2. Existirían dos tipos de cerebros:
del hombre y de la mujer.
Los procesos emocionales que
influyen sobre la memoria son
diferentes en hombres y mujeres.
Se observa un modo distinto de
reaccionar de cada uno ante el
mismo hecho, las zonas
cerebrales que se activan en el
hombre y en la mujer son
diferentes.
Se observa mayor asimetría
cerebral derecha e izquierda en el
lóbulo temporal en hombres que
en mujeres.
El hipocampo (estructura situada
en el lóbulo temporal) se observa
de mayor tamaño en hombres.
3. Lo que saben hasta ahora los
neurocientíficos es que las
diferencias que existen entre los
cerebros de hombres y mujeres se
deben al hipotálamo. El
hipotálamo está involucrado en el
control de la ingestión de
alimentos y el deseo sexual, entre
otras cosas.
Partes del lóbulo frontal, donde se
regulan las funciones de toma de
decisiones y resolución de
problemas, era proporcionalmente
más grande en las mujeres.
También se encontraron
diferencias en la corteza límbica,
que regula las emociones, y que
era más grande en el cerebro de
las mujeres.
4. La depresión afecta
más a mujeres que a
hombres (se cree que
es por la serotonina).
Los niños son más
propensos que las
niñas a sufrir autismo,
síndrome de Tourette,
dislexia, trastorno por
déficit de atención y
esquizofrenia.
5. En las mujeres se encuentran
más conexiones entre regiones
que asumen tareas
emocionales y racionales. En
la mujer lo emocional y lo
racional se encuentra más
unido.
En el hombre los procesos
emocional y racional discurren
más separados.
El funcionamiento emocional a
lo largo de la vida en la mujer
es más variable.
En el hombre la consistencia
emocional a lo largo de la vida
es menos flexible.
6. En los hombres el sentimiento de
soledad se mantiene en el pasado
y en el presente. Además, a las
emociones de seguridad y orgullo
en el pasado se unen en el
presente las de atrevido e
intrépido, que podrían
considerarse muy ligadas a las
primeras. La única variación que
puede observarse es la
desaparición en el presente del
sentimiento de estar asqueado de
sí mismo que matiza su pasado.
En resumen, puede decirse que
los hombres mantienen un estado
emocional bastante estable a lo
largo de su vida, caracterizado por
sentimientos de soledad,
seguridad y orgullo.
7. 1.Superar su orgullo
masculino para aprender de
su parte femenina.
2.Pedir protección y ayuda
cuando sienta miedo o
tristeza.
3.Ser más tiernos.
4.Involucrarse más en su
crecimiento como persona.
5.Perder el miedo a la
mujer, aprendiendo a
descubrir sus emociones
ante ella.
6.Interesarse más sobre
cómo regular sus
emociones.
8. Las mujeres perciben que
su pasado está
impregnado de
emociones positivas
(alegría y felicidad), y en
el presente dominan los
afectos negativos
(inseguridad y tristeza).
Las mujeres, por el
contrario experimentan un
cambio desde las
emociones positivas de
su pasado a otras más
negativas en el presente.
9. Existen diferencias entre los
géneros en función de la edad.
Las mujeres jóvenes tienen una
experiencia del pasado con mayor
afectividad positiva y jovialidad
que las adultas, mientras que en el
presente tienen más afectividad
negativa, miedo y hostilidad.
Los hombres no presentan
diferencias importantes en función
de los grupos de edad en el
pasado.
En las mujeres se modifica más su
vida emocional que en los
hombres, no sólo cuando se
comparan con éstos últimos, sino
cuando se comparan las mujeres
jóvenes con las adultas.
10. Para una mujer, el mundo es
continuo. Incluso cuando siente
placer, cuando está haciendo el
amor, el resto del mundo continua
existiendo. En cambio, el hombre,
sabe desconectarse del resto,
dejar a un lado sus
preocupaciones, su trabajo, sus
dudas...
Durante la ovulación, periodo de
fertilidad, la mujer siente más
deseo, a causa de las hormonas.
Lo mismo puede ocurrirle a ciertas
mujeres, antes de tener la
menstruación. En cambio, el
deseo sexual del hombre es
estable, constante.
Un hombre desea a una mujer que
encuentra guapa... y deseable.
Una mujer desea a un hombre que
la desea y que sabe decírselo. Las
palabras de amor y de deseo son,
para la mujer, un poderosísimo
carburante para aumentar el
deseo.
11. Si una mujer dice a su
hombre: "no, esta noche no
tengo ganas", él puede
sentir cierta decepción, pero
lo encontrará normal. Es
una mujer y las mujeres
dicen a menudo no. En
cambio, si un hombre dice
"no, hoy no me apetece",
ella lo va a encontrar
anormal. La mujer se siente
mal. Mal amada, no
deseada, puede que nunca
más le vuelva a pedir hacer
el amor.
El hombre cuanto menos
haga el amor, más placer
sentirá. La mujer, cuanto
más hace el amor, más
placer sentirá.
12. La mujer siente orgasmos
múltiples, y el hombre no.
El hombre, después del
orgasmo, pasa por un
periodo refractario:
imposible de sentir deseo o
placer, o de tener una
erección.
Numerosas mujeres no
tienen en absoluto este
periodo refractario. Pueden
volver a hacer el amor en
seguida.
Las zonas de placer en la
mujer pueden afectar a todo
el cuerpo.
El orgasmo fatiga al hombre
y despierta a la mujer.
13. El orgasmo masculino es
necesario para la reproducción,
el de la mujer no.
El hombre expresa sus
emociones por los actos (si
me quieres demuéstramelo) y
la mujer a través de las
palabras.
En el hombre, es sexo es la
llave que le abre a las
emociones.
En la mujer, la emoción es la
llave que conduce al sexo.
El hombre posee un pudor
emotivo, la mujer un pudor
físico.
La mujer despierta fácilmente
sus emociones del pasado. El
hombre pierde fácilmente la
memoria.
14. 1.Hablar con claridad, yendo al
grano y sin hacernos las
víctimas.
2.Ser más nobles, menos
retorcidas, sin analizar
demasiado a los demás.
3.Gestionar aquellas
emociones que, debido a
nuestra educación y por motivo
de nuestro sexo, las tenemos
más reprimidas como, por
ejemplo, la rabia. En este
sentido, una de las tertulianas
comentó que la rabia había
que expresarla a través de las
manos, los pies y la boca.