El capítulo discute el llamado doble de la iglesia a vivir en el mundo pero no conformarse a él. Los cristianos deben desarrollar una "santa mundanalidad" que combine el involucramiento en el mundo con la separación de sus estándares. Las mayores tentaciones hoy son el conformismo y no el escapismo. También analiza las tendencias contemporáneas como el pluralismo, el materialismo y el relativismo moral que amenazan con influir en la iglesia si no mantiene su inconformidad y se asemeja a Cristo.
1. Resumen del cap. 3 del libro “Llamados a ser diferentes” por John Stott.
Todos los cristianos sabemos que la Iglesia tiene un doble llamado. Por un lado, tiene un llamado
a vivir en el mundo, pero a no conformarse en el mundo. El primero podríamos decir un llamado a
la mundanalidad, es decir un involucramiento en la vida del mundo. Pero el segundo es un
llamado a santidad: rehusarse a los estándares del mundo. De manera que, no tenemos libertad,
como pueblo cristiano, de preservar nuestra santidad por escapar del mundo; pero, tampoco
sacrificar nuestra santidad por conformarnos al mundo.
El escapismo por un lado y el conformismo por el otro son igualmente prohibido para los
cristianos. En lugar de eso se nos manda que combinemos ambos llamados, el llamado a
involucrarnos y el llamado a separarnos. Nosotros deberíamos desarrollar lo que un teólogo ha
llamado una santa mundanalidad.
En nuestro tiempo, la más común de las dos tentaciones no es el escapismo, sino más bien el
conformismo: acomodarse a los estándares del mundo. Si somos persuadidos por las presiones
de este mundo comprometemos nuestra integridad, manchamos nuestro testimonio, perdemos su
efectividad y sofocamos nuestra vida espiritual. Por eso es que hablo del llamado a una
inconformidad radical, es unos de los temas de la Biblia, aunque es comúnmente rechazado hoy.
I Pedro:1: 13 -17; Mt. 6:8; Rom.: 12: 1 -2. Ezq. 11: 12., ; Filip.: 1:27-28.
Pero, ¿Cuáles son las tendencias contemporáneas de la cultura, que están amenazando con
encausar o absorber la iglesia?
La primera es el desafío al pluralismo. No es simplemente la afirmación de que hay una
pluralidad de religiones. El pluralismo, es en sí mismo una ideología. Declara que los reclamos de
cada religión son igualmente validos y, por lo tanto, merecedores de nuestro respeto. Pluralismo
indica que debemos afirmar el valor independiente de cada religión y que debemos abandonar la
arrogante posición de convertir a la gente a Cristo. Abandónelos, déjenlos a ellos en su propia
religión, es la voz del pluralismo. Para aquellos que han abrazado el pluralismo, ¡nada es más
disgustante que la idea de una evangelización mundial!
Me pregunto si siempre recordamos que lo singular del cristianismo es Jesucristo, y que no hay
nadie como él. Podríamos hablar de Alejandro Magno, de Napoleón el grande, de Simón Bolívar,
Carl Marx, el Che Guevara, pero no podríamos referirnos a Jesús el Grande. El no es el grande, él
es el único, no hay nadie como él. El no tiene iguales, ni rivales, ni sucesores. ¿Dónde yace esta
singularidad de Jesús?
La encarnación: primero, él es único en su encarnación. Jesús de Nazaret es el único Dios
hombre: perfecto en su divinidad y perfecto en su humanidad. No hay nada que se acerque a esta
afirmación en ninguna otra religión. En segundo lugar, él es único en su sacrificio, en su expiación.
El evangelio afirma lo siguiente que Dios tomo la iniciativa en y a través de Jesucristo para
identificarse a si mismo completamente con nosotros. No solamente tomó nuestra naturaleza
humana en su nacimiento y vivió nuestra vida. También llevo nuestro pecado, nuestra culpa y
nuestro juicio y murió nuestra muerte. En la cruz satisfizo su amor y su justicia, por cuanto él
acepto el castigo por nuestros pecados, al pagarlos él mismo. En tercer lugar, debemos mencionar
Bondad: Enoc Reina
2. la resurrección, al afirmar que Jesucristo fue levantado de la muerte. No queremos decir que su
personalidad sobrevivió o que su influencia continúa en el mundo. Nosotros no cantamos ¡Jesús
Vive!, de la misma manera en que los estudiantes cantan, el ¡Che vive! Nosotros creemos que su
cuerpo fue levantado de la muerte y trasformado. Creemos de hecho que la muerte fue derrotada
y que su cuerpo resucitado jamás va a morir.
La segunda tendencia de la cultura contemporánea es el materialismo. El mundo occidental
es casi insoportablemente opulento en contraste con las necesidades del mundo subdesarrollado.
Estamos claros en cuanto a qué el materialismo, no es una afirmación del mundo material. Los
cristianos afirman el mundo material, por cuanto Dios los creó. Recibimos estos dones de sus
manos abiertas con gratitud. Rechazar el mundo material es ascetismo. Materialismo es más bien
una preocupación por las cosas materiales hasta que sofocan nuestra vida espiritual. Ahora, en
desafió a las enseñanzas de Jesucristo, hoy el espíritu del materialismo se ha introducido en la
iglesia y mucha gente cristiana se ha corrompido por ello.
“No os hagáis para vosotros tesoros en la tierra” Mt. 6:19 y otra vez es una alerta contra la avaricia
y la codicia. Por cuanto la vida humana no consiste en nuestras posesiones.
El relativismo moral. Alrededor nuestro los estándares morales se nos están escapando. Es
viable en el occidente, pero también está en aumento en todo lugar, por cuanto la televisión ha
creado mono cultura. Se daba por sentado que existía tal cosa como verdad absoluta en oposición
al error y que existía tal cosa como una bondad absoluta en oposición al mal. El relativismo moral
ha permeado nuestra cultura y está también introduciéndose en la iglesia.
No debemos ser como plantas movidas por el viento, de manera que nos dobleguemos ante el
viento de la opinión pública. Debemos ser como piedras en una corriente. Debemos nadar en
contra de la corriente, aun en contra de las corrientes principales de la cultura general. No
debemos ser camaleones, reptiles que cambian de color de acuerdo con su ambiente. Hoy en día
el movimiento de la Nueva Era se ha montado en la careta del movimiento del potencial humano.
El movimiento de la Nueva Era enseña la auto salvación.
¿Qué debemos ser entonces? ¿Acaso es el cristianismo totalmente negativo? ¿Estamos
llamados simplemente a resistir los retos? ¿Cuál es el complemento positivo a todo lo que hemos
estado hablando?
No hemos sido llamados a ser como la cultura que nos rodea. Hemos de ser como Cristo. La
similitud con Cristo es nuestro llamado cristiano y éste es el eterno propósito de Dios para su
gente. Efesios 1 nos dice que hemos sido predestinados para ser hechos a la imagen de
Jesucristo, el hijo de Dios. Esta es la eterna predestinación en el propósito de Dios, que nosotros
lleguemos ser como Jesús. Pablo escribe en II Corintios 3:18 “Nosotros estamos siendo
transformados de un grado de gloria a otro por el Espíritu Santo” hasta aquel día en que Cristo
aparezca y vengamos a ser como él.
Nota Adicional: Por sincretismo religioso se entiende la presunción de conciliar doctrinas,
conceptos o religiones diferentes, por ejemplo entre judíos, musulmanes y cristianos, cristianismo
y socialismo, la filosofía de la Nueva Era con el Cristianismo, etc. Esto es anti bíblico. Finalmente
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3. podríamos resumir que es la forma de mezclar religiones ò filosofías con la fe cristiana y que
básicamente confunden la verdad sin ser percibida a simple vista.
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