Análisis interpretativo de la obra de Jhon Boyne

1. Liceo de Atenas Español Secciones 8 -1, 8 – 2 y 8 - 3
Profesora Ivannia Campos C.
Estudiante: ____________________________________________
Biografía Jhon Boyne
Escritor irlandés, John Boyne es conocido principalmente por su novela El niño del pijama a rayas, obra
que fue adaptada con gran éxito al cine en el año 2008.
Boyne comenzó su carrera literaria todavía en su fase como estudiante en el Trinity College de Dublín y
logró publicar su primera novela, El ladrón del tiempo, en el año 2000, además de aparecer en varias
antologías de prestigio gracias a sus cuentos y relatos cortos. Tras seis novelas publicadas ha alcanzado
un contundente éxito que le ha permitido dedicarse a la literatura a tiempo completo.
El éxito le llego en 2006 con El niño del pijama a rayas, que logró dar el salto al mercado internacional
siendo traducido a más de 40 idiomas y con más de 5 millones de ejemplares vendidos en todo el
mundo.
La obra de Boyne se dirige tanto a los jóvenes como a los adultos. Boyne, entre otros premios, ha
recibido galardones como el Curtis Brown, el IMPAC, el Irish Novel of the year y también el Qué Leer a
la mejor novela extranjera.
La obra “El niño con el pijama de rayas” realiza una
serie de referencias al periodo histórico conocido como “Holocausto” durante la II Guerra
Mundial. Al respecto, el espacio físico mencionado: Auschwitz ha obtenido en las páginas
de la historia una connotación de horroroso genocidio.
Situado a unos 43 km al oeste de Cracovia, fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo,
donde se calcula que fueron asesinados entre 1,5 millones y 2,5 millones de personas, la gran mayoría
de ellas judías, además de eslavos, prisioneros de guerra, además de medio millón por enfermedades y
hambre.
En la puerta de entrada a uno de los diversos campos que componían el complejo (Auschwitz I) se
puede leer el lema en alemán Arbeit macht frei (el trabajo hace libre) con el que eran recibidos los
deportados por las fuerzas SS que custodiaban el centro durante el periodo de funcionamiento, desde su
apertura en mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético.
Bajo la dirección superior de Heinrich Himmler, el oficial SS Rudolf Höss fue su director hasta el verano
de 1943.
En 1941 se construyó el que más tarde se llamaría KL Auschwitz II-Birkenau, este ocupaba una
extensión de 175 hectáreas con más de 300 barracas . En Agosto de 1944 el total de presos en este
campo se acercaba a los 100.000 personas. En el campo faltaba agua, las condiciones higiénico-
sanitarias eran deplorables y todos los rincones estaban invadidos por ratas. En Birkenau, los nazis
construyeron la mayoría de las instalaciones utilizadas en el exterminio. En este campo fue donde
realmente se masacró a los presos, que la mayoría ya no llegaba a ser presos, ya que al llegar el tren a
la plataforma se seleccionaban entre aptos para el trabajo y no aptos, entre estos últimos estaban los
niños, los viejos y enfermos. Estos pasaban directamente a las cámaras de gas. La mayoría de los
prisioneros llegaba al campo en tren, con frecuencia después de un terrible viaje en vagones de carga
que duraba varios días, durante el que no se les facilitaba comida ni agua. A partir de 1944 se extendió
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la vía del tren para que entrara directamente al campo. Algunas veces, al llegar el tren, los prisioneros
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eran pasados directamente a las cámaras de gas. En otras ocasiones, los nazis seleccionaban

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prisioneros, frecuentemente bajo la supervisión del Dr. Josef Mengele,
para ser enviados a campos de trabajo o para realizar experimentos.
Aquellos que resultaban seleccionados para el exterminio eran
trasladados a uno de los grandes complejos de cámaras de
gas/crematorio hacia los extremos del campo. Tenían instalaciones
subterráneas, una sala para desvestirse y una cámara de gas con
capacidad para miles de personas. Para evitar el pánico, se les informaba
a las víctimas que recibirían allí una ducha y un tratamiento
desinfectante. La cámara de gas incluso tenía tuberías para duchas, si bien nunca fueron conectadas al
servicio de agua. Se les ordenaba a las víctimas que se desnudaran y dejaran sus pertenencias en el
vestidor, donde supuestamente las podrían recuperar al final del tratamiento, de manera que debían
recordar el número de la ubicación de sus pertenencias. Una vez sellada la entrada, se descargaba el
agente tóxico Zyklon B por las aperturas en el techo. Una vez arrojado el Zyklon B se esperaba unos 25
minutos y se observaba en una mirilla la ausencia de actividad, se procedía a evacuar y ventilar el
recinto y se retiraban los cuerpos a un sector para una revisión final. En esta revisión se les extraían los
dientes postizos de oro, anillos, pendientes u otros objetos y se revisaban los orificios corporales en
busca de joyas. Una vez revisados, los cuerpos eran llevados a una sala de hornos o crematorios anexa
por prisioneros seleccionados donde eran quemados.
Después de la guerra, los rusos detuvieron a la mayoría del personal del campo de concentración de
Auschwitz. Éstos fueron juzgados por las autoridades rusas o entregados a las Cortes Judiciales polacas.
Los niños varones, a los que la S.S. perdonaba la vida, se convertían
primero en aprendices de albañil en la construcción de los crematorios
en Birkenau. Ya que la alimentación no era suficiente para realizar estos
trabajos tan duros, sufrían de desnutrición. En 1943, concluidos
los trabajos en Birkenau, los muchachos de la “escuela de
albañilería” fueron trasladados a Auschwitz I, donde fueron
asesinados, junto a otros niños, inyectándoles fenol. Algunos niños
se encontraban de continuo en el campo, en los bloques y en los
comandos de trabajo, donde tenían que ejercer de peones. Algunos
kapos alemanes abusaban de los muchachos para satisfacer sus instintos más perversos, agravados por
su larga estancia en el campo.
Los niños, al igual que los adultos, estaban en los huesos, sin músculos y sin grasa, y la piel fina, se
desollaba en todas partes sobre los huesos duros del esqueleto, inflamándose y convirtiéndose en
heridas ulcerosas. La sarna cubría por completo sus cuerpos desnutridos, extrayéndoles toda su energía.
Las bocas estaban carcomidas por profundas úlceras de noma, que ahuecaban las mandíbulas y
perforaban las mejillas como un cáncer.
La obra “El niño con el pijama de rayas” hace referencia a acontecimientos históricos acaecidos durante
la II Guerra Mundial, es esencial tener un panorama general sobre los hechos históricos para
identificarlos en la obra y comprender el mensaje de la misma:
 La II Guerra Mundial surge como secuela de la I Guerra Mundial: Alemania no olvida el
resentimiento y humillación de haber perdido la I GM. Por esa razón se presenta un marcado
resentimiento contra Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
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Al respecto en la obra, cuando el Furias se presenta a la casa a
cenar:… -Y también se hablar francés… - ¿Francés? ¿Y para
qué quieres hablarlo? – preguntó el furias, y aquella vez nadie
se rió… “ Pág. 122
 Se lleva a cabo la invasión alemana a Polonia, este hecho es conocido
como la causa inmediata.
En la obra se menciona que Shmuel y su padre provienen de Polonia,
allí fueron arrestados y traídos al campo de concentración: “ – No,
yo soy polaco…Mi madre es maestra en mi escuela y me enseñó alemán – explicó
Shmuel – Ella también habla francés. E italiano. E inglés. Es muy inteligente… -
Polonia –dijo Bruno pensativo… No es tan bonito como Alemania… Nosotros somos
superiores…” Pág. 112
 Entra en boga el antisemitismo: movimiento o actitud contra la religión y cultura del pueblo
judío, así como otros pueblos que hablaban lenguas semíticas como el árabe o el hebreo;
además se atacó a ciertas minorías como los homosexuales y los gitanos. Es importante acotar
que ya desde el siglo XIX la raza aria era considerada como superior por su físico, carácter e
inteligencia; sin embargo, en este momento histórico se consolida la teoría de la Eugenesia o
creencia en la perfección de la raza humana; por esta razón al llegar los Nazis al poder se
aprobó una nueva legislación en la que se promovía la “marcación” de los judíos (estrella de
David y número tatuados) y a partir de ahí una serie de atrocidades en las cuales se menoscabó
todo derecho fundamental del ser humano.
En la obra se manifiesta que Shmuel aparte de sus ropas características de los prisioneros de
Auschwitz : “En el brazo llevaba un brazalete con una estrella”. Pág. 107
Además se menciona cómo Pavel y los otros judíos que sirven en casa de Padre deben
manifestar un respeto servil a los alemanes, constantemente son humillados y maltratados.
Aunque no se menciona que Padre agreda a los judíos parece que es una situación que evita
hacer frente a su familia solamente, queda muy claro, en la obra, que él es el jefe a cargo de las
operaciones en Auschwitz, que el Furias (Hitler) le encomienda personalmente ese “trabajo”:
“Solo podía decir que era un hombre con porvenir y que el Furias tenía grandes
proyectos para él…” Pág. 12 Por esa razón, su posición de genocida es muy evidente, Padre
no evita la agresión a Pavel y adoctrina a sus hijos acerca de la inferioridad de los judíos:
…”Esas personas … bueno, es que no son personas, Bruno” Pág. 57
La obra manifiesta desde la óptica de dos niños los preceptos ideológicos del momento histórico.
El escritor selecciona esta posibilidad narrativa que provoca al lector a adelantarse o interpretar
los acontecimientos narrados; lo que Bruno o Shmuel cuentan con la inocencia que caracteriza a
su corta edad, hace que el lector se estremezca ante la crueldad que se oculta: “-No hay
derecho – dijo Bruno -. No entiendo por qué yo tengo que estar aquí, en este lado de
la alambrada, donde no hay nadie con quien hablar o jugar, mientras que tú tienes
montones de amigos…” Pág. 111
Desde la óptica de Bruno nos sometemos al cuestionamiento de las verdaderas razones por las
cuáles fueron masacradas tantas personas; la obra señala la crueldad e injusticia a la vez que
cuestiona las divisiones sociales creadas por el ser humano; desde la perspectiva de Bruno todos
deberían ser iguales, la diferencia entre los soldados y lo prisioneros era el uniforme; una
vestimenta marcaba la diferencia entre la persona con superioridad y el despojo humano que
merecía el exterminio: “…separada de la casa de él por una alambrada. ¿De verdad
eran tan diferentes?...aquellos pijamas y gorras a rayas… y todas las personas que
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paseaban por su casa…uniformes de diversa calidad… ¿Dónde estaba la diferencia?,
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se preguntó Bruno. ¿Y quién decidía quienes llevaban el pijama de rayas y quiénes
llevaban el uniforme? Pág. 101 – 102
En cuanto a divisiones sociales se refiere la obra privilegia la crítica a la discriminación étnica
pero, además, expone la marcada separación entre niños y adultos, entre hombres y mujeres.
Respecto a la diferencia entre niños y adultos Bruno manifiesta cómo él debe respeto y
obediencia a sus mayores, ellos deciden por él sin tomar en cuenta su opinión aunque ésta sea
más sensata que las decisiones de los adultos: “… estoy harto de oír hablar del trabajo de
Padre!... si ese trabajo significa que tenemos que irnos de casa… creo que Padre
debería replantearse su trabajo…” Pág. 25
Igualmente, el instructor de Bruno, herr Liszt, le adoctrina acerca de lo que él cree es
importante; la geografía y la historia, obviamente desde su perspectiva nazista; por esa razón
desprecia la literatura y el arte porque no son útiles en la estrategia militar: “…Tendré que
quitarte de la cabeza tus libros de cuentos y enseñarte más cosas sobre tus orígenes.
Sobre las grandes injusticias que has padecido.” Pág. 100
En relación con el dominio patriarcal manifiesto, en la obra se expresa cómo la Madre y Abuela
están en contra del viaje a Auschwitz y del trabajo encomendado a Padre; se manifiesta esta
contradicción entre los abuelos que discuten durante una cena; el padre de Ralf manifiesta
orgullo de ver a su hijo ascendido: “…ver cómo ayudas a tu país a recuperar su orgullo
después de las grandes injusticias…” Pág. 94“; la abuela, por el contrario, se entristece y
avergüenza del trabajo encomendado a su hijo; no obstante, el padre (Ralf), como figura central
– dominante actúa acorde con su
pensamiento personal, dando
seguimiento a las órdenes de la gran
figura dominante en la obra:
el Furias, nombre representativo
dado al líder político, representante
esencial de la II Guerra Mundial: Adolf
Hitler.
Precisamente, el nombre Hitler nunca
se menciona en la obra pero sí se
realiza toda una caracterización del
mismo a través de la cual el lector
puede inferir su alusión: “El Furias era mucho más bajo que Padre… el cabello negro,
muy corto, y un bigote diminuto… La dama que estaba a su lado, en cambio, era la
mujer más hermosa que jamás había visto…” Pág. 121 – 122 . Aparte de la
caracterización física, el respeto y verdadero temor que le guardan todos los personajes en la
obra, denuncian al líder político auspiciador de un acontecimiento histórico terrorífico.
A través del inocente relato de Shmuel nos enteramos del proceso de segregación, represión y
aniquilación del pueblo judío. Primero le relata a su amigo cómo en Polonia tuvo que empezar a
usar el brazalete con el signo distintivo del pueblo judío, posteriormente refiere cómo son
obligados a confinarse en un campo de concentración en Cracovia y finalmente narra el
momento en que fueron obligados a subirse a un tren que los trajo a Auschwitz: “…había
demasiada gente en los vagones. Y no se podía respirar. Y olía muy mal… a mi madre
se la llevaron, y a mi padre, a Josef y a mí nos pusieron en las cabañas de allí…” Pág.
130 – 131. Es importante recordar que ante lo relatado por Shmuel desde su visión de ser
reprimido, a su vez es contradicho o no comprendido en totalidad por Bruno, quien pertenece a
la clase social superior; por esa razón, Bruno es a veces injusto, por ejemplo se come parte de lo
que le lleva a su amigo o cree que los que usan pijamas de rayas no se bañan porque no tienen
agua caliente. De la misma manera, la visión que ambos poseen sobre los soldados es
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contradictoria: “- Los soldados buenos no existen – dijo Shmuel… Pues a Padre, por
Página
ejemplo. Por eso lleva un uniforme tan bonito…”Pág. 140

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En la obra se describe a los soldados como personas sumamente crueles y deseosos de
demostrar su supuesta superioridad y poder, probablemente, uno de los personajes más
representativos es Kotler quien desdeña a Bruno a pesar de ser el hijo de su superior y quien no
pierde oportunidad para gritar y maltratar a Pavel y Shmuel cuando se encuentran en casa de
Padre: “Asimismo, Bruno recordaba el día que un perro se acercó a la alambrada y se
puso a ladrar: cuando lo oyó Kotler fue derecho hacia el animal y le pegó un tiro…”
Pág. 162
A través del personaje de Kotler se insinúa además la seducción tanto en relación con Gretel
como con Madre, parece que esa es la razón de su repentina asignación a otro sitio: “…al
teniente Kotler lo habían destinado a otro sitio… y aquel día Padre y Madre habían
mantenido una acalorada discusión a altas horas de la noche…” Pág. 177
Conforme avanza la obra se representan situaciones conflictivas en la familia de Bruno; la madre
no desea mantenerse en Auschwitz, riñe con su esposo y la infestación de piojos se convierte en
“la gota que derrama el vaso”. Progresivamente, Bruno se aleja de su familia y se involucra en su
amistad con Shmuel, ya no añora como al principio, Berlín, ni a sus amigos, de quienes incluso
olvida sus nombres. El anuncio del regreso a Berlín genera sufrimiento a Bruno quien desea
literalmente eliminar la alambrada que lo separa de su amigo y dedicarse a jugar y compartir
más con él.
En definitiva, uno de los temas centrales de la obra es la amistad; ésta surge en un contexto
adverso y entre dos personas que pertenecen a mundos opuestos; emblemáticamente esta
amistad sincera se manifiesta entre niños, seres que no tienen prejuicios y que no comprenden
las dimensiones reales de lo que sucede a su alrededor.
Por esa razón, Bruno decide ayudarle a su amigo a buscar a su padre “desaparecido”; no desea
faltarle a su promesa pues su amistad ya había tenido una dificultad cuando Bruno negó a
Shmuel en frente de Kotler; en ese momento Bruno debía ser leal y lo fue; a pesar del desagrado
y temor que progresivamente le infundió el campo de concentración, Bruno se mantuvo junto a
su amigo y se acompañaron mutuamente en el momento de su muerte. La imagen final que
tiene el lector es la de los niños tomados de la mano, enfrentado la muerte: “Y entonces la
larga habitación quedó a oscuras. Pese al caos que se produjo, de algún modo Bruno
logró seguir sujetando la mano de Shmuel; no la habría soltado por nada del mundo.”
Pág. 213.
De esta manera, la muerte de Bruno es una especie de ajusticiamiento, a través del cual, Padre
purga, en parte, por el sufrimiento del cual fue artífice. El dolor por la muerte de un hijo es
insuperable; más aún cuando el culpable fue el propio progenitor quien dirigió y tomó parte del
exterminio de miles de personas. Precisamente, el mismo método con el cual asesinó a sus
víctimas es el método aplicado en la muerte de su hijo. Bruno es una más de las víctimas
innecesarias de la guerra: “Después de aquello, nada volvió a saberse de Bruno…Unos
meses más tarde, llegaron otros soldados a Auschwitz y ordenaron a Padre que los
acompañara, y él fue sin protestar y se alegró de hacerlo porque ya no le importaba
lo que le hicieran.” Pág. 215 – 216.
La historia concluye como empezó: en un contexto de muerte y
sufrimiento, ciertamente, la historia de la humanidad está plagada de
injusticia, son muchos los ejemplos de personas que han querido
encontrar en un supuesto de superioridad la justificación para denigrar
y explotar a sus iguales. Dicen que “quien no conoce su historia
está destinado a repetirla”. Esperemos que el conocimiento del
genocidio ocurrido durante la II Guerra Mundial y en otros procesos
históricos contribuya a generar sociedades cada vez más justas en las
cuales se practique la equidad entre seres humanos.
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