2. Características de la arquitectura romana
La civilización romana dejó una gran cantidad de legados culturales para la historia
de la humanidad, entre lo que se destaca toda su hermosa y majestuosa
arquitectura que aún perdura.
La arquitectura romana recoge muchos elementos de la antigua arquitectura griega
y etrusca, las cuales se encuentran combinadas con un nuevo estilo de
construcción y un nuevo modo de tratar los materiales.
Los ideales del imperio romano de expansión y perdurar a lo largo del tiempo se
ven claramente identificados en sus obras monumentales.
Algunos rasgos que se encuentran presentes dentro de la arquitectura romana son
los conceptos de practicidad y funcionalidad de las construcciones, donde se
contemplaba no sólo la belleza de sus obras y sus esculturas, sino también la
utilidad de ellas.
A diferencia del arte greco-etrusco donde las obras tenían en general una base
religiosa, lo romano se lo vincula mayoritariamente con una obra civil y militar, al
servicio de las necesidades del imperio.
Igualmente lo religioso estaba fuertemente contemplado, lo que sucedía era que lo
político y lo religioso se encontraban relacionados íntimamente, incluso donde el
sumo pontífice fue emperador de Roma.
Algunas características que se repiten en las construcciones romanas son los
famosos arcos, bóvedas y cúpulas que siempre están presentes, marcando un
gran dinamismo dentro de las obras imponiendo su propio arte.
Los templos de la arquitectura romana son reconocidos en todo el mundo por sus
características tan particulares como los vestales con figuras femeninas, haciendo
culto a las diosas más famosas.
Las principales obras de la arquitectura romana se realizaron antes de la caída de
los reyes etruscos y la consolidación de la república el año 509 A.C.
Este período marca el final del arte romano y el comienzo de la etapa que se
conoce como el arte medieval.
Más allá de esto, el estilo romano perduró en el tiempo y se siguió expresando en
diversas zonas de Europa, sobre todo en el territorio actual de España.
3. La arquitectura romana se puede dividir en dos periodos:
-La Roma republicana
-La Roma imperial
Durante la época feudal , y sobre todo en los siglos XI y XII, se desarrollo en
Europa un tipo de arte rural y religioso conocido como estilo románico, inspirado en
el recuerdo de los modelos romanos y paralelo al desarrollo de las lenguas
romances. Sus orígenes se encuentran en los distintos estilos prerrománicos
desarrollados entre los siglos VIII y X (arte carolingio, asturiano, etc.) que durante
el siglo XI lograran cuajar en una síntesis genial que aun a elementos clásicos
romanos, a cuyo servicio estaba el arte con preferencia.
Algunas obras reconocidas son:
- El Templo de la Fortuna Viril
- El Templo Maison Carrge
- El Templo de Vesta
- El Templo de Venus y Roma
- El Panteón
- El Ara Pacis de Augusto
La Arquitectura Romana y su Influencia en el Desarrollo de la Arquitectura
Características Generales
Programas
Materiales
Estructuras
Aspectos
Características Particulares
Templos
Teatros y Anfiteatros
Basílicas
Termas
Acueductos, Cloacas y Puentes
Foros
Tumbas
Arcos de Triunfo
4. Columnas
Casas Particulares Domus
Insulae
Villas y Palacios
Fortificaciones
La arquitectura romana ha extendido su área de influencia a casi todo el mundo
conocido en esa época (Europa Meridional y occidental, África del Norte, Asia
Anterior,).
El arte románico nace en los últimos años del siglo X. Sus obras de mayor pureza
se realizan durante el siglo XI y en el XII. En los siglos XIII y XIV solo se mantiene
en algunas regiones de Europa. El mayor número de monumentos románicos
corresponde a España y Francia, pero en este último país se evoluciona
rápidamente hacia el gótico.
Generalidades de la Arquitectura Romana
Programas: son los mismos que en Grecia, pero se aplican además a los grandes
conjuntos públicos (foros, circos, basílicas, arcos de triunfo, columnas aisladas,
anfiteatros, termas, acueductos, etc.) La arquitectura era considerada por los
romanos como un medio de dominación de los pueblos.
Materiales: el ladrillo, la piedra, el mármol, el bloque de hormigón con revestimiento
de piedra, el hormigón moldeado, la madera. En general, los romanos han
empleado todos los materiales a la perfección.
El principal material de construcción romano a partir del periodo republicano, fue el
sillar de piedra de cantería local, utilizado junto con vigas de madera, tejas y
baldosas cerámicas. La piedra elegida variaba desde la toba y el travertino del
centro de Italia al brillante mármol blanco importado de Grecia y Asia Menor o, en
tiempos de Julio César, desde Luna (actual Luni, cerca de Carrara, Italia) y los
mármoles policromos traídos desde las canteras de todo el mundo antiguo
al hormigón actual inventado por los romanos, les permitió levantar edificios
imposibles de construir con el anterior sistema de estructuras dinteladas
Aunque la argamasa romana podía ser revestida con gran variedad de materiales,
el ladrillo fue el más popular durante el Imperio. De hecho, durante los dos siglos
anteriores a nuestra era, el ladrillo llegó a ser apreciado por derecho propio como
elemento de construcción en las fachadas de los edificios.
Estructura: utilizaron poco el soporte aislado. Se caracteriza porque emplea muros
gruesos de sillería bien aparejada, pilares compuestos (con columnas adosadas),
5. arcos de medio punto y cubierta de bóveda. Las bóvedas que suelen utilizarse son
las de cañón y la de arista.
La bóveda de cañón es la que se origina cuando un arco de medio punto se
desplaza a lo largo de un eje longitudinal. Esta aparece dividida en tramos
mediante arcos fajones; estos arcos tiene una doble función: dividir la bóveda en
espacios independientes y servir de apoyo al casco de boveda que descansa
sobre ellos, cuyos empujes se contrarrestan por medio de contrafuertes que se
adosan a los muros por el exterior.
La de arista es la producida por el cruce perpendicular de dos bóvedas de cañon
que tienen la misma flecha (altura), según la enseñanza de los etruscos.
Aspectos: la fuerza y la riqueza constituyen el principal carácter de la arquitectura
romana. Solo a partir del siglo III d.C. la profusión de adornos de mala calidad
comenzó a marcar la decadencia en este arte.
TEMPLOS: en general, son parecidos a los griegos, pero de mayores dimensiones.
Los romanos utilizaron la columna corintia con dos hileras de hojas de acanto. El
templo romano fue el resultado de una combinación de elementos griegos y
etruscos: planta rectangular, tejado a dos aguas, vestíbulo profundo con columnas
exentas y una escalera en la fachada dando acceso a su alto podio o plinto. Los
romanos conservaron los tradicionales órdenes o cánones griegos (dórico, jónico y
corintio), pero inventaron otros dos: el toscano, una especie de orden dórico sin
estrías en el fuste, y el compuesto, con un capitel creado a partir de la mezcla de
elementos jónicos y corintios. La Maison Carrée de la ciudad francesa de Nimes (c.
16 d.C.) es un ejemplo excelente de la tipología templaría romana. Los templos
romanos no se levantaron únicamente en el foro, sino que aparecen también a lo
largo de toda la ciudad y en el campo. Uno de los ejemplos posteriores más
influyentes fue el Panteón (118-128 d.C.) de Roma, que consistió en el habitual
vestíbulo o pórtico hipóstilo cubierto a dos aguas, seguido por un espacio cilíndrico
cubierto por una cúpula, sustituyendo la tradicional cella o habitación principal
rectangular. Los templos rotondos, más simples, como el construido hacia el 75
A.C. en Tívoli, cerca de Roma, basados en prototipos griegos de cellas circulares
perípteras, fueron también populares.
Anfiteatros y Teatros: eran vastos recintos circulares, de dimensiones a menudo
colosales, construidos para el goce del pueblo.
Los anfiteatros (literalmente, teatros dobles) tenían planta elíptica con una pista
(arena) central, donde se celebraban combates entre gladiadores y animales, y un
graderío alrededor similar al de los teatros. El anfiteatro más antiguo conocido es el
de Pompeya (75 A.c.) y el más grande es el Coliseo de Roma (80 d.C.), provisto
para alojar de 100 a 110.000 espectadores; el circo máximo, después de haber
6. sido ampliado, para 385.000. Las gradas sostenían galerías abovedadas
superpuestas. Dispositivos simples organizaban las salidas de los espectadores en
poco tiempo (Arena de Arles y de Nimes).
Basílicas: edificio romano de grandes dimensiones, generalmente construido
sobre una planta rectangular, que se transmitió a la arquitectura cristiana. Ésta
transformó su planta para convertirla en una cruz latina, y la adoptó como forma
habitual para sus templos. La tradición la ha consolidado como arquetipo para la
construcción de las iglesias cristianas más destacadas, como la basílica de San
Pedro en Roma.
Termas: desde el principio del Imperio se construyeron en Roma y en las grandes
ciudades conjuntos de edificios que comprendían establecimientos de baño,
gimnasios, bibliotecas, salas de reunión, y de concierto, lugares para comer,
jardines, todo suntuosamente decorado con mosaicos, estatuas, mármoles
preciosos, etc.
Acueductos, Cloacas, Puentes: para conducir el agua potable a la ciudad, a
veces desde muy lejos, los romanos construyeron conductos subterráneos o al aire
libre. Estos últimos, construidos de manera admirable, han resistidos 2000 años la
acción del tiempo y algunos todavía sirven. El celebre Puente del Gard es un
acueducto de esa época.
Desde la época de los reyes, Roma poseía un sistema de cloacas, una de las
cuales, la cloaca máxima, atribuida a Tarquino el Antiguo, todavía existe. También
construyeron los romanos gran número de puentes; algunos permanecen intactos
(Roma, Toledo Puente sobre el Gard.
Foros: en un principio era un espacio abierto, sin edificios, en el que la gente se
reunía los días de mercado y en las fiestas religiosas, para las elecciones y para
otros acontecimientos públicos; con el tiempo, se convirtió en el centro político
donde estaban los edificios civiles y administrativos y los templos más importantes.
Con frecuencia tenía arcos en ambos extremos de las calles o carreteras que lo
atravesaban.
Tumbas: generalmente agrupadas en vastos cementerios, las tumbas romanas se
componían de estelas y sarcófagos. Mas tarde se construyeron mausoleos, a
imitación del de Halicarnaso; el mas celebre fue el de Adriano en Roma, llamado
después Castel San Ángelo. En las afueras de Roma, sobre la Vía Apia, se
encuentra la tumba de Cecilia Metilla. La ciudad de Arles conserva todavía un
cementerio romano: los Aliscamps (Campos Eliseos).
7. Arcos de Triunfo: eran puertas triunfales, generalmente consagradas a un
emperador, emplazadas en las ciudades romanas. Aun hoy existen muchos arcos
de triunfo que se mantienen en buen estado ( los de tito, Septimio Severo y
Constantino en Roma, los de Orange, St. Remy en Provenza, Reims y Besancom
en Francia soportes propagandísticos, recubiertos con series extensas de
bajorrelieves, anunciando las victorias y las grandes hazañas de los emperadores
Columnas: los romanos elevaron columnas monumentales aisladas, coronadas
con estatuas de emperadores (Columnas de Trajano y Marco Aurelio en Roma).
Ocasionalmente se levantaron también columnas historiadas, con frisos de
bajorrelieves en espiral, que relataban con gran detalle las campañas militares de
los romanos.
Casas Particulares: Aunque los edificios públicos fueron las construcciones
urbanas más grandes y costosas, la mayor parte de la ciudad de Roma estaba
ocupada por viviendas particulares.
La casa romana difería de la griega en que no había separación en departamentos
para hombres y mujeres, llevando los dos sexos vida en común. Había dos clases
de casas: las casas particulares o domus y las casas de alquiler insulae.
Domus: que son viviendas unifamiliares, se construyeron con una amplia variedad
de formas y tamaños, pero las domus romanas generalmente mostraron
preferencia por la simetría axial, que caracteriza también la mayor parte de la
arquitectura pública. Las casas más antiguas, fechadas entre los siglos III y IV
a.C., parecen haber sido construidas de acuerdo con los modelos etruscos.
Insulae; casas para alquilar, eran mas pequeñas, viviendas colectivas de muchos
pisos, construidas de ladrillo y argamasa, similares a los edificios de apartamentos
actuales. Había casas hasta de seis pisos; la planta baja estaba destinada a los
negocios. Y la distribución de agua potable era objeto de un servicio municipal muy
bien organizado. Los ejemplos mejor conservados, fechados en los siglos II y III,
están en Ostia, el puerto de Roma en la desembocadura del río Tíber.
Villas y Palacios: Las villas suburbanas, como las que pertenecieron a Cicerón, el
orador y hombre de estado, y a otros romanos famosos, incorporaron grandes
terrenos, lagos, santuarios y complejos termales.
Fortificaciones: los romanos utilizaron siempre la fortificación fija de campo
(castra); solo a partir de las primeras invasiones (s. III d.C.) construyeron murallas
de cintura en las ciudades mas importantes del Imperio. Todavía se conserva el
muro que hizo construir Aureliano en Roma.
8. Roma ha tenido una gran influencia en la actualidad, con respecto a lo social, lo
cultural, arquitectónico, artístico, el lenguaje y la religión. La influencia cultural
romana produjo un importante legado artístico, legado que tuvo también su
influencia sobre las corrientes artísticas de los periodos siguientes como el
románico, el renacentista e incluso en el arte musulmán de Al-Ándalus.
Las cornisas y los entablamentos ofrecen todavía puntos de similitud con el arte
romano. Las líneas horizontales predominan. Los muros son espesos y construidos
con piedras, ladrillos, o mezcla de ambos materiales. No hay todavía contrafuertes
salientes. Las aberturas son pequeñas, estrechas y en forma de gran arco de
medio punto; en fin, las bóvedas son raras y todavía se emplea en gran escala el
techo de estructura de madera. En cambio, la construcción secundaria,
generalmente de origen monástico, se caracteriza por el empleo de la bóveda.
Los romanos construyeron un estilo nuevo, al que llamamos románico, y que en
pocos años se extiende por toda Europa. Aunque estén en puntos tan distantes, se
ven en todas ellas una serie de características comunes que permiten reconocerlas
enseguida.