El ‘refrito’ es una pieza periodística demasiado presente (y cada vez más) en los medios de comunicación, especialmente en los digitales. Los refritos son baratos y dan visitas. Los periodistas que se ven obligados a ‘refritar’ a menudo deben traducir, corregir y ser pedagógicos, todo en un tiempo récord. Así, combinan habilidades de traductores, correctores y docentes. Frecuentemente, claro, el resultado es pobre.