LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Capitulo 21 3
1. EL LIBRO DE ENOC 3
CAPITULO XXI - Sobre la esfera Celestial
EN LOS CIELOS.
LOS PORTALES Y LOS MINISTROS
EN EL NORTE Volver a Indice General Enoc 3
EN EL OESTE
EN LOS CIELOS.
1. Y después de estas cosas fui transferido
2. Ascendiendo lejos hasta los cielos.
3. Vi los Hijos de las esferas celestiales,
4. Caminando gloriosamente sobre llamas de fuego.
5. Sus vestiduras eran de blanco puro,
6. Sus rostros eran ámbar transparente.
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7. Vi dos ríos de fuego brillando como el jacinto.
8. Caí sobre mi rostro delante del Señor de los Espíritus,
9. Y uno de los Investidos de Estrellas me tomó por la mano.
10. Él me levantó y me trajo al Asiento de Misericordia
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11. Él me mostró todos los Misterios escondidos;
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12. Los receptáculos de las Estrellas, sus ardientes esplendores.
13. La Luz dentro de ellos salía en llama;
14. De delante de los rostros de lo divino
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15. Y Él me ocultó en la Estrella de la Mañana.
16. Después que vi en una visión de Luz,
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17. Un palacio erigido con Piedras de diamante
18. Y en el medio de las deslumbrantes Piedras
19. Vi lenguas de llama vivientes,
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20. Y así como miraba sobre la órbita de esta Casa de Fuego,
21. Vi en una de sus extremidades,
22. Que había ríos llenos de ardientes fuegos,
2. 23. Los que corrían alrededor cercándola por todos los lados.
24. Después vi otro Cielo,
25. Un paraíso de multiformes mansiones,
26. Y las divisiones de una Ciudad Celestial,
27. Y un orden de Espíritus diferentes de otros,
28. Vi las medidas de las acciones humanas,
29. Como son juzgadas por el sabio y puro;
30. Difiriendo mucho de las normas de los necios,
31. Como esto es fijado como una guía para los mortales.
32. Vi también Palacios de Inteligencias Puras,
33. Siempre iluminando Salones y templos.
34. Belleza que no puede ser descripta;
35. Gloria que no puede ser pintada.
LOS PORTALES Y LOS MINISTROS
36. De allí fui hacia las extremidades de la esfera; allí vi muchas criaturas vivientes, eran algo distinto a lo que jamás he
visto, y cada una era diferente de la otra.
37. Y Formas aladas variadas en sus formas, con una voz de muy cambiantes melodías; ellas habitaban alrededor de
plateadas cascadas de agua. Místicos eran los ecos en aquella región.
38. Y mirando al este percibí los límites de esta vasta y rodeada de llamas, esfera de flores;
39. Impasables océanos de arrollante luz, hasta los cuales los Jardines de los Cielos no se extienden.
40. Las Puertas de los Cielos estaban abiertas de par en par. Vi las estrellas venir; yo contaba los Ministros Celestiales a
medida que provenían del vasto portal. Los registré de acuerdo a su orden; también escribí sus nombres; marqué
sus tiempos y temporadas, mientras los Hijos del Paraíso movían sus alas. Los espíritus que estaban conmigo los
nombraban, llamando a cada nuevo esplendor por su título;
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41. Poderosos eran ellos; sus obras eran poderosas; ellos eran los Mensajeros que Dios envia.
EN EL NORTE
42. De allí avancé adelante en una niebla de fuego hacia el Norte, a los puntos de esta inmensa esfera, donde vi una
maravilla gloriosa.
43. Por Allí vi las Puertas Celestiales, las que llevan directamente a lo Celestial; inmensa en terrible magnitud y belleza.
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Los siempre resplandecientes Relámpagos las adornaban.
44. Tres de ellas estaban abiertas y distintamente marcadas. Desde estas, se abalanzaban tempestades, cargando sobre
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alas de oscuridad, Frío, Granizo, Helada y Nieve. También llevaban Rocío y Lluvias y la llama de
un feroz fuego, el que resoplaba violentamente sobre Todas las Cosas terrestres, desde aquellas altas Puertas.
45. Ellos los extendieron precipitadamente en ruinas; el viento Sendo estaba allí; espantoso con alas ardientes en
remolinos, como la fuerzas unidas de muchas tempestades.
[14]
46. Nada de una naturaleza sensual o carnal, tal como los Hijos del Pecado son, pueden frenar tal irresistible
torrente. Ellos fueron arrojados precipitadamente al Desierto
47. Pero los Hijos de Pureza no sintieron esto,
48. Ellos pasaron a través de la Catarata de Llama,
49. Desplazándose con un fácil movimiento,
50. Como los peces se deslizan a través del oleaje.
EN EL OESTE
51. Desde este lugar anduve errante hasta los extremos de la esfera Oeste, donde también vi tres Puertas Celestiales
abiertas.
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52. Ellas eran como aquellas que había visto anteriormente en el lejano Norte, irradiando su luz como soles y desde
estas también, abalanzabanse un Océano de vientos y resplandecientes maravillas.
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53. Entonces fuimos adelante hacia otra región, donde vi en el Oeste una Montaña Santa; una fuerte y vasta
Montaña, y cuatro deliciosos lugares semejantes a Jardines.
54. Internamente esto era profuso, espacioso y tranquilo, como si hubiera sido formado por una Celestial Mano. Fue
grande y placentero mirarlo, y mi corazón se ablandó.
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55. Y Espíritu – León que estaba conmigo me dijo: Estas son las moradas de los Puros de Corazón, para los
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tales fueron hechas. Aquí serán ellos reunidos. Estas Enramadas serán suyas hasta el Día Secreto .
3. [21]
56. Desde estas profundidades de fuego, hablo a los mortales,
57. Y desde el corazón de ardientes torrentes:
58. Hermosas son las tonadas que he escuchado,
59. Traté de transmitir sus ecos a la Tierra.
60. ¡Oh hombre! Venera a Dios.
61. El solo es digno de suprema devoción.
62. En sus poderosas Manos él maneja
63. El vasto e ilimitado Universo estrellado
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64. Él tiene la línea de medir
65. El sol se irradia desde sus ojos.
[23]
66. La blanca espuma del mar es suya.
67. Los vientos van y vienen a su mandato.
68. Su canto sale sobre el Cosmos.
69. Es la Gran Canción de Canciones.
70. Benditos aquellos que en tormentas y estallidos,
71. Reconocen esa Mística Melodía
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72. Perecería todo el que no se haya acercado.
73. Él es el que guía al errante.
74. Quién gobierna esto por los brillantes reyes de la noche.
75. Quién retiene esto por el dorado Señor del Día.
[25]
76. Bendito sea este Grande y Santo,
77. Hasta la eterna era de las eras.
78. Todo lo viviente, todo lo muerto,
79. Inclínese y júntese en adoración de Su Nombre.
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Ver I:29
[2]
Ver V:74
[3]
Ver IX:33
[4]
Ver XX:19; XVI:162
[5]
Ver XXII:104
[6]
Ver I:29
[7]
Ver IX:34-37
[8]
Ver V:56,69
[9]
Ver IV:34
[10]
Ver V:24
[11]
Ver IV:34
[12]
Ver III:137
[13]
Ver V:24
[14]
DyC 121:33
[15]
Ver IV:3
[16]
Ver XVI:95
[17]
Ver IV::19
[18]
Ver XXVI:75; DyC 97:21
[19]
Ver V:83
[20]
Ver XXIII:60
[21]
Ver I:29
[22]
Vers.28; Job 28:25; Isa.28:17; 40:12; Jer.31:39; Eze.40:3-48; 41:1-15; 42:16-20; 47:3-5; Joe.2:23; Miq.2:4; Zac.2:1; Mat.7:2; Mar.7:37;
Luc.6:38; Ef.4:13; Ap.11:1; 21:15-17; 1En.LX:22; LXI:1-3, LXX:3; LXXXIX:63; XCIII:13-14; 2En.XI:2; XIII:2; XIX:3; XL:3, 5, 8-9; XLIII:1; XLIV:3;
XLVIII:3; XLIX:4; LXV:4; Esd.II:37
[23]
Ver XXX:97-112
[24]
Sal.104:29; 2En.XXXIII:5, XLVIII:3; Tom.86:8-10
[25]
Ver III:17