UNIDAD 4 : LA SEGUNDA REPUBLICA FEDERAL Y EL SEGUNDO IMPERIO MEXICANO 1857-1867
Un paseo por madero
1. Un paseo por Madero.
Que les puedo decir. He visitado millones de veces, creo todos hemos ido a Madero solo a ver
tiendas, buscar un negocio, una joya, o solo porque es de las calles menos feas, e incluso bonitas
que te llevan de la plancha del zócalo a bellas artes, con unos otros beneficios que te distraen del
gran tramo que caminas entre muchísima gente que te empuja, te engenta y no te deja pensar.
Pero ¿Cuándo nos hemos puesto a pensar en esta calle realmente? ¿Cuando hemos dejado de ver
Madero como una plaza comercial para verla como parte de la historia de nuestro país? Más que
de nuestro país: de nuestra ciudad.
Vivimos en la ciudad más grande del mundo (hasta donde yo me quede) por la gran expansión que
tuvo, y que ahora rebasa los limites y ya no se sabe cuando acaba el D.F y empieza el Estado de
México; solo los que viven ahí nos podrían decir con toda seguridad en donde estamos, negando
ser parte de uno o de otro.
¿Pero porque negar ser (más específicamente) del D.F? ¿Por qué no decir ‘soy chilango ¿y qué?’?
Si a lo mejor y en otras partes nos podrán decir millones de cosas por las cuales ser chilango está
mal, o simplemente es feo, pero ¿por qué? Si cualquiera se ha divertido, ha paseado, ha visto
cosas increíbles en nuestra ciudad, pero ¿cuántos realmente conocen su historia? Es por eso que a
veces no nos gusta, podríamos presumir millones de historias, anécdotas de nuestra ciudad,
presumir nuestros primeros lugares en listas, o pavonearnos de las personalidades que han estado
aquí, o de las milésimas ocurrencias que han pasado, pero como nos las conocemos, nos cuesta
simplemente callarlos, y nos quedamos de brazos cruzados.
Y cuando en vez de solamente entrar a tiendas nos hemos puesto a pensar en que es el centro
para la ciudad. Que es donceles, palma, Tacuba o más calles para la historia. Y cuando en vez de
solo caminar baboseando nos hemos puesto a ver los tejados de los comercios en Madero
Nos centraremos para hablar de Madero, que aunque no es la calle más larga, ni mas importante,
ni mas hermosa o algunos pensaran eso, de nuestro Distrito Federal, es la calle que mejor retrata
la historia de la ciudad.
Cuando tomamos el tema de Porfiriato en clase, coincidió que yo había leído unos cuantos
artículos sobre esta calle (Madero) y claro, estos hablaban sobre un sinfín de curiosidades que ya
conocía, por las resientes clases que justamente habían tomado muy en cuenta esta avenida.
Pude asi, contemplar y darme cuenta de la importancia de esta calle, no es solo cualquier avenida
que se ha ido convirtiendo en un centro comercial al aire libre, si no es la historia de nuestra
ciudad como ya mencione, y que mejor que me mandaran a ver los tejados, las paredes, los
comercios, los cafés, para verdaderamente darme cuenta que si esos ladrillos pudieran hablar,
serian mejores que cualquier mounstro historiador que nos haya contado una buena historia
sobre nuestra calle.
2. Cuando vas caminando por ahí es bonito, pero cuando vas con una previa introducción o
conocimiento de lo que es verdaderamente la avenida, de las cosas que ha pasado, te quedas
pasmado. No es solo que si, los tejados son muy bellos, si no que recrean las clases de historia. Vas
pasando y solo puedes decir ‘mira ahí están los acabados ingleses que menciono Aurelio (el
maestro)’ o ‘mira esos azulejos’; es otra manera de ver la calle, de disfrutarla, de conocer, de
admirar, de hasta cierto punto respetar las calles, no solo madero, si no cualquier calle del centro
histórico.
Es una experiencia diferente, ir viendo, recordando, repasando lo que ya viste, imaginando a
Pancho Villa poniendo la placa de ‘Madero’ viendo pasar en tu cabeza a todos esos campesinos
que desfilaban hacia la plancha en la revolución. Imaginando a varios duques o personalidades
importantes en sus carretas. Es como retroceder en el tiempo.
No me gustaría que en algún momento cambiaran el Café Tacuba a algo como un Starbucks, ni que
le quitaran los azulejos al Samborns para poner ventanales minimalistas, sería como negarnos, que
aunque como mexicanos nos encanta hacer eso según nuestra historia, pero es de lo poco que aun
nos queda. Es nuestro pasado, somos nosotros reflejados ahí, desde los mexicas, hasta los
chilangos, pasando por revolucionarios y españoles.
Por más que escriba, no podría plasmar lo que es estar en vivo en la calle de Madero. Solo puedo
decir que todo Defeño debería ir por lo menos una vez. Para recordarnos lo que somos, lo que
fuimos y lo que seremos. Pasar por un café a un restaurant porfiriano, o un helado muy de moda.
Caminar: que como buenos mexicanos nos falta (recordando que somos el segundo país más
gordo) y aprender, que a todos por lo menos una vez nos ha salido lo orgulloso y pretendemos
saber todo. Aceptar lo que somos, así tal cual, sin diluir ni enmascarado, no negarnos, e investigar,
aunque sea solo para algún día poder presumir que sabemos un dato curioso o para romper un
silencio incomodo.
Pues Chilangos vamos a madero, llueva, truene o relampaguee, haya o no haya un calor infernal, o
ríos y ríos de gente, que por eso vivimos aquí.
Laura Casariego’