El documento describe el arte de la antigua Roma, incluyendo su arquitectura, escultura y pintura. La arquitectura romana se desarrolló entre los siglos III a.C. al V d.C., tomando influencias del arte etrusco y griego. Los romanos adoptaron los órdenes arquitectónicos griegos y añadieron otro orden compuesto. Edificaron tipos de construcciones como basílicas, arcos de triunfo, termas y anfiteatros. Su arquitectura se caracterizó por lo grandioso y sól
Arte romano 1 (Características, arquitectura y ciudad)
Arte De La Antigua Roma
1. ARTE DE LA ANTIGUA ROMA
Arte romano (del siglo III a. C. al siglo V d.C.):
Arquitectura
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Escultura
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Pintura
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Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del arte etrusco,
enseguida contagiado del arte griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia
del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la
península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el
siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.
Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del
arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas
romanos es totalmente diferente de aquéllos. La Roma conquistadora y urbanista trató de
unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.
Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante
homogeneidad y autonomía desde el siglo III a.C hasta el siglo V de nuestra Era.
Siguiendo las etapas que su devenir histórico marca, destacan al menos la República,
hasta el año 27 a. C., y el Imperio, que se extendió desde los tiempos de Augusto hasta la
caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476 después de C.
A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los
aspecto de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas
provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del
Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad
cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más consolidado sus formas
artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más tardíamente
incorporadas a la cultura romana.
ARQUITECTURA
La arquitectura romana es probablemente un testimonio significativo de la civilización
romana. Se caracteriza por lo grandioso de las edificaciones, y su solidez que ha
permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días. La organización del Imperio
Romano normalizó las técnicas constructivas de forma que se pueden ver construcciones
muy semejantes a miles de kilómetros unas de otras.
Historia
La arquitectura de Roma tiene su origen en la etrusca, sumada a influjos de la griega,
sobre todo después de las guerras púnicas (146 a. C.) y por lo tanto, presenta rasgos de
ambas. Hoy se hace datar la arquitectura romana de la fecha en que se construyeron la
primera vía (Vía Appia) y el primer acueducto (Aqua Appia), año 312 a. C. Por esta época
y durante las conquistas de Roma en Sicilia y en la misma Grecia, los generales romanos
solían llevarse como trofeo de sus victorias gran cantidad de objetos artísticos. Por otro
lado, los artistas griegos y etruscos, atraídos por el poder económico de la señora del
2. Mediterráneo, llevaron a Roma el gusto e incluso la pasión por las Bellas Artes y en estas
escuelas formaron sus artistas propios.
El periodo de esplendor del arte romano abarca los dos primeros siglos del Imperio. Pero
ya a principios del siglo II de nuestra era, desde el tiempo de Adriano (año 117), se inicia
la decadencia del buen gusto que se acentúa en el siglo III y se confirma en el siglo IV por
efecto de cierto barroquismo o irregularidad y pesadez en los estilos aunque aumente el
fasto y la magnitud de las obras. Pero la arquitectura, en cuanto arte de construir sigue
desarrollándose hasta la invasión de los bárbaros, por lo menos, en los principales centros
de cultura. Pruebas de esto son las grandes basílicas de Roma construidas en el siglo IV,
no sólo las destinadas al culto cristiano, sino también las civiles. Los restos de la colosal
basílica civil de Constantino (también llamada de Majencio) que todavía se alzan en
Roma, sirvieron como fuente de inspiración a los arquitectos del renacimiento en el siglo
XVI.
Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos. Puentes y
acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y palacios son lujosos y
monumentales, con un claro fin representativo. Las edificaciones más nobles se revestían
de piedra formando órdenes, que no reflejaban la estructura interior real. Se decoraban los
muros de los edificios suntuosos con pinturas y los pavimentos con mosaicos.
Órdenes de la arquitectura romana
La arquitectura romana adaptó los tres órdenes griegos y el llamado etrusco
modificándolos y añadiéndoles otra forma de capitel que se definió por los arquitectos
renacentistas con el nombre de orden compuesto. De esta suerte, se cuentan cinco
órdenes, a saber:
el orden toscano o etrusco que permanece básicamente igual.
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el orden dórico romano que eleva su columna a dieciséis módulos, adorna su
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collarino o garganta, añade un talón al ábaco, tiene el astrágalo en forma de
junquillo que rodea al fuste y debajo de la corona de la cornisa lleva dentículos o
mútulos. Esta última diferencia le constituye respectivamente en las variantes de
dórico denticular y dórico modillonar, según los arquitectos del renacimiento.
el orden jónico romano, que adorna más su capitel que el griego, reduce la
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magnitud de sus volutas, suprime en ocasiones el astrágalo y eleva la altura del
fuste.
el orden corintio romano, se ostenta más florido aún que el griego y en él
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abunda, sobre todo, la hoja de acanto. De ésta, lleva dos o tres series el capitel,
dobladas hacia adelante y además de los dentículos admite series de modillones
adornados para sostener la cornisa.
el orden compuesto, que llegó a ser el predilecto de los romanos no difiere del
•
corintio sino en engarzarse más los adornos y en alguna modificación accidental
del capitel: éste se constituye por hojas de acanto sin calículos y con cuatro
volutas que salen por encima del cuarto de bocel de modo que parece compuesto
de jónico y corintio.
La arquitectura romana adoptó con frecuencia la superposición de un orden arquitectónico
a otro diferente en un mismo edificio, quedando el más sencillo y robusto debajo del más
elegante y delicado, según es de notar en el grandioso Coliseo romano.
3. Fueron modelos de dichos órdenes en Roma:
el Templo del Capitolio y el Foro Romano, del toscano
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el Templo de Marte y el Teatro de Marcelo, para el dórico
•
parte del Teatro de Marcelo, el Templo de la Fortuna viril y el de la Concordia
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para el jónico
el Panteón de Agripa y el Templo de Antonino y Faustina, en el corintio
•
el Arco Triunfal de Tito y de Vespasiano y el de Septimio Severo, en el orden
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compuesto
el Coliseo de Vespasiano de tres órdenes a la vez: dórico, jónico y corintio
•
En las colonias romanas se usaron también los mismos órdenes pero, generalmente, con
menor perfección y con más alteraciones que en el de la metrópoli. Son muy celebrados
entre otros edificios:
el anfiteatro y el templo de Roma y Augusto en Nimes (Maison Carrée)
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la Puerta negra en Tréveris
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el Templo de Vesta en Tívoli
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el Arco de Trajano en Ancona y en Benevento
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el palacio y el mausoleo de Diocleciano en Spalato (hoy, catedral)
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los templos de Baalbeck y de Palmira en Iraq
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A ellos, hay que añadir los mucho más numerosos monumentos presentes en la Península
Ibérica.
Parte de la arquitectura Romana antes de su caída por los Persas fue organizada y por el
Arquitecto y Escultor Papadopovlus (Arquitecto de la AvePax Romana) que también
insertó el detalle de los techados en las construcciones de las bóvedas.
Tipologías arquitectónicas en Roma
Los romanos recibieron diferentes tipologías que modificaron o adaptaron a sus gustos o
necesidades, desarrollando algunas gracias a nuevas técnicas. Entre estas podemos señalar
la domus, el templo, el teatro y los monumentos funerarios. Además desarrollaron otras
nuevas como:
Basílicas. Eran palacios de justicia y también lonjas, las cuales tenían planta
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rectangular con su pronaos o pórtico, sus naves (central y laterales) para el
público, su transeptum o chalcidicum para los abogados su absis o exedra par el
tribunal, sus entradas principal y laterales y sus tribunas o galerías, sobre las naves
laterales, con vistas a la central.
Arcos triunfales. Se dedicaban a honra de algún vencedor glorioso y se derribaban
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luego de haber pasado él en triunfo haciéndose permanentes los construidos
durante el Imperio. También se elevaban estos monumentos lo mismo que las
columnas u obeliscos en conmemoración de otros hechos gloriosos.
Termas o edificios de baños para el servicio público.
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Anfiteatros, no conocidos por los griegos. Eran de planta circular o elíptica.
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Circos. Servían para las carreras de carros como los griegos hipódromos pero
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tenían una espina o muro coronado de estatuas a lo largo de la línea media.
4. Naumaquias. Eran anfiteatros cuyo fondo se llenaba de agua para representar
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combates navales.
Puentes y Acueductos
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Calzadas. Bien fundadas y sólidamente empedradas (ya con anchas losas, ya con
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menudos cantos) que partiendo de Roma llegaban hasta los extremos del Imperio
con sus márgines o aceras algo elevadas, sus columnas miliarias para señalar las
millas (los miles de pasos), sus puentes, etc.
Foros
•
Asimismo, edificaron tipologías ya conocidas pero reinterpretadas:
Los Templos: los romanos dispusieron los templos de una manera similar a los de
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los griegos (si bien se adoptó mucho más que entre ellos la rotonda) hasta que al
fin se modificaron disminuyendo el número de columnas exteriores o
sustituyéndolas por pilastras abovedando las naves pero sin acusarse al exterior la
bóbeda ni el arco en los templos rectangulares.
Sepulcros. Unas veces consistían sencilamente en una estela o cipo esculturado o
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una simple lápida sobre el nicho que guardaba los restos y otras sobre todo
durante el Imperio fueron suntuosos mausoleos como la mole Adriana (hoy
castillo de Santángelo) y la tumba de Cecilia Metela, en Roma. También llegaron
a formarse prolognadas series de sepulcros a lo largo de caminos como es muy de
notar en la Vía Apia y verdaderos panteones de familia y enterramientos
subterráneos con nichos agrupados o en filas que se llamaban columbarios
conteniendo cada uno de éstos la urna cineraria de barro cocido o de piedra con
relieves y con la inscripción correspondiente.
La Vivienda: la casa romana primitiva era de planta más o menos rectangular,
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tenía un patio en el centro (atrium) al que se abrían los locales. Las casas eran en
medianería, y los tejados vertían sus aguas hacia el atrio, que solía tener debajo un
aljibe, para guardar el agua. El local principal era el tablinium, donde se
guardaban los archivos familiares y los dioses familiares (penates). Solía estar en
la fachada del atrio enfrentada a la entrada, pero con el eje de la entrada desviado
para que no pudiera verse la puerta desde la calle. Más adelante, por un pretendido
influjo griego, se abrió otro patio en la parte posterior, rodeado de columnas: el
peristilo.
Escultura de Roma
La escultura en la Antigua Roma, lo mismo que la arquitectura, es original en el espíritu
de su finalidad, pero en ella pesan mucho las aportaciones formales etruscas y griegas
(helenísticas), siendo de hecho buena parte de la producción escultórica romana copia de
originales griegos.
Se conservan muchas esculturas romanas, hechas preferentemente en mármol y en menor
medida en bronce u otros materiales (marfil, etcétera), si bien parte de ella está dañada,
con partes rotas. Son frecuentes el retrato y el relieve histórico narrativo, en los que los
romanos fueron grandes creadores. Hay también muchas esculturas de emperadores
romanos.
Historia
5. La escultura romana clásica comenzó con el saqueo de Siracusa en el 212 a. C. durante la
Segunda Guerra Púnica con Cartago. Siracusa, un rico puesto avanzado de la civilización
griega en la isla de Sicilia, fue minuciosamente saqueado y la mayoría de sus magníficas
esculturas helenísticas fueron llevadas a Roma, donde reemplazaron a las antiguas de
estilo tradicional etrusco. Los romanos admiraban el estilo helenístico, y finalmente
talleres de todo el mundo griego (especialmente de Asia Menor) proveyeron las estatuas
sin las que ninguna villa patricia estaba completa.
Los artistas griegos se establecieron en Roma después de que Grecia fuera conquistada en
el 146 a. C., y muchos de ellos empezaron a producir copias de esculturas griegas, que
eran populares en Roma. Esta escuela helenística reprodujo los modelos de Praxíteles, de
Lisipo y obras clásicas del siglo V a. C. En esta escuela «Neoática de Roma» destacó
entre otros el escultor Pasiteles, originario de la Magna Grecia, aunque convertido en
ciudadano romano. Fue famosa la recopilación que hizo en un catálogo de las esculturas
más famosas del mundo. Como escultor se le atribuyen un Júpiter en oro y marfil y
numerosas obras en bronce.
Los retratos de esta época republicana, influidos por la plástica etrusca, son de un
penetrante realismo y dureza expresiva, aunque no exentos de un cierto idealismo,
destacando en este sentido los retratos de los emperadores Augusto (que le retrataban
como un hombre joven, a pesar de que era mayor) y Pompeyo.
Durante la época del emperador Trajano, el arte de las provincias orientales del imperio
empezó a tener más influencia en la escultura romana.
Uno de los últimos ejemplos de la escultura romana a escala monumental es el friso del
Arco de Constantino.
Relieves
El relieve consistía en esculpir formas tridimensionales poco profundas sobre superficies
planas. Se usaban en trabajos arquitectónicos como columnas, arcos y templos. Un
ejemplo de este tipo de escultura sería el Ara Pacis (‘Arco de la Paz’), construido en torno
a 13–9 a. C. El Ara Pacis era un monumento a la Pax Romana (‘Paz Romana’), 200 años
de paz y prosperidad propiciados por el emperador Augusto.
Otro ejemplo de escultura en relieve sería la Columna de Trajano, fechada en torno a
106–133 y adornada con escenas de las batallas de Trajano en una espiral continua que
gira sobre la columna, así como la Columna de Marco Aurelio, modelada a partir de la
anterior.
Esculturas independientes
Entendiendo como tales las que no formaban parte de una construcción, como estatuas y
similares, fueron destruidas en su mayoría durante la invasión bárbara o la reconstrucción
cristiana. El mármol fue quemado para obtener cal y el bronce fundido para otros
propósitos (por ejemplo, munición). Un ejemplo excepcional de una pieza que se ha
conservado es la estatua ecuestre de Marco Aurelio, fechada sobre 161–180. La leyenda
cuenta que la imponente conducta del emperador libró a la pieza de la destrucción.
Aunque realmente se libró de la destrucción a manos de los cristianos porque lo
6. confundieron con el emperador Constantino que fue quién convirtiéndose al cristianismo,
impuso esta religión como la oficial del Imperio. Las estatuas solían situarse comúnmente
en los templos, los baños públicos o el foro de la ciudad (el centro social y comercial de la
misma).
Retratos
Los retratos esculpidos solían ser bustos de romanos famosos. Los sujetos de estas
esculturas incluían varios patricios y especialmente emperadores, multiples copias de la
cuales circulaban por todo el imperio. Los retratos esculpidos romanos personificaban las
virtudes cívicas y sentaron las bases para los retratos públicos europeos y americanos
modernos. Un ejemplo muy conocido es el busto del emperador Constantino el Grande.
PINTURA DE ROMA
Los romanos admiraban la pintura griega tanto como la escultura, y animaban a los
artistas que trabajaban para ellos a hacer copias de obras griegas especialmente famosas o
populares. Las pinturas, con figuras individuales, grupos o paneles enteros, se
reproducían, se adaptaban, estropeaban o embellecían según el talento de los artistas y las
exigencias del cliente.
Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos
conocidos más importantes son de tipo mural, frescos protegidos con una capa de cera
que avivaba los colores. La mayor parte de las pinturas murales conocidas corresponde a
casas particulares y edificios públicos de Pompeya y Herculano, dos ciudades italianas
que estaban de moda y que fueron arrasadas por el volcán Vesubio en el año 79 d. C.,
aunque también se han encontrado algunas pinturas en Roma y en otros lugares. Los
romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas murales, y
aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y
movimiento.
Estilos
Se han distinguido varios estilos pictóricos bien diferenciados, y aunque se suceden
cronológicamente, a veces pueden coexistir.
Primer estilo o de incrustaciones
Tiene origen helenístico y corresponde al siglo II a. C., extendiéndose hasta principios del
siglo I a. C. Destaca por su decoración de paredes rellenas de mármol, donde la pared se
divide normalmente en tres bandas horizontales. La inferior juega el papel de zócalo, la
zona media se descompone a su vez en diversas capas de mármol, y la superior consta de
un friso corrido generalmente blanco que completa la representación. Los mejores
ejemplos de este tipo de pintura se encuentran en la Casa del Fauno de Pompeya.
Segundo estilo o arquitectónico
Corresponde al siglo I a. C., perviviendo hasta los comienzos del Imperio. Muestra un
deseo de abrir los muros a una cierta idea de la perspectiva con el propósito de ofrecer
7. una sensación de profundidad. Para lograr esto incluye las denominadas arquitecturas
pintadas sobre entablamentos, columnas, ventanas o nichos, que conducen a un paisaje
imaginario. Los mejores ejemplos son la casa de Augusto y la de Libia.
Tercer estilo u ornamental
Coincide con la primera mitad del siglo I. En esta fase desaparecen los efectos espaciales
arquitectónicos, y la decoración sigue enmarcando cuadros con figuras o paisajes, como
los de la villa aparecida bajo la Farnesina en Roma. Hay una menor preocupación por dar
profundidad a las escenas, aumentando por el contrario los elementos de carácter
decorativo, como ocurre por ejemplo en la casa de Lucrecia. Por no pretender fingir el
espacio tridimensional, a este estilo también se le ha llamado de la pared realquot;
Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico
Corresponde a la segunda mitad del siglo I a. C., siendo una especie de síntesis de las
tendencias anteriores, dominadas por una escenografía fantástica donde se combinan los
motivos imaginarios y las perspectivas arquitectónicas, dentro de lo que podíamos llamar
barroquismo conceptual, donde se acentúan los espacios y fingimientos ópticos. A estas
pinturas se les da relieve por medio de estucos. Dentro de este período se sitúa la casa de
los Vetti, donde se aprecian algunos rasgos del mundo egipcio, y en la que destacan sus
pinturas por las delicadas escenas con figuras de amorcillos. Pero sin duda, el mejor
ejemplo lo encontramos en los frescos de la Villa de los Misterios de Pompeya.
Retratos pintados y mosaicos
Al margen de esta clasificación hay que citar los retratos pintados. En el Egipto romano
se descubrió una excelente colección de retratos sobre tabla, realizados para ser colocados
sobre las momias. Igualmente en Pompeya, y pintados al fresco, se descubrieron
magníficos retratos como los del Panadero y su esposa, o el de una muchacha, ambos en
el Museo de Nápoles.
Por último, señalaremos también la técnica del mosaico romano para decorar sus
interiores, en la que siguen utilizando el opus tesselatum de origen griego, aportando
como novedad el opus sectile. No obstante, y en general, el mosaico es usado sobre todo
para suelos, siendo en época bizantina cuando sustituya a los frescos en los muros.