1. EL PARO JUVENIL Y LA NUEVA
EMIGRACIÓN EN EUROPA
España se ha caracterizado por tener una historia de emigración. Ya a
mediados del siglo XX miles de españoles partieron de la madre patria en
busca de mejores oportunidades. Con el pasar de los años, y la consolidación
económica del país, resultaba impensable volver a revivir esa realidad, pero
la crisis económica de hoy en día ha terminado por acelerar un proceso que
parecía obvio: La migración de jóvenes españoles.
La situación que está deparando la crisis económica en España y la
repercusión de ésta en la tasa de paro, está llegando a extremos casi
dramáticos. Las políticas de austeridad, la falta de empleo y las malas
condiciones laborales de nuestro país están llevando a muchos jóvenes de
nuestro país a optar por la vía de la emigración, viéndose en la necesidad de
forjarse un futuro fuera de las fronteras españolas.
El paro juvenil es una lacra para la sociedad española que se ve incapaz de
ofrecer a este núcleo poblacional una esperanza de solución. Muchos de
estos jóvenes, universitarios con estudio superiores, se muestran
frustrados en un país donde no tienen perspectivas de futuro.
La emigración juvenil en España es un fenómeno en alza, que se ha
convertido en la mejor vía de escape para poder buscar un futuro mejor.
Esta profunda crisis no es un síntoma pasajero por el que atraviesa España,
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2. sino una etapa que durará años. El número de jóvenes españoles que emigran
se ha multiplicado por cinco en los pasados siete años.
Los jóvenes españoles tienen que superar enormes barreras para labrarse
un futuro, cuando la tasa de desempleo entre los menores de 25 años supera
el 55%, que ahora viven con sus padres porque no tienen otra opción y que
las salidas del país de jóvenes han crecido un tercio en los últimos años. Y se
dice que el “alivio aún puede tardar años”. El extranjero se alza para ellos
como alternativa laboral.
La materia prima de una nación es la juventud, y España se está quedando
sin ese fundamental recurso. Las consecuencias de este fenómeno con el
tiempo van a significar la falta de fuerza laboral considerable en el futuro.
Y es que la situación del paro juvenil precisa de soluciones a corto plazo
para evitar la nueva emigración. Una emigración que está dejando a España,
ya no sin una base social importante, sino sin un futuro a corto plazo. La
emigración tiene y tendrá repercusiones en todos los aspectos sociales,
dejando huérfano al país del futuro de generaciones y generaciones que se
ven abocadas a huir del país que les vio nacer. El paro y la emigración juvenil
conducen al suicidio del futuro económico de España.
La crisis económica, sus rápidos y perniciosos efectos sobre el empleo, está
afectando de forma especial al segmento de población joven. El desempleo
en esa franja de la sociedad es un serio problema en toda Europa, pero en
España es donde reviste mayor gravedad. En nuestro país, casi la mitad de
los jóvenes están desempleados. Es pronto para evaluar con detalle
suficiente todas las consecuencias, económicas y sociales, que una situación
tal puede generar. Del primer grupo de efectos ya tenemos evidencia en el
aumento de la dependencia familiar, del retraso de la emancipación y en la
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3. constitución de hogares propios. En 2011 más del 44% de los jóvenes entre
16 y 34 años vivían con sus padres, frente al 40,7% en 2005. De las
consecuencias económicas, las más relevantes a medio plazo son los elevados
riesgos derivados de una descapitalización del potencial productivo de gran
parte de esas personas, tanto más dañino cuanto mayor haya sido la
inversión en educación recibida.
El horizonte recesivo en el que seguirá inmersa la economía española no
permite considerar esa situación como pasajera. Por eso es comprensible
que una proporción elevada de los jóvenes desempleados esté dispuesta a
abandonar el país en busca de trabajo. La emigración vuelve a ser una vía de
escape a las muy difíciles condiciones de vida en España, como ocurriera en
los años sesenta del siglo pasado. La crisis ya está obligando a que no solo
salgan los extranjeros que llegaron durante la larga etapa expansiva que
concluyó en 2007, sino que sea creciente el número de trabajadores que
busca oportunidades fuera del país. Es ya un hecho entre aquellos jóvenes
con un grado de cualificación suficiente la búsqueda activa de oportunidades
laborales fuera de nuestro país, especialmente en el centro y norte de
Europa.
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