2. Los tipos de piel cambian con
el tiempo y con los cambios
de temporada. Si usted no
tiene un problema con el
petróleo y no siente que su
piel está seca y tirante, cae
en el rango del tipo de piel
normal. Para mantener la piel
bella, es necesario encontrar
un régimen de cuidado de la
piel. El lavado, la limpieza y
tonificación de la piel por la
mañana y noche, así como
proteger su piel del sol
ayudarán a mantener su piel
en ese rango normal.
3. Tu piel puede resecarse por
muchos motivos, algunos
evidentes y otros no tanto.
Por ejemplo, es común
escuchar que la piel se seca
durante el invierno, pues
mientras el frío aumenta, la
humedad del aire disminuye.
Y así decidas quedarte
dentro de la casa para no
exponer tu piel al intenso
frío, la calefacción y las
estufas o chimeneas de leña,
también contribuyen a
resecar tu piel pues el aire
caliente reduce la humedad.
4. La piel grasa se distingue
por su mayor espesor,
la dilatación de los poros y
el exceso de secreción
sebácea. Si consideramos
su aspecto, resulta untosa,
húmeda y brillante, y se
aprecian con
frecuencia puntos
negros o espinillas, debido
a la tendencia natural a la
formación de impurezas
tan característica de este
tipo de piel.