1. El documento presenta fragmentos de diferentes hojas volantes mexicanas del siglo XIX, las cuales abarcaban diversos temas como desastres naturales, sucesos políticos y religiosos, entre otros.
2. Estas hojas volantes se caracterizaban por incluir grabados ilustrativos y desarrollar sus temas a través de composiciones en prosa y verso, con el fin de ser de fácil lectura y difusión entre el público.
3. No existe evidencia de que se haya impreso en México en 1541 una relación
3. Un libelo
suele ser
un escrito
breve e
infamante
contra
alguien o
algo.
El pasquín, por
su parte, es un
libelo de
contenido
contestatario,
satírico-político,
que plantea una
queja contra
una situación o
persona
concreta, con
frecuencia una
autoridad.
Se trata de un
texto singular
a nivel del
discurso.
Su(s)
autor(es)
hablan de o
desde un
colectivo.
No estamos
únicamente ante un
texto de denuncia.
Su contenido hace
explícito o deja
entrever un
proyecto de
cambio, así como
los medios que se
usarán para forzar
el pedido en el
futuro inmediato.
En muchos
casos se
trata de
verdaderas
amenazas.
4. Otra característica de los pasquines es que suelen estar escritos
en verso, aunque su heterogeneidad hace difícil su delimitación
formal.
Se trata finalmente de piezas satíricas, político-literarias, en prosa
o verso, que tienen en común el deseo de hacer públicas
insatisfacciones coyunturales.
Se constituyen en una rica veta de información sobre diferentes
aspectos de la vida cotidiana de los pueblos donde aparecen, así
como sobre los cambios que se van generando en ellos.
5. En el cuerpo de cada
pasquín se pueden
apreciar estrategias de
composición que
comprenden distintos
tipos, tamaños y
colores de letras y
dibujos que
conforman el texto.
Éste suele ser breve y
puntual, para ser
fácilmente leído,
aprehendido, pero
además, copiado o
memorizado y
repetido por la mayor
cantidad de personas,
garantizando así su
circulación.
En este sentido, el
pasquín constituyó
una forma de
comunicación tan
escritural como visual
cuya sola presencia en
el escenario podía
provocar cierto
desorden.
6. Las autoridades coloniales
buscaron afanosamente
quitar todos los pasquines
encontrados o sus copias.
La tarea no era sencilla,
pues los hábiles autores
los fijaban en las horas de
mayor oscuridad,
amaneciendo la ciudad
empapelada.
Hay amplia noticia de
pasquines expuestos en
diferentes lugares de la
América colonial, con mayor
frecuencia en puertas de
cabildos e iglesias.
Una forma de sentar
autoridad contra estos
papeles era intentar indagar
en su autoría, aunque el
anonimato era un fuerte
obstáculo.
7. El desorden provocado por los
pasquines fue tal, particularmente en el
convulso siglo XVIII, que la Corona
decidió prohibir su producción con la
ley 8, tít. XXV, lib. XII, t. I de la Novísima
Recopilación de Leyes de Indias, que
venía a respaldar una serie de
disposiciones anteriores al respecto.
8. En las puertas principales del
importante convento dominicano
de la ciudad de México, fue fijado
una especie de edicto que no era
otra cosa que un pasquín o libelo
infamatorio. Corría el día 2 de
agosto de 1647.
9. Nos los teatinos chicos y gordos largos y patudos flacos y pansudos estantes y habitantes en
nuestros colegios de la ciudad de los Ángeles hacemos saber la humildad y buen celo que
hemos tenido pues no abemos querido presentar las bulas y liҫenҫias que Juan de buen alma
nos pidió, de lo cual nos pesa porque pesan menos, nuestra opinión humildad y dineros
el almasen de la[a]sucar / los conҫerveros gastaron / con ayuda del virrey La pobre
carniҫeria / Sin carneros se a quedado / Porque el arҫobispo Juan / dellos también a tocado
/ Don Mateo de Cisneros / Los letrados y Orejon / Dineros abra tocado / las labores nos
pelaron / Porque le dimos también / que de trigos y maices / Los cuernos que havian
quedado / no nos dejaron un grano.
Y asi mismo exortamos y amonestamos a todas las personas vecinos y moradores en esta
ciudad de los ángeles a quien aquí lo contenido tangit haut tangere potest poca salud y unas
camaras en los arriba dichos ninguna persona sea osada a quitar tildar ni borrar este nuestro
edicto de las partes y lugares do fuere fixado pena de mil ducados aplicados para reparos de
nuestra teatinal carniceria y almacen de los asucares dado en nuestras letrinas físicas y
retoricas a tantas de tal mes y año que nunca bueno tengáis y refrendado con nuestro sello y
de nuestro secretario por mandado de los muchos talegos que enviamos a España. El bachiller
Garҫi Nuñez Cue.
10. El pasquín tiene forma de edicto y es firmado
por un tal bachiller Garci Núñez Cue, personaje
ficticio y está redactado como un decreto
eclesiástico que hubiera sido escrito por los
propios jesuitas, a los que en realidad denuncia,
sirviéndose de un sarcástico humor negro y
acusando conjuntamente a los cómplices de los
ignacianos.
11. En una carta que le escribiera el obispo Palafox al Papa
Inocencio X (1644-1655) se pueden hallar los rastros de
las primeras sátiras del libelo. Este tema es
transparente cuando el obispo de Puebla le preguntaba
al Papa que ¿Cuál otra orden religiosa tenía banca,
prestaba dinero a usura “y ha tenido dentro de sus
propias casas carnicerías y otras oficinas de un
comercio vergonzosísimo para personas religiosas”? A
su vez, le comentaba que los jesuitas tenían seis de los
mayores ingenios de azúcar de toda Nueva España y
haciendas de trigo y semilla.
12. En ese tumultuoso año, los jesuitas y el señor
obispo de Puebla, don Juan de Palafox y sus
seguidores, libraron una guerra a muerte de tinta y
de papel cuyo escenario fueron las plazas,
conventos, tribunales civiles y religiosos, puertas,
calles, iglesias y lugares de habitación del radio
Puebla-México en el virreinato de la Nueva España.
13. Entre febrero de 1646 y marzo de 1647 (ahora
vemos que incluso en agosto aparecieron
libelos) circularon multitud de folletos, cartas,
coplas y epigramas que ridiculizaban entre sí a
tribunales y a personajes de los dos
principales bandos que se crearon, los
palanquetas (afectos a los jesuitas) y los
juanetes (afectos a Juan de Palafox).
14. La negación de los jesuitas de presentarle al obispo
la bula por la cual el Papa los había autorizado a la
predicación y confesión en la Nueva España. Por
eso decía el pasquín sarcásticamente, que por su
“buen celo y humildad” no presentaron las
licencias. Esos “humildes” jesuitas que popular y
erróneamente eran conocidos como “teatinos”, son
expuestos a la opinión pública por los seguidores -y
muy seguramente autores- de “Juan de buen
alma”, que no es otro que don Juan de Palafox.
15. Collage creado por Natalia
Silva Prada con base en
imágenes de la Biblioteca
Digital Mundial y Biblioteca
Nacional de Colombia
(Codex Trujillo), Biblioteca
Nacional de España (Jesuita
español) y Wikipedia
(símbolo de la Compañía de
Jesús).
17. Se considera hoja volante a la fracción de pliego
impresa generalmente por ambas caras, que se
acompaña de al menos un grabado que ilustra el
tema central. La dimensión típica de la hoja
volante, dada su recurrencia en imprentas como
la de Vanegas Arroyo y la de Eduardo Guerrero,
es de 1/8 de pliego, es decir, de
aproximadamente 20x30 centímetros.
18. Estas copias impresas constituyeron, largos años, durante
casi todo el siglo XIX, el atractivo del bajo pueblo de las
ciudades populosas, antes de que aparecieran los diarios
populares que en México fueron los más baratos del
mundo, pues valían un centavo y tenían tanta lectura
como un diario norteamericano o europeo de la prensa
pequeña de fama mundial. Las hojas populares eran de
ruin apariencia, impresas en imprentas de mala muerte
que daban a luz copias tan imperfectas como si hubieran
sido hechas con tipos de madera en papel de ínfima
calidad.
19. Su edición recibía cierto cuidado; que cuando
las hojas volantes son de tinte narrativo
desarrollan un tema en común, la mayoría de
las veces mediante una composición en prosa
más otra en verso y que, cuando la hoja
volante tiene un tono lírico, en ella pueden
converger diferentes unidades literarias que
no necesariamente están relacionadas
temáticamente entre sí.
20. Así, algunas veces la descripción del hecho a narrar iba
acompañada de un texto en verso que podía tener una
intención moralizante o en ocasiones la composición en
verso recreaba el hecho narrado, lo cual facilitaba su
enunciación y adquisición pues “esta combinación en la
misma hoja volante de textos poéticos narrativos con textos
líricos populares para tener acompañamiento musical […]
permitía cubrir una gama comercial más amplia” (González,
2001: 460). Otras veces el contenido de la hoja era sólo
lírico, por ello se encuentran hojas especializadas en
corridos o canciones. Es muy raro el caso de una hoja
totalmente en prosa” (Castro, 2015: 34).
24. La “Relación del espantable
terremoto de Guatemala” se
adscribe plenamente al género de
las relaciones de sucesos, tanto en
su aspecto material (pliego suelto),
como en la temática, su tratamiento
y sus intencionalidades.
Que no existen referencias
coetáneas sobre la existencia
del impreso mexicano, aunque sí
son numerosas las relativas al
suceso y alguna se refiere a una
de las ediciones españolas.
Que la imprenta mexicana del
siglo XVI estaba destinada a
publicar otra tipología de
impresos, de corte menos
popular, noticioso y
extraordinario.
Y que nadie ha visto jamás el
tan codiciado testimonio del
pliego suelto impreso en
México por Juan Pablos
(Juan Cromberger) en 1541.
Por tanto, después de analizar los ejemplares conservados, podemos
concluir que la noticia del impreso, tal como se fue dando a conocer,
pudo ser una invención salida del distinguido círculo de bibliógrafos y
bibliófilos González de Vera, Zarco del Valle y Sancho Rayón, quienes
lograron difundir internacionalmente la burla bibliográfica (seguramente
diseñada por Sancho Rayón), a través de los repertorios de Harrisse y
García Icazbalceta, dejando con ello para la posteridad un fantasma
bibliográfico que sigue dando quebraderos de cabeza a los interesados
en la producción literaria novohispana, así como a los historiadores del
periodismo americano y del libro antiguo mexicano.
25. A la llegada del ilustrísimo
señor doctor don José Ramón
Camacho, dignísimo segundo
obispo de Querétaro, 1869.
26. A la Santísima Virgen de San
Juan de los Lagos; Prodigioso,
estupendo y verídico milagro
que obró la portentosa Virgen
de San Juan de los Lagos, en
la familia de Manuel Padilla, el
día 20 de septiembre del
presente año; salvándolo de
una muerte segura en la
colonia de las Palomas, de las
manos de indios bárbaros,
cuya población pertenece al
estado de Chihuahua; Oración
con que invocó el auxilio de la
Virgen de San Juan de los
Lagos; Acción de gracias a la
Santísima Virgen de San Juan
de los Lagos
27.
28. A Nuestra Señora de
Guadalupe; Verdadero
asombroso y patente
milagro que obró la
Santísima Virgen de
Guadalupe de México;
Deprecación a la Santísima
Virgen de Guadalupe;
Gracias a la Santísima
Virgen de Guadalupe por
este singular milagro; Con
fecha 12 de noviembre de
1913.
29. Asombroso suceso acaecido en
San Miguel del Mezquital.
¡Espantoso huracán! ¡Horrible
asesinato! Una vil hija le quita la
existencia a sus padres. ¡Justo y
ejemplar castigo del cielo!
30.
31. Aquí están las calaveras del Congreso
de la Unión, formada por ambas
cámaras y a la cabeza Obregón. 1922.
32.
33. Unos jesuitas “chicos y gordos, largos y patudos, flacos y pansudos”
Pasquines reformistas, pasquines sediciosos: aquellas hojas volanderas
en Charcas (siglos XVIII-XIX)
LAboratoriodeCulturaseImpresosPopularesIberoamericanos/Hoja
volante
El pliego suelto del Terremoto de Guatemala, México, Juan Cromberger,
1541:
¿realidad o fantasía bibliográfica?
El terremoto de guatemala de 1541 notas bibliográficas
NOTA:
Para cambiar la imagen de esta diapositiva, seleccione la imagen y elimínela. Después, haga clic en el icono Imágenes del marcador de posición para insertar su propia imagen.