoy recuerda que “era
pleno verano y el pobre Narciso llevaba un sobretodo. El sudor le despegaba la
peluca”.
El problemático dilema de esta mujer de talento singular no resultaba
sencillo de resolver. Las manufacturas de 1953 no eran textos-estrella ni
mucho menos. Ella encabezaba los repartos porque vendía el producto -si la
conjunción se hacía con Escalada mucho mejor-. Había acumulado varios
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premios: el de la Revelación Cinematográfica 1946 por EL ÁNGEL DESNUDO,
el de Mejor Actriz 1953 por EL VAMPIRO NEGRO -ambos por la Asociación de
Cronistas-. Y también el de la Municipalidad por ELLOS NOS HICIERON ASÍ.
Encarnaba, a estas alturas, la imagen imprescindible en todo policial de gran
consumo popular. De seguir por ese rumbo, conformando un emblema lineal,
no iba a durar dentro del discurso cinematográfico en base a asesinas,
prostitutas, drogadictas. Era, nadie lo duda, un nombre vendedor. “A mí me
enviaban un guión. Si me gustaba el personaje y arreglaba cartel y dinero, no
me preocupaba ni por la cantidad de metraje ni por los primeros planos. Eso
corría por cuenta del director. Naturalmente, si mi nombre iba primero la gente
quería planos, eso es seguro. Cualquiera que haya trabajado conmigo va a
decirle que jamás tuve un problema. Motivos no faltaban, pero elegía callarme”.
A su vez, Nathán Pinzón recordó que durante el rodaje de EL VAMPIRO
NEGRO “Olga, Escalada y Nelly Panizza formaban un trío infernal por las
bromas que se hacían entre ellos y que también sufríamos los demás. Siempre
los recordaré como excelentes compañeros. A propósito, hay dos cosas que
recuerdo muy bien: la primera es que Viñoly Barreto habló con Olga y Nelly y
les pidió que se comportaran como dos mujeres que ya no tenían nada que
perder. Nelly, muy suelta de cuerpo le preguntó “¿Entonces, señor, lo que Ud.
quiere son dos putas totales?”. Y Viñoly se puso colorado. La segunda es el
momento en que el personaje de Olga viene a buscar a su hija, Los golpes que
le doy son verdaderos”.
Convendría añadir que su relación con la prensa era cordial pero distante.
Se dio cuenta muy pronto de que podía utilizar a la publicidad y al periodismo y
no al revés. Los añadidos al hipertexto ficcional nada dicen sobre el emblema
Zubarry. Ella elegía limitarse pura y exclusivamente al ámbito laboral, obviando
cierto tipo de frivolidades que jamás le gustaron. Su relación con el Dr. Juan
Carlos Garate, un hombre casado cuando la conoció, no favorecía por aquellos
años el habitual cotilleo de los medios. Tampoco era habitual en ella hablar
sobre su familia nuclear. Sintetizando, el imaginario colectivo que la había
creado como emblema de la marginación, la veía como a una trabajadora
dentro del cine. Nunca lejana, sabía sin embargo cómo mantenerse a prudente
distancia. No daba motivo de queja alguna de parte de directores, técnicos o
actores. Elegía no pelearse, aunque razones no le faltaran. La señora Ortiz se
encargó de colocarle el escudito peronista, tal como ocurría en aquellas épocas
y ella dejó hacer, formando parte de algunos actos cuando se la invitaba. Su
imagen no trascendía el ámbito estrictamente profesional y hoy día sugiere: “En
un reportaje Ud. hable, no pare de hablar, no deje que le hagan preguntas y
cuando algo le moleste, sonría. Por otra parte, no se pueden dar respuestas
inteligentes con respecto a todo lo que ocurre en el mundo. Se habla desde el
lugar que uno ocupa y la prudencia es siempre aconsejable”.
Síntesis del emblema es el rol de aquella Susana de VIDA NOCTURNA
(Leo Fleider-1955), una película de la que ella no quiere ni acordarse. “! Qué
mal estuve como esa borracha! Es tan difícil hacer una borracha en cine. No
hubo caso. No di el papel”. Era un producto de la SONO para lucimiento de
José Marrone, a quien se rodeó de un elenco poco menos que impresionante.
Ella hizo pareja con un valioso Daniel Tedeschi -alguien que entró en lista
negra luego del golpe de Estado de 1955-. Curiosamente, Leonardo Favio
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eligió esta imagen para su documental, PERÓN, SINFONÍA DE UN
SENTIMIENTO (1995-97 y conocida en 1999) cuando pasaba revista al cine
del período. Lamentablemente, no se equivocó. Es de este modo -depravada y
viciosa- tal como se la recordaba en aquel momento de su carrera, es decir, el
emblema. Destructiva y vacía, Susana ignora todo lo que no se relacione con
el alcohol. Ella considera que ha visto una sola borracha digna de tenerse en
cuenta: “Bette Davis en LA MALVADA/ALL ABOUT EVE (Joseph L.
Mankievicz-1950), pero estamos hablando de genios y yo no lo soy. Años más
tarde y cuando hacíamos NOSOTROS Y LOS MIEDOS por TV, viendo a Alicia
Aller componer una alcohólica supe de qué iba la cosa. Alicia consiguió una
interpretación memorable”.
Hacia 1954 y según aclara Carlos Correas en Pequeño Prólogo. La
invalidación y el horror argentinos en Oscar Masotta – El revés de la trama,
Compilación de Marcelo Izaguirre, Buenos Aires, Atuel, 1999, la actriz se había
convertido, junto con Nélida Lobato, en la mujer deseada por varios de los
intelectuales luego nucleados en la revista Contorno, un hecho inusual si se
piensa en la fobia contra el cine de estudios que padecía este grupo. Por otra
parte, David Viñas no imaginaría a otra mujer que no fuera Zubarry en el
protagónico femenino de la posterior EL CANDIDATO.
Para 1955 decidió que era hora de cambiar el rumbo. “Es que me ofrecían
siempre los mismos papeles, iban a lo seguro. Si quería encarnar otros
personajes no me prestaban atención. Por lo tanto, tuve que trabajar en
cooperativa. Básicamente, lo hice porque quería demostrarme a mí misma que
era capaz de salir de tanto grito, de la rubia de los policiales”. Los dos
vehículos que eligió se estrenaron en 1955 y se llamaron CONCIERTO PARA
UNA LÁGRIMA y MARIANELA, ambos dirigidos por Julio Porter. La selección
de MARIANELA fue suya, porque siempre le había gustado la novela de Benito
Pérez Galdós. “Los productores de CONCIERTO… fueron Julio Steimberg y
León Faerman y yo opté por menos dinero y no me fue mal”, confiesa la actriz.
En CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA debutó en Argentina Lautaro Murúa
-quien ya había rodado en Chile con Hugo del Carril SURCOS DE SANGRE
(1950) y había sido el novio de Malvina Pastorino en ESPERANZA (Francisco
Mugica-Eduardo Boneo (1949). Ahora se había instalado en Buenos Aires-. El
galán fue, sin embargo, José María Gutiérrez. Como Victoria Lander rindió
examen otra vez dentro de un texto-estrella. Se parte de una breve secuencia
sobre la infancia de una muchacha humilde, adoptada por los mecenas Lander
-ha muerto su padre-. El objetivo es proseguir con los estudios de piano. Sigue
una conversación telefónica en la que una mucama anuncia que “la niña está
en una de sus clases”. La cámara se encarga de enfrentarnos con una tiránica
joven que expulsa de la casa a una profesora que ha cometido un error. Gran
orquesta, concierto, va la secuencia cero
Esta Victoria Lander de CONCIERTO es una intelectual voluntarista a quien
sólo le importa su carrera. Se halla convencida de que querer es poder y, de
manera difusa, volvemos a un texto-estrella anterior como ABUSO DE
CONFIANZA. Su situación en casa de los Lander es ambigua: le toleran
cualquier desplante porque tiene talento. Es una especie de lujo que se ha
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dado esta familia de alta burguesía. El conflicto central reside en la
imposibilidad de armonizar su origen con la privilegiada situación actual.
Sobreviene el castigo: parálisis de la mano izquierda. El guión de Porter y de
Raúl Gurruchaga es pobre; su personaje, en cambio, fascinante. En la versión
Zubarry, la intelectual Victoria es cerebro puro, en apariencia esquivando las
contradicciones, sin mundo afectivo, unida al personaje de José María
Gutiérrez en tanto y en cuanto él pueda consolidar la posición de ella en el
mundo de la música.
Su voz tiene un solo matiz: el de la causticidad. Hoy día admite que “tal vez
la hice muy exuberante. Debí haber estado un poco más sobria”. A pesar de
esto, el personaje llega como el prototipo de cierto intelectual de los años 50 y
anticipa la soberbia de una generación que se estrellaría en los años 60. La
diferencia estriba en que Lander sabe del poder que otorga el dinero y este es
el basamento de su cinismo. Ver caminar al personaje es observar a cualquiera
de los intelectuales argentinos que tienen algún talento pero ninguna humildad.
El producto no excede la línea de lo mediocre. No obstante, merece estudiarse
para saber hasta qué punto Zubarry otorgaba absoluta convicción a lo que
hacía. No por nada sus colegas admiten que trabajar con ella es ignorar la
cámara. El poder concentrarse al máximo es uno de los méritos que la
audiencia histórica siempre agradeció a esta figura. Al propio tiempo, Victoria
Lander sirvió para descongelar la imagen que la actriz venía arrastrando luego
de una serie de perdularias.
Según aclaran Fernando Martín Peña y Carlos Vallina en El cine quema –
Raymundo Gleyzer, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 2000, en el guión de
LOS TRAIDORES (Raymundo Gleyzer-1972-1973), hay una broma amistosa
con respecto a Lautaro Murúa y su actuación en CONCIERTO... Nos parece
que dar cuenta de este artefacto aún a través de la burla, implica la necesidad
de tenerlo en cuenta como una suerte de exorcismo. Hay que saber que hacia
fines de los años 60 y por la TV abierta constituía un verdadero boom de
audiencia y el hecho no pudo ser ignorado por Gleyzer. De lo contrario, hubiera
elegido cualquier otra insípida interpretación del actor, por ejemplo la que
perpetra en ENIGMA DE MUJER (Enrique Cahen Salaberry-1956).
En cuanto a MARIANELA, el rodaje en Mendoza llevó casi seis meses. Su
estreno coincidió con la crisis y el golpe de Estado de 1955. A pesar de todo o
por eso mismo, fue un buen elemento catártico en el interior del país. No es
una película que el investigador resista más allá del relato paupérrimo. Si
cuesta trabajo es porque rara vez en el espacio audiovisual existió semejante
entrega a un personaje. Según lo que la actriz brinda, Marianela es un ser
humano que sabe, entiende, siente. La popularidad de esta película fue tanta,
que hasta los años 70 era un fantasma que perseguía a Juan Carlos Mesa en
sus audiciones de radio: le había dedicado un sketch titulado María Lela.
Burlarse de los viejos demonios de celuloide, al estilo Woody Allen, es
cometer un exorcismo, tal como quería hacer Gleyzer en la escena que no
filmó con respecto a CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA. Hay tanta angustia
en su visión del personaje que, se repite, fue un buen resorte para la catarsis
colectiva. Y, además, este texto-estrella sirve muy bien para saber de qué
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manera, la última intuitiva era capaz de otorgarle continuidad a la criatura que
le tocaba en suerte Ha sido la única en demostrar que el teatro no es el camino
exclusivo para la expresión personal, y que el cine puede llegar a convertirse
en una propuesta tan interesante como el escenario. “Nadie comprende por
qué se ha negado sistemáticamente al teatro”, insiste Nélida Romero. Ya en la
década del 70 ella fue la primera en asombrarse cuando le propusieron ofrecer
en el Colón La voz humana de Jean Cocteau, un proyecto que no se concretó.
Hasta su llegada, el cine era sólo una manera de ganarse la vida para
dedicarse al teatro. Con su aparición, se convirtió en una manera de registrar
pensamientos y sentimientos para trasmitirlos con el cerebro, el cuerpo y la
voz, instrumentos adjudicados tradicionalmente al actor de teatro. Y en esto
reside, tal vez, el secreto de su supervivencia en el espacio audio-visual.
LA SIMULADORA (Mario C. Lugones) fue el último estreno de 1955 y no
corrió con buena suerte. Era un vehículo pensado para Fanny Navarro durante
años pero que “Fanny no pudo cumplir por otros proyectos o por razones
políticas. Estaba acorralada por Apold. El hecho es que el libro me llegó y lo
hice”. Aparece en cuadro bailando en un escenario y la trama se reduce al
encubrimiento de un crimen que ha cometido para salvar a su hermana -una
enigmática María Concepción César-. Si bien demuestra corrección, es una
película que no es fácil de ver en la actualidad y que se perdió luego de su
explotación comercial, iniciada en octubre de 1955. Había en el elenco figuras
que ya habían entrado en lista negra. “En LA SIMULADORA María era una
adúltera casada con Iván Grondona. Lo engañaba con Lugones, que hacía un
papelito. Según el guión, cada vez que me confesaba algo tenía que decir:
- Que no lo sepa Claudio.
Claudio era el marido, es decir, Grondona. Llegó un momento en que las dos
lanzamos una carcajada y Lugones se enojó. Fue para peor. Hoy día, cuando
me llama por teléfono, María no dice “Hola”, dice “Que no lo sepa Claudio”.
“Era una época muy, muy difícil”, recuerda hoy. “Hubo una reacción en
cadena contra el cine argentino y a mí me pareció que iban a enterrarnos a
todos”. Había firmado contrato con la GENERAL BELGRANO de los Carreras y
con dirección de Enrique filmó dos productos que nada agregaron a su
trayectoria: PECADORA y DE NOCHE TAMBIÉN SE DUERME, estrenadas en
1956. PECADORA se basaba en la obra de teatro de Miguel Mihura Una mujer
cualquiera, y había tenido una estupenda versión española protagonizada por
María Félix (Rafael Gil-1949), que fue al interior del país. Al parecer, en Buenos
Aires nadie la recordaba. En cuanto a la otra “mi fuerte no es la comedia y
menos una mala comedia. Además, me acuerdo que el rodaje empezó casi
inmediatamente después del golpe de Estado de 1955. Con esto quiero decir
que no la iba a ver nadie”.
La caída de las fábricas coincide, de manera nada caprichosa, con el fin de
este emblema. No obstante, volvería a ratificarlo para el que es, quizás, el
mejor papel de su carrera en HIJO DE HOMBRE. Luego se encargaría de
continuar demostrando que era, por sobre todo, una actriz a la que era difícil
encasillar.
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Con la industria paralizada, volvió recién en 1958 a través de LOS DIOSES
AJENOS (Román Vinoly Barreto), con música de Waldo de los Ríos y poco de
rescatable como una maestra coya. Fue su primera en colores. Este producto
de Juan D`Angelo y Joaquín Franco -D`AN-FRAN- se estrelló contra la
indiferencia del público y la ferocidad de los críticos.
Encabezó el elenco de EL CANDIDATO (Fernando Ayala-1959),
adelgazada al máximo y con pelo oscuro. Como Isabel Torres Ahumada, el
guión de David Viñas no le brindó demasiadas oportunidades. Viñas se movió
bastante mejor en los conflictos estrictamente políticos que en las
contradicciones de esta mujer que termina quedándose con un marido crápula
-Duilio Marzio-. Es el tedio lo que da textura y al propio tiempo condena a esta
insípida interpretación de la actriz. Un diálogo en el que figuran frases como:
-

La humedad de Buenos Aires es insoportable.

-

Buenos Aires es insoportable.

condicionaron a ella y a Alfredo Alcón -su cuñado- a aburrir al público. “Ahí tuve
que ponerme firme en las oficinas de Aries cuando promediaba el rodaje para
que me pagaran. Y no me fui hasta que me dieron el cheque”.
En cuanto a LA SANGRE Y LA SEMILLA (Alberto du Bois-1959), una
coproducción argentino-paraguaya con un buen actor, Ernesto Báez, se perdió
en los cines del interior y pasó a la TV abierta. Con la misma iconografía de EL
CANDIDATO asomó en uno de los episodios de TODO EL AÑO ES NAVIDAD
(Román Viñoly Barreto-1959), un libro de Horacio S. Meyrialle que se había
transformado en un ciclo televisivo de éxito. Se supone que ella es una mujer
mayor con quien Carlos Estrada se ha casado por dinero. No hay que
asombrarse: años más tarde haría la madre de Alfredo Alcón en unitario
televisivo. “El elenco era importante, pagaron mucho y por vez primera yo
estaba en la SONO haciendo un papel diferente”, afirma hoy. Hay que
reconocer que había adquirido oficio en el rol de mujer-con-plata, pero a la
gente no le interesaba desempeñando semejante tarea. La cachetada que le
pega a su marido en la galería de la Avda. Santa Fe es elocuente y hasta allí
se sigue el episodio. Luego, es ligeramente abominable este producto donde
estuvieron también desde Pepita Serrador y Leonardo Favio hasta Nelly Meden
y Ricardo Castro Ríos
“Entonces me casé”, dice hoy riéndose. Culminaba de esta forma su
relación de varios años con el Dr. Juan Carlos Garate, del directorio de
ARGENTINA SONO FILM. “Quería una familia propia”, admite. “pero nunca
pensé en retirarme”. El casamiento sobrevino justo antes de que empezara el
rodaje de lo que puede considerarse como la culminación de su carrera como
emblema favorito del público hasta ese momento. Iba a comenzar el rodaje de
HIJO DE HOMBRE – CHÓFERES DEL CHACO (Lucas Demare-1961).
Augusto Roa Bastos había vendido los derechos de su libro a la SONO y en
un comienzo se pensó en traer al polaco Zbigniew Cybulsky, de gran
repercusión en Argentina por su trabajo en CENIZAS Y DIAMANTES (Andrej
Wajda-1958). Pero Cybulsky dejó Polonia debido a tres ofertas francesas y el
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asunto quedó en la nada.. Por fin, se firmó un acuerdo con Cesáreo González
para SUEVIA FILM y desde Madrid llegó Francisco Rabal para el papel del
cabo Cristóbal Jara. Ella fue Magdalena Riquelme –Salu´í, Pequeña Salud- y
los otros dos estelares fueron cubiertos por Carlos Estrada y el excelente
Jacinto Herrera.
“Fue un trabajo de equipo absoluto, donde hasta Demare se pegó un tiro en
una pierna haciendo una demostración. Los rodajes en exteriores no son nada
fáciles, nunca lo fueron. En ese caso había que compartir de todo, inclusive las
letrinas. De manera que había que poner buena cara y no sentir ni siquiera el
calor”. Nadie ha estudiado hasta el momento HIJO DE HOMBRE o, por lo
menos, no se le ha dado la significación que corresponde: Roa Bastos habla
tácitamente de la guerra entre Paraguay y Bolivia ideada por las compañías
petroleras en un momento clave. En 1960 y bajo la presidencia de Arturo
Frondizi, Argentina pasaba de manera definitiva a la órbita norteamericana En
la que resultó, a la postre, la mejor película de Demare -es un film- Zubarry
demuestra todo lo aprendido a lo largo de diecisiete años. A pesar del racconto
donde observamos el interés de la prostituta Salu´í por el cabo Jara, no se trata
de un texto-estrella. Se impone porque su personaje es el único que
experimenta un cambio. En ese racconto se encuentra a la altura de las
grandes actrices internacionales del momento y deja de lado por completo su
antigua carga de feroz agresividad. “La marcación de Demare fue muy rígida.
No hice más que seguir sus órdenes. Me regaló una medalla como recuerdo”.
René Mugica admitió que “Demare había quedado sorprendido por la
vasquita, como la llamábamos. Él tenía una idea de las actrices que era un
poco prejuiciosa. Ella se encargó de demostrarle que estaba equivocado”. El
caso de la mujer-soldado tenía un lejano antecedente: el de Anita Jordán en
CENTAUROS DEL PASADO (Belisario García Villar-1944), como la mujer de
Pancho Ramírez. Luego no se había vuelto a tocar. Nunca antes su persona se
había eclipsado de tal forma para que saliera con tanta nitidez esta mujer
latinoamericana por excelencia. Porque su tipo físico, en este caso,
corresponde a esta parte del mundo. La solidez de su técnica le ganó también
la admiración de Rabal quien, muchos años más tarde, le enviaría un video
recordando aquella filmación difícil. Su labor le valió, entre otros, el Premio a la
Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián. El film conoció un largo camino en
cuanto a recompensas. Ella opina hoy que “es una película coral donde se me
permitió cantar un aria, pero no hay falla alguna entre los que participaron”.
Se la contrató en España para rodar A HIERRO MUERE (Manuel Mur Otti1962), una remake de A SANGRE FRÍA (Daniel Tinayre-1947). Luis Saslavky,
autor del guión, lo revendió para un negocio que no caminó muy bien. Se dijo
en su momento que había tenido algún conflicto con Alberto de Mendoza. Lo
desmiente, “aunque nuestras relaciones jamás fueron amables”. Hubo otro
proyecto hispano que no se concretó. “El problema es que yo, recién casada,
no podía quedarme a probar fortuna en España. Por otra parte y, luego de
MALEFICIO, me ofrecieron un contrato por tres películas en México. Tampoco
lo acepté.”, admite hoy. Luego llegaron las dos hijas. “Se dijo siempre que yo
había subordinado la carrera a mi familia y es absolutamente cierto. Porque
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hay prioridades y yo había elegido ese camino. Entonces, tenía que hacerme
responsable de mi elección”.
En 1961 había aparecido en la opera prima de Carlos Cores, ASALTO EN
LA CIUDAD, estrenada recién en 1968. El investigador podría reprocharle que
comenzara a perderse en vehículos que no la merecían. Se reintegró con
AHORRO Y PRÉSTAMO PARA EL AMOR (Leo Fleider-1964) y LOS
GUERRILLEROS (Lucas Demare-1965). Ninguna de las dos la necesitaba.
Dudó bastante antes de comenzar en TV y lo hizo en 1965 con una miniserie
escrita por Abel Santa Cruz y dirigida por María Herminia Avellaneda en Canal
13-PROARTEL. “No estaba enamorada de la TV pero comprendí que el dinero
y la popularidad se encontraban ahora en ese medio. Comencé a trabajar
asiduamente en 1968 integrando un gran elenco en Matrimonios y algo más,
con libro de Hugo Moser por Canal 13. Mi pareja era Juan Carlos Dual”. A
mediados de los años 60 había intentado una aventura financiera en Villa
Gessel que no dio resultado: la inversión en hoteles.
Lo que habría que pensar no es sólo qué pasó con esta figura sino en qué
crisis del cine argentino se vio enquistada. Hacia 1959 había rodado EN LA VÍA
(Alberto du Bois) que, al menos en Argentina, no interesó a los exhibidores
aunque fue vista en Paraguay y luego pasó a la TV. En 1960 trabajó para
Vlasta Lah en la primera película argentina protagonizada por cinco actrices:
LAS FURIAS. Hoy día ni ella, ni Aída Luz ni Elsa Daniel están dispuestas a ver
el producto. “Es la peor de mi filmografía”, admite Daniel. “No me interesa en
absoluto”, añade Zubarry. “Sólo que fue un gusto que trabajáramos todas sin
que hubiera ningún inconveniente. Quisiera guardar, a manera de recuerdo, mi
secuencia con Mecha Ortiz”. A Zubarry le tocó en suerte el papel de la amante,
una mujer independiente, especie de ejecutiva que se muestra por completo
indiferente ante el pedido de la madre del hombre en cuestión -la señora Ortiz-.
La quinta dama fue Alba Mugica, como la hermana del zángano.
MISIÓN 52 (Mario C. Lugones-1962) tampoco alcanzó a exhibirse y lo
mismo ocurrió con PROCESO A LA LEY (Agustín Navarro-1962), una
coproducción hispano-argentina cuyo coprotagonista era Antonio Vilar. Tal vez
el dinero y el director la tentaron para intervenir en LOS GUERRILLEROS
(Lucas Demare-1965). Como Isabel, novia de Ignacio Quirós y hermana de
José María Langlais, nada pudo hacer en este verdadero desatino. Las
imágenes se ven sobrepasadas por la execrable música de Lucio Milena.
“Llegó un momento en que creí que estaba filmando para que se entretuvieran
los pasajeros de Aerolíneas. Por otra parte, en el caso de MISIÓN 52, Lautaro
Murúa fue el único que, debido a su perseverancia, logró que le pagaran lo
adeudado. En cuanto a AMOR Y UN POCO MÁS, que rodé en 1968, la
fotografió Hugo Moser, pero luego la terminaron entre Fernando Siro y Derlis
María Becaglia porque Hugo no sabía nada de montaje. En realidad, trabajaba
cuando me llamaban y lo hacía con las ganas de siempre”.
Entre quienes la convocaron estuvo Hugo Santiago, quien rodó INVASIÓN
en 1969. Estrenada en el Hindú, estuvimos entre los pocos espectadores que
la vieron en cine. El argumento de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
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prometía un éxito pero estuvo sólo una semana en cartel y hubo un pleito entre
PROARTEL y los exhibidores.
Afortunadamente, la película fue redescubierta y analizada desde el
estructuralismo, el postestructuralismo, el psicoanálisis lacaniano y los
sociólogos que veían el anticipo de la guerrilla en un documento ilustrativo.
“Fue una experiencia anómala en todo sentido”, rememoró la actriz. “El libro me
resultó una intriga y más aún la manera en que Santiago nos dirigía a mí y a
Lautaro (Murúa). Hay una secuencia en Ezeiza que tuvo que ser fotografiada
por Adelqui Camusso porque Ricardo Aronovich se fue del rodaje. Creo que lo
habían llamado desde París. Luego, cuando doblábamos, Lautaro y yo nos
mirábamos porque Santiago nos despojó de matices en los tonos. Por
supuesto, como en toda película, obedecí las órdenes del director, aún no
sabiendo adónde apuntaba. Es una pena que no haya sido comprendida en su
momento, porque lo cierto es que se gastó bastante celuloide”. Dentro de lo
que INVASIÓN les permite a los actores, ella se portó con un alto grado de
profesionalismo, demostrando que podía entrar en un cine diferente. “Pero, por
desgracia, nadie valioso me llamó”. INVASIÓN, con toda justicia, es un film en
todo el sentido de la palabra. Sin embargo, no se cuenta entre sus favoritos.
“Es sencillo: tiene un estilo que no va conmigo”.
En la primera discusión que tuvimos -y hemos tenido varias- la actriz reiteró
que “trabajo cuando me llaman, pero vamos a un ejemplo: no podía formar
parte del elenco de LOS DÍAS QUE ME DISTE (Fernando Siro-1975). Abrir y
cerrar la puerta de una heladera y decir un par de líneas no era para mí. El
papel lo terminó cubriendo Elena Cruz. En cuanto a LA MARY (Daniel Tinayre1974), conseguí el cartel francés y me pagaron lo mismo que a Susana
Giménez y a Carlos Monzón. No me interesa si los críticos no aceptaron la
película. El hecho es que caminó muy bien”. Durante el rodaje de LA MARY
estaba haciendo radio, TV y cine al mismo tiempo. En radio actuaba en Horas
desesperadas -junto con Alfredo Alcón, por esa misma época, fueron dos
nombres que trataron, por separado, de resucitar el radioteatro-.
“Llegó un momento en que tenía tanto trabajo que me pasó algo
vergonzoso: no terminé de aprender la letra de El mar profundo y azul de
Terence Rattigan. Le dije a Marta Reguera que iba a dirigirlo en Alta Comedia
por Canal 9 que no podía hacer el programa. Ella insistió y debo añadir que
Alberto Argibay, Víctor Laplace e Ignacio Quirós me ayudaron muchísimo,
porque nadie notó mi inseguridad”.
Se había convertido en una de las figuras centrales de la TV y alcanzó el
brillo de siempre dirigida por David Stivel en La ayuda, con libro de Roberto
Cossa y acompañada por Alberto Argibay, Gianni Lunadei, Flora Steimberg,
Nelly Prono, Hugo Caprera y Miguel Ligero. Hablando de este unitario, Zubarry
elogió el trabajo de sus compañeros y “la mano de Stivel. En TV el guión es el
cimiento y el director, si sabe lo que quiere, construye. Pero hay un
inconveniente: no recuerdo mucho de ese unitario porque en ese momento
estaba haciendo cine y radio también. La TV, se sabe, es tan rápida que los
actores olvidamos y el público también”. El investigador pudo comprobar que
en el caso de la TV rara vez hablaba sobre su desempeño, sino que observaba
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detenidamente el de quienes actuaban con ella. “Yo aprendí a trabajar en TV
mirando, tratando de comprender lo que estaban haciendo los demás. En
verdad el ritmo es vertiginoso, pero ya lo había experimentado en LUMITON,
de modo que la velocidad no fue un inconveniente”.
Roberto Blanco Pazos y Raúl Clemente reconocen en Un diccionario de
actrices del cine argentino, 1933-1997, Buenos Aires, Corregidor, 1997, que
CRECER DE GOLPE (Sergio Renán-1977) contiene una de sus labores a
destacar. Como Danila, la dueña del circo, la actriz tiene una secuencia
memorable con Ubaldo Martínez: aquella en la que el viejo intenta avanzar y
ella lo detiene diciéndole que piensa en él como un padre. Este momento de
una poco valorada película es antológico: demuestra de qué manera dos
actores provenientes de las viejas fábricas logran una conexión inmediata con
el espectador. Esto, mientras se yerguen como presencias cinematográficas
difíciles de medir. “Quería mucho a Ubaldo y ya había trabajado con él. Sabía
que estaba muy enfermo y traté de olvidarme para entrar en situación. Me
costó, de veras. Y me costó porque pensaba que era una pena que este
hombre luchara toda su vida para tener esa sola oportunidad justo antes de
morir. Eso es lo innoble de este negocio. Hay muy buenos actores y actrices a
los que no se les da el lugar que se merecen. Entre varios factores, esa
película debe rescatarse por el trabajo de Ubaldo Martínez y el de Carmen
Vallejos, Elsa Bérenguer o Tincho Zabala, por ejemplo. Además, allí debutó
Cecilia Roth”.
Si en 1970 había sido la mujer de Alberto Olmedo en EL HOMBRE DEL
AÑO (Kurt Land), en 1978 fue su suegra en MI MUJER NO ES MI SEÑORA
(Hugo Moser), una coproducción hispano-argentina preparada por ARIES. A
decir verdad, sus aventuras con la SONO o con ARIES no resultaron
afortunadas en esta época. El investigador tuvo oportunidad de apreciar un
trabajo suyo por TV como Alma solitaria, con dirección de Alejandro Doria y por
Alta Comedia, canal 9, ofrecido por esta época, y no pudo menos que
sorprenderse. Dando vida a una sirvienta cuyo hijo era Raúl Taibo, la actriz
demostraba que no había perdido nada de su talento. Mantenía la misma
fuerza expresiva que se le había conocido en sus mejores películas. Ella elige
hablar de María Elena Sagrera en dicho unitario, a la que considera
injustamente postergada. En 1982 formó parte del gigantesco elenco de
Nosotros y los miedos que obtuvo un tremendo éxito con dirección de Diana
Álvarez y cuando terminaba la dictadura militar. Ese mismo año estuvo en cine
en LOS PASAJEROS DEL JARDÍN (Alejandro Doria), en un rol que hubiera
debido pasar por alto.
Pero en cuanto se le brindaba una oportunidad, tal como ocurre en
CONTAR HASTA DIEZ (Oscar Barney Finn-1986), respondía con la efectividad
de siempre. Como una abuela de Plaza de Mayo dialoga con Oscar Martínez y
Arturo Bonín demostrando que no precisaba excesivo metraje para destacarse
de manera sobresaliente. Raúl Manrupe y Alejandra Portela admiten en Un
diccionario de films argentinos, Tomo I, que “cabe lamentar la presencia de
Olga Zubarry” refiriéndose a EN BUSCA DEL BRILLANTE PERDIDO (Sergio
Móttola-1986). Y la verdad es que tienen razón.
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Por otra parte, el investigador no ha visto la mayoría de sus intervenciones
televisivas. Ha leído, en ocasiones, críticas elogiosas y escuchó en la primera
mitad de los años 70 que la actriz se había convertido en un fenómeno dentro
de ese medio. A juzgar por lo leído y escuchado, la TV supo aprovecharla en
mayor medida que el cine y ella accedió a que ese hecho se produjera. “Hasta
que mis hijas no tuvieron la edad suficiente no me animé a los rodajes largos
en el interior del país”, admitió. “Siempre sostuve que había prioridades”. El
hecho no justifica su paupérrima filmografía pero la dama no es la única
culpable. La así llamada generación del 60 la ignoró por completo. Hubo
anuncios con respecto a HOMENAJE A LA HORA DE LA SIESTA (Leopoldo
Torre Nilsson-1962) y ¿QUÉ ES EL OTOÑO? (David José Kohon-1977) para
los papeles que cubrieron Alida Valli y Dora Baret, respectivamente. “Escuché
rumores pero nunca tuve los guiones en mis manos”, indicó. “Me hubiera
gustado mucho volver a trabajar con Alfredo Alcón en cine y en una excelente
película como esa. Pero no se dio”.
En 1996 nos preguntó por teléfono:
-¿Quién es Fernando Díaz?
Estaba leyendo un libro titulado PLAZA DE ALMAS y le habían ofrecido el rol
de la abuela del joven Alejandro Gancé. Nos aclaró que se trataba del hijo de
Héctor Gancé. Mencionó también a Norman Brisky, como su marido de
ocasión. Aceptó el trabajo y se alzó con el premio a la Mejor Actriz de Reparto
otorgado por los Cronistas. Ella elige hablar de la “sólida interpretación de
Brisky y de lo difícil que resulta el papel de Vera Fogwill”. De modo que es el
investigador quien debe encargarse de juzgar su desempeño. Esta mujer
golpeada, Nélida, brinda un monólogo ejemplar en un programa televisivo.
Demostraba por enésima vez que no había perdido nada de la técnica y que,
por el contrario, había ganado mucho en sobriedad. Si es que había alguna
emoción prefería trasmitirla de manera indirecta. Antes de iniciar el rodaje
volvimos a hablar con ella y estaba investigando el personaje, sentada en el
balcón de la casa de su hija menor, usando marcadores con distintos colores.
-

Es difícil que esta mujer le diga lo de los golpes al nieto.

nos aclaraba. Algo debía de haber, sin embargo, para poner sobreaviso a la
audiencia. Y entonces imaginó el gesto de su brazo ante la indignación del
joven, que la considera una mujer harto pesada. Con este trabajo y ese premio
dio por terminada su carrera, más por razones de salud que por voluntad
propia.
Luego del rodaje de HIJO DE HOMBRE se convirtió en madrina de varias
escuelas de Santiago del Estero y comenzó su otra tarea, que le demandaba
no poco tiempo. Con los años y a partir de la década del 80 se ha dedicado a
M.A.M.A -Mis Alumnos, Más Amigos- una institución que trabaja en el rubro
panificación y donde se enseña el oficio a niños y jóvenes necesitados. No es
un nombre, sino que interviene activamente como socia fundadora de la
entidad. Hemos comprobado que, si se trata de brindar su ayuda a quien de
21
veras lo necesite -es el caso de ABC Locura, ONG del Hospital Borda-, se
embarca en cualquier empresa que la requiera y no ahorra esfuerzos.
Esto quiere decir, sencillamente, que no ha olvidado sus orígenes, aquella
casa en la que no sobraba nada. La generosidad de esta mujer que comenzara
en cine allá por 1943 no tiene límites y este es un hecho que conocen pocos,
debido a que, excepto en el caso de M.A.M.A., jamás habla al respecto. Es
curioso dialogar hoy día -llevamos ya más de treinta años haciéndolo- con esta
mujer fuera de serie. Y lo es porque le interesa todo lo que ocurre en el
entorno, empezando por su interlocutor Como dijera José María Gutiérrez,
“Olga te atiende, es decir, te escucha para saber qué te pasa por dentro. Le
interesás no sólo como actor sino como ser humano. Es sanamente curiosa”.
Si su película preferida es HIJO DE HOMBRE, la que mira como si fuera otra
persona la que estuviera en cuadro es MARIANELA. Y ve sus películas, las
revisa. Cuando le preguntamos qué siente frente a tanta gente que ya no está,
contesta resignada:
-

Yo también voy a morirme.

Es difícil hacer un balance en el caso Zubarry. Tal vez, como sostiene la
productora Lita Stantic, revolucionó la interpretación femenina en el cine del
país. Poseedora de una energía nada común, tampoco sus personajes lo
fueron. Con la excepción de una monja, ha dado vida a toda clase de
personajes, siempre ubicados en el siglo XX, con alguna incursión en el XIX
como MI HIJO, CEFERINO NAMUNCURÁ (Jorge Moaieb-1972). Es la actriz de
la modernidad periférica por excelencia y no se la ha llamado para encarnar
roles que pertenezcan a otra época. Su estilo nervioso y, en el mejor de los
casos, nada previsible, evolucionó desde su etapa LUMITON hasta volverse
cada vez más sobrio. Es curioso, pero si por texto-estrella entendemos
cantidad de planos y metraje, personajes que se repitan una y otra vez, no
tiene muchos. Fue sí, el emblema de la marginación, la rubia de las policiales
en los años 50 y encabezó los repartos. No obstante, cuando quiso un textoestrella luego de su etapa LUMITON -CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA,
MARIANELA- tuvo que trabajar en cooperativa o disminuir sus pretensiones
financieras.
Su interpretación como Magdalena Riquelme en HIJO DE HOMBRE
(CHÓFERES DEL CHACO) la ubica entre las mejores actrices del cine
internacional, no solamente argentino. Aunque es indudable -y a ella no le
gusta- se la asociará siempre con la adolescente incestuosa de EL ÁNGEL
DESNUDO o con la perdularia Myrtha de LOS PULPOS. Directores tan
diferentes como Carlos Hugo Christensen, Lucas Demare, Mario Soffici, Hugo
Santiago y el debutante Fernando Díaz extrajeron de ella lo mejor. Una
antología de la interpretación en el cine argentino estaría incompleta sin sus
mejores momentos en la pantalla. No se trata simplemente de “una cuestión de
suerte”. Eso pudo haber sido en un comienzo. Luego, como en todas estas
damas, existió una determinación de hierro y una cantidad de trabajo que, por
momentos, llegó a superarla.
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Es cierto que en el balance final sus asociaciones con ARIES y la SONO no
resultan positivas. Esto no empaña, sin embargo, todo lo que ella supo brindar
a la audiencia histórica a través del cine, la TV y la radio -posee una voz de
textura singular-. Nunca entró en los moldes convencionales de belleza y esto
transforma a su imagen en atemporal, más allá de la iconografía de las
distintas décadas. Pudo ser altamente sexuada -LOS PULPOS, EL VAMPIRO
NEGRO- o entregar su cuerpo a personajes que parecía muy alejados de sus
posibilidades -MARIANELA- para brindarlos con una transparencia nada
común. Supo, además, ser maleable hasta convertirse en una figura analizable
desde Vladimir Propp -INVASIÓN-. Curiosamente, la criatura de Parque de los
Patricios carece de una nacionalidad definida: esto pudo haber jugado en su
favor -la transformación que experimenta en HIJO DE HOMBRE la convierte en
típicamente latinoamericana mientras que el plano final de INVASIÓN la
enquista dentro de un panorama internacional-. Por sobre todas estas
consideraciones, enseñó al auditorio que era posible darle un estilo y una
continuidad a personajes disímiles aún en vehículos que no la merecían. Del
mismo modo, hubo siempre un elemento distintivo: sabe escuchar a quienes
están con ella en una escena. No está esperando a que terminen para lanzar
sus parlamentos. Es evidente que aún inmóvil y, con un buen director, vive la
situación sin pensar en el diálogo.
Elige no hablar de la calidad de sus intervenciones y deja que la opinión
corra por cuenta de su interlocutor. Se mantiene al día, porque su extensa
carrera le ha permitido trabajar con las últimas generaciones y ha tenido tiempo
para observarlas -un método que utilizó a lo largo de su extensa trayectoria-. Y
fue la primera también en demostrar que no hacía falta excesivo metraje para
crear un personaje inolvidable -EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA
BESTIA-. Hay actores a los que el investigador admira pero no respeta. No es
este el caso de Olga Zubarry, quien murio en diciembre de 2012
FILMOGRAFÍA EN ARGENTINA
1943
16 años – PRODUCCIÓN LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: Julio Porter según la
obra inglesa Sixteen de Aimee y Philip Stuart. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E:
Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Maria Duval, George Rigaud, Alicia Barrié, Amalia Sanchez Ariño, Aurelia Ferrer,
Francisco López Silva, Carlos Ginés. ssff: Graciela Lecube y Olga Zubarry.
Safo, historia de una pasión – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César
Tiempo y Julio Porter según la obra de Alphonse Daudet. F: Alfredo Traverso. M: George
Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: (por orden de aparición) Roberto Escalada, Ilde Pirovano, Elisa Labardén, Elisardo
Santalla, Miguel Gómez Bao, Ricardo Canales, Mecha Ortiz, Nicolás Fregues, Mirtha Legrand,
Guillermo Battaglia, Herminia Mancini, Eduardo Cuitiño. ssff: Olga Zubarry (extra en la
bacanal).
“Lumiton S.A. agradece a la actriz Mirtha Legrand la gentileza de haber aceptado interpretar el
breve papel de Irene”.
1944
La pequeña señora de Pérez – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César
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Tiempo y Julio Porter según obra de Stephan Bekeffi y posterior teatralización de André de
Loos. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Alfredo Traverso.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Miguel Gómez Bao, Tito Gómez, Marianita
Martí, María Luisa Notar. ssff: Yeya Duciel y Olga Zubarry (extras).
1945
Las seis suegras de Barba Azul – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G:
César Tiempo. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Nelo Melli
y Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Pepe Arias, Guillermo Battaglia, Susana Freyre, María Santos, Amalia Sánchez
Ariño, Gloria Ferrandiz, María Esther Buschiazzo, Olga Zubarry, Juan Corona, Olimpo Bobbio.
1946
No salgas esta noche – Producción LUMITON – D: Arturo García Buhr. G: Sixto Pondal Ríos y
Carlos Olivari. F: José María Beltrán. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio
Rampoldi.
Intérpretes: Enrique Serrano, Alicia Barrié, Arturo García Buhr, Tilda Thamar, Carlos Castro,
Susana Freyre, Olga Zubarry, Ángel Walk, Adolfo Linvel.
Adán y la serpiente – Producción LUMITON – D. Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo
según la obra La dama blanca de Guillermo Zorzi y Aldo de Benedetti. F: Alfredo Traverso. M:
George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Enrique Serrano, Tilda Thamar, Tito Gómez, Héctor Méndez, Olga Casares
Pearson, Olga Zubarry, Yeya Duciel. ssff: Alberto de Mendoza.
El ángel desnudo – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo
sobre la novela de Arthur Schnitzler Fraulein Elsie F: Alfredo Traverso. M. George Andreani. E:
Jean de Bravura. Mtj: Oscar Rampoldi.
Intérpretes: Olga Zubarry, Guillermo Battaglia, Carlos Cores, Eduardo Cuitiño, Fedel Després,
Agustín Orrequia, José de Ángelis, Orestes Soriani.
1948
Los pulpos – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo según
novela homónima de Marcelo Peyret. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Jean de
Bravura. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Nicolás Fregues, Carlos Thompson, Beba Bidart,
Ivonne Lescaut. ssff: Nelly Panizza.
La muerte camina en la lluvia – Producción LUMITON - D: Carlos Hugo Christensen. G:
Cesar Tiempo y Christensen según la novela de S. A. Steeman Crímenes en la niebla. F:
Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Jean de Bravura. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Olga Zubarry, Guillermo Battaglia, Juan Corona, Nicolás Fregues, Margarita
Corona, Amalia Sánchez Ariño, Agustín Orrequia, Gustavo Cavero, Pablo Acciardi, Carlos
Perelli.
1949
Yo no elegí mi vida – Producción LUMITON – D: Antonio Momplet – G: Julio Porter según
argumento de Enrique Santos Discépolo. F: Ricardo Younis. M: George Andreani. E: Jean de
Bravura. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Arturo de Córdova, Olga Zubarry, Enrique Santos Discépolo, Homero Cárpena,
Juan Corona, Iris Portillo, Celia Geraldy y las actuaciones especiales de Berta Moss y Alberto
Bello y Guillermo Battaglia.
1950
Valentina – Producción LUMITON – D y G: Manuel Romero. F: Alfredo Traverso. M: George
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Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Olga Zubarry, Juan José Míguez, Severo Fernández, Elena Lucena, Enrique
Roldán, Norma Giménez, Roberto Blanco, Jorge Villoldo, Amalia Bernabé.
Abuso de confianza – Producción LUMITON – D: Mario C. Lugones. G: Julio Porter según
novela de Pierre Wolff Abus de confiance. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Jean de
Bravura. Mtj: Oscar Carchano.
Intérpretes: Olga Zubarry, Manuel Collado, Maria Armand, Carlos Thompson, Nathán Pinzón,
Renée Dumas, Margarita Corona, Adolfo Linvel, Sergio Malbrán, Iris Alonso
1951
El extraño caso del hombre y la bestia – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Mario
Soffici. G: Ulyses Petit de Murat según la novela de Robert L. Stevenson The Strange Case of
Dr. Jeckyll and Mr Hyde. F: Antonio Merayo. M: Silvio Vernazza. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge
Garate.
Intérpretes: Mario Soffici, José Cibrián, Ana María Campoy, Rafael Frontaura, Federico
Mansilla, Gloria Ferrandiz, Diana de Córdoba y por atención especial la estrella Olga Zubarry.
La Comedia Inmortal – Producción MAPOL – D: Catrano Catrani – G: Ulyses Petit de Murat y
Tulio Demicheli. F: Roque Giacovino. M: George Andreani. E: Gori Muñoz. Mtj: Oscar
Carchano.
Intérpretes: Olga Zubarry, Pedro Quartucci, Vicente Ariño, Ricardo Lavié, Benita Puértolas,
Enrique Abeledo, Enrique Fava, Mecha López, Pedro Pompillo, Tato Bores y las participaciones
especiales de Juan Carlos Thorry y Judith Sulian.
¡Qué hermanita! – Producción Raimundo Horvilleur para INTERAMERICANA .G: Ariel
Cortazzo según obra de Jean Boyer. F: Vicente Cosentino. M: Peter Kreuder. E: Jean de
Bravura. Mtj: Nicolás Proserpio.
Intérpretes: Olga Zubarry, Gregorio Barrios, Juan Carlos Mareco, Amelita Vargas, Nélida
Romero, Francisco Donadío, Amalia Bernabé.
El honorable inquilino – Producción INTERAMERICANA – MAPOL. D: Carlos Schlieper. G:
Ariel Cortazzo y Schlieper. F: Vicente Cosentino. M: Peter Kreuder. E: Carlos T. Dowling. Mtj:
José Cardella.
Intérpretes: Olga Zubarry, Alberto Closas, Amalia Sánchez Ariño, Osvaldo Miranda, Pedro
Quartucci, Severo Fernández, Nélida Romero, Hugo Pimentel, Amalia Bernabé.
1952
El baldío – Producción NMC (Néstor Maciel Crespo) – D y Mtj: Carlos Rinaldi. G: José
María Fernández Unsaín según obra teatral homónima de Jorge Mar (seudónimo de Raúl
Mendé o Méndez). F: Alfredo Traverso. M: Tito Ribero. E: Gregorio López Naguil y Álvaro
Durañona y Vedia.
Intérpretes: Olga Zubarry, George Rigaud, Rufino Córdoba Lucía Barause, Agustín Irusta,
Beba Bidart, Gloria Ferrandiz, Pascual Pelliciotta, Panchito Lombard.
NOTA: Se trata del único largometraje de ficción dedicado a exaltar el gobierno peronista y su
política inmigratoria.
1953
Ellos nos hicieron así – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Mario
Soffici. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: Francis Boeniger. M: Tito Ribero. E: Germán
Gelpi y Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal.
Intérpretes: Olga Zubarry, Tito Alonso, Alberto de Mendoza, Mirtha Torres, Golde Flami,
Domingo Sapelli, Benito Cibrián, Casimiro Krukowky, Luis Medina Castro, Elena Cruz.
Mercado negro – Producción MAPOL – D: Kurt Land. G: Virgilio Muguerza, Miguel Ligero. F:
Humberto Peruzzi. M: Anatole Pietri. E: Carlos T. Dowling. Mtj: José Cardella.
25
Intérpretes: Olga Zubarry, Santiago Gómez Cou, Mario Passano, Nelly Panizza, Luis Otero,
José De Ángelis, Miguel Ligero, Mario Lozano y la participación especial de Alberto Bello.
El vampiro negro – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Román Viñoly Barreto. G:
Viñoly Barreto y Alberto Etchebehere quienes tuvieron en cuenta el film M de Fritz Lang
(1931). F: Aníbal González Paz. M: Juan Ehlert. E: Jorge Beghé. Mtj: Jorge Garate e Higinio
Vecchione.
Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Nelly Panizza, Ricardo Argemí, George Rivier,
Mariano Vidal Molina, Matilde García Lange y la participación especial de Nathán Pinzón.
1954
Sucedió en Buenos Aires – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS en
conjunción con Carlos Olivari, Sixto Pondal Ríos y Enrique Cahen Salaberry. D: Cahen
Salaberry. G: Pondal Ríos y Olivari. F: Ricardo Younis. M: Astor Piazzolla. E: Germán Gelpi.
Mtj: Gerardo Rinaldi y Antonio Ripoll.
Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Pepita Muñoz, Nelly Panizza, Benito Cibrián,
Jorge Rivier, Olga Gatti, Fernando Siro, Yuki Nambá, Casimiro Krukowky y la actuación
especial de Ubaldo Martínez.
Maleficio/Tres citas con el destino – Coproducción argentino-mexicano-española UNION
FILM - Episodio argentino: D: León Klimovsky. G: Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh.
F: Pablo Tabernero. M: Alberto Soifer.
Intérpretes del episodio argentino: Narciso Ibáñez Menta, Olga Zubarry, Maurice Jouvet,
Santiago Gómez Cou, Nathán Pinzón, Alba Solís.
1955
Vida nocturna – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Leo Fleider. G: Carlos A. Petit y
Alfredo Ruanova según argumento de Ruanova. F: Aníbal González Paz. M: Tito Ribero. E:
Carlos T. Dowling. Mtj: José Sierra.
Intérpretes: José Marrone, Tato Bores, Olinda Bozán, Francisco Álvarez, Elsa Daniel, Maruja
Montes, Daniel Tedeschi, Susana Campos, Santiago Gómez Cou, Guillermo Battaglia, Ricardo
Castro Ríos, Fina Wasserman (Basser), Nicolás Fregues y las participaciones especiales de
Hugo del Carril y Olga Zubarry.
Concierto para una lágrima – Producción CINEMATOGRÁFICA MALVINAS – D: Julio
Porter. G: Porter y Raúl Gurruchaga. F: Américo Hoss. M: George Andreani. E: Saulo
Benavente. Mtj: Nelo Melli.
Intérpretes: Olga Zubarry, José María Gutiérrez, Perla Alvarado, Aurelia Ferrer, María
Armand, Orestes Soriani y la actuación especial de Lautaro Murúa.
Marianela – Producción COOPERATIVA ATLANTE – D: Julio Porter. G: Porter, Pablo Palant
y Luis Ordaz según novela homónima de Benito Pérez Galdós. F: Bob Roberts y Vicente
Cosentino. M: George Andreani. E: Saulo Benavente. Mtj: Nelo Melli.
Intérpretes: Olga Zubarry, José María Gutiérrez, Perla Alvarado, Pedro Laxalt, Domingo
Sapelli, Juan Sarcione.
La simuladora – Producción ANAMAR FILMS – D: Mario C. Lugones. G: Wilfredo Giménez.
F: Enrique Ritter. M: Vlady. E: Gori Muñoz. Mtj: Vicente Castaño.
Intérpretes: Olga Zubarry, Lautaro Murúa, Mario C. Lugones, Mónica Linares, Iván Grondona,
Ángeles Martínez, Margarita Corona y la actuación especial de María Concepción César.
1956
De noche también se duerme – Producción GUARANTEED PICTURES – GENERAL
BELGRANO. D: Enrique Carreras. G: Abel Santa Cruz. F: Américo Hoss. M. Vlady. E: Gori
Muñoz. Mtj: José Gallego.
Intérpretes: (por orden alfabético) Roberto Escalada, Ana Mariscal, Jorge Rivier. Y con
Francisco Álvarez, Tono Andreu, Elcira Olivera Garcés y la actuación estelar de Olga Zubarry.
26

Pecadora – Producción GUARANTEED PICTURES – GENERAL BELGRANO. D: Enrique
Carreras. G: Carreras y Pedro Miguel Obligado según obra teatral de Miguel Mihura Una mujer
cualquiera. F: Américo Hoss. M: Vlady. E: Gori Muñoz. Mtj: José Gallego.
Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Susana Campos, Carlos Estrada, Teresa
Serrador, María Esther Podestá. Mercedes Simone dobla a Olga Zubarry en el tango Yira, yira.
1958
Los dioses ajenos – PRODUCCIÓN D´AN FRAN – D: Román Viñoly Barreto. G: Hugo Moser.
F: Ricardo Younis. (AC y AS). M: Waldo de los Rios. Mtj: José Serra.
Intérpretes: Olga Zubarry, Enrique Fava, Félix Chilliguay y actores no profesionales de Tilcara.
1959
El candidato – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – D: Fernando Ayala. G: Ayala y
David Viñas. F: Américo Hoss (Visión Panorámica). M: Virtú Maragno. E: Mario Vanarelli. Mtj:
Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal.
Intérpretes: Olga Zubarry, Duilio Marzio, Alfredo Alcón, Guillermo Battaglia, Héctor
Calcagno, Julián Bourges y las actuaciones especiales de Iris Marga y del primer actor de la
Comedia Nacional Uruguaya Alberto Candeau.
En la vía (no estrenada en cines) – D: Alberto Du Bois. G: Aníbal Pastor y Manuel Rojas
Intérpretes: Olga Zubarry, Ernesto Báez, Juan Carlos Altavista, Francisco López Silva, Mario
Casado, Carlos Gómez.
1960
Las furias – Producción CATRANO CATRANI – D y G: Vlasta Lah basada en la obra
homónima de Enrique Suárez de Deza. F: Julio Lavera. M: Astor Piazzolla. E: Otilia de Castro.
Mtj: José Cardella y Oscar Esparza.
Intérpretes: Olga Zubarry, Mecha Ortiz, Elsa Daniel, Aída Luz, Alba Mugica. Y con Guillermo
Bredeston.
Todo el año es Navidad – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Román Viñoly Barreto
G: Horacio S. Meyrialle. F: Antonio Merayo. M: Tito Ribero. E: Emilio Rodríguez Mentasti. Mtj:
Jorge Garate.
Intérpretes: Raúl Rossi, Pepita Serrador, Leonardo Favio, Nelly Meden Ricardo Castro Ríos,
Olga Zubarry, Carlos Estrada, Elcira Olivera Garcés
1961
Hijo de hombre/Chóferes del Chaco/La sed – Coproducción hispano-argentina entre
ARGENTINA SONO FILM y SUEVIA FILMS – D: Lucas Demare. G: Augusto Roa Bastos según
su novela Hijo de hombre. F: Alberto Etchebehere. M: Lucio Demare. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge
Garate.
Intérpretes: Francisco Rabal, Olga Zubarry, Carlos Estrada, Jacinto Herrera, Dora Ferreyro,
Rodolfo Onetto, Vicente Ariño, Alberto Rinaldi, Adolfo García Grau.
1962
Misión 52 (no exhibida en cines) – Producciones BÁRCENA – LUGONES. D: Mario C.
Lugones. G: Reynaldo Tettamanti. F: Alfredo Traverso. M: Tito Ribero. Mtj: José Serra.
Intérpretes: Olga Zubarry, Lautaro Murúa, Ricardo Castro Ríos, Ubaldo Martínez, Alberto
Barcel.
1963
Proceso a la ley/Proceso a la conciencia (no exhibida en cines) – Coproducciòn hispanoargentina entre PRODUCCIONES JUAN TESTA y PICASA FILM – D: Agustín Navarro. G:
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Antonio Vich y A. Sánchez Campoy sobre argumento de Navarro. F: Américo Hoss. M: Jorge
López Ruiz. E: Germán Gelpi. Mtj: Antonio Ripoll y Gerardo Rinaldi.
Intérpretes: Olga Zubarry, Antonio Vilar, Eduardo Rudy, Conchita Núñez, Guillermo Battaglia,
Luis Rodrigo, Carmen Llambí.
1965
Los guerrilleros – Producciones HUINCUL – D: Lucas Demare. G: Demare y Sixto Pondal
Ríos. F: Mario Pagés. M: Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Arturo García Buhr, Bárbara Mugica, José María Langlais y la actuación especial
de Olga Zubarry, Luis Medina Castro, Marilina Ross, Ignacio Quirós y la gentil colaboración de
Ernesto Bianco.
Ahorro y préstamo…para el amor – Producción Jorge Isa y Carlos Noceti para NECAR – D:
Leo Fleider G: Carlos Alberto Orlando. F: Julio Lavera. M: Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj:
José Serra.
Intérpretes: Olga Zubarry, Pedro Quartucci, Inés Moreno, Ricardo Bauleo, Enrique Kossi,
Maurice Jouvet, Romualdo Quiroga.
1968
Asalto a la ciudad (filmada en 1961) – Producción David Yohai Varón para PRODUCCIONES
CYRAC. D: Carlos Cores. G: Guillermo Haro, Juan Martínez y J. C. Márquez (h) (seudónimo de
Carlos Cores). F: Alfredo Traverso M: Juan Ehlert. E: Ana María Gallazo. Mtj: Ricardo
Rodríguez Nistal.
Intérpretes: Carlos Cores, Juan José Míguez, Ignacio Quirós, Luis Tasca, Sergio Renán,
Guillermo Battaglia, Santiago Gómez Cou, Nathán Pinzón, José Comellas y las actuaciones
especiales de Olga Zubarry, Aída Luz y Elizabeth Killian.
Amor y un poco más (no exhibida en cines) – Producciones FARINA – D: Derlis María
Beccaglia. G: Gius.
Intérpretes: Atilio Marinelli, Elsa Daniel, Gilda Lousek, Fernando Siro, Olga Zubarry; Marcela
López Rey, Vicente Rubino, Enzo Viena.
NOTA: Esta película comenzó a ser rodada por Hugo Moser pero luego de Fernando Siro,
tampoco Beccaglia pudo hacer nada para compaginarla correctamente. Está basada en el éxito
televisivo Matrimonios y algo más.
1969
Corazón contento/Somos novios – Coproducción argentino-mexicana entre ARGENTINA
SONO FILM y ORO FILMS – D: Enrique Carreras. G: Ariel Cortazzo y Julio Porter según idea
de Diego Santillán. F: Antonio Merayo. M: Tito Ribero. E: Emilio Rodríguez Mentasti. Mtj: Jorge
Garate.
Intérpretes: Palito Ortega, Angélica María, Armando Manzanero, Raúl Rossi, Fidel Pintos, Mario
Sapag y la participación especial de Olga Zubarry.
Invasión – Producción PROARTEL – D: Hugo Santiago. G: Jorge Luis Borges y Santiago
sobre argumento de Borges y Adolfo Bioy Casares. F: Ricardo Aronovich y la secuencia de
Ezeiza a cargo de Adelqui Camusso. M: Edgardo Cantón. E: Leal Rey. Mtj: Oscar Montauti y
Alberto Yaccelini
Intérpretes: Olga Zubarry, Lautaro Murúa, Juan Carlos Paz, Roberto Villanueva, Martín
Adjemián, Oscar Lito Cruz, Leal Rey, Juan Carlos Galván, Hedy Crilla, Claudia Sánchez.
1970
El hombre del año – RAFAEL COHEN PRODUCCIONES CINEMATOGRÁFICAS – D: Kurt
Land G: Nicolás Sarquís y Jordán de la Cazuela según obra El señor Donat se niega a morir de
Bella Collar. F: Oscar Melli (EC) M: Alberto Núñez Palacios. E: Miguel Ángel Lumaldo. Mtj:
Vicente Castagno.
Intérpretes: Alberto Olmedo, Olga Zubarry, Fidel Pintos, Javier Portales, Ricardo Castro Ríos,
28
Norma Pons, Nené Morales, David Llewellyn.
1972
Mi hijo Ceferino Namuncurá – Producción SELECCIONES SCA – D: Jorge Mohaied. G:
Ulyses Petit de Murat. F: Oscar Melli (EC). M: Horacio Malvicinio. E: Miguel Ángel Lumaldo. Mtj:
Jorge Garate.
Intérpretes: Olga Zubarry, Luis Medina Castro, Iván Grondona, Jorge Villalba, Ricardo Passano,
Luis de la Cuesta y la actuación especial de Jorge Salcedo.
El encanto del amor prohibido/Des goûts et des couleurs – Coproducción franco-argentina
entre UNITÉ y JUAN BATLLE PLANAS PRODUCCIONES. D: Juan Batlle Planas. G:
Batlle Planas y Gustavo Zito Lema. F: Theo Robichet (EC). M: Carlos Franzetti. E: Oscar
Garaycochea. Mtj: Oscar Montauti.
Intérpretes: Elizabeth Wiener, Olga Zubarry, Sidney Chaplin, Zossimo Bulbuh.
1973
Si se calla el cantor – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Enrique Dawi. G: Emilio
Villalba Welsh. F: Aníbal González Paz (EC) M: Horacio Guarany y Horacio Malvicinio. E:
Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Horacio Guarany, Olga Zubarry, José María Gutiérrez, Mario Lozano, Héctor
Pellegrini, Héctor Tealdi, Raúl del Valle, Luis Medina Castro, Ovidio Fuentes, Jorge de la
Riestra.
1974
La Mary – Ricardo Tomachewski y Guillermo Cervantes Luro para GLOBUS BAIRES – D:
Daniel Tinayre. G: José Martínez Suárez, Augusto Giustozzi sobre novela homónima de Emilio
Perina. F: Miguel Rodríguez (EC) M: Luis María Serra. E: Saulo Benavente Mtj: Antonio Ripoll.
Intérpretes: Susana Giménez, Carlos Monzón, Alberto Argibay, Luis Medina Castro, Dora Baret,
Teresa Blasco, Juan José Camero, María Rosa Gallo y la actuación estelar de Olga Zubarry.
1975
Las procesadas – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Enrique Carreras. G: José
Dominiani. Adaptación: César Tiempo y Ulyses Petit de Murat. F: Antonio Merayo (EC). M: Tito
Ribero. E: Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mercedes Carreras, Susana Rinaldi, Olga Zubarry, Leonor Manso, Myriam de
Urquijo, Golde Flami, Alberto Argibay, Juan Carlos Altavista, Bettiana Blum, Rodolfo Onetto.
1976
Los chicos crecen (rodada en 1974) – Producción CINEMATOGRÁFICA VICTORIA – D:
Enrique Carreras. G: Alfredo Ruanova y Augusto Giustozzi según obra teatral homónima de
Darthés y Damel. F: Antonio Merayo (EC). M: Tito Ribero E: Álvaro Durañona y Vedia Mtj:
Jorge Garate.
Intérpretes: Luis Sandrini, Susana Campos, Eduardo Rudy, Olinda Bozán, Marcelo Marcote,
Gabriela Toscazo, María Esther Gamas, Beba Bidart y la participación especial de Olga
Zubarry.
NOTA: Se trata de la remake del film homónimo de Carlos Hugo Christensen, 1942
1977
La nueva cigarra – Producción REY FILMS CINEMATOGRÁFICA (Toto Rey) – D: Fernando
Siro. G: José Dominiani, Siro y Oscar Viale según novela de Dante Sierra La cigarra no es un
bicho. F: Aníbal Di Salvo (EC). M: Raúl Parentella E: Jorge Marchegiani y Pablo Olivo Mtj:
Remo Chiarbonello.
Intérpretes: Olga Zubarry, María Aurelia Bisutti, Alberto Martín, Ernesto Bianco, Gogó Andreu,
Toco Gómez, Virgilio Galindo, Ricardo Darín, Claudia Cárpena, Olinda Bozán.
29
Nota. Se trata de la remake del film de Daniel Tinayre La cigarra no es un bicho, 1963
Crecer de golpe – PRODUCCIONES AMERICANAS S.A. – D: Sergio Renán G: Renán y Aída
Bortnik según novela de Haroldo Conti Alrededor de la jaula F: Leonardo Rodríguez Solís (EC)
M: Rodolfo Mederos E: Miguel Ángel Lumaldo Mtj: Miguel Pérez.
Intérpretes: Ubaldo Martínez, Julio César Ludueña, Cecilia Roth, Carmen Vallejos, Ulises
Dumont, Calígula, Elsa Berenguer, Osvaldo Terranova y las actuaciones especiales de Miguel
Ángel Solá, Tincho Zabala y Olga Zubarry.
1978
Mi mujer no es mi señora/Mi marido no funciona – Coproducción hispano-argentina entre
CONSTAN FILM y ARIES CINEMATOGRÁFICA – D y G: Hugo Moser según obra teatral de
José Dominiani ¿Será virgen mi marido? F (EC): Víctor Hugo Caula. M: Buddy Mc. Cluskey. E:
Oscar Piruzanto. Mtj: Carlos Julio Piaggio.
Intérpretes: Alberto Olmedo, Nadiuska, Joe Rigoli, Adriana Parets, Pata Villanueva, Emilio
Vidal, Camila Perisé y la actuación especial de Olga Zubarry.
NOTA: La obra de Dominiani es copia del vaudeville francés Compartiment pour dames seules
de Maurice Hennequin y Albert Mitchell. Como tal había sido rodado ya dos veces en
Argentina. En 1939 bajo el título de Mi suegra es una fiera (Luis Bayón Herrera) y en 1953
como Suegra último modelo (Enrique Carreras).
1980
Desde el abismo – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – D: Fernando Ayala. G: Eduardo
Gudiño Kieffer y Ayala según la novela de Teresa Gondra Desde la séptima tiniebla. Memorias
de una alcohólica F: Víctor Hugo Caula (EC) M: Oscar Cardozo E: Emilio Basaldúa Mtj: Carlos
Julio Piaggio
Intérpretes: Thelma Biral, Alberto Argibay, Raúl Rizzo, Adriana Parets, Boy Olmi, Néstor Hugo
Rivas y la actuación especial de Olga Zubarry.
1982
Los pasajeros del jardín – Fernando Marín para TRASMUNDO FILMS – D: Alejandro Doria.
G: Doria y Juan Carlos Cernadas Lamadrid según novela homónima de Silvina Bullrich. F: Juan
Carlos Desanzo (EC) M: Alejandro Lerner E: Eugenio Zanetti Mtj: Silvia Ripoll.
Intérpretes: Graciela Borges, Rodolfo Ranni, Alfonso de Grazia, María Leal, Arturo Bonín y
las actuaciones especiales de Olga Zubarry y Luisa Vehil
¿Somos? – NOGALES PRODUCCIONES – D. Carlos Hugo Christensen G: Christensen y
Eduardo Gudiño Kieffer según su cuento Si no vino es porque no vino. F: Aníbal González Paz
(EC) M: Astor Piazzolla Mtj: Guillermo Romano
Intérpretes: Jorge Martínez, Silvia Kutica, Nicolás Frei, Elvia Andreoli, Amalia Bernabé, Jorge
Sassi y la actuación especial de Olga Zubarry.
1984
Los tigres de la memoria – Eduardo Douglas Di Fiore para DI MAR CINEMATOGRÁFICA –
D: Carlos Galettini y Carlos A. Martín. G: Galettini y Juan Carlos Martelli sobre novela
homónima de este último. F: Arsenio Rinaldo Pica (EC) M: José Luis Castiñeira de Dios E:
Miguel Paradiso Mtj: Enrique Muzio
Intérpretes: Alberto de Mendoza, Olga Zubarry, Carlos Carella, Carlos Muñoz, Raúl Parini, Gigí
Ruá, Boy Olmi, Hugo Caprera, Max Berliner.
NOTA: Zubarry inició juicio a la productora por cuestiones de cartel. En el contrato figuraba que
su nombre iba antes del título. El pleito se arregló fuera de Tribunales.
1985
Luna caliente – Francisco Celequine para FRANK PRODUCCIONES – Coproducción con
PELMEX de México, a cargo de la distribución en América. D: Roberto Denis. G: José Pablo
30
Feinmann según la novela homónima de Mempo Giardinelli. F: Miguel Rodríguez (EC) M: Lito
Nebbia E: Ponchi Morpurgo Mtj: Luis César D´Angiolillo.
Intérpretes: Federico Luppi, Humberto Zurita, Olga Zubarry, Manuel Ojeda, Elsa Berenguer,
Cristina Banegas, Noelle Blanfour, Enrique Kossi, Marcos Woinsky.
Contar hasta diez – OSCAR BARNEY FINN PRODUCCIONES – D y G: Oscar Barney Finn F:
Juan Carlos Lenardi (EC) M: Luis María Serra E: Alfredo Iglesias Mtj: Julio Di Risio
Intérpretes: Oscar Martínez, Héctor Alterio y Arturo Maly con María Luisa Robledo, Eva
Franco, Julia von Grolman, Arturo Puig, Selva Alemán, María José Demare, Olga Zubarry.
China Zorrilla. Arturo Bonín, Elena Tasisto, Osvaldo Bonet, Susana Lanteri.
1986
En busca del brillante perdido – MARCO PETRUCCI PRODUCCIONES – D: Sergio Móttola.
G: Gustavo Ghirardi F: Jorge Pizzi (EC) M: Emilio Kauderer E: Carlos T. Dowling Mtj: Darío
Tedesco y Remo Chiarbonello.
Intérpretes: Juan Ramón, Sonia Rivas, Ricardo Bauleo, Franco Neri, Juan Carlos Galván, Elsa
Berenguer y la actuación especial de Olga Zubarry.
El fuego del pecado/El Inquisidor de Lima (rodada en 1974) – Coproducción argentino
peruana entre MARLO CINEMATOGRÁFICA e INDUSTRIA ANDINA DEL CINE – D: Bernardo
Arias G: Gustavo Ghirardi F: Pedro Marzialetti (EC) M: Tito Ribero E: Robert Reid Mtj: Remo
Chiarbonello.
Intérpretes: Duilio Marzio, María Aurelia Bisutti, Elena Sedova, Hernando Cortés, Guillermo
Campos, Ruth Razzetto y la actuación especial de Olga Zubarry.
1998
Plaza de almas – Producción Fernando Díaz-INCAA – D y G: Fernando Díaz. F: Abel Peñalba.
M: Luis Robinson. Mtj: Luis César D´Angiolillo.
Intérpretes: Olga Zubarry, Norman Brisky, Alejandro Gancé, Vera Fogwill, Roly Serrano,
Villanueva Cosse, Roberto Carnaghi, Guadalupe Martínez Uría. ssff Thelma Biral.
NOTA: Thelma Biral no quiso figurar en los títulos sino en los agradecimientos debido a que
consideró que su rol era muy breve.
FILMOGRAFÍA EN ESPAÑA
1962
A hierro muere – Coproducción hispano-argentina entre HALCÓN PC y ARGENTINA SONO
FILM - D: Manuel Mur Oti. G: Enrique Llovet según novela de Luis Saslavsky. F: Manuel
Berenguer. M: Isidro Maiztegui y Miguel Asins Arbos. E: Antonio Simont y Julio Molina.
Intérpretes: Olga Zubarry, Alberto de Mendoza, Luis Prendes, Eugenia Suffoli, Manuel Dicenta,
Jorge Vico, Ana María Noe.
FILMOGRAFÍA EN PARAGUAY
1959
La sangre y la semilla – Coproducción paraguayo-argentina Benjamín Bogado para BB. D:
Alberto Du Bois. G: Halley Mora y Augusto Roa Bastos. F: Luis Galán de la Tierra. M: Herminio
Giménez. Mtj: Rosalino Caterbetti.
Intérpretes: Olga Zubarry, Roque Centurión Miranda, Carlos Gómez, Romualdo Quiroga, José
Guisone, Celia Elis
FILMOGRAFÍA EN VENEZUELA
1951
31

Yo quiero una mujer así – Producción BOLÍVAR FILMS – D: Juan Carlos Thorry.
Intérpretes: Olga Zubarry, Francisco Álvarez, Amador Bendayán, Héctor Monteverde, Luis
Salazar, Pura Vargas.

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Olga Zubarry

  • 1. 1 OLGA ZUBARRY ”Todo fue una cuestión de suerte” Olga Adela Zubarriaín es la menor de cinco hermanos. Nació en Parque de los Patricios el 30 de octubre 1929, de padre vasco y madre asturiana. Se recuerda de niña “imitando a Shirley Temple y pegando fotos de actores en un álbum. Me parece ver a Fredric March, Bette Davis, Joan Crawford. Vivíamos en una casa en la que no sobraba nada”. Terminados sus estudios primarios decidió comenzar el secundario. Se veía a si misma como una obstetra. “Mi hermana, María Zubarry, de ella tomé el apellido, fue la primera en frecuentar el ambiente, ya que era bailarina y actriz. Se casó con Juan Carlos Thorry -nos habíamos mudado a la Avda. Corrientes pero luego volvimos a Parque de los Patricios-. Y la historia empieza cuando veo a María Duval en cine. Le pedí a Thorry que me llevara a LUMITON a conocerla y me acuerdo que llegué cuando estaban rodando 16 AÑOS con Christensen. Esto era en 1943 y me dieron unas líneas por casualidad o porque era la cuñada de Thorry, no lo sé”. . “Vi a María -que era un verdadero ídolo para las adolescentes de aquel tiempo- y me gustaron las luces, las cámaras y el ambiente. No fue de inmediato, pero luego ya no pude volver al colegio de manera regular. Trabajé como extra en SAFO, HISTORIA DE UNA PASIÓN (Carlos Hugo Christensen1943) y recibí un primer plano en LA PEQUEÑA SEÑORA DE PÉREZ (Carlos Hugo Christensen-1944). Lo cierto es que hasta llegué a soñar con aquel plano”. La empresa de Munro tenía un stock de adolescentes a las que paseó en LAS SEIS SUEGRAS DE BARBA AZUL (Carlos Hugo Christensen-1945), un vehículo para Pepe Arias. Ese mismo año se estrenó NO SALGAS ESTA NOCHE (Arturo García Buhr), donde ella y Susana Freyre ganaron roles destacados como las sobrinas del caso. Se supo que ambas tenían posibilidades y a ella le otorgaron un papelito en ADÁN Y LA SERPIENTE (Carlos Hugo Christensen-1946). “Antes, casi en los comienzos, había hecho una temporada de teatro con Elena Lucena. La obra se llamaba Madame Trece y en el elenco estaba Alberto Closas, Verdaguer y Tato Bores. Recuerdo y mucho a Yeya Duciel, que cantaba muy bien y era una excelente actriz. Creo ver también a Beba Bidart en el coro. Pero los sábados y los domingos debía venirme desde el Tigre, donde estaban mis hermanos con sus amigos y no tenía ganas. Terminé la temporada y me dije que teatro, nunca más. Francamente, me aburría”. LUMITON había decidido filmar EL ÁNGEL DESNUDO con Mirtha Legrand en el rol de Elsa las Heras. La madre de la por entonces ingenua -según otras versiones también su flamante novio, Daniel Tinayre- intervino no sólo por la audacia del guión, sino también porque había que viajar a Río de Janeiro para los exteriores. Ante la negativa, hubo que someter al elenco de adolescentes a una serie de pruebas. Hoy día la actriz no alcanza a explicarse por qué Christensen y César Tiempo la eligieron justamente a ella. “Si algo debo agradecerle a mis padres es que tanto a mí como a mis hermanos nos dejaran
  • 2. 2 completa libertad para elegir. No pusieron reparo alguno con respecto al que iba a ser mi primer estelar”. A Zubarry no termina de conformarle su actuación en EL ÁNGEL DESNUDO (Carlos Hugo Christensen-1946). “Alguien debiera haberme dicho en el doblaje que levantara el tono de voz”. En la primera parte del film debe jugar a la chica burguesa, despreocupada y frívola, con novio oficial incluido. Eduardo Cuitiño y Carlos Cores -el padre y el novio, respectivamente- giran a su alrededor, pero no logran imponerse sobre su imagen, que ya era muy potente. En la segunda, debió competir con Guillermo Battaglia en una larga secuencia que se lleva a cabo en la casa del escultor. “Battaglia me ayudó muchísimo, porque me sentía bastante insegura. Era muy generoso e hizo lo posible para que todo saliera bien”. El conflicto de esta joven Electra -una María Duval expandida y con mayores posibilidades- se desarrolla por dentro, no en la superficie. Esto es lo que capta la cámara. La enfermiza relación con el padre que la lleva al suicidio -no sin que antes se haya acostado con el novio- trasciende y llega al auditorio en medio de las tensiones que Christensen imponía a estos melodramas, ayudado por Alfredo Traverso y la música de George Andreani. “Traverso era un hombre muy humilde, siempre callado, con un vasito de vino en la mano. No se le ha dado la importancia que merece, ni a él ni a muchos integrantes del equipo técnico”. El investigador cree que la quebrada voz de la muchacha, la angustia excesiva de la mirada, el temblor en las comisuras de los labios, delatan más a la persona Zubarry que al personaje. ¿Cómo no asustarse ante el desaforado mecanismo en el que se encontraba instalada? Fraulein Elsie, la novela de Arthur Schnitzler, posee un material lo suficientemente complejo como para leerla hoy sin temor a aburrirse. Sin embargo, lo que a la mayoría de la audiencia histórica la interesaba era el momento del desnudo seguido del disparo y la muerte de la joven. A nuestro juicio, el film logró trasmitir una dosis de angustia como pocas veces se había logrado antes en el cine argentino. Para los hombres, el sexo se había instalado en la pantalla de manera perversa y no tan directa como en SAFO, HISTORIA DE UNA PASIÓN (1943). Las relaciones entre los doctores de LUMITON y la incipiente actriz se volvieron turbulentas. Ella califica a la fábrica como un sitio de “lisa y llana explotación”, desde el momento en que siempre la amenazaban con dejarla en libertad, un eufemismo acuñado en el ambiente para aludir al despido. Ella -y sus padres, porque era menor de edad- firmaron contrato luego de largas conversaciones, por cinco películas. En el año 1947 no apareció en cuadro. “Por fin”, señala, “luego de muchas vueltas, accedieron a pagarme de mil a mil quinientos pesos por película. Francamente, una miseria, teniendo en cuenta lo que redituaban en boletería”.Luego vino el episodio de Los pulpos, la novela de Marcelo Peyret. “La leí de un tirón, sentada detrás de la columna de una confitería y llamé por teléfono a César Tiempo. Estaba alarmada. ¿Adónde iría a parar con semejantes papeles? Don César me dijo que me quedara tranquila, que iba a suavizarla. No estoy segura de que lo haya hecho”, suspira hoy Zubarry.
  • 3. 3 En LOS PULPOS (Carlos Hugo Christensen-1948) tuvo la oportunidad de iniciar una gran amistad con Roberto Escalada. - “Ah... besar a Escalada...”, rememora hoy con nostalgia-. Estos gratos recuerdos fueron compartidos también por Mecha Ortiz y Golde Flami. “Tito era un porteño de los que ya no quedan. Vivía en Flores y conocí a su familia, fui muy amiga de él y debo decir que era respetuoso al máximo. Además, como LOS PULPOS era bastante pesada, hacía bromas constantes para aliviar las tensiones”, dice ella hoy. Carlos O. García, en su excelente monografía Carlos Hugo Christensen, revelación del melodrama, incluida en Cine Argentino, La Otra Historia, comp. de Sergio Wolf, Ediciones Letra Buena, 1992, admite que se trata de uno de los films más logrados del realizador. En este caso, el inocente es el hombre, un magnífico Roberto Escalada, cuyo Horacio no ha sido aún reivindicado. Myrtha lo engaña desde el vamos. El verdadero protagonista de este film es él. La animalidad de Myrtha puede rastrearse en su fascinación ante el bajo mundo, o las uñas que clava en la palma de Horacio cuando observan la pelea en el Luna Park. Su cara expresa un sadismo que fue mucho más allá de todo lo que se había visto en cine argentino hasta el momento. “Creo que era una de esas mujeres que explotan a los hombres y que pueden terminar muy mal o muy bien. No hay término medio”, admite Zubarry. Sin embargo, confiesa que no ve la necesidad de destruir por completo al personaje masculino. Myrtha es ofrecida al espectador como un verdadero demonio, y así aparece también ante Horacio, en un recorrido pasional que lo llevará hasta la muerte. “Es la única película en que me gritaron “Puta”, aunque se hizo lo posible para que en la banda de sonidos la palabra se disimulara. La novela era, según recuerdo, bastante amarga y había causado mucho escándalo en los años 30. La leí en una edición de Tor, aquellas baratas”. LOS PULPOS reforzó la imagen que el público tenía de Zubarry en EL ÁNGEL DESNUDO. Su enfermiza precocidad vendió el producto, anticipándose en muchos años a LOLITA (Stanley Kubrick-1962). Ella engancha y muerde las líneas con un criterio de verdad absoluta que confunde al espectador y también al atribulado Escalada, que pasea por aquel Buenos Aires nocturno con la música del tango Uno en la banda sonora. Bastante más segura que en su primer protagónico, la imagen atrae y repele al espectador masculino. El juego ambiguo está llevado hasta sus últimas consecuencias. La mirada inocente del protagonista, la delicadeza de sus rasgos y la elaborada sonrisa juvenil, contrastan con la imagen oscura y firme en su sensualidad de aquella asombrosa Myrtha, al menos en la segunda parte del film. La libertad sexual asombra aún hoy día, porque al periodista lo tortura el hecho de que la joven sea promiscua. “Olga manejó su carrera con inteligencia. No perdía tiempo. Yo no la recuerdo en ninguna fiesta del ambiente por aquellos años”, dice hoy Silvana Roth. “¿Qué fiestas? Si llegaba a casa a las diez de la noche y me tenía que levantar a las seis de la mañana para irme hasta Chacarita a tomar la bañadera de LUMITON”, indica Zubarry. Concede que Escalada la traía por las noches hasta su casa en Parque de los Patricios. “Cuando no trabajaba, mi placer era quedarme en casa con mis padres porque no los veía con frecuencia. Además,
  • 4. 4 recuerdo mucho a mis vecinos de aquel barrio y les agradezco que me hayan tratado como a una trabajadora más”. Por su parte, Beba Bidart agregaría años más tarde: “Olga era en cámara una criatura peligrosa. Daba gusto verla trabajar con Escalada. Ahora que, cuando terminaba su tarea, era una muchacha muy cálida, nunca una estrella, como decíamos antes. Además, le gustaban las bromas y tenía un excelente sentido del humor. Cuando estábamos rodando LOS PULPOS cumplió dieciocho años y resultaba increíble que pudiera tener semejante imagen. Naturalmente, por mi tipo físico, yo era la desfachatada Pola. Ella, con su mejor sonrisa, resultaba lo que le dicen en la película: una puta. Naturalmente, hay que tener cuidado con esos papeles porque la gente termina confundiendo y comprendo que tuviera miedo luego de EL ÁNGEL DESNUDO. Yo la conocía de vista y no la había tratado cuando estuvimos juntas en teatro haciendo Madame Trece. Me encontré con una chica prudente, educada y trabajadora. Lo que me parecía exagerado era la ropa. Le habían tirado todo el vestuario de LUMITON por la cabeza. Claro, se terminaba una época, los años 40, y tal vez desde ese punto de vista fuera comprensible. Además y, por suerte, pudo zafar del encasillamiento. En cambio, yo terminé siempre dando el mal paso”. LA MUERTE CAMINA EN LA LLUVIA (Carlos Hugo Christensen-1948), un film que ha ganado con los años al punto de convertirse en deleite de los cinéfilos, le dio oportunidad de encarnar a Lila, una publicista de Radio Splendid. Es una muchacha independiente que vive en una pensión en la que habitan tres asesinos ocultos bajo el gracioso seudónimo de S. López. Muy segura de si misma, por momentos frívola, sexy natural, alcanzó momentos de alto voltaje cuando observa el cuadro y comprende la verdad. Su capacidad para registrar el miedo cuando ha sido acorralada, la mostró en una nueva faceta que el público desconocía. “La empresa nos puso a mí y a Battaglia como gancho en la publicidad por EL ÁNGEL DESNUDO pero en LA MUERTE... todos éramos protagonistas”. Se adivina en ella un dejo de tristeza cuando recuerda a sus compañeros de la pensión Babel, a todos y a cada uno de ellos, especialmente a los hermanos Corona -Margarita y Juan-. “Y ahí estaba Gustavo Cavero, de Radio El Mundo, en su mejor papel como el profesor uruguayo al que asesinan. Este hombre venía trabajando en cine desde siempre y lo seguiría haciendo pero será recordado por esta película, eso es seguro”. “Cuando no tenía que rodar me iba hasta la casa de Aníbal González Paz, que vivía a la vuelta de los estudios, a tomar mate con su madre. Así que ahí estaba la mujer fatal, la muchacha independiente, mirando cómo bordaba la señora mientras yo cebaba mate”. Su poder de comunicación con el auditorio no tenía una salida convencional, excedía todos los límites. No se hallaba en cuadro para lucir modelos ni para representar. Creía al máximo las situaciones que le tocaba vivir y trasmitía esa credibilidad. En 1949 se estrenó YO NO ELEGÍ MI VIDA (Antonio Momplet). “Hubo un incidente gracioso, porque en el guión de Discépolo era él quien moría. Cuando vino de Córdova dijo “No, yo soy la estrella y el que muere soy yo”. Por lo tanto, se modificó el guión y también me mataron a mí”. ¿Cómo era Arturo de Córdova? “Muy familiero. Trabajar con él era un verdadero desafío, porque
  • 5. 5 tenía una mirada a la que había que enfrentar. No había nada de falso en ella.” Alicia, el personaje de Zubarry, hace una memorable entrada en cuadro. Perseguida por un hombre, es abofeteada junto a los vagones del tren en medio de la noche. Hay una buena dosis de histeria en esta criatura que se parece más a un animal sin salida que a un ser humano. Ella considera que la cargó en exceso y que podría haberla corporizado más sobriamente. Sin embargo, es así como se había instalado en la audiencia histórica: una muchacha que no le temía al riesgo y que poseía una fuerte carga emocional. “La toma del comienzo, cuando estoy corriendo junto al vagón del tren fue bastante peligrosa. Recuerdo que Arturo me izó de un golpe y, debo confesarlo, estaba asustada”. En YO NO ELEGÍ MI VIDA existe un proceso de humanización del personaje que se palpa a través del código gestual de la actriz. Hay una pequeña fiesta improvisada por el personaje de Discépolo para la pareja, en la cual la imagen rubia se ilumina y ofrece un descanso al atribulado espectador. Y hay que observar ese gesto final, el de la muerte, porque se está realmente ante alguien que ha aprendido y evolucionado en unas pocas películas. “Los actores damos imágenes pero no tenemos nada que ver con ellas”, dice. “Y lo peor que podemos hacer es dejar que esas imágenes nos devoren. Hay que tomar distancia”. No tiene conciencia de que su aparición en la pantalla había dado por terminado el ciclo de la ingenua. María Duval se retiró y Mirtha Legrand tuvo, por obligación, que cambiar su imagen en PASAPORTE A RÍO (Daniel Tinayre1948). La audiencia histórica se sentía con derecho a un cine más adulto. La productora Lita Stantic dice que “Zubarry cambió por completo la interpretación femenina en el cine de estudios. Ya no hubo manera de volverse atrás”. Le guste o no a la actriz, el uso que el espacio audiovisual hizo de su imagen está directamente vinculado con aquella primera etapa del peronismo, y en sus roles se encuentran también las contradicciones del período. . “LUMITON atravesaba un momento difícil porque habían entrado a tallar los sindicatos”, señala ella hoy día. “Además, me habían dejado ociosa un tiempo que yo aproveché para trabajar en radio con bastante frecuencia y de golpe tuve que rodar dos seguidas en 1949”. Se está refiriendo en primer término a VALENTINA (Manuel Romero-1950), en pareja con Juan José Míguez y con el apoyo de Elena Lucena y Severo Fernández. Es la primera en admitirlo: “No, no sirvo para la comedia”. La otra es una remake de una novela de Pierre Wolff que ya había sido rodada en Francia con una desvaída Danielle Darrieux -canal 11 supo tener una copia-. La adaptación de Julio Porter le ofreció un vehículo que le sirvió como texto-estrella, algo que era bastante menos frecuente de lo que parece. Esto queda ratificado por su rostro que bordea la secuencia de créditos, algo no muy usual en el cine de aquella época. El producto se llamó ABUSO DE CONFIANZA (Mario C. Lugones-1950) “y era la película favorita de mi padre”, dice. Desde que aparece en cuadro, detrás del féretro que encierra a su abuela, la imagen es la de una muchacha que no ha conocido momentos alegres. Soporta su erotismo como castigo: la persigue el dueño de la pensión,
  • 6. 6 busca trabajo pero los empleadores resultan sátiros, accede a divertirse con un compañero de la Facultad de Derecho pero el joven pretende ir más lejos. En 1950, una película como ABUSO DE CONFIANZA abre un signo de interrogación: ¿acaso las mujeres no se habían integrado al mundo del trabajo? Podría ser cierto, en todo caso, que el sexo jugara en algunos casos un papel decisivo, tal como ocurre hoy. Pero a la protagonista de ABUSO DE CONFIANZA le pasa de todo y más. Al parecer, le quedan dos caminos: la prostitución o el suicidio. Ella deambula por exteriores, famélica y demacrada. El milagro ocurre: adopta una falsa identidad que le permite vivir con una familia acomodada y terminar sus estudios de abogacía. Como profesional, defiende a una muchacha -en inolvidable y poco valorada interpretación de Iris Alonso- con la que se identifica. El alegato en si resulta hoy día harto envejecido, pero no su interpretación que sigue despertando interés porque está por completo segura. Uno de los secretos de la técnica interpretativa, cualquiera sea, es trasmitir la verdad. Y ella lo lograba. “No, no es cierto. No siempre. Hay películas que yo nunca menciono”, apunta hoy. ABUSO DE CONFIANZA batió records de boletería y se sostuvo gracias a ella. Es, además, un primer producto en el que se la ofreció con texto servido. Ese plano final nos entrega una cara que no oculta que en el interior de la actriz hay una vitalidad y una energía que logran transformar a una persona en hermosa aunque no lo sea. Se había ganado un público a través de LUMITON, y tanto ella como Enrique Serrano habían sido los dos pilares que sostuvieron al estudio en su etapa final. Como pupila de LUMITON había dado muestras de ser cambiante y de no repetirse. No obstante, su imagen era preferida por el imaginario colectivo como el de una muchacha extraviada. Fue en los estudios de Munro donde nació el emblema de la marginación que, a posteriori, recorrería buena parte de su carrera. Se la preferiría como drogadicta, asesina, alcohólica, prostituta aún cuando estos roles se alternaran con otros que iban desde novias convencionales hasta papeles que, al menos en comedias, decididamente no le iban. Se fue a Venezuela con su hermana y Juan Carlos Thorry y este la dirigió allí en YO QUIERO UNA MUJER ASÍ (1950) para la BOLÍVAR FILM que “se estrenó en Buenos Aires en una copia imposible”. A su regreso se encontró con una sorpresa: ya no había contratos por varias películas. “El problema residía en mantenerse en circulación, porque no hay que dejar pasar el momento. Por lo tanto, acepté una oferta de MAPOL que me cambió la vida. Me pagaron cincuenta mil pesos por LA COMEDIA INMORTAL (Catrano Catrani-1951) y me compré un auto de segunda mano. El asunto es que Soffici me llamó casi al propio tiempo para un papel en EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA BESTIA (1951). Por lo tanto y durante una semana cabeceaba en un banco de MAPOL hasta que venían a buscarme de la SONO. La histeria resultó fácil. Estaba alterada, pero pensaba en las finanzas. Además, una drogadicta. Nada menos”.
  • 7. 7 En LA COMEDIA INMORTAL encarnó a una muchacha sin complicaciones, novia de Pedro Quartucci, ambos empleados de comercio -librería y casa de música-. El guión de Ulyses Petit de Murat y Tulio Demichelli quiere que de los libros salgan los famosos amantes de la literatura universal para ayudar a la desdichada pareja. El segmento más interesante es el que se encuentra, precisamente, a cargo de estos disparatados personajes encarnados por un elenco importante: desde Juan Carlos Thorry a Ricardo Lavié, desde Enrique Fava a Tato Bores, pasando por Isabel Pradas o María del Río. Hay, además, una interesante borracha a cargo de Judith Sulian. Poco es lo que ella pudo hacer pero considera que “no me costó esfuerzo alguno, porque es la película que muestra tal como era yo en la vida cotidiana”. Muy otra fue la labor de sus tres escenas en EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA BESTIA. “Soffici era muy exigente y repetía tomas, algo que no me gusta demasiado”. Aparece por primera vez con una buena carga de resentimiento como una adicta que piensa seguir con la droga. En la segunda escena se encuentra en un lugar nocturno de ínfima categoría bailando algo indescifrable con Fernando Labat: “Lo gracioso fue que, al comienzo, yo agarré el paso de baile como mejor sabía hacerlo y eso era lo que Soffici no quería”. Luego, en el camarín, la mirada de terror hacia la bestia y su lucha para librarse del que le ha regalado una dosis, es sencillamente memorable. Su personaje queda reducido al de un animal acorralado. Afeada al máximo, en la tercera escena vuelve a descubrir a la bestia y regresa el pavor. “Es verdad que el montaje de Jorge Garate es muy importante en la escena del camarín, pero yo tenía que darle continuidad a un personaje difícil, el más complejo que me había tocado en suerte”. Hoy día su interpretación adquiere una fuerza que deja muy atrás a Miriam Hopkins en la versión de Robert Mamoulian (1932) y a Ingrid Bergman en la de Victor Fleming (1941). Tal vez por razones de censura, en esas dos versiones no se pudo plantear el problema de la drogadicción -que no figura en la novela de Stevenson-, pero que Petit de Murat le añadió al libro. Quienes estudien el problema de la marginación femenina deben ir hacia algunas figuras de reparto tales como Beba Bidart, Diana Ingro, Judith Sulian, Golde Flami, Margarita Corona, Diana de Córdoba o -entre muchas otras- Nelly Panizza. Algunas pudieron evolucionar, pero la mayoría fue víctima del encasillamiento. Zubarry tenía 20 años cuando estaba rodando su drogadicta y se muestra tan desnuda como las radiografías que están observando los médicos. Estuvo en la terna para ser premiada como Actriz Secundaria, pero la Academia de Artes y Ciencias galardonó a Malvina Pastorino por SOMBRAS EN LA FRONTERA (Leo Fleider-1951) y Cronistas se decidió por Zoe Ducós, debido a sus trabajos en SUBURBIO (León Klimovsky-1951) y LOS ÁRBOLES MUEREN DE PIE (Carlos Schlieper-1951). Hoy día ella dice que “todo forma del juego. A veces se gana y en otras se pierde”. Decidida a permanecer en circulación estuvo en ¡QUÉ HERMANITA! (Kurt Land-1951) y EL HONORABLE INQUILINO (Carlos Schlieper-1951). De las dos, sale mejor parada en la primera, como la enamorada de la sensación del momento, el bolerista Gregorio Barrios -quien nunca logró cobrar un peso por esta película-. De acuerdo con Nélida Romero “Raymundo Horvilleur era un francés que estaba haciendo negocios en la industria y que luego de EL
  • 8. 8 HEROICO BONIFACIO (Enrique Cahen Salaberry-1951) me había propuesto convertirme en primera figura de comedias. Pero Schlieper no me dejó. Acepté un rol que me llevó poco tiempo y Olga estuvo muy bien en el papel. Luego también trabajamos juntas en EL HONORABLE INQUILINO. Nunca entendí por qué se había negado siempre al teatro”. En 1952 se estrenó EL BALDÍO (Carlos Rinaldi), un guión escrito por Fernández Unsaín y basado en la obra de teatro que Fanny Navarro había ofrecido en las tablas. El texto pertenecía a Raúl Mendé o Méndez. La producción se hallaba a cargo de Néstor Maciel Crespo, uno de los testaferros de Juan Duarte. Se intentaba mostrar a la nueva corriente inmigratoria que llegaba bajo el peronismo. Con un elenco encabezado por Zubarry y Jorge Rigaud, Agustín Irusta y Beba Bidart -esta última componiendo un personaje diferente-, EL BALDÍO narra la historia de una muchacha de incierta nacionalidad, violada por los invasores en su noche de bodas y despreciada por su flamante marido. El hijo, fruto de aquella violación -Panchito Lombard-, no es reconocido por el cónyuge. La reconciliación sobreviene en una Argentina que a estos extranjeros les resulta idílica. Es la única película de largometraje con propaganda netamente peronista. “Creo que Fanny no pudo hacerla porque tenía otros compromisos. A mí no me preocupó en absoluto el tema, pero insistí en que Rigaud estuviera conmigo antes del título. Podría haberme negado, pero era buena plata”. Hay algunos exteriores sobresalientes y ella aparece demasiado bien vestida para ser una inmigrante que, se supone, debería poseer siquiera un atisbo de acento. Esto no ocurre. “Luego de filmar las últimas tomas en el puerto, me subí a otro barco y me fui a Europa con Elena Lucena y Renée Dumas. Aventuras que se emprenden una vez en la vida”, declara hoy riéndose. No aclara si le molestó que su trabajo en EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA BESTIA no le hubiera significado un contrato con la SONO, productora que la tuvo en cuenta muy poco por estos años. Además, en enero de 1950 había conocido, cuando el preestreno de la película, al Dr. Juan Carlos Garate, que se convertiría, años más tarde, en su marido. En 1953 se estrenaron cinco películas en las que ella aparecía. La imagen se paseó por ELLOS NOS HICIERON ASÍ (Mario Soffici), exasperada y violenta como Francisca, la hija de Golde Flami y novia abandonada por Alberto de Mendoza. “Olga era alguien para observar”, dijo Flami años más tarde. “Tuve un pequeño incidente con Soffici por un acercamiento y ella no se movió de su sitio. Estuvo muy tranquila, esperando que se resolviera el entuerto”. Aún cuando encabezara el elenco, no se trataba de un texto-estrella, ya que había demasiados jóvenes y varias subintrigas. Tito Alonso, Mirtha Torres, Julio de Grazia, Elena Cruz, Luis Medina Castro, Alberto Dalbes conformaron parte de la barra a la que es necesario añadir el mundo de los mayores. Es un guión abominable de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari en el que se pretende que los padres son los culpables y que los hijos, de manera matemática, seguirán la senda que les han trazado. Como la madre de Francisca es Golde Flami, ya se
  • 9. 9 sabe cómo terminará la pobre Zubarry. Si durante la primera parte de la manufactura otorga algún matiz al personaje, a medida que la historia avanza -luego de descubrir que su madre tiene un amante-, su crispación es excesiva. Soffici no supo o no quiso dirigir a la actriz. En cuando a MERCADO NEGRO (Kurt Land), un negocio de MAPOL, como hija de Alberto Bello y novia de Mario Passano tuvo poco que hacer, salvo dejarse aplastar por un auto. Tienen más sentido del humor Santiago Gómez Cou y Nelly Panizza en graciosos estereotipos que llevarían al apogeo en ENSAYO FINAL (Mario C. Lugones-1955). Hay un momento en que su imagen se muestra indiferente. Se trata de la escena en que se halla en la oficina del padre, con dos empleados. Alberto Bello intenta llevar adelante la acción como puede. Sin embargo, estas manufacturas baratas daban sus dividendos gracias a la exhibición obligatoria. Sostiene que “creo haber desempeñado con cierto oficio lo que se denominan roles convencionales” El hecho es que como Laura, el nombre de la muchacha, tiene escaso metraje para una primera figura. . La SONO la llamó para EL VAMPIRO NEGRO (Román Viñoly Barreto) y como Amalia Keitel, apodada Rita, consiguió finalmente dar en el blanco. El libro es de Julio Escobar y el guión de Alberto Etchebehere y el propio Viñoly Barreto. En los últimos tiempos hubo una fuerte tendencia a reivindicar esta película que ha pasado a ser, según algunos -Diego Curubeto- un film. Por supuesto que bajo el nuevo ropaje se escondía el M de Fritz Lang (1932). “Viñoly Barreto era un hombre muy preparado, un uruguayo católico que sabía bien qué estaba haciendo. Era un cinéfilo, había estudiado teatro y literatura, música, un renacentista, en fin, y sus necesidades de investigar el expresionismo fueron apoyadas por la SONO”, declaró años más tarde Nathán Pinzón, a quien esta película puso definitivamente en el mapa. Hay que añadir que con toda justicia, ya que las hirientes escenas que juega con una sádica Nelly Panizza ponen al descubierto su impotencia sexual de manera harto evidente. El espanto va de la mano de Zubarry, quien descubre -un gesto que la audiencia histórica y la contemporánea no olvidan-, de qué modo el psicópata tira a una de sus víctimas por una boca de tormenta. Esta agresiva cabaretera ha ido a cambiarse a los sótanos del tugurio y queda inmóvil, clavada en el pánico. Y se reconoce en ella a una imagen capaz de trasmitir el terror como ninguna otra. El trato que le dispensa al inspector de policía -la presencia de Roberto Escalada en este papel la ayudó y no poco- evidencia la seguridad con que se movía ante la cámara cuando se hallaba bien dirigida. Hay que observar la precisión de sus movimientos. Por otra parte, y luego de haber sido golpeada por el asesino, cae al suelo, intenta detenerlo y pega el grito que perseguirá a quienes vean esta película o film -según se considere-: - ¡El vampiro se lleva a mi hija! ¡El vampiro se lleva a mi hija! Este momento le ganó el sobrenombre de la reina del grito en la industria. Pero además, es una imagen muy sexy y no hay ninguna artificiosidad en esto. El relato intenta poner sobre el tapete que había otra realidad, habitualmente no mostrada. El investigador tuvo que recordarle el nombre de la paralítica
  • 10. 10 mujer del inspector que encarna Escalada, porque había olvidado a Gloria Castilla, algo inusual en ella. No obstante, reconoció que ese rol bien pudo haber sido desempeñado por la eficaz Leda Zanda, perdida en el reparto como la sirvienta del singular matrimonio. Esta vez, la música de Juan Ehlert no colaboró en lo más mínimo. De mucho éxito, este vehículo de la SONO le permitió entrever que de algún modo integraría el elenco de la empresa. No ocurrió, aunque ella se llegó hasta Martínez para estampar su firma en aquella fiesta que los Mentasti organizaron en 1953, cuando la compañía cumplió veinte años. Luego de firmar, se marchó. SUCEDIÓ EN BUENOS AIRES (Enrique Cahen Salaberry) es un entretenimiento policial donde la actriz mata a balazos a Georges Riviére o Jorge Rivier y se queda con su pareja favorita, Roberto Escalada. En el diccionario Manrupe-Portela existe un error: no hay “chica mala que aleja al buen muchacho de su novia”. El guión de Pondal Ríos y Olivari ofrece una serie de estereotipos pero no ese. Es, sin duda, la mejor película de Cahen Salaberry y la pareja volvió a funcionar, aunque los personajes supuestamente secundarios sostuvieron gran parte del metraje. Ayudó la música de Astor Piazzolla y este negocio de Carlos Gallart, Pondal Ríos y Olivari para ASOCIADOS resultó un entretenimiento aceptable. “Fue difícil el rodaje”, explica hoy Zubarry, “porque había que estar a cualquier hora en lugares diferentes. Se filmó casi toda en exteriores y había muchas escenas que hicimos de madrugada”. Ricardo Younis brindó una fotografía de primer orden y ella se convirtió en la muchacha rubia de los policiales de la época. En cuanto a MALEFICIO, se trataba de una coproducción mexicanohispano-argentina armada por Carmelo Santiago, de modo que es ínfimo lo que cabe esperar. En el episodio local actuaron ella, Narciso Ibáñez Menta, Maurice Jouvet y, entre otros, Alba Solís, dirigidos por León Klimovsky. Se estrenó en 1954. Encarna a una torva adúltera que quiere deshacerse de su marido para quedarse con su amante. Se rescata la frialdad apasionada con que la antiheroína prepara el veneno, se encierra en el baño, se apoya contra los azulejos, abre la ducha y espera con ojos expectantes y boca torcida. No quiere escuchar los estertores de quien ella cree es su marido. En realidad se trata de un doble. La va invadiendo una insana alegría. En la secuencia final, cuando el auténtico marido le pide que lo reconozca como tal, los ojos de la actriz relampaguean triunfantes sobre el hombre que no ha podido matar. Con aquella misma euforia con que había aguardado apoyada contra los azulejos desgrana: - No, no es mi marido. El odio y el resentimiento estuvieron bien dados. Hoy recuerda que “era pleno verano y el pobre Narciso llevaba un sobretodo. El sudor le despegaba la peluca”. El problemático dilema de esta mujer de talento singular no resultaba sencillo de resolver. Las manufacturas de 1953 no eran textos-estrella ni mucho menos. Ella encabezaba los repartos porque vendía el producto -si la conjunción se hacía con Escalada mucho mejor-. Había acumulado varios
  • 11. 11 premios: el de la Revelación Cinematográfica 1946 por EL ÁNGEL DESNUDO, el de Mejor Actriz 1953 por EL VAMPIRO NEGRO -ambos por la Asociación de Cronistas-. Y también el de la Municipalidad por ELLOS NOS HICIERON ASÍ. Encarnaba, a estas alturas, la imagen imprescindible en todo policial de gran consumo popular. De seguir por ese rumbo, conformando un emblema lineal, no iba a durar dentro del discurso cinematográfico en base a asesinas, prostitutas, drogadictas. Era, nadie lo duda, un nombre vendedor. “A mí me enviaban un guión. Si me gustaba el personaje y arreglaba cartel y dinero, no me preocupaba ni por la cantidad de metraje ni por los primeros planos. Eso corría por cuenta del director. Naturalmente, si mi nombre iba primero la gente quería planos, eso es seguro. Cualquiera que haya trabajado conmigo va a decirle que jamás tuve un problema. Motivos no faltaban, pero elegía callarme”. A su vez, Nathán Pinzón recordó que durante el rodaje de EL VAMPIRO NEGRO “Olga, Escalada y Nelly Panizza formaban un trío infernal por las bromas que se hacían entre ellos y que también sufríamos los demás. Siempre los recordaré como excelentes compañeros. A propósito, hay dos cosas que recuerdo muy bien: la primera es que Viñoly Barreto habló con Olga y Nelly y les pidió que se comportaran como dos mujeres que ya no tenían nada que perder. Nelly, muy suelta de cuerpo le preguntó “¿Entonces, señor, lo que Ud. quiere son dos putas totales?”. Y Viñoly se puso colorado. La segunda es el momento en que el personaje de Olga viene a buscar a su hija, Los golpes que le doy son verdaderos”. Convendría añadir que su relación con la prensa era cordial pero distante. Se dio cuenta muy pronto de que podía utilizar a la publicidad y al periodismo y no al revés. Los añadidos al hipertexto ficcional nada dicen sobre el emblema Zubarry. Ella elegía limitarse pura y exclusivamente al ámbito laboral, obviando cierto tipo de frivolidades que jamás le gustaron. Su relación con el Dr. Juan Carlos Garate, un hombre casado cuando la conoció, no favorecía por aquellos años el habitual cotilleo de los medios. Tampoco era habitual en ella hablar sobre su familia nuclear. Sintetizando, el imaginario colectivo que la había creado como emblema de la marginación, la veía como a una trabajadora dentro del cine. Nunca lejana, sabía sin embargo cómo mantenerse a prudente distancia. No daba motivo de queja alguna de parte de directores, técnicos o actores. Elegía no pelearse, aunque razones no le faltaran. La señora Ortiz se encargó de colocarle el escudito peronista, tal como ocurría en aquellas épocas y ella dejó hacer, formando parte de algunos actos cuando se la invitaba. Su imagen no trascendía el ámbito estrictamente profesional y hoy día sugiere: “En un reportaje Ud. hable, no pare de hablar, no deje que le hagan preguntas y cuando algo le moleste, sonría. Por otra parte, no se pueden dar respuestas inteligentes con respecto a todo lo que ocurre en el mundo. Se habla desde el lugar que uno ocupa y la prudencia es siempre aconsejable”. Síntesis del emblema es el rol de aquella Susana de VIDA NOCTURNA (Leo Fleider-1955), una película de la que ella no quiere ni acordarse. “! Qué mal estuve como esa borracha! Es tan difícil hacer una borracha en cine. No hubo caso. No di el papel”. Era un producto de la SONO para lucimiento de José Marrone, a quien se rodeó de un elenco poco menos que impresionante. Ella hizo pareja con un valioso Daniel Tedeschi -alguien que entró en lista negra luego del golpe de Estado de 1955-. Curiosamente, Leonardo Favio
  • 12. 12 eligió esta imagen para su documental, PERÓN, SINFONÍA DE UN SENTIMIENTO (1995-97 y conocida en 1999) cuando pasaba revista al cine del período. Lamentablemente, no se equivocó. Es de este modo -depravada y viciosa- tal como se la recordaba en aquel momento de su carrera, es decir, el emblema. Destructiva y vacía, Susana ignora todo lo que no se relacione con el alcohol. Ella considera que ha visto una sola borracha digna de tenerse en cuenta: “Bette Davis en LA MALVADA/ALL ABOUT EVE (Joseph L. Mankievicz-1950), pero estamos hablando de genios y yo no lo soy. Años más tarde y cuando hacíamos NOSOTROS Y LOS MIEDOS por TV, viendo a Alicia Aller componer una alcohólica supe de qué iba la cosa. Alicia consiguió una interpretación memorable”. Hacia 1954 y según aclara Carlos Correas en Pequeño Prólogo. La invalidación y el horror argentinos en Oscar Masotta – El revés de la trama, Compilación de Marcelo Izaguirre, Buenos Aires, Atuel, 1999, la actriz se había convertido, junto con Nélida Lobato, en la mujer deseada por varios de los intelectuales luego nucleados en la revista Contorno, un hecho inusual si se piensa en la fobia contra el cine de estudios que padecía este grupo. Por otra parte, David Viñas no imaginaría a otra mujer que no fuera Zubarry en el protagónico femenino de la posterior EL CANDIDATO. Para 1955 decidió que era hora de cambiar el rumbo. “Es que me ofrecían siempre los mismos papeles, iban a lo seguro. Si quería encarnar otros personajes no me prestaban atención. Por lo tanto, tuve que trabajar en cooperativa. Básicamente, lo hice porque quería demostrarme a mí misma que era capaz de salir de tanto grito, de la rubia de los policiales”. Los dos vehículos que eligió se estrenaron en 1955 y se llamaron CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA y MARIANELA, ambos dirigidos por Julio Porter. La selección de MARIANELA fue suya, porque siempre le había gustado la novela de Benito Pérez Galdós. “Los productores de CONCIERTO… fueron Julio Steimberg y León Faerman y yo opté por menos dinero y no me fue mal”, confiesa la actriz. En CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA debutó en Argentina Lautaro Murúa -quien ya había rodado en Chile con Hugo del Carril SURCOS DE SANGRE (1950) y había sido el novio de Malvina Pastorino en ESPERANZA (Francisco Mugica-Eduardo Boneo (1949). Ahora se había instalado en Buenos Aires-. El galán fue, sin embargo, José María Gutiérrez. Como Victoria Lander rindió examen otra vez dentro de un texto-estrella. Se parte de una breve secuencia sobre la infancia de una muchacha humilde, adoptada por los mecenas Lander -ha muerto su padre-. El objetivo es proseguir con los estudios de piano. Sigue una conversación telefónica en la que una mucama anuncia que “la niña está en una de sus clases”. La cámara se encarga de enfrentarnos con una tiránica joven que expulsa de la casa a una profesora que ha cometido un error. Gran orquesta, concierto, va la secuencia cero Esta Victoria Lander de CONCIERTO es una intelectual voluntarista a quien sólo le importa su carrera. Se halla convencida de que querer es poder y, de manera difusa, volvemos a un texto-estrella anterior como ABUSO DE CONFIANZA. Su situación en casa de los Lander es ambigua: le toleran cualquier desplante porque tiene talento. Es una especie de lujo que se ha
  • 13. 13 dado esta familia de alta burguesía. El conflicto central reside en la imposibilidad de armonizar su origen con la privilegiada situación actual. Sobreviene el castigo: parálisis de la mano izquierda. El guión de Porter y de Raúl Gurruchaga es pobre; su personaje, en cambio, fascinante. En la versión Zubarry, la intelectual Victoria es cerebro puro, en apariencia esquivando las contradicciones, sin mundo afectivo, unida al personaje de José María Gutiérrez en tanto y en cuanto él pueda consolidar la posición de ella en el mundo de la música. Su voz tiene un solo matiz: el de la causticidad. Hoy día admite que “tal vez la hice muy exuberante. Debí haber estado un poco más sobria”. A pesar de esto, el personaje llega como el prototipo de cierto intelectual de los años 50 y anticipa la soberbia de una generación que se estrellaría en los años 60. La diferencia estriba en que Lander sabe del poder que otorga el dinero y este es el basamento de su cinismo. Ver caminar al personaje es observar a cualquiera de los intelectuales argentinos que tienen algún talento pero ninguna humildad. El producto no excede la línea de lo mediocre. No obstante, merece estudiarse para saber hasta qué punto Zubarry otorgaba absoluta convicción a lo que hacía. No por nada sus colegas admiten que trabajar con ella es ignorar la cámara. El poder concentrarse al máximo es uno de los méritos que la audiencia histórica siempre agradeció a esta figura. Al propio tiempo, Victoria Lander sirvió para descongelar la imagen que la actriz venía arrastrando luego de una serie de perdularias. Según aclaran Fernando Martín Peña y Carlos Vallina en El cine quema – Raymundo Gleyzer, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 2000, en el guión de LOS TRAIDORES (Raymundo Gleyzer-1972-1973), hay una broma amistosa con respecto a Lautaro Murúa y su actuación en CONCIERTO... Nos parece que dar cuenta de este artefacto aún a través de la burla, implica la necesidad de tenerlo en cuenta como una suerte de exorcismo. Hay que saber que hacia fines de los años 60 y por la TV abierta constituía un verdadero boom de audiencia y el hecho no pudo ser ignorado por Gleyzer. De lo contrario, hubiera elegido cualquier otra insípida interpretación del actor, por ejemplo la que perpetra en ENIGMA DE MUJER (Enrique Cahen Salaberry-1956). En cuanto a MARIANELA, el rodaje en Mendoza llevó casi seis meses. Su estreno coincidió con la crisis y el golpe de Estado de 1955. A pesar de todo o por eso mismo, fue un buen elemento catártico en el interior del país. No es una película que el investigador resista más allá del relato paupérrimo. Si cuesta trabajo es porque rara vez en el espacio audiovisual existió semejante entrega a un personaje. Según lo que la actriz brinda, Marianela es un ser humano que sabe, entiende, siente. La popularidad de esta película fue tanta, que hasta los años 70 era un fantasma que perseguía a Juan Carlos Mesa en sus audiciones de radio: le había dedicado un sketch titulado María Lela. Burlarse de los viejos demonios de celuloide, al estilo Woody Allen, es cometer un exorcismo, tal como quería hacer Gleyzer en la escena que no filmó con respecto a CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA. Hay tanta angustia en su visión del personaje que, se repite, fue un buen resorte para la catarsis colectiva. Y, además, este texto-estrella sirve muy bien para saber de qué
  • 14. 14 manera, la última intuitiva era capaz de otorgarle continuidad a la criatura que le tocaba en suerte Ha sido la única en demostrar que el teatro no es el camino exclusivo para la expresión personal, y que el cine puede llegar a convertirse en una propuesta tan interesante como el escenario. “Nadie comprende por qué se ha negado sistemáticamente al teatro”, insiste Nélida Romero. Ya en la década del 70 ella fue la primera en asombrarse cuando le propusieron ofrecer en el Colón La voz humana de Jean Cocteau, un proyecto que no se concretó. Hasta su llegada, el cine era sólo una manera de ganarse la vida para dedicarse al teatro. Con su aparición, se convirtió en una manera de registrar pensamientos y sentimientos para trasmitirlos con el cerebro, el cuerpo y la voz, instrumentos adjudicados tradicionalmente al actor de teatro. Y en esto reside, tal vez, el secreto de su supervivencia en el espacio audio-visual. LA SIMULADORA (Mario C. Lugones) fue el último estreno de 1955 y no corrió con buena suerte. Era un vehículo pensado para Fanny Navarro durante años pero que “Fanny no pudo cumplir por otros proyectos o por razones políticas. Estaba acorralada por Apold. El hecho es que el libro me llegó y lo hice”. Aparece en cuadro bailando en un escenario y la trama se reduce al encubrimiento de un crimen que ha cometido para salvar a su hermana -una enigmática María Concepción César-. Si bien demuestra corrección, es una película que no es fácil de ver en la actualidad y que se perdió luego de su explotación comercial, iniciada en octubre de 1955. Había en el elenco figuras que ya habían entrado en lista negra. “En LA SIMULADORA María era una adúltera casada con Iván Grondona. Lo engañaba con Lugones, que hacía un papelito. Según el guión, cada vez que me confesaba algo tenía que decir: - Que no lo sepa Claudio. Claudio era el marido, es decir, Grondona. Llegó un momento en que las dos lanzamos una carcajada y Lugones se enojó. Fue para peor. Hoy día, cuando me llama por teléfono, María no dice “Hola”, dice “Que no lo sepa Claudio”. “Era una época muy, muy difícil”, recuerda hoy. “Hubo una reacción en cadena contra el cine argentino y a mí me pareció que iban a enterrarnos a todos”. Había firmado contrato con la GENERAL BELGRANO de los Carreras y con dirección de Enrique filmó dos productos que nada agregaron a su trayectoria: PECADORA y DE NOCHE TAMBIÉN SE DUERME, estrenadas en 1956. PECADORA se basaba en la obra de teatro de Miguel Mihura Una mujer cualquiera, y había tenido una estupenda versión española protagonizada por María Félix (Rafael Gil-1949), que fue al interior del país. Al parecer, en Buenos Aires nadie la recordaba. En cuanto a la otra “mi fuerte no es la comedia y menos una mala comedia. Además, me acuerdo que el rodaje empezó casi inmediatamente después del golpe de Estado de 1955. Con esto quiero decir que no la iba a ver nadie”. La caída de las fábricas coincide, de manera nada caprichosa, con el fin de este emblema. No obstante, volvería a ratificarlo para el que es, quizás, el mejor papel de su carrera en HIJO DE HOMBRE. Luego se encargaría de continuar demostrando que era, por sobre todo, una actriz a la que era difícil encasillar.
  • 15. 15 Con la industria paralizada, volvió recién en 1958 a través de LOS DIOSES AJENOS (Román Vinoly Barreto), con música de Waldo de los Ríos y poco de rescatable como una maestra coya. Fue su primera en colores. Este producto de Juan D`Angelo y Joaquín Franco -D`AN-FRAN- se estrelló contra la indiferencia del público y la ferocidad de los críticos. Encabezó el elenco de EL CANDIDATO (Fernando Ayala-1959), adelgazada al máximo y con pelo oscuro. Como Isabel Torres Ahumada, el guión de David Viñas no le brindó demasiadas oportunidades. Viñas se movió bastante mejor en los conflictos estrictamente políticos que en las contradicciones de esta mujer que termina quedándose con un marido crápula -Duilio Marzio-. Es el tedio lo que da textura y al propio tiempo condena a esta insípida interpretación de la actriz. Un diálogo en el que figuran frases como: - La humedad de Buenos Aires es insoportable. - Buenos Aires es insoportable. condicionaron a ella y a Alfredo Alcón -su cuñado- a aburrir al público. “Ahí tuve que ponerme firme en las oficinas de Aries cuando promediaba el rodaje para que me pagaran. Y no me fui hasta que me dieron el cheque”. En cuanto a LA SANGRE Y LA SEMILLA (Alberto du Bois-1959), una coproducción argentino-paraguaya con un buen actor, Ernesto Báez, se perdió en los cines del interior y pasó a la TV abierta. Con la misma iconografía de EL CANDIDATO asomó en uno de los episodios de TODO EL AÑO ES NAVIDAD (Román Viñoly Barreto-1959), un libro de Horacio S. Meyrialle que se había transformado en un ciclo televisivo de éxito. Se supone que ella es una mujer mayor con quien Carlos Estrada se ha casado por dinero. No hay que asombrarse: años más tarde haría la madre de Alfredo Alcón en unitario televisivo. “El elenco era importante, pagaron mucho y por vez primera yo estaba en la SONO haciendo un papel diferente”, afirma hoy. Hay que reconocer que había adquirido oficio en el rol de mujer-con-plata, pero a la gente no le interesaba desempeñando semejante tarea. La cachetada que le pega a su marido en la galería de la Avda. Santa Fe es elocuente y hasta allí se sigue el episodio. Luego, es ligeramente abominable este producto donde estuvieron también desde Pepita Serrador y Leonardo Favio hasta Nelly Meden y Ricardo Castro Ríos “Entonces me casé”, dice hoy riéndose. Culminaba de esta forma su relación de varios años con el Dr. Juan Carlos Garate, del directorio de ARGENTINA SONO FILM. “Quería una familia propia”, admite. “pero nunca pensé en retirarme”. El casamiento sobrevino justo antes de que empezara el rodaje de lo que puede considerarse como la culminación de su carrera como emblema favorito del público hasta ese momento. Iba a comenzar el rodaje de HIJO DE HOMBRE – CHÓFERES DEL CHACO (Lucas Demare-1961). Augusto Roa Bastos había vendido los derechos de su libro a la SONO y en un comienzo se pensó en traer al polaco Zbigniew Cybulsky, de gran repercusión en Argentina por su trabajo en CENIZAS Y DIAMANTES (Andrej Wajda-1958). Pero Cybulsky dejó Polonia debido a tres ofertas francesas y el
  • 16. 16 asunto quedó en la nada.. Por fin, se firmó un acuerdo con Cesáreo González para SUEVIA FILM y desde Madrid llegó Francisco Rabal para el papel del cabo Cristóbal Jara. Ella fue Magdalena Riquelme –Salu´í, Pequeña Salud- y los otros dos estelares fueron cubiertos por Carlos Estrada y el excelente Jacinto Herrera. “Fue un trabajo de equipo absoluto, donde hasta Demare se pegó un tiro en una pierna haciendo una demostración. Los rodajes en exteriores no son nada fáciles, nunca lo fueron. En ese caso había que compartir de todo, inclusive las letrinas. De manera que había que poner buena cara y no sentir ni siquiera el calor”. Nadie ha estudiado hasta el momento HIJO DE HOMBRE o, por lo menos, no se le ha dado la significación que corresponde: Roa Bastos habla tácitamente de la guerra entre Paraguay y Bolivia ideada por las compañías petroleras en un momento clave. En 1960 y bajo la presidencia de Arturo Frondizi, Argentina pasaba de manera definitiva a la órbita norteamericana En la que resultó, a la postre, la mejor película de Demare -es un film- Zubarry demuestra todo lo aprendido a lo largo de diecisiete años. A pesar del racconto donde observamos el interés de la prostituta Salu´í por el cabo Jara, no se trata de un texto-estrella. Se impone porque su personaje es el único que experimenta un cambio. En ese racconto se encuentra a la altura de las grandes actrices internacionales del momento y deja de lado por completo su antigua carga de feroz agresividad. “La marcación de Demare fue muy rígida. No hice más que seguir sus órdenes. Me regaló una medalla como recuerdo”. René Mugica admitió que “Demare había quedado sorprendido por la vasquita, como la llamábamos. Él tenía una idea de las actrices que era un poco prejuiciosa. Ella se encargó de demostrarle que estaba equivocado”. El caso de la mujer-soldado tenía un lejano antecedente: el de Anita Jordán en CENTAUROS DEL PASADO (Belisario García Villar-1944), como la mujer de Pancho Ramírez. Luego no se había vuelto a tocar. Nunca antes su persona se había eclipsado de tal forma para que saliera con tanta nitidez esta mujer latinoamericana por excelencia. Porque su tipo físico, en este caso, corresponde a esta parte del mundo. La solidez de su técnica le ganó también la admiración de Rabal quien, muchos años más tarde, le enviaría un video recordando aquella filmación difícil. Su labor le valió, entre otros, el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián. El film conoció un largo camino en cuanto a recompensas. Ella opina hoy que “es una película coral donde se me permitió cantar un aria, pero no hay falla alguna entre los que participaron”. Se la contrató en España para rodar A HIERRO MUERE (Manuel Mur Otti1962), una remake de A SANGRE FRÍA (Daniel Tinayre-1947). Luis Saslavky, autor del guión, lo revendió para un negocio que no caminó muy bien. Se dijo en su momento que había tenido algún conflicto con Alberto de Mendoza. Lo desmiente, “aunque nuestras relaciones jamás fueron amables”. Hubo otro proyecto hispano que no se concretó. “El problema es que yo, recién casada, no podía quedarme a probar fortuna en España. Por otra parte y, luego de MALEFICIO, me ofrecieron un contrato por tres películas en México. Tampoco lo acepté.”, admite hoy. Luego llegaron las dos hijas. “Se dijo siempre que yo había subordinado la carrera a mi familia y es absolutamente cierto. Porque
  • 17. 17 hay prioridades y yo había elegido ese camino. Entonces, tenía que hacerme responsable de mi elección”. En 1961 había aparecido en la opera prima de Carlos Cores, ASALTO EN LA CIUDAD, estrenada recién en 1968. El investigador podría reprocharle que comenzara a perderse en vehículos que no la merecían. Se reintegró con AHORRO Y PRÉSTAMO PARA EL AMOR (Leo Fleider-1964) y LOS GUERRILLEROS (Lucas Demare-1965). Ninguna de las dos la necesitaba. Dudó bastante antes de comenzar en TV y lo hizo en 1965 con una miniserie escrita por Abel Santa Cruz y dirigida por María Herminia Avellaneda en Canal 13-PROARTEL. “No estaba enamorada de la TV pero comprendí que el dinero y la popularidad se encontraban ahora en ese medio. Comencé a trabajar asiduamente en 1968 integrando un gran elenco en Matrimonios y algo más, con libro de Hugo Moser por Canal 13. Mi pareja era Juan Carlos Dual”. A mediados de los años 60 había intentado una aventura financiera en Villa Gessel que no dio resultado: la inversión en hoteles. Lo que habría que pensar no es sólo qué pasó con esta figura sino en qué crisis del cine argentino se vio enquistada. Hacia 1959 había rodado EN LA VÍA (Alberto du Bois) que, al menos en Argentina, no interesó a los exhibidores aunque fue vista en Paraguay y luego pasó a la TV. En 1960 trabajó para Vlasta Lah en la primera película argentina protagonizada por cinco actrices: LAS FURIAS. Hoy día ni ella, ni Aída Luz ni Elsa Daniel están dispuestas a ver el producto. “Es la peor de mi filmografía”, admite Daniel. “No me interesa en absoluto”, añade Zubarry. “Sólo que fue un gusto que trabajáramos todas sin que hubiera ningún inconveniente. Quisiera guardar, a manera de recuerdo, mi secuencia con Mecha Ortiz”. A Zubarry le tocó en suerte el papel de la amante, una mujer independiente, especie de ejecutiva que se muestra por completo indiferente ante el pedido de la madre del hombre en cuestión -la señora Ortiz-. La quinta dama fue Alba Mugica, como la hermana del zángano. MISIÓN 52 (Mario C. Lugones-1962) tampoco alcanzó a exhibirse y lo mismo ocurrió con PROCESO A LA LEY (Agustín Navarro-1962), una coproducción hispano-argentina cuyo coprotagonista era Antonio Vilar. Tal vez el dinero y el director la tentaron para intervenir en LOS GUERRILLEROS (Lucas Demare-1965). Como Isabel, novia de Ignacio Quirós y hermana de José María Langlais, nada pudo hacer en este verdadero desatino. Las imágenes se ven sobrepasadas por la execrable música de Lucio Milena. “Llegó un momento en que creí que estaba filmando para que se entretuvieran los pasajeros de Aerolíneas. Por otra parte, en el caso de MISIÓN 52, Lautaro Murúa fue el único que, debido a su perseverancia, logró que le pagaran lo adeudado. En cuanto a AMOR Y UN POCO MÁS, que rodé en 1968, la fotografió Hugo Moser, pero luego la terminaron entre Fernando Siro y Derlis María Becaglia porque Hugo no sabía nada de montaje. En realidad, trabajaba cuando me llamaban y lo hacía con las ganas de siempre”. Entre quienes la convocaron estuvo Hugo Santiago, quien rodó INVASIÓN en 1969. Estrenada en el Hindú, estuvimos entre los pocos espectadores que la vieron en cine. El argumento de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
  • 18. 18 prometía un éxito pero estuvo sólo una semana en cartel y hubo un pleito entre PROARTEL y los exhibidores. Afortunadamente, la película fue redescubierta y analizada desde el estructuralismo, el postestructuralismo, el psicoanálisis lacaniano y los sociólogos que veían el anticipo de la guerrilla en un documento ilustrativo. “Fue una experiencia anómala en todo sentido”, rememoró la actriz. “El libro me resultó una intriga y más aún la manera en que Santiago nos dirigía a mí y a Lautaro (Murúa). Hay una secuencia en Ezeiza que tuvo que ser fotografiada por Adelqui Camusso porque Ricardo Aronovich se fue del rodaje. Creo que lo habían llamado desde París. Luego, cuando doblábamos, Lautaro y yo nos mirábamos porque Santiago nos despojó de matices en los tonos. Por supuesto, como en toda película, obedecí las órdenes del director, aún no sabiendo adónde apuntaba. Es una pena que no haya sido comprendida en su momento, porque lo cierto es que se gastó bastante celuloide”. Dentro de lo que INVASIÓN les permite a los actores, ella se portó con un alto grado de profesionalismo, demostrando que podía entrar en un cine diferente. “Pero, por desgracia, nadie valioso me llamó”. INVASIÓN, con toda justicia, es un film en todo el sentido de la palabra. Sin embargo, no se cuenta entre sus favoritos. “Es sencillo: tiene un estilo que no va conmigo”. En la primera discusión que tuvimos -y hemos tenido varias- la actriz reiteró que “trabajo cuando me llaman, pero vamos a un ejemplo: no podía formar parte del elenco de LOS DÍAS QUE ME DISTE (Fernando Siro-1975). Abrir y cerrar la puerta de una heladera y decir un par de líneas no era para mí. El papel lo terminó cubriendo Elena Cruz. En cuanto a LA MARY (Daniel Tinayre1974), conseguí el cartel francés y me pagaron lo mismo que a Susana Giménez y a Carlos Monzón. No me interesa si los críticos no aceptaron la película. El hecho es que caminó muy bien”. Durante el rodaje de LA MARY estaba haciendo radio, TV y cine al mismo tiempo. En radio actuaba en Horas desesperadas -junto con Alfredo Alcón, por esa misma época, fueron dos nombres que trataron, por separado, de resucitar el radioteatro-. “Llegó un momento en que tenía tanto trabajo que me pasó algo vergonzoso: no terminé de aprender la letra de El mar profundo y azul de Terence Rattigan. Le dije a Marta Reguera que iba a dirigirlo en Alta Comedia por Canal 9 que no podía hacer el programa. Ella insistió y debo añadir que Alberto Argibay, Víctor Laplace e Ignacio Quirós me ayudaron muchísimo, porque nadie notó mi inseguridad”. Se había convertido en una de las figuras centrales de la TV y alcanzó el brillo de siempre dirigida por David Stivel en La ayuda, con libro de Roberto Cossa y acompañada por Alberto Argibay, Gianni Lunadei, Flora Steimberg, Nelly Prono, Hugo Caprera y Miguel Ligero. Hablando de este unitario, Zubarry elogió el trabajo de sus compañeros y “la mano de Stivel. En TV el guión es el cimiento y el director, si sabe lo que quiere, construye. Pero hay un inconveniente: no recuerdo mucho de ese unitario porque en ese momento estaba haciendo cine y radio también. La TV, se sabe, es tan rápida que los actores olvidamos y el público también”. El investigador pudo comprobar que en el caso de la TV rara vez hablaba sobre su desempeño, sino que observaba
  • 19. 19 detenidamente el de quienes actuaban con ella. “Yo aprendí a trabajar en TV mirando, tratando de comprender lo que estaban haciendo los demás. En verdad el ritmo es vertiginoso, pero ya lo había experimentado en LUMITON, de modo que la velocidad no fue un inconveniente”. Roberto Blanco Pazos y Raúl Clemente reconocen en Un diccionario de actrices del cine argentino, 1933-1997, Buenos Aires, Corregidor, 1997, que CRECER DE GOLPE (Sergio Renán-1977) contiene una de sus labores a destacar. Como Danila, la dueña del circo, la actriz tiene una secuencia memorable con Ubaldo Martínez: aquella en la que el viejo intenta avanzar y ella lo detiene diciéndole que piensa en él como un padre. Este momento de una poco valorada película es antológico: demuestra de qué manera dos actores provenientes de las viejas fábricas logran una conexión inmediata con el espectador. Esto, mientras se yerguen como presencias cinematográficas difíciles de medir. “Quería mucho a Ubaldo y ya había trabajado con él. Sabía que estaba muy enfermo y traté de olvidarme para entrar en situación. Me costó, de veras. Y me costó porque pensaba que era una pena que este hombre luchara toda su vida para tener esa sola oportunidad justo antes de morir. Eso es lo innoble de este negocio. Hay muy buenos actores y actrices a los que no se les da el lugar que se merecen. Entre varios factores, esa película debe rescatarse por el trabajo de Ubaldo Martínez y el de Carmen Vallejos, Elsa Bérenguer o Tincho Zabala, por ejemplo. Además, allí debutó Cecilia Roth”. Si en 1970 había sido la mujer de Alberto Olmedo en EL HOMBRE DEL AÑO (Kurt Land), en 1978 fue su suegra en MI MUJER NO ES MI SEÑORA (Hugo Moser), una coproducción hispano-argentina preparada por ARIES. A decir verdad, sus aventuras con la SONO o con ARIES no resultaron afortunadas en esta época. El investigador tuvo oportunidad de apreciar un trabajo suyo por TV como Alma solitaria, con dirección de Alejandro Doria y por Alta Comedia, canal 9, ofrecido por esta época, y no pudo menos que sorprenderse. Dando vida a una sirvienta cuyo hijo era Raúl Taibo, la actriz demostraba que no había perdido nada de su talento. Mantenía la misma fuerza expresiva que se le había conocido en sus mejores películas. Ella elige hablar de María Elena Sagrera en dicho unitario, a la que considera injustamente postergada. En 1982 formó parte del gigantesco elenco de Nosotros y los miedos que obtuvo un tremendo éxito con dirección de Diana Álvarez y cuando terminaba la dictadura militar. Ese mismo año estuvo en cine en LOS PASAJEROS DEL JARDÍN (Alejandro Doria), en un rol que hubiera debido pasar por alto. Pero en cuanto se le brindaba una oportunidad, tal como ocurre en CONTAR HASTA DIEZ (Oscar Barney Finn-1986), respondía con la efectividad de siempre. Como una abuela de Plaza de Mayo dialoga con Oscar Martínez y Arturo Bonín demostrando que no precisaba excesivo metraje para destacarse de manera sobresaliente. Raúl Manrupe y Alejandra Portela admiten en Un diccionario de films argentinos, Tomo I, que “cabe lamentar la presencia de Olga Zubarry” refiriéndose a EN BUSCA DEL BRILLANTE PERDIDO (Sergio Móttola-1986). Y la verdad es que tienen razón.
  • 20. 20 Por otra parte, el investigador no ha visto la mayoría de sus intervenciones televisivas. Ha leído, en ocasiones, críticas elogiosas y escuchó en la primera mitad de los años 70 que la actriz se había convertido en un fenómeno dentro de ese medio. A juzgar por lo leído y escuchado, la TV supo aprovecharla en mayor medida que el cine y ella accedió a que ese hecho se produjera. “Hasta que mis hijas no tuvieron la edad suficiente no me animé a los rodajes largos en el interior del país”, admitió. “Siempre sostuve que había prioridades”. El hecho no justifica su paupérrima filmografía pero la dama no es la única culpable. La así llamada generación del 60 la ignoró por completo. Hubo anuncios con respecto a HOMENAJE A LA HORA DE LA SIESTA (Leopoldo Torre Nilsson-1962) y ¿QUÉ ES EL OTOÑO? (David José Kohon-1977) para los papeles que cubrieron Alida Valli y Dora Baret, respectivamente. “Escuché rumores pero nunca tuve los guiones en mis manos”, indicó. “Me hubiera gustado mucho volver a trabajar con Alfredo Alcón en cine y en una excelente película como esa. Pero no se dio”. En 1996 nos preguntó por teléfono: -¿Quién es Fernando Díaz? Estaba leyendo un libro titulado PLAZA DE ALMAS y le habían ofrecido el rol de la abuela del joven Alejandro Gancé. Nos aclaró que se trataba del hijo de Héctor Gancé. Mencionó también a Norman Brisky, como su marido de ocasión. Aceptó el trabajo y se alzó con el premio a la Mejor Actriz de Reparto otorgado por los Cronistas. Ella elige hablar de la “sólida interpretación de Brisky y de lo difícil que resulta el papel de Vera Fogwill”. De modo que es el investigador quien debe encargarse de juzgar su desempeño. Esta mujer golpeada, Nélida, brinda un monólogo ejemplar en un programa televisivo. Demostraba por enésima vez que no había perdido nada de la técnica y que, por el contrario, había ganado mucho en sobriedad. Si es que había alguna emoción prefería trasmitirla de manera indirecta. Antes de iniciar el rodaje volvimos a hablar con ella y estaba investigando el personaje, sentada en el balcón de la casa de su hija menor, usando marcadores con distintos colores. - Es difícil que esta mujer le diga lo de los golpes al nieto. nos aclaraba. Algo debía de haber, sin embargo, para poner sobreaviso a la audiencia. Y entonces imaginó el gesto de su brazo ante la indignación del joven, que la considera una mujer harto pesada. Con este trabajo y ese premio dio por terminada su carrera, más por razones de salud que por voluntad propia. Luego del rodaje de HIJO DE HOMBRE se convirtió en madrina de varias escuelas de Santiago del Estero y comenzó su otra tarea, que le demandaba no poco tiempo. Con los años y a partir de la década del 80 se ha dedicado a M.A.M.A -Mis Alumnos, Más Amigos- una institución que trabaja en el rubro panificación y donde se enseña el oficio a niños y jóvenes necesitados. No es un nombre, sino que interviene activamente como socia fundadora de la entidad. Hemos comprobado que, si se trata de brindar su ayuda a quien de
  • 21. 21 veras lo necesite -es el caso de ABC Locura, ONG del Hospital Borda-, se embarca en cualquier empresa que la requiera y no ahorra esfuerzos. Esto quiere decir, sencillamente, que no ha olvidado sus orígenes, aquella casa en la que no sobraba nada. La generosidad de esta mujer que comenzara en cine allá por 1943 no tiene límites y este es un hecho que conocen pocos, debido a que, excepto en el caso de M.A.M.A., jamás habla al respecto. Es curioso dialogar hoy día -llevamos ya más de treinta años haciéndolo- con esta mujer fuera de serie. Y lo es porque le interesa todo lo que ocurre en el entorno, empezando por su interlocutor Como dijera José María Gutiérrez, “Olga te atiende, es decir, te escucha para saber qué te pasa por dentro. Le interesás no sólo como actor sino como ser humano. Es sanamente curiosa”. Si su película preferida es HIJO DE HOMBRE, la que mira como si fuera otra persona la que estuviera en cuadro es MARIANELA. Y ve sus películas, las revisa. Cuando le preguntamos qué siente frente a tanta gente que ya no está, contesta resignada: - Yo también voy a morirme. Es difícil hacer un balance en el caso Zubarry. Tal vez, como sostiene la productora Lita Stantic, revolucionó la interpretación femenina en el cine del país. Poseedora de una energía nada común, tampoco sus personajes lo fueron. Con la excepción de una monja, ha dado vida a toda clase de personajes, siempre ubicados en el siglo XX, con alguna incursión en el XIX como MI HIJO, CEFERINO NAMUNCURÁ (Jorge Moaieb-1972). Es la actriz de la modernidad periférica por excelencia y no se la ha llamado para encarnar roles que pertenezcan a otra época. Su estilo nervioso y, en el mejor de los casos, nada previsible, evolucionó desde su etapa LUMITON hasta volverse cada vez más sobrio. Es curioso, pero si por texto-estrella entendemos cantidad de planos y metraje, personajes que se repitan una y otra vez, no tiene muchos. Fue sí, el emblema de la marginación, la rubia de las policiales en los años 50 y encabezó los repartos. No obstante, cuando quiso un textoestrella luego de su etapa LUMITON -CONCIERTO PARA UNA LÁGRIMA, MARIANELA- tuvo que trabajar en cooperativa o disminuir sus pretensiones financieras. Su interpretación como Magdalena Riquelme en HIJO DE HOMBRE (CHÓFERES DEL CHACO) la ubica entre las mejores actrices del cine internacional, no solamente argentino. Aunque es indudable -y a ella no le gusta- se la asociará siempre con la adolescente incestuosa de EL ÁNGEL DESNUDO o con la perdularia Myrtha de LOS PULPOS. Directores tan diferentes como Carlos Hugo Christensen, Lucas Demare, Mario Soffici, Hugo Santiago y el debutante Fernando Díaz extrajeron de ella lo mejor. Una antología de la interpretación en el cine argentino estaría incompleta sin sus mejores momentos en la pantalla. No se trata simplemente de “una cuestión de suerte”. Eso pudo haber sido en un comienzo. Luego, como en todas estas damas, existió una determinación de hierro y una cantidad de trabajo que, por momentos, llegó a superarla.
  • 22. 22 Es cierto que en el balance final sus asociaciones con ARIES y la SONO no resultan positivas. Esto no empaña, sin embargo, todo lo que ella supo brindar a la audiencia histórica a través del cine, la TV y la radio -posee una voz de textura singular-. Nunca entró en los moldes convencionales de belleza y esto transforma a su imagen en atemporal, más allá de la iconografía de las distintas décadas. Pudo ser altamente sexuada -LOS PULPOS, EL VAMPIRO NEGRO- o entregar su cuerpo a personajes que parecía muy alejados de sus posibilidades -MARIANELA- para brindarlos con una transparencia nada común. Supo, además, ser maleable hasta convertirse en una figura analizable desde Vladimir Propp -INVASIÓN-. Curiosamente, la criatura de Parque de los Patricios carece de una nacionalidad definida: esto pudo haber jugado en su favor -la transformación que experimenta en HIJO DE HOMBRE la convierte en típicamente latinoamericana mientras que el plano final de INVASIÓN la enquista dentro de un panorama internacional-. Por sobre todas estas consideraciones, enseñó al auditorio que era posible darle un estilo y una continuidad a personajes disímiles aún en vehículos que no la merecían. Del mismo modo, hubo siempre un elemento distintivo: sabe escuchar a quienes están con ella en una escena. No está esperando a que terminen para lanzar sus parlamentos. Es evidente que aún inmóvil y, con un buen director, vive la situación sin pensar en el diálogo. Elige no hablar de la calidad de sus intervenciones y deja que la opinión corra por cuenta de su interlocutor. Se mantiene al día, porque su extensa carrera le ha permitido trabajar con las últimas generaciones y ha tenido tiempo para observarlas -un método que utilizó a lo largo de su extensa trayectoria-. Y fue la primera también en demostrar que no hacía falta excesivo metraje para crear un personaje inolvidable -EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA BESTIA-. Hay actores a los que el investigador admira pero no respeta. No es este el caso de Olga Zubarry, quien murio en diciembre de 2012 FILMOGRAFÍA EN ARGENTINA 1943 16 años – PRODUCCIÓN LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: Julio Porter según la obra inglesa Sixteen de Aimee y Philip Stuart. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Maria Duval, George Rigaud, Alicia Barrié, Amalia Sanchez Ariño, Aurelia Ferrer, Francisco López Silva, Carlos Ginés. ssff: Graciela Lecube y Olga Zubarry. Safo, historia de una pasión – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo y Julio Porter según la obra de Alphonse Daudet. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: (por orden de aparición) Roberto Escalada, Ilde Pirovano, Elisa Labardén, Elisardo Santalla, Miguel Gómez Bao, Ricardo Canales, Mecha Ortiz, Nicolás Fregues, Mirtha Legrand, Guillermo Battaglia, Herminia Mancini, Eduardo Cuitiño. ssff: Olga Zubarry (extra en la bacanal). “Lumiton S.A. agradece a la actriz Mirtha Legrand la gentileza de haber aceptado interpretar el breve papel de Irene”. 1944 La pequeña señora de Pérez – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César
  • 23. 23 Tiempo y Julio Porter según obra de Stephan Bekeffi y posterior teatralización de André de Loos. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Alfredo Traverso. Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Miguel Gómez Bao, Tito Gómez, Marianita Martí, María Luisa Notar. ssff: Yeya Duciel y Olga Zubarry (extras). 1945 Las seis suegras de Barba Azul – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Nelo Melli y Antonio Rampoldi. Intérpretes: Pepe Arias, Guillermo Battaglia, Susana Freyre, María Santos, Amalia Sánchez Ariño, Gloria Ferrandiz, María Esther Buschiazzo, Olga Zubarry, Juan Corona, Olimpo Bobbio. 1946 No salgas esta noche – Producción LUMITON – D: Arturo García Buhr. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: José María Beltrán. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Enrique Serrano, Alicia Barrié, Arturo García Buhr, Tilda Thamar, Carlos Castro, Susana Freyre, Olga Zubarry, Ángel Walk, Adolfo Linvel. Adán y la serpiente – Producción LUMITON – D. Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo según la obra La dama blanca de Guillermo Zorzi y Aldo de Benedetti. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Enrique Serrano, Tilda Thamar, Tito Gómez, Héctor Méndez, Olga Casares Pearson, Olga Zubarry, Yeya Duciel. ssff: Alberto de Mendoza. El ángel desnudo – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo sobre la novela de Arthur Schnitzler Fraulein Elsie F: Alfredo Traverso. M. George Andreani. E: Jean de Bravura. Mtj: Oscar Rampoldi. Intérpretes: Olga Zubarry, Guillermo Battaglia, Carlos Cores, Eduardo Cuitiño, Fedel Després, Agustín Orrequia, José de Ángelis, Orestes Soriani. 1948 Los pulpos – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo según novela homónima de Marcelo Peyret. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Jean de Bravura. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Nicolás Fregues, Carlos Thompson, Beba Bidart, Ivonne Lescaut. ssff: Nelly Panizza. La muerte camina en la lluvia – Producción LUMITON - D: Carlos Hugo Christensen. G: Cesar Tiempo y Christensen según la novela de S. A. Steeman Crímenes en la niebla. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Jean de Bravura. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Olga Zubarry, Guillermo Battaglia, Juan Corona, Nicolás Fregues, Margarita Corona, Amalia Sánchez Ariño, Agustín Orrequia, Gustavo Cavero, Pablo Acciardi, Carlos Perelli. 1949 Yo no elegí mi vida – Producción LUMITON – D: Antonio Momplet – G: Julio Porter según argumento de Enrique Santos Discépolo. F: Ricardo Younis. M: George Andreani. E: Jean de Bravura. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Arturo de Córdova, Olga Zubarry, Enrique Santos Discépolo, Homero Cárpena, Juan Corona, Iris Portillo, Celia Geraldy y las actuaciones especiales de Berta Moss y Alberto Bello y Guillermo Battaglia. 1950 Valentina – Producción LUMITON – D y G: Manuel Romero. F: Alfredo Traverso. M: George
  • 24. 24 Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Olga Zubarry, Juan José Míguez, Severo Fernández, Elena Lucena, Enrique Roldán, Norma Giménez, Roberto Blanco, Jorge Villoldo, Amalia Bernabé. Abuso de confianza – Producción LUMITON – D: Mario C. Lugones. G: Julio Porter según novela de Pierre Wolff Abus de confiance. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Jean de Bravura. Mtj: Oscar Carchano. Intérpretes: Olga Zubarry, Manuel Collado, Maria Armand, Carlos Thompson, Nathán Pinzón, Renée Dumas, Margarita Corona, Adolfo Linvel, Sergio Malbrán, Iris Alonso 1951 El extraño caso del hombre y la bestia – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Mario Soffici. G: Ulyses Petit de Murat según la novela de Robert L. Stevenson The Strange Case of Dr. Jeckyll and Mr Hyde. F: Antonio Merayo. M: Silvio Vernazza. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mario Soffici, José Cibrián, Ana María Campoy, Rafael Frontaura, Federico Mansilla, Gloria Ferrandiz, Diana de Córdoba y por atención especial la estrella Olga Zubarry. La Comedia Inmortal – Producción MAPOL – D: Catrano Catrani – G: Ulyses Petit de Murat y Tulio Demicheli. F: Roque Giacovino. M: George Andreani. E: Gori Muñoz. Mtj: Oscar Carchano. Intérpretes: Olga Zubarry, Pedro Quartucci, Vicente Ariño, Ricardo Lavié, Benita Puértolas, Enrique Abeledo, Enrique Fava, Mecha López, Pedro Pompillo, Tato Bores y las participaciones especiales de Juan Carlos Thorry y Judith Sulian. ¡Qué hermanita! – Producción Raimundo Horvilleur para INTERAMERICANA .G: Ariel Cortazzo según obra de Jean Boyer. F: Vicente Cosentino. M: Peter Kreuder. E: Jean de Bravura. Mtj: Nicolás Proserpio. Intérpretes: Olga Zubarry, Gregorio Barrios, Juan Carlos Mareco, Amelita Vargas, Nélida Romero, Francisco Donadío, Amalia Bernabé. El honorable inquilino – Producción INTERAMERICANA – MAPOL. D: Carlos Schlieper. G: Ariel Cortazzo y Schlieper. F: Vicente Cosentino. M: Peter Kreuder. E: Carlos T. Dowling. Mtj: José Cardella. Intérpretes: Olga Zubarry, Alberto Closas, Amalia Sánchez Ariño, Osvaldo Miranda, Pedro Quartucci, Severo Fernández, Nélida Romero, Hugo Pimentel, Amalia Bernabé. 1952 El baldío – Producción NMC (Néstor Maciel Crespo) – D y Mtj: Carlos Rinaldi. G: José María Fernández Unsaín según obra teatral homónima de Jorge Mar (seudónimo de Raúl Mendé o Méndez). F: Alfredo Traverso. M: Tito Ribero. E: Gregorio López Naguil y Álvaro Durañona y Vedia. Intérpretes: Olga Zubarry, George Rigaud, Rufino Córdoba Lucía Barause, Agustín Irusta, Beba Bidart, Gloria Ferrandiz, Pascual Pelliciotta, Panchito Lombard. NOTA: Se trata del único largometraje de ficción dedicado a exaltar el gobierno peronista y su política inmigratoria. 1953 Ellos nos hicieron así – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Mario Soffici. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: Francis Boeniger. M: Tito Ribero. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal. Intérpretes: Olga Zubarry, Tito Alonso, Alberto de Mendoza, Mirtha Torres, Golde Flami, Domingo Sapelli, Benito Cibrián, Casimiro Krukowky, Luis Medina Castro, Elena Cruz. Mercado negro – Producción MAPOL – D: Kurt Land. G: Virgilio Muguerza, Miguel Ligero. F: Humberto Peruzzi. M: Anatole Pietri. E: Carlos T. Dowling. Mtj: José Cardella.
  • 25. 25 Intérpretes: Olga Zubarry, Santiago Gómez Cou, Mario Passano, Nelly Panizza, Luis Otero, José De Ángelis, Miguel Ligero, Mario Lozano y la participación especial de Alberto Bello. El vampiro negro – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Román Viñoly Barreto. G: Viñoly Barreto y Alberto Etchebehere quienes tuvieron en cuenta el film M de Fritz Lang (1931). F: Aníbal González Paz. M: Juan Ehlert. E: Jorge Beghé. Mtj: Jorge Garate e Higinio Vecchione. Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Nelly Panizza, Ricardo Argemí, George Rivier, Mariano Vidal Molina, Matilde García Lange y la participación especial de Nathán Pinzón. 1954 Sucedió en Buenos Aires – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS en conjunción con Carlos Olivari, Sixto Pondal Ríos y Enrique Cahen Salaberry. D: Cahen Salaberry. G: Pondal Ríos y Olivari. F: Ricardo Younis. M: Astor Piazzolla. E: Germán Gelpi. Mtj: Gerardo Rinaldi y Antonio Ripoll. Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Pepita Muñoz, Nelly Panizza, Benito Cibrián, Jorge Rivier, Olga Gatti, Fernando Siro, Yuki Nambá, Casimiro Krukowky y la actuación especial de Ubaldo Martínez. Maleficio/Tres citas con el destino – Coproducción argentino-mexicano-española UNION FILM - Episodio argentino: D: León Klimovsky. G: Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh. F: Pablo Tabernero. M: Alberto Soifer. Intérpretes del episodio argentino: Narciso Ibáñez Menta, Olga Zubarry, Maurice Jouvet, Santiago Gómez Cou, Nathán Pinzón, Alba Solís. 1955 Vida nocturna – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Leo Fleider. G: Carlos A. Petit y Alfredo Ruanova según argumento de Ruanova. F: Aníbal González Paz. M: Tito Ribero. E: Carlos T. Dowling. Mtj: José Sierra. Intérpretes: José Marrone, Tato Bores, Olinda Bozán, Francisco Álvarez, Elsa Daniel, Maruja Montes, Daniel Tedeschi, Susana Campos, Santiago Gómez Cou, Guillermo Battaglia, Ricardo Castro Ríos, Fina Wasserman (Basser), Nicolás Fregues y las participaciones especiales de Hugo del Carril y Olga Zubarry. Concierto para una lágrima – Producción CINEMATOGRÁFICA MALVINAS – D: Julio Porter. G: Porter y Raúl Gurruchaga. F: Américo Hoss. M: George Andreani. E: Saulo Benavente. Mtj: Nelo Melli. Intérpretes: Olga Zubarry, José María Gutiérrez, Perla Alvarado, Aurelia Ferrer, María Armand, Orestes Soriani y la actuación especial de Lautaro Murúa. Marianela – Producción COOPERATIVA ATLANTE – D: Julio Porter. G: Porter, Pablo Palant y Luis Ordaz según novela homónima de Benito Pérez Galdós. F: Bob Roberts y Vicente Cosentino. M: George Andreani. E: Saulo Benavente. Mtj: Nelo Melli. Intérpretes: Olga Zubarry, José María Gutiérrez, Perla Alvarado, Pedro Laxalt, Domingo Sapelli, Juan Sarcione. La simuladora – Producción ANAMAR FILMS – D: Mario C. Lugones. G: Wilfredo Giménez. F: Enrique Ritter. M: Vlady. E: Gori Muñoz. Mtj: Vicente Castaño. Intérpretes: Olga Zubarry, Lautaro Murúa, Mario C. Lugones, Mónica Linares, Iván Grondona, Ángeles Martínez, Margarita Corona y la actuación especial de María Concepción César. 1956 De noche también se duerme – Producción GUARANTEED PICTURES – GENERAL BELGRANO. D: Enrique Carreras. G: Abel Santa Cruz. F: Américo Hoss. M. Vlady. E: Gori Muñoz. Mtj: José Gallego. Intérpretes: (por orden alfabético) Roberto Escalada, Ana Mariscal, Jorge Rivier. Y con Francisco Álvarez, Tono Andreu, Elcira Olivera Garcés y la actuación estelar de Olga Zubarry.
  • 26. 26 Pecadora – Producción GUARANTEED PICTURES – GENERAL BELGRANO. D: Enrique Carreras. G: Carreras y Pedro Miguel Obligado según obra teatral de Miguel Mihura Una mujer cualquiera. F: Américo Hoss. M: Vlady. E: Gori Muñoz. Mtj: José Gallego. Intérpretes: Olga Zubarry, Roberto Escalada, Susana Campos, Carlos Estrada, Teresa Serrador, María Esther Podestá. Mercedes Simone dobla a Olga Zubarry en el tango Yira, yira. 1958 Los dioses ajenos – PRODUCCIÓN D´AN FRAN – D: Román Viñoly Barreto. G: Hugo Moser. F: Ricardo Younis. (AC y AS). M: Waldo de los Rios. Mtj: José Serra. Intérpretes: Olga Zubarry, Enrique Fava, Félix Chilliguay y actores no profesionales de Tilcara. 1959 El candidato – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – D: Fernando Ayala. G: Ayala y David Viñas. F: Américo Hoss (Visión Panorámica). M: Virtú Maragno. E: Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal. Intérpretes: Olga Zubarry, Duilio Marzio, Alfredo Alcón, Guillermo Battaglia, Héctor Calcagno, Julián Bourges y las actuaciones especiales de Iris Marga y del primer actor de la Comedia Nacional Uruguaya Alberto Candeau. En la vía (no estrenada en cines) – D: Alberto Du Bois. G: Aníbal Pastor y Manuel Rojas Intérpretes: Olga Zubarry, Ernesto Báez, Juan Carlos Altavista, Francisco López Silva, Mario Casado, Carlos Gómez. 1960 Las furias – Producción CATRANO CATRANI – D y G: Vlasta Lah basada en la obra homónima de Enrique Suárez de Deza. F: Julio Lavera. M: Astor Piazzolla. E: Otilia de Castro. Mtj: José Cardella y Oscar Esparza. Intérpretes: Olga Zubarry, Mecha Ortiz, Elsa Daniel, Aída Luz, Alba Mugica. Y con Guillermo Bredeston. Todo el año es Navidad – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Román Viñoly Barreto G: Horacio S. Meyrialle. F: Antonio Merayo. M: Tito Ribero. E: Emilio Rodríguez Mentasti. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Raúl Rossi, Pepita Serrador, Leonardo Favio, Nelly Meden Ricardo Castro Ríos, Olga Zubarry, Carlos Estrada, Elcira Olivera Garcés 1961 Hijo de hombre/Chóferes del Chaco/La sed – Coproducción hispano-argentina entre ARGENTINA SONO FILM y SUEVIA FILMS – D: Lucas Demare. G: Augusto Roa Bastos según su novela Hijo de hombre. F: Alberto Etchebehere. M: Lucio Demare. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Francisco Rabal, Olga Zubarry, Carlos Estrada, Jacinto Herrera, Dora Ferreyro, Rodolfo Onetto, Vicente Ariño, Alberto Rinaldi, Adolfo García Grau. 1962 Misión 52 (no exhibida en cines) – Producciones BÁRCENA – LUGONES. D: Mario C. Lugones. G: Reynaldo Tettamanti. F: Alfredo Traverso. M: Tito Ribero. Mtj: José Serra. Intérpretes: Olga Zubarry, Lautaro Murúa, Ricardo Castro Ríos, Ubaldo Martínez, Alberto Barcel. 1963 Proceso a la ley/Proceso a la conciencia (no exhibida en cines) – Coproducciòn hispanoargentina entre PRODUCCIONES JUAN TESTA y PICASA FILM – D: Agustín Navarro. G:
  • 27. 27 Antonio Vich y A. Sánchez Campoy sobre argumento de Navarro. F: Américo Hoss. M: Jorge López Ruiz. E: Germán Gelpi. Mtj: Antonio Ripoll y Gerardo Rinaldi. Intérpretes: Olga Zubarry, Antonio Vilar, Eduardo Rudy, Conchita Núñez, Guillermo Battaglia, Luis Rodrigo, Carmen Llambí. 1965 Los guerrilleros – Producciones HUINCUL – D: Lucas Demare. G: Demare y Sixto Pondal Ríos. F: Mario Pagés. M: Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Arturo García Buhr, Bárbara Mugica, José María Langlais y la actuación especial de Olga Zubarry, Luis Medina Castro, Marilina Ross, Ignacio Quirós y la gentil colaboración de Ernesto Bianco. Ahorro y préstamo…para el amor – Producción Jorge Isa y Carlos Noceti para NECAR – D: Leo Fleider G: Carlos Alberto Orlando. F: Julio Lavera. M: Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj: José Serra. Intérpretes: Olga Zubarry, Pedro Quartucci, Inés Moreno, Ricardo Bauleo, Enrique Kossi, Maurice Jouvet, Romualdo Quiroga. 1968 Asalto a la ciudad (filmada en 1961) – Producción David Yohai Varón para PRODUCCIONES CYRAC. D: Carlos Cores. G: Guillermo Haro, Juan Martínez y J. C. Márquez (h) (seudónimo de Carlos Cores). F: Alfredo Traverso M: Juan Ehlert. E: Ana María Gallazo. Mtj: Ricardo Rodríguez Nistal. Intérpretes: Carlos Cores, Juan José Míguez, Ignacio Quirós, Luis Tasca, Sergio Renán, Guillermo Battaglia, Santiago Gómez Cou, Nathán Pinzón, José Comellas y las actuaciones especiales de Olga Zubarry, Aída Luz y Elizabeth Killian. Amor y un poco más (no exhibida en cines) – Producciones FARINA – D: Derlis María Beccaglia. G: Gius. Intérpretes: Atilio Marinelli, Elsa Daniel, Gilda Lousek, Fernando Siro, Olga Zubarry; Marcela López Rey, Vicente Rubino, Enzo Viena. NOTA: Esta película comenzó a ser rodada por Hugo Moser pero luego de Fernando Siro, tampoco Beccaglia pudo hacer nada para compaginarla correctamente. Está basada en el éxito televisivo Matrimonios y algo más. 1969 Corazón contento/Somos novios – Coproducción argentino-mexicana entre ARGENTINA SONO FILM y ORO FILMS – D: Enrique Carreras. G: Ariel Cortazzo y Julio Porter según idea de Diego Santillán. F: Antonio Merayo. M: Tito Ribero. E: Emilio Rodríguez Mentasti. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Palito Ortega, Angélica María, Armando Manzanero, Raúl Rossi, Fidel Pintos, Mario Sapag y la participación especial de Olga Zubarry. Invasión – Producción PROARTEL – D: Hugo Santiago. G: Jorge Luis Borges y Santiago sobre argumento de Borges y Adolfo Bioy Casares. F: Ricardo Aronovich y la secuencia de Ezeiza a cargo de Adelqui Camusso. M: Edgardo Cantón. E: Leal Rey. Mtj: Oscar Montauti y Alberto Yaccelini Intérpretes: Olga Zubarry, Lautaro Murúa, Juan Carlos Paz, Roberto Villanueva, Martín Adjemián, Oscar Lito Cruz, Leal Rey, Juan Carlos Galván, Hedy Crilla, Claudia Sánchez. 1970 El hombre del año – RAFAEL COHEN PRODUCCIONES CINEMATOGRÁFICAS – D: Kurt Land G: Nicolás Sarquís y Jordán de la Cazuela según obra El señor Donat se niega a morir de Bella Collar. F: Oscar Melli (EC) M: Alberto Núñez Palacios. E: Miguel Ángel Lumaldo. Mtj: Vicente Castagno. Intérpretes: Alberto Olmedo, Olga Zubarry, Fidel Pintos, Javier Portales, Ricardo Castro Ríos,
  • 28. 28 Norma Pons, Nené Morales, David Llewellyn. 1972 Mi hijo Ceferino Namuncurá – Producción SELECCIONES SCA – D: Jorge Mohaied. G: Ulyses Petit de Murat. F: Oscar Melli (EC). M: Horacio Malvicinio. E: Miguel Ángel Lumaldo. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Olga Zubarry, Luis Medina Castro, Iván Grondona, Jorge Villalba, Ricardo Passano, Luis de la Cuesta y la actuación especial de Jorge Salcedo. El encanto del amor prohibido/Des goûts et des couleurs – Coproducción franco-argentina entre UNITÉ y JUAN BATLLE PLANAS PRODUCCIONES. D: Juan Batlle Planas. G: Batlle Planas y Gustavo Zito Lema. F: Theo Robichet (EC). M: Carlos Franzetti. E: Oscar Garaycochea. Mtj: Oscar Montauti. Intérpretes: Elizabeth Wiener, Olga Zubarry, Sidney Chaplin, Zossimo Bulbuh. 1973 Si se calla el cantor – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Enrique Dawi. G: Emilio Villalba Welsh. F: Aníbal González Paz (EC) M: Horacio Guarany y Horacio Malvicinio. E: Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Horacio Guarany, Olga Zubarry, José María Gutiérrez, Mario Lozano, Héctor Pellegrini, Héctor Tealdi, Raúl del Valle, Luis Medina Castro, Ovidio Fuentes, Jorge de la Riestra. 1974 La Mary – Ricardo Tomachewski y Guillermo Cervantes Luro para GLOBUS BAIRES – D: Daniel Tinayre. G: José Martínez Suárez, Augusto Giustozzi sobre novela homónima de Emilio Perina. F: Miguel Rodríguez (EC) M: Luis María Serra. E: Saulo Benavente Mtj: Antonio Ripoll. Intérpretes: Susana Giménez, Carlos Monzón, Alberto Argibay, Luis Medina Castro, Dora Baret, Teresa Blasco, Juan José Camero, María Rosa Gallo y la actuación estelar de Olga Zubarry. 1975 Las procesadas – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Enrique Carreras. G: José Dominiani. Adaptación: César Tiempo y Ulyses Petit de Murat. F: Antonio Merayo (EC). M: Tito Ribero. E: Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mercedes Carreras, Susana Rinaldi, Olga Zubarry, Leonor Manso, Myriam de Urquijo, Golde Flami, Alberto Argibay, Juan Carlos Altavista, Bettiana Blum, Rodolfo Onetto. 1976 Los chicos crecen (rodada en 1974) – Producción CINEMATOGRÁFICA VICTORIA – D: Enrique Carreras. G: Alfredo Ruanova y Augusto Giustozzi según obra teatral homónima de Darthés y Damel. F: Antonio Merayo (EC). M: Tito Ribero E: Álvaro Durañona y Vedia Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Luis Sandrini, Susana Campos, Eduardo Rudy, Olinda Bozán, Marcelo Marcote, Gabriela Toscazo, María Esther Gamas, Beba Bidart y la participación especial de Olga Zubarry. NOTA: Se trata de la remake del film homónimo de Carlos Hugo Christensen, 1942 1977 La nueva cigarra – Producción REY FILMS CINEMATOGRÁFICA (Toto Rey) – D: Fernando Siro. G: José Dominiani, Siro y Oscar Viale según novela de Dante Sierra La cigarra no es un bicho. F: Aníbal Di Salvo (EC). M: Raúl Parentella E: Jorge Marchegiani y Pablo Olivo Mtj: Remo Chiarbonello. Intérpretes: Olga Zubarry, María Aurelia Bisutti, Alberto Martín, Ernesto Bianco, Gogó Andreu, Toco Gómez, Virgilio Galindo, Ricardo Darín, Claudia Cárpena, Olinda Bozán.
  • 29. 29 Nota. Se trata de la remake del film de Daniel Tinayre La cigarra no es un bicho, 1963 Crecer de golpe – PRODUCCIONES AMERICANAS S.A. – D: Sergio Renán G: Renán y Aída Bortnik según novela de Haroldo Conti Alrededor de la jaula F: Leonardo Rodríguez Solís (EC) M: Rodolfo Mederos E: Miguel Ángel Lumaldo Mtj: Miguel Pérez. Intérpretes: Ubaldo Martínez, Julio César Ludueña, Cecilia Roth, Carmen Vallejos, Ulises Dumont, Calígula, Elsa Berenguer, Osvaldo Terranova y las actuaciones especiales de Miguel Ángel Solá, Tincho Zabala y Olga Zubarry. 1978 Mi mujer no es mi señora/Mi marido no funciona – Coproducción hispano-argentina entre CONSTAN FILM y ARIES CINEMATOGRÁFICA – D y G: Hugo Moser según obra teatral de José Dominiani ¿Será virgen mi marido? F (EC): Víctor Hugo Caula. M: Buddy Mc. Cluskey. E: Oscar Piruzanto. Mtj: Carlos Julio Piaggio. Intérpretes: Alberto Olmedo, Nadiuska, Joe Rigoli, Adriana Parets, Pata Villanueva, Emilio Vidal, Camila Perisé y la actuación especial de Olga Zubarry. NOTA: La obra de Dominiani es copia del vaudeville francés Compartiment pour dames seules de Maurice Hennequin y Albert Mitchell. Como tal había sido rodado ya dos veces en Argentina. En 1939 bajo el título de Mi suegra es una fiera (Luis Bayón Herrera) y en 1953 como Suegra último modelo (Enrique Carreras). 1980 Desde el abismo – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – D: Fernando Ayala. G: Eduardo Gudiño Kieffer y Ayala según la novela de Teresa Gondra Desde la séptima tiniebla. Memorias de una alcohólica F: Víctor Hugo Caula (EC) M: Oscar Cardozo E: Emilio Basaldúa Mtj: Carlos Julio Piaggio Intérpretes: Thelma Biral, Alberto Argibay, Raúl Rizzo, Adriana Parets, Boy Olmi, Néstor Hugo Rivas y la actuación especial de Olga Zubarry. 1982 Los pasajeros del jardín – Fernando Marín para TRASMUNDO FILMS – D: Alejandro Doria. G: Doria y Juan Carlos Cernadas Lamadrid según novela homónima de Silvina Bullrich. F: Juan Carlos Desanzo (EC) M: Alejandro Lerner E: Eugenio Zanetti Mtj: Silvia Ripoll. Intérpretes: Graciela Borges, Rodolfo Ranni, Alfonso de Grazia, María Leal, Arturo Bonín y las actuaciones especiales de Olga Zubarry y Luisa Vehil ¿Somos? – NOGALES PRODUCCIONES – D. Carlos Hugo Christensen G: Christensen y Eduardo Gudiño Kieffer según su cuento Si no vino es porque no vino. F: Aníbal González Paz (EC) M: Astor Piazzolla Mtj: Guillermo Romano Intérpretes: Jorge Martínez, Silvia Kutica, Nicolás Frei, Elvia Andreoli, Amalia Bernabé, Jorge Sassi y la actuación especial de Olga Zubarry. 1984 Los tigres de la memoria – Eduardo Douglas Di Fiore para DI MAR CINEMATOGRÁFICA – D: Carlos Galettini y Carlos A. Martín. G: Galettini y Juan Carlos Martelli sobre novela homónima de este último. F: Arsenio Rinaldo Pica (EC) M: José Luis Castiñeira de Dios E: Miguel Paradiso Mtj: Enrique Muzio Intérpretes: Alberto de Mendoza, Olga Zubarry, Carlos Carella, Carlos Muñoz, Raúl Parini, Gigí Ruá, Boy Olmi, Hugo Caprera, Max Berliner. NOTA: Zubarry inició juicio a la productora por cuestiones de cartel. En el contrato figuraba que su nombre iba antes del título. El pleito se arregló fuera de Tribunales. 1985 Luna caliente – Francisco Celequine para FRANK PRODUCCIONES – Coproducción con PELMEX de México, a cargo de la distribución en América. D: Roberto Denis. G: José Pablo
  • 30. 30 Feinmann según la novela homónima de Mempo Giardinelli. F: Miguel Rodríguez (EC) M: Lito Nebbia E: Ponchi Morpurgo Mtj: Luis César D´Angiolillo. Intérpretes: Federico Luppi, Humberto Zurita, Olga Zubarry, Manuel Ojeda, Elsa Berenguer, Cristina Banegas, Noelle Blanfour, Enrique Kossi, Marcos Woinsky. Contar hasta diez – OSCAR BARNEY FINN PRODUCCIONES – D y G: Oscar Barney Finn F: Juan Carlos Lenardi (EC) M: Luis María Serra E: Alfredo Iglesias Mtj: Julio Di Risio Intérpretes: Oscar Martínez, Héctor Alterio y Arturo Maly con María Luisa Robledo, Eva Franco, Julia von Grolman, Arturo Puig, Selva Alemán, María José Demare, Olga Zubarry. China Zorrilla. Arturo Bonín, Elena Tasisto, Osvaldo Bonet, Susana Lanteri. 1986 En busca del brillante perdido – MARCO PETRUCCI PRODUCCIONES – D: Sergio Móttola. G: Gustavo Ghirardi F: Jorge Pizzi (EC) M: Emilio Kauderer E: Carlos T. Dowling Mtj: Darío Tedesco y Remo Chiarbonello. Intérpretes: Juan Ramón, Sonia Rivas, Ricardo Bauleo, Franco Neri, Juan Carlos Galván, Elsa Berenguer y la actuación especial de Olga Zubarry. El fuego del pecado/El Inquisidor de Lima (rodada en 1974) – Coproducción argentino peruana entre MARLO CINEMATOGRÁFICA e INDUSTRIA ANDINA DEL CINE – D: Bernardo Arias G: Gustavo Ghirardi F: Pedro Marzialetti (EC) M: Tito Ribero E: Robert Reid Mtj: Remo Chiarbonello. Intérpretes: Duilio Marzio, María Aurelia Bisutti, Elena Sedova, Hernando Cortés, Guillermo Campos, Ruth Razzetto y la actuación especial de Olga Zubarry. 1998 Plaza de almas – Producción Fernando Díaz-INCAA – D y G: Fernando Díaz. F: Abel Peñalba. M: Luis Robinson. Mtj: Luis César D´Angiolillo. Intérpretes: Olga Zubarry, Norman Brisky, Alejandro Gancé, Vera Fogwill, Roly Serrano, Villanueva Cosse, Roberto Carnaghi, Guadalupe Martínez Uría. ssff Thelma Biral. NOTA: Thelma Biral no quiso figurar en los títulos sino en los agradecimientos debido a que consideró que su rol era muy breve. FILMOGRAFÍA EN ESPAÑA 1962 A hierro muere – Coproducción hispano-argentina entre HALCÓN PC y ARGENTINA SONO FILM - D: Manuel Mur Oti. G: Enrique Llovet según novela de Luis Saslavsky. F: Manuel Berenguer. M: Isidro Maiztegui y Miguel Asins Arbos. E: Antonio Simont y Julio Molina. Intérpretes: Olga Zubarry, Alberto de Mendoza, Luis Prendes, Eugenia Suffoli, Manuel Dicenta, Jorge Vico, Ana María Noe. FILMOGRAFÍA EN PARAGUAY 1959 La sangre y la semilla – Coproducción paraguayo-argentina Benjamín Bogado para BB. D: Alberto Du Bois. G: Halley Mora y Augusto Roa Bastos. F: Luis Galán de la Tierra. M: Herminio Giménez. Mtj: Rosalino Caterbetti. Intérpretes: Olga Zubarry, Roque Centurión Miranda, Carlos Gómez, Romualdo Quiroga, José Guisone, Celia Elis FILMOGRAFÍA EN VENEZUELA 1951
  • 31. 31 Yo quiero una mujer así – Producción BOLÍVAR FILMS – D: Juan Carlos Thorry. Intérpretes: Olga Zubarry, Francisco Álvarez, Amador Bendayán, Héctor Monteverde, Luis Salazar, Pura Vargas. . . . . . “ .