3. Cazadores de tesoros exploran las aguas cerca de Irlanda, pero la súbita aparición de un
volcán submarino cancela sus planes. Con el navío dañado a causa de la tormenta generada
por el fenómeno, los buscadores desembarcan en una pequeña isla cercana para realizar
reparaciones. La irrupción de un monstruo atrae el terror del poblado, y los líderes de la
expedición - Joe Ryan y Sam Slade - deciden matar a la criatura, a cambio de un pago por
parte de los aldeanos.
4. Pero en el último momento Joe y Sam deciden capturarlo y exhibirlo en Londres, en
donde un circo les hace una generosa oferta. Es en ese momento cuando comienza el
desastre…
5. El argumento no podría estar más visto:
una expedición científica captura un
monstruo antediluviano y lo lleva a Londres
para exhibirlo. A partir de ese momento (tras
una simpática sorpresa familiar que no
revelaremos) nos encontramos con lo de
siempre en las películas del género:
destrucción, caos y transparencias de masas
chillonas y asustadizas. Lo curioso del caso
es que, para variar, no es Tokio sino Londres
la urbe en sufrir los brutales ataques del
gigantesco monstruo. Cosa que alegra.
Siempre es entretenido ver como el Puente de
Londres cae al río.Eugene Lourié fue el autor
de “El monstruo de los tiempos remotos” y
volvió con “Gorgo” a su tema preferido, o
sea, que sólo rodó películas de monstruos
gigantescos-, convirtiéndose ahora en deudor
de influencias orientales.
Esta película no está dotada con la
grandiosidad del colosal Kong, ni la simpatía
y ese afán por entretener de los Godzilla
nipones. Con un guión prototípico a la par
que demencial (por lo bodrioso), unos efectos
de risa (al estilo nipón: hombre dentro del
traje de monstruo) y muchas imágenes de
relleno…
7. “Reptilicus” es algo especial. Es la
repanocha, el acabóse. 81 minutos de
sinrazón, de delirio, ideal para reuniones
con amigotes y juergas cinematográficas.
Decir que es una mala película es poco.
Pero también hay que añadir que si se
puede, hay que verla porque no tiene
desperdicio.
Reptilicus trata de un hombre, el Dr. Otto
Martens, que comete un pequeño error,
involuntariamente provoca que un
dinosaurio destruya Copenhague. Pero
bueno, nadie es perfecto.
8. La historia comienza en la lejana Laponia. Descubren los restos congelados de la cola de un
dinosaurio en perfectas condiciones. Es trasladado a un laboratorio donde es conservado en un
congelador vigilado por… ¡Un momento!, hagamos una pausa. Supongamos que hemos hecho
este descubrimiento de importancia mundial. ¿Qué haríamos para protegerlo? Quizás llamar a las
autoridades locales para pedirles ayuda o, como mínimo, contratar a una empresa privada de
seguridad. ¿Qué es lo que hace el profesor Otto Martens? Contrata al Señor Peterson, que es el
tonto del pueblo, vestido con un peto vaquero y una camisa de cuadros. Una mala imitación de
Jerry Lewis a la danesa.
Llega la noche y el doctor Peter Dalby entra en la nevera a recoger una muestra del espécimen
(sin guantes ni nada… Sólo con un bisturí para cortar un filetillo del bicho)… ¡Y se deja la puerta
abierta al salir! ¿Qué pasa? Que se descongela.
9. …Ahí comienza la desgracia… El reptil comienza a
regenerarse. Se forma un equipo de científicos y
expertos y se da una rueda de prensa para dar a
conocer tan sorprendente hallazgo para la
humanidad. En la sala de prensa hay 15 personas
contando expertos, periodistas y la hija del
profesor que está en medio de todos los planos,
no sabemos porqué…
El dinosaurio sigue creciendo y… Bueno, no vamos
a seguir destripando la película. Sólo añadir que
es una dirección pésima, el bicho es horroroso, los
efectos especiales deleznables, las
interpretaciones son malas, y la historia es
delirante a más no poder. Y el final,… Es increíble.
Es un final abierto. ¿Pensarían en una segunda
parte?
Un film para verlo sin complejos, ni prejuicios.
Con unos litros de cerveza, unos amigotes y un
par de kilos de palomitas se puede echar un rato
muy agradable con “Reptílicus”
11. Tengo que decir de entrada que quizá esta no es la peor película que he visto, pero
sin lugar a dudas es la película con peores efectos especiales que he visto en mi vida.
Sin duda los años 70 fueron prolíficos en cuanto a serie B fantacientífica, y mientras
que la mayoría de producciones se dejan ver aunque sus modestos efectos nos
provoquen más de una sonrisa, hay casos en que la cosa llega a la carcajada
directamente al ver como sus esforzados actores intentan hacer creíbles unas
situaciones imposibles de imaginar con tan torpe puesta en escena.
12. En este caso se partía del material
homónimo de H.G.Wells y la historia
versa sobre una isla en la que se están
produciendo extraños fenómenos:
durante una cacería, unas avispas
gigantes atacan y matan a uno de los
cazadores, buscando ayuda, el
protagonista entra en una granja donde
sufre el ataque de un gallo gigante y
conoce a un extraño personaje que le
indica que en su finca hay un manantial
donde brota un alimento que convierte a
todo bicho que lo ingiere en gigantesco.
De aquí a la invasión de ratas gigantes y
a la aparición de bizarros personajes que
solo piensan en forrarse con el producto,
pasando por embarazadas y otros
topicazos solo hay un pasito, y de por
medio algunos de los más torpes efectos
de la historia (dignos de Ed Wood, y creo
que no exagero nada).
13. Hagamos un repaso: Las avispas gigantes son poco más que sombras sobre la proyección y
para algunos primeros planos un muñeco movido torpemente delante del objetivo en planos
fugaces. La pelea con el gallo gigante debe ser uno de los mayores delirios jamás filmados: el
protagonista forcejea con algo parecido a un gallo que solo vemos fugazmente, pero ya de
entrada se ve que la cosa no funciona. Y para acabar, las múltiples escenas de ratas gigantes se
reducen a poner a las ratas delante del objetivo para que se vean "grandes", pero de ahí a que
produzcan en el espectador la ilusión de gigantismo sobre su entorno hay un trecho. Y como
"bonus-track" de esta lista de despropósitos, en plena batalla final hay una inundación que se
soluciona poniendo delante del objetivo un recipiente de cristal que se va llenando de agua,
¿CGI?, ¿quien los necesita?.
El caso del pollo asesino - ¿Pero como vamos a inundar la
gigante. El increíble modelo fue casa?, nada hombre, llenamos
realizado por un reconocido un vaso delante del objetivo y
taller rural de Gigantes y queda de lujo, oiga
Cabezudos .
14. Resumiendo: bodriazo de tamaño descomunal visto desde el punto de vista cinéfilo, pero
que aquellos más enfermos apreciarán en su justa medida como una de las mayores
frikadas de la historia de la serie B... digo C, y también ejemplo de como durante la historia
del cine hubo productores que se forraron invirtiendo cuatro duros (o tres) en subproductos
que tuvieron cierta difusión comercial. Se salva del cero por algún momento de tensión bien
recreado, y va todo sea dicho, un par o tres de escenas (el plano aéreo de la casa invadida
por las ratas) solucionadas correctamente y que te puedes llegar a creer.
16. Al final llega el momento de
hacer una nueva versión de la
mítica película de 1933. Pese a
que el “remake” de John
Guillermin sea hoy bastante
vilipendiado por propios y
extraños, habríamos de situarnos
de nuevo en su contexto
temporal, y notar que se
destinaron enormes cantidades
de dólares en la película, que
lucen bastante en pantalla, pues
se contruyó un “animatronic” ¡a
escala real! Además de réplicas
de distintas partes de su cuerpo
amén del consabido traje para
que un actor paseara entre
maquetas, pero hay algo que
hace especial esta película…
17. …¡¡¡Jessica Lange en todo su esplendor!!!...
Por cierto, la escena de la izquierda estaba en las carteleras del cine Rex de Valencia
cuando la vi de estreno, pero yo esa escena no la ví en la película…(???)
18.
19.
20.
21.
22.
23. Como dato curioso, (y tan mala debió de ser que ni siquiera se la
recuerda), varios años después, Guillermin rodó “King Kong 2”, sí, sí, como
suena, con una Linda Hamilton entre Terminators varios…
24. “King Kong 2”. Como vimos, Kong se sacrifica por Jessica Lange: la deja en lugar seguro
y se expone al ataque de los aviones, que terminan hiriéndole de gravedad. Gracias a las
modernas técnicas, unos científicos consiguen mantenerlo en coma durante diez años. Pero
para salvarle la vida necesitan efectuar una transfusión y no hay ningún animal que tenga un
plasma parecido. En Borneo, Hans Mitchell, un aventurero, caza a Lady Kong, un ejemplar
de hembra similar y la traslada a Atlanta. Una vez King Kong ha despertado siente la
presencia de Lady Kong, la busca y los dos huyen a un bosque cercano. Allí son
perseguidos de nuevo pero la doctora Franklin, que se ha encargado del primate durante
diez años, y Hans Mitchell, el explorador, han formado una pareja decida a todo con tal de
ayudar a los gigantescos primates… Como suena, amigos.
26. Un ambicioso hombre de negocios contrata a un antropólogo
amigo suyo para que supervise la recuperación de un ser vivo
hallado dentro de un bloque de hielo que vagaba a la deriva por
el mar. El bloque es derretido, y el antropólogo informa que lo
que hay en su interior es un yeti prehistórico y gigante...
27. Tras el estreno de la versión de “King Kong” de 1976, aparecieron multitud de plagios o
imitaciones (con mucho menos presupuesto) por todo el planeta Tierra. Evidentemente los
italianos no podían quedar al margen y rodaron la película que nos ocupa, que enmascara la copia
de una manera muy sutil. Ya que el film no trata de ningún gorila, sino de el “abominable hombre
de las nieves” alias “El Yeti”, pero gigantesco, colosal y, para colmo, prehistórico.
Partiendo de esta premisa nos hallamos ante una historia que entremezcla la trama de la
versión original de “King Kong” (1933) y la de “El Gran Gorila” (1949), creando un culebrón donde
conviven intrigas, traumas, acción y una historia de amor entre la bestia y la protagonista (que por
cierto, en una escena que provoca carcajadas delirantes, sueña que baila con el amigo yeti, pero a
tamaño normal. ).
Los efectos especiales son de risa y el monstruo es un señor con ojos azules y barba, embutido
en un traje de pelo y con un pelucón de lo más heavy metal.
29. Amigos, se acabó lo que se daba. Se acabó la “stop-motion”, se
acabó el tipo embutido en un traje de goma, se acabaron los insectos
filmados con macro… Llega Spielberg y sus dólares y revoluciona para
siempre los efectos especiales. Parque Jurásico. Punto y aparte…
30. Independientemente de que nos
guste o no, independientemente
de que se estire la saga todo lo
posible (se anuncia nueva secuela
para 2014), los dinosaurios
volvieron a la vida, por el
mosquito famoso del ámbar o por
las nuevas tecnologías del nuevo
milenio…
35. Película de la primera etapa
de la López, esa época en la
que no llevaba cejas…
36. Un presupuesto de megaproducción de Hollywood no pudo
evitar lo inevitable: siete nominaciones para los Premios Razzie,
incluyendo Peor Película, Director y Guión. El resto de
nominaciones fueron para las interpretaciones de Jennifer López,
Ice Cube y John Voight, que eran mucho más espeluznantes que
la serpiente más grande del mundo que protagonizaba la cinta...
37. Lo que comienza como una inocente travesía de un equipo de National
Geographic por el río Amazonas para filmar un documental, se va convirtiendo
en tal despropósito cinematográfico que, incluso, en una escena, se puede ver
de fondo una cascada en la cual el agua va hacia arriba. Las siguientes secuelas
no mejoraron el nivel, pero en la tercera podemos disfrutar del casposo David
Hasselhoff en todo su "esplendor", luchando cuerpo a cuerpo contra la pobre
anaconda.
41. Como en todos los “Kong” (a excepción del primero), admiradores y detractores,
podríamos decir que a partes iguales, pero, al igual que reseñamos en “Jurassic park”, no
podemos dejar de lado esta versión, tan descomunal como su protagonista, con un
derroche de medios impresionante y con efectos especiales deslumbrantes (aunque a
veces “canten”, como en el correcalles de los dinosaurios…)
49. El póster de ‘El Territorio de la Bestia’ nos muestra una escena bajo el agua, en
la que un cocodrilo enorme, fauces abiertas de par en par, está a punto de
alcanzar a una de sus víctimas. La imagen es tramposa, no se verá eso en la
película, pero intenta captar al público. Y lo hace copiando el famoso cartel de
‘Tiburón’. una de las obras maestras de Steven Spielberg. Aunque pueda parecer
una simple artimaña publicitaria, lo cierto es que la comparación con dicho film
no se queda sólo en el cartel ni en el recurso de un gran animal que se dedica a
masticar personas.
50. De nacionalidad australiana,
‘El Territorio de la Bestia’
(‘Rogue’), nos presenta de
nuevo una historia simple y
tópica, pero sólo a priori,
afortunadamente, la acción no
tarda en arrancar; y en
segundo lugar, cambiamos a
los pesados jovencillos sin
cerebro de siempre por un
variado grupo de personajes
que, sin ser una maravilla,
resultan más que interesantes,
con comportamientos y
diálogos que resultan (casi)
siempre verosímiles.
51. Los protagonistas de ‘El Territorio de
la Bestia’ son Michael Vartan y Radha
Mitchell, rostros más o menos populares,
a los que acompaña Sam Worthington, al
que después vimos en más de un
megaproyecto.
Sin grandes pretensiones, ‘El Territorio
de la Bestia’ cumple a la perfección con su
principal objetivo, entretener a base de
suspense, terror y aventuras, alejándose
de lo que vemos habitualmente (no hay
más que ver cómo sucede la primera baja
en el grupo).
53. Producida para la televisión, WARBIRDS es una película clase B que retoma la
ambientación y las temáticas de las historietas de los cincuenta y sesenta, en
especial, todas aquellas centradas en soldados contra dinosaurios como la serie
“THE WAR THAT TIME FORGOT”.
Por desgracia, la historia no va más allá de lo esperado, los diálogos son
pésimos y las actuaciones que intentan emular el estilo de las películas de los
cincuenta suenan falsas y caricaturescas. Las bestias están diseñadas de nuevo
en CGI y aunque están básicamente bien logradas es difícil sostener solo con
ellas una película que en ningún momento logra cuajar.
Incluso los maquillajes y los peinados que intentan emular a los de la época
fracasan terriblemente porque parecen más un disfraz que una recreación. Es
una tristeza, porque la idea prometía.
54. Incomprensible es también la
portada del DVD norteamericano
donde vemos que la cabeza de un
Tiranosaurio Rex que se encuentra
a punto de devorar un avión en las
alturas ¡mientras vuelan ambos! Es
importante aclarar que además de
estos extraños pterosauros, no
aparece ninguna otra bestia
prehistórica más en la película.
55. Y nos despedimos con una obra maestra,
imprescindible, de visión obligada…
57. Sí, amigos, si antes era su
padre Fernando, ahora nos
acompaña Lorenzo, en la
obra que pone punto y final
al género…
58. ¿Qué es mejor que una película con un tiburón gigante? Lógico, una película con un
tiburón gigante y un pulpo gigante. Con tan inapelable raciocinio la productora The Asylum
presenta un título que no engaña: "Mega Shark vs. Giant Octopus". Y su argumento aún
menos: una serie de pruebas en el Ártico descongela a estas dos criaturas
prehistóricas (¿dónde habré oído yo esto?) que comienzan a sembrar el terror en los mares,
y un grupo de científicos/defensores de la naturaleza deberán buscar la manera de
impedirlo. Añádase a semejante combinación la presencia estelar de Lorenzo Lamas -Rey de
las Camas, y ya tenemos la Película de la Década (así, en mayúsculas).
59. Ciertamente, la cosa no puede empezar mejor. En apenas unos minutos ya se
han descongelado los monstruos que dan título al film, y no tardan en empezar a
hacer sus fechorías, que incluyen, ojo, el ataque por parte del tiburón ¡a un avión en
pleno vuelo!
Así las cosas, el espectador es pillado por sorpresa, los minutos vuelvan y él está
disfrutando como un bebé entre ataques demenciales y diálogos inolvidables (ejem)
hasta que opta por mirar el reloj, y descubre que en realidad sólo han pasado 15
minutos.
Bueno, no hay motivo de alarma, seguro que aún quedan muchas sorpresas y
todavía tiene que aparecer Lamas, a quien fijo que le reservan un papel memorable.
Por otra parte, la película dura una hora y cuarto y así es imposible aburrirse.
¡Ay, cuán desencaminados van los que piensen así!
60. De poco sirve el desconcertante y desternillante personaje de Lorenzo Lamas, la
absurda relación entre los dos científicos protagonistas,o la rematadamente
estúpida búsqueda de soluciones al problema de qué hacer con los bichos. Al que
se atreva con ella le esperan 45 minutos de sopor aliviado únicamente mediante uno
o dos ataques fugaces de las bestias y los siempre risibles efectos especiales.
Respecto a ellos, atención a los disparos de los barcos de guerra, introduciendo en
imágenes de archivo flashes sobrepuestos a la altura de los cañones.
Afortunadamente, aún quedan unos quince minutos en los que "Mega Shark vs.
Giant Octopus” medio da lo que promete, y aunque sea a base de repetir secuencias
de CGI o focalizándola en la persecución a los humanos, la esperada pelea entre
bestias se hace con el protagonismo absoluto y definitivo en una guerra sin cuartel
disparatada ¡pero absolutamente ovacionable!
61. Bromas aparte, sí cabe reconocer que durante la larga caza de tiburón y pulpo a los
submarinos en los que se encuentran los personajes humanos (si es que consideramos al
desencajado actor de "Falcon Crest" como tal) mantiene una inusitada tensión y supone la
secuencia más entretenida de todo el metraje.
En resumidas cuentas, y por mucho que me pese, "Mega Shark vs. Giant Octopus" no
puede ser recomendada bajo ningún concepto a nadie que no sea enemigo mortal
declarado. Si aun así sois lo bastante hombres (¡o mujeres!) para atreveros con ella, se
aconseja encarecidamente el visionado de toda la parte central a doble velocidad. Quién
sabe, a lo mejor así mejora…
62. POSTDATA
Llegados a este punto, obvio es decir
que ni están todas las que son, ni son
todas las que están (las versiones de “El
mundo perdido” tal vez se salgan un poco
del género, puesto que no vienen a causar
destrozos a nuestra “civilización”). De
todos modos, haremos un pequeño
recordatorio de algunos títulos más…
63. 1980. LA BESTIA BAJO
EL ASFALTO
1981. EL DRAGÓN DEL
LAGO DE FUEGO
1977. EL DESAFÍO DEL
BÚFALO BLANCO