La mandioca es un cultivo importante para los guaraníes. Es una planta originaria de América del Sur que se cultiva por sus raíces tuberosas comestibles. Los guaraníes vivían en aldeas organizadas socialmente alrededor de jefes políticos y religiosos. Creían en un dios creador y en espíritus que habitaban el mundo natural. Según una leyenda guaraní, la princesa Carandaí fue transformada en la flor del girasol para poder seguir siempre al dios sol.
3. Características: La mandioca es un arbusto perenne de entre 1 y 3 metros de altura. Tiene tallos delgados y hojas situadas en la parte superior de ellos. Lo que más se destaca son sus enormes raíces tuberosas, que pueden alcanzar hasta los 1,2 metros de longitud y hasta los 23cm de diámetro. Es originaria de América del Sur y actualmente se cultiva en todo África tropical y Asia. Propiedades: Contiene pocas proteínas por lo que debe combinarse con otros alimentos que la contengan. Por ej: con queso, legumbres, carnes etc. Es fácil de digerir y hasta puede prevenir o curar enfermedades digestivas. Las hojas tiernas de la mandioca son comestibles cuando se cocinan, lo que es necesario para liberarlas de sus toxinas. Cultivo: Suele plantarse entre los meses de Marzo y Noviembre en los climas tropicales y entre Abril y Agosto en los climas de sabana. La mandioca se planta mediante esquejes(fragmentos de planas separados con una finalidad reproductiva). La distancia de plantación debe situarse ente 1x1m. Es habitual verla mezclada con maíces, bananeros, etc.
6. CARACTERÍSTICAS GENERALES: Son un pueblo nativo sudamericano, originario de la región amazónica, que se estableció en distintas regiones del continente, especialmente en el Paraguay y en Argentina. ORGANIZACIÓN SOCIAL Vivían en aldeas, en tribus que ocupaban en los claros de la selva, las familias vivían en casas comunales que tenían su jefe , este tenía su aposento en el centro de la cabaña, que era larga hasta 60 metros, de una sola pieza donde cabían de 60 hasta 120 personas, los jefes de las casas comunales formaban el consejo de jefes, en el que eran tratados y resueltos los principales problemas de la comunidad, la aldea estaba dirigida por un jefe político llamado Mburubichá, y un jefe religioso llamado Shaman , la familia y el matrimonio constituían el núcleo básico de la sociedad. RELIGIÓN Los Guaraníes eran monoteístas y su dios fue Tubá, creador de todo lo existente. También fueron animistas, o sea que el mundo de los vivos estaba rodeado por espíritus buenos o malos que aparecían bajo formas humanas o animales.
7. UBICACIÓN Los Guaraníes habitan actualmente, al igual que lo hacían en el pasado, el territorio que corresponde al suroeste de Brasil, noreste de Argentina, Paraguay, parte de Bolivia y parte de Uruguay.
12. Leyenda Argentina El girasol Pirayú era cacique de una tribu que vivía a orillas del río Paraná. Mandió era cacique de una tribu vecina. Pirayú y Mandió eran buenos amigos. De ahí que sus pueblos intercambiaban en paz artesanías y alimentos. Cierta vez, Mandió tuvo la gran idea de unir a las dos tribus, y por eso pidió en matrimonio a la hija de Pirayú. - Para estar siempre unidos quiero casarme con tu hija - dijo a su amigo. Imposible - respondió preocupado Pirayú. Y contó en seguida a Mandió que su hija no se casaría con ningún hombre porque había ofrecido su vida al dios Sol. Ante la incredulidad de Mandió, Pirayú explicó que -Carandaí, mi hija, desde muy pequeña pasa las horas contemplando al sol. Sólo vive para él. Por eso los días nublados la ponen tan triste -; Mandió se alejó disgustado y prometiendo venganza. Los días pasaron hasta que cierta vez andaba Carandaí con su canoa contemplando la caída del sol en medio del río cuando, de pronto, vio resplandores de fuego sobre su aldea. Remó rápidamente hacia la orilla, pero, cuando intentó desembarcar, unas barras gruesas de madera trabaron sus movimientos. - ¡Ajá!, tendrás que pedirle a tu dios que te libere de mi venganza – dijo Mandió. - ¡Oh! Cuarahjí, ¡Mi querido sol! - susurró Carandaí. - No permitas que Mandió acabe conmigo y mi pueblo. No lo permitas mi dios... Y no había terminado de hablar cuando Cuarajhí, el sol, envió a la joven un remolino de rayos potentes que la envolvieron y la hicieron desaparecer de la vista de Mandió. Allí donde había estado Carandaí, brotó una planta esbelta y hermosa con una flor dorada que, al igual que la princesa, siguió siempre, con su cara al cielo, los rumbos del sol.