En su última alocución, Salvador Allende condena el golpe militar en Chile el 11 de septiembre de 1973. Denuncia que la Fuerza Aérea bombardeó las estaciones de radio y que oficiales militares que habían jurado lealtad al gobierno ahora se han autonombrado para derrocarlo. Allende afirma que no renunciará y pagará con su vida por su lealtad al pueblo chileno.